Por qué no
vacunar contra el dengue
https://www.laprensa.com.ar/Por-que-no-vacunar-contra-el-dengue-543159.note.aspx
(Censurado. Recuperado de Archive.org)
07.04.2024
por el dr. Mario
Borini
Como toda
dolencia, el dengue responde a un sinfín de circunstancias, que van
más allá de una causa. Y por eso se habla de explicación en vez de
causa, o sea, en su etimología, de exteriorizar el pliegue que
encubre los hechos.
Aun admitiendo la
hipótesis del mosquito como vector y del virus como agente del
dengue, no haríamos otra cosa que caer en una tautología. Que es un
enunciado sin agregado de información. Porque ambos, vector y
agente, formarían parte de la descripción. Como, por ejemplo, el
alcohol forma parte del alcoholismo, pero no lo explica totalmente.
Tanto describe y
no explica, que se llama virus del dengue, denominando dengue a su
eventual efecto. El fraude reside en agregar la palabra porque.
Diciendo que hay dengue porque hay virus del dengue. Como decir,
ridículamente, que hay alcoholismo porque hay alcohol.
En cambio, si
desplegamos los pliegues del dengue, encontramos múltiples motivos,
en diferentes planos: biológico, zoológico, ambiental, cultural,
económico, político y social.
Así entenderemos
por qué no hay casi dengue al norte del Ecuador, donde están los
países desarrollados, o por qué la tasa de su mortalidad en
Argentina es mayor en el Noreste argentino, en comparación con las
demás regiones y fundamentalmente con las provincias
industrializadas. Una constante, porque lo mismo se observa en el
mapa del hambre, y de la mayoría de las endemo-epidemias.
Sin embargo, el
programa de lucha contra el dengue evita cuidadosamente estos
aspectos históricos, geográficos y contextuales. En sus documentos,
la OMS/OPS, los ministerios nacionales y sus seguidores, se limitan a
combatir al mosquito, detectar casos, a proponer tratamientos
generales, y a investigar y aplicar fármacos y vacunas. ¿Qué
tienen que ver estas medidas con algo tan tangible, físico, como el
mapa del dengue? Nada.
Y es lógico,
porque la salud pública fue ganada por el enfoque tanático
de Rockefeller, desde que fundó la primera escuela de salud pública
a cargo de un anátomo patólogo, que en general actúa cuando la
salud ya pasó, o perdió su lugar. Por eso, algunos la
consideran, respetuosamente, una especialidad necrofílica. De este
enfoque, a la industria de la enfermedad y de la muerte, hay un solo
un paso.
Ahora vivimos el
auge de las vacunas. Desde el punto de vista del negocio, es simple.
Se universaliza a toda la población en todo el mundo, sin necesidad,
curiosamente, de que la indique un médico ni de que la acepte el
paciente. La inmunidad artificial en reemplazo de la inmunidad
natural perdida con el encierro, parece un ofrecimiento obvio. Es
difícil darse cuenta de que la población pierde lo que la industria
de las vacunas gana. Pese a que la vacunación puede ser
innecesaria, y siempre es más cara y riesgosa.
Popularizar un
medicamento que no sea una vacuna, u otras medidas, suele ser arduo.
Hay que encontrar la población destinataria, que suele ser reducida
y específica para cada producto. En cambio, la vacunación puede
prescindir de la indicación médica y tener a toda la población
mundial como destinataria. Presiona con obligaciones disimuladas,
solidaridades con los demás, denuncias contra no vacunados,
pasaportes sanitarios, ejercicio de la violencia pública y privación
de la libertad. Un calendario obligatorio puede ser utilizado para
impedir bienes y servicios esenciales a quienes no lo cumplan. Una
sociedad de presos no lo haría mejor.
La vacuna más
promovida actualmente es TAK 003, del laboratorio Takeda. En 2007, el
plan titulado "Guía
provisional de planificación prepandémica: Estrategia comunitaria
para la mitigación de la gripe pandémica en Estados Unidos"
fue dirigido por Rajeev Venkayya, que hoyacumula cargos como:
• Presidente de
Takeda
• Director de la
Coalición para las Innovaciones en Preparación contra las Epidemias
(CEPI)
• Director del
área de vacunas de la Fundación Bill & Melinda Gates
• Director de
Biodefensa y Salud de EEUU
• Asistente del
Presidente Bush en bioterrorismo y amenazas biológicas
• Responsable de
la Estrategia Nacional para la Influenza Pandémica
En concreto,
Venkayya proponía “medidas no farmacológicas” como cerrar las
escuelas, quedarse en la casa y mantener la distancia social. Medidas
que pasaron sin oposición de científicos y academias del saber, tal
vez por lo disparatado y carente de bibliografía acerca de su
eficacia y falta de riesgos.
ESTUDIO
BAJO LA LUPA
Ahora, la
promoción de TAK 003 se basa en un estudio de Luis Rivera y
colaboradores, realizado en niños de 4 a 16 años, de 8 países con
dengue endémico. Su título traducido al castellano es “Eficacia
y seguridad a tres años de la vacuna de Takeda, candidata contra el
dengue”, publicado en Clin Infect Dis. 2022 Jul 1; 75(1):
107–117, y online el 4-10-2021.
Analizaremos a
continuación sus conclusiones, en base a efectos indeseables de TAK
003.
La población de
niños vacunados fue de 13.380 y la de no vacunados fue de 6.687. El
cuadro siguiente muestra que en esos grupos hubo 5 muertos y 2
muertos, respectivamente.
Muertos
No muertos
Totales
Probabilidad
Diferencia
Vacunados
5
13375
13380
0.00037
0,00007
No vacunados
2
6685
6687
0.00030
Totales
7
20060
20067
Probabilidad
0.286
0,333
Diferencia
0.047
La prueba
estadística demuestra que no hay ninguna diferencia significativa en
las muertes infantiles entre los niños vacunados y no vacunados (Chi
cuadrado = 0,066 con un grado de libertad, correspondiente a
P<0,001),
O sea, que, si
bien la mortalidad es algo mayor en vacunados, la diferencia es tan
pequeña que probablemente se debe al azar, a la casualidad, y que
entonces nada hace prever que esa diferencia se deba a la vacuna o a
su ausencia.
El estudio
estadístico de efectos adversos graves, tampoco mostró diferencias
entre ambos grupos de niños.
Vemos que la
vacuna no es eficaz para reducir la mortalidad ni los efectos
adversos severos, de manera que es un caso poco común de ineficacia,
ya que no puede calcularse el número de niños que se requiere
vacunar para evitar una muerte (NNT= número que se necesita tratar).
Por el mismo
motivo, y en base al mismo trabajo que utilizamos como referencia,
tampoco puede calcularse el costo de evitar una muerte, ya que esta
no se asocia a la falta de vacunación. En realidad, ese costo no
tiene techo, en cuanto depende de las políticas públicas para
cubrir, por sí o por terceros, a su población destinataria que, al
menos teóricamente, por persona o por dosis por persona, puede ser
infinita.
En conclusión,
este estudio no otorga ningún aval para la aplicación de la
vacuna TAK 003 en niños.
Si a esto
agregamos su costo, resulta altamente inconveniente promover su
aplicación, y mucho menos asumirla a cargo del poder público.
Esta vez,
Argentina va por buen camino, cuando el Sr. Ministro de Salud
de la Nación, Mario Russo se opone a incluir la vacuna contra el
dengue en el Calendario Nacional de Vacunación.
Es de esperar que,
con similar criterio, se derogue la Ley 27.491 que
hace obligatorio ese Calendario, cuando naciones desarrolladas
establecen que su aplicación es optativa.
Y que la Argentina
preserve su soberanía sanitaria, sin renunciarla en manos de ninguna
organización supranacional, como pretende la OMS con su "Tratado
para la prevención, preparación y respuesta frente a pandemias".
La historia de la OMS desmerece completamente esa posibilidad, por su
dependencia y sujeción a intereses corporativos privados contra los
intereses de la salud.
Mario
Borini (M.N. 33.200)
Médico
especialista en Clínica Médica
Prof.
Titular de Salud Pública -UBA- 2003 a 2008
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