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Notícies :: criminalització i repressió |
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XXVIII Marcha anticarcelaria
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per XXVIII Marcha anticarcelaria |
15 des 2023
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31/12/2023 Marcha al CIE y Wad-Ras
-10h Nueva cárcel en obras en Zona Franca. Calle A/Calle 1
-12h CIE
-22:30h Wad-Ras
13/01/2024: Marcha a Brians
-11:30h Est. Renfe Martorell |
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No es una novedad que los discursos y medidas de modernización y democratización de los viejos centros penitenciarios y los nuevos por construir, han aterrizado a estos para adaptarse a los ciclos cambiantes del modo de producción capitalista. Pero la realidad en las cárceles sigue siendo tan dura como siempre. Tan solo en 2022, 39 presxs fueron hallados muertxs bajo la responsabilidad de Institucions Penitenciaries. Además, también ha aumentado el empleo de medidas de castigo, tortura y control como el aislamiento, las contenciones mecánicas o llegando incluso al uso de sistemas de vigilancia mediante inteligencia artificial.
En el actual contexto de crisis, el relato malintencionado del crecimiento de inseguridad y delincuencia en las calles pretende poner, por un lado, a las Instituciones y sus espacios de reclusión como necesarios salva guardianes de la paz social. Por otro lado, eleva a los matones del sistema (policía, seguridad privada, funcionarios de prisión y otros cuerpos represivos) a la posición de víctimas que deben gozar de mayor legitimidad e impunidad para defenderse. Es decir, más porras, pistolas de Taser, espráis de gas y horas remuneradas para acudir a juicios como acusación particular. Pero ni siquiera a estos individuos, armados con manojos de llaves y con leyes vigentes o por redactar, les desearíamos un minuto en prisión. Tan solo que no despierten más una mañana al amanecer. Por eso, cuando decimos que la cárcel es tortura, no lo afirmamos como una cuestión circunstancial. La cárcel es tortura porque sea cual sea su aspecto, no es más que el efecto de políticas que persiguen y criminalizan mediante estructuras de opresión a gran parte de la población. La cárcel es tortura, porque sea cual sea su forma (CIE, centro de menores, psiquiátrico u otras rejas) no hay reforma posible que pueda blanquear su objetivo esencial: aniquilar la vida de un ser privándole de su libertad.
Pero aunque en muchas ocasiones la prisión pueda costar la vida, esta no siempre tiene que ser el fin. Por eso también nos plantamos un año más frente a los muros, para celebrar las fugas, motines y revueltas que han sucedido y que se seguirán dando. Para rendir homenaje a quienes ya no están, pero también para dar voz a las luchas contra el aislamiento, las torturas y los abusos que, pretendiendo acallar, no han generado más que solidaridad y complicidad, agudizando el conflicto y las contradicciones del encierro. Sea una realidad más cercana o más alejada, por un familiar que está adentro, por un colega que espera la orden de ingreso o por la compa que lucha en prisión, la cuestión anticarcelaria es una responsabilidad colectiva que no podemos eludir. Porque la lucha por escapar del encierro y derribar los muros, se libra en cada rincón del planeta y en cada instante de nuestro tiempo.
Es por eso que, hasta que haya unx solo presx no habrá libertad y no nos cansaremos de gritar
ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES Y LA SOCIEDAD QUE LAS NECESITA
NI CIES NI REJAS NI PRESOS NI PRESAS
NI NUEVAS NI VIEJAS FOC A LES PRESONS |
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