La democracia comunitaria y pluricultural de los Pueblos Fumigados bonaerenses brilla y sigue encendiendo luchas.
Kelu Mula, el proyecto de la Comunidad Rupu Antu, fue la sede del 13ª Encuentro soberano de los Pueblos Fumigados bonaerenses atravesado por la pluriculturalidad. El EPF brilló en sus 15 años consolidando un movimiento democrático, horizontal y comunitario que incansablemente lucha por la transformación del modelo agroindustrial.
22/09/2023 Fernando Cabaleiro
//naturaleza.ar/
El Sábado 16 y Domingo 17 de Setiembre de 2023, se celebró en la Escuelita Rural Kelu Mula en el Partido de Lincoln (Buenos Aires) el 13º Encuentro de Pueblos Fumigados de la Provincia de Buenos Aires por la Agroecología y el Buen Vivir. Un casi centenar de personas provenientes de Mar del Plata, Saladillo, Marcos Paz, Moreno, Lujan, La Matanza, Guernica, Vedia, 9 de Julio, Tres Algarrobos, San Fernando, Bragado, Mercedes, 25 de Mayo, Chascomús, General Rodríguez, Junín, Chacabuco, General Villegas, entre otras localidades, se hicieron presente en un encuentro que fue atravesado como nunca por la pluriculturalidad.
La organizacion anfitriona, comunidad mapuche ranquel Rupu Antu Linkoln, en la voz del peñi Damián dio la bienvenida al encuentro pasado el mediodía del sábado “Estamos acá en el centro del conflicto tratando de cambiar todo esto, estamos contentos que se hayan llegado hasta aquí, este es nuestro proyecto“.
Efectivamente los restos de lo que fuera una Escuela Rural del sistema educativo formal provincial, hoy rebautizada Kelu Mula, tratan de revivir en el proyecto agroecológico de la organización en el centro del modelo agroindustrial, y son la prueba del arrasamiento del agronegocio que desalojó a la gente de los territorios rurales, y no solo ello, también son la documental empírica sobre la imposibilidad de la coexistencia de los modelos productivos.
El paisaje luctuoso lindante a la escuela con tierras deslucidas y despojadas de biodiversidad es una irrefutabilidad probatoria que sólo puede ser desconocida por el imperio de un negacionismo absurdo, propio de quienes defienden la agricultura industrial.
Marina, lamien de la comunidad y compañera del peñi Damián sigue con la palabra de bienvenida y apunta con justedad sucinta “es necesario ubicar las urgencias porque ya no podemos respirar el aire que respiramos, ni los alimentos que comemos, ni el agua que tomamos porque estan todos contaminados con venenos y nos estamos enfermando. “
Llegar a la Escuelita, no fue nada fácil, la misma se encuentra en el centro de un triángulo imaginario que diseñan las localidades de Lincoln, Vedia y Junín. Para llegar a la misma, de cualquier vértice de donde se proviniera, implicaba transitar entre 15 a 20 kms de camino tierra, según la opción que se eligiera de las dos que había disponible.
Igualmente cualquiera de los ingresos, obligaba a transitar – hasta llegar a la escuela – sobre el medio de la desolación que instaló el Agronegocio en la llanura pampeana y en toda la Argentina, con campos desvastados cuyo horizonte es una fina línea horizontal ininterrumpida que se entralaza con el cielo como una prueba incontrastable de la desaparición voraz de todos los montes esparcidos que caracterizaban a la región hace 25 años atrás.
En algunos casos, quienes concurrieron a Kelu Mula tuvieron durante el tránsito de ese peregrinar vaciado de biodiversidad, el infortunio de cruzarse o bien con un mosquito fumigador con sus picos abiertos o ver los envases vacíos de agrotóxicos abandonados a la vera del camino que con crudeza exhiben las falacias intolerables de las buenas prácticas agrícolas con las que se pretende sostener un modelo productivo indefendible por donde se lo mire.
A pesar de eso, primó el optimismo y el ánimo de volverse a encontrar “Desde Mar del Plata y como parte de una viditancia que venimos dando hace años, nos sentimos muy felices de habernos encontrado con personas de diferentes lugares.. cercanos y lejanos…Personas que abrieron su espacio y su corazón desde la ancestralidad y la tierra y nos alentaron a abrir el nuestro…” nos dice Marcela Lupini de la Asamblea Paren de Fumigarnos de Mar del Plata, espacio señero del movimiento de pueblos fumigados bonarenses que con su praxis judicial logró sentencias que sentaron doctrina judicial en la materia.
Diego Contreras es de la Federación de Organizaciones de Base Autónoma (FOB autónoma), vino desde Moreno y destaca la importancia del encuentro del que participa por segunda vez. Ante todo celebra que se haya realizado en un enclave de resistencia generado por una comunidad indígena, además valora el EPF como un espacio para coordinar entre los distintos colectivos y de construir herramientas de acción en forma conjunta ante un modelo agroalimentario ecocida “fue una alegría haber participado, de habernos acuerpados entre varias organizaciones y compas, de generar lazos, de poder encontrarnos, de poder conocernos, de poder ir generando coordinaciones a nivel territorial, de ver la importancia de las herramientas que van surgiendo para ponerle freno a este modelo ecocida, saber de todas las experiencias agroecologicas que se van desarrollando a nivel provincia de Buenos Aires y muy principalmente el hecho que se haya realizado en una escuela recuperada por una comunidad mapuche ranquel.”
El sol anticipando la llegada de la primavera dio su presencia todo el día sábado brindando el escenario óptimo para una jornada al aire libre en las reuniones grupales que trataron ejes centrales temáticos como el Agua, Salud y Agroecología. Durante casi cuatro horas fluyeron los intercambios de definiciones, ideas y experiencias que cada grupo sistematizó para luego presentar al día siguiente en la reunión plenaria del Encuentro.
Además la jornada soleada del Sábado tuvo como corolario, precisamente la despedida del sol en una ceremonia indígena celebrada por el Chasqui Wilfredo del AbraPampa en Jujuy que vino desde el acampe del Malón de la Paz en la Plaza Lavalle frente a tribunales en Capital Federal por la reforma constitucional ilegal del Gobierno Jujeño.
El centenar de personas que asistió al encuentro, formó un círculo casi perfecto en el centro del predio de la Escuelita, ahi nomás de los campos listos para ser fumigados, como un contraste de los paradigmas, entre quienes reclaman un modelo que se concilie con la salud, el ambiente y la biodiversidad, y quienes insisten en un modelo agroalimentario de enfermedad y muerte.
“El sol nos da su energía, hay que agradecerle todos los dias su presencia, pongamos su mirada en él y démosle nuestro agracedimiento” indicaba el Chasqui desde el centro del círculo humano, mientras el día se fundía en un atardecer campestre que enaltecía el encuentro con el dibujo final de la primera jornada en un gran abrazo caracol colectivo emotivo.
SERES CONSTITUYENTES
Una de las características del EPF es el derecho a ser constituyente que tiene cada persona que participa. Se trata de un derecho construído y consolidado desde la práctica de militancia socioambiental en cada encuentro y consiste en reconocer a cada persona en su integrabilidad e individualidad como un sujeto político a tener voz en las labores en comisiones y poder formar parte del eventual consenso respetando el sentir y diálogo colectivo del EPF durante el plenario, en condiciones de igualdad.
Alicia Blanco del Paren de Fumigarnos de Mar del Plata reconoce ese sentir constituyente del Encuentro en su primera participación y rescata la diversidad de voces que lo atravesaron “Este fue mi primer Encuentro y me encantó. No conocía a casi nadie, pero me sentí como si siempre hubiera estado. Me pareció extraordinaria la diversidad de experiencias y de aportes, y la disposición a intercambiar justamente a pesar de esas diferencias. Y creo que fue muy valioso habernos encontrado en Kelu Mula, palpar de cerca las dificultades y la determinación de esos hermanos, y también su generosidad. Ha sido toda una experiencia y la agradezco mucho. Me parece que estamos haciendo una construcción preciosa.”
Tarik Urosevich de Vedia, es Licenciado en Economía e integra la cooperativa Newen Pampeana, también participó por primera vez del EPF y hace foco en el humanismo que sintió en Kelu Mula “En el sentido humano el encuentro fue excelente, fue mi primera vez, fuimos super bien recibidos por toda la gente, charlando con Eli de Malvinas de Argentinas y su lucha contra Monsanto en Córdoba, no es fácil lograr el humanismo que vivimos las dos jornadas, ojalá pudiéramos vivir siempre asi, estoy super agradecido por esa energía que cuesta encontrarla todos los días, con gente diversa, me sentí como que estaba entre gente que ya conocía.”
El sábado bien temprano, en el grupo de wasap que la organización del EPF creó especialmente para coordinar minuciosamente la llegada de todos los participantes a la escuela, Facundo y Rodrigo anuncian que el micro partió para Junín desde Buenos Aires, mientras un compañero de 9 de Julio toma nota para esperarlos a tiempo en la terminal de Omnibus, ellos son periodista y fotógrafo respectivamente de la Revista Citrica, único medio alternativo que hizo el esfuerzo de cubrir el Encuentro.
Otro mensaje advierte a quienes vienen de Buenos Aires, que cuando se llega a Junín hay que continuar por la Ruta 7 hacia Vedia hasta el acceso a Blandengues y no por la ruta 65 ni la ruta 188 por más que se indique en los carteles Lincoln, pues si bien la Escuela está en ese partido, el camino por esas rutas es más largo. Francisco Castelli viene desde La Plata con su compañera Maria Violeta y agradece el dato y entusiasta adelanta “ahi estamos yendo con mi compañera, y estamos muy contentos, es nuestra primera participación“.
Francisco junto a su compañera Maria Violeta están con el inicio de una huerta en la ciudad de las diagonales y querían indagar sobre el proceso colectivo de pueblos fumigados que cumple 15 años. “fue muy enriquecedor, ya que con mi compañera estamos arrancando con una huerta y conocer a gente que viene en esta lucha fue hermoso y también el hecho de hacer un frente de lucha contra las empresas del agronegocio con ideas como la del protocolo que se acordó puede ser muy bueno para toda la gente de nuestro país a nivel nacional y para este flagelo que generan las industrias del agronegocio sin importarles el bienestar de la gente sino solamente las ganancias”
Por su lado, Maria Violeta Fiebelkorn, compañera de Francisco, es estudiante de trabajadora social y la motivó a participar de modo independiente el tema de la Agroecologia, la defensa del agua y la defensa de la salud colectiva y no se arrepiente de la experiencia, todo lo contrario. “fue una experiencia muy enriquecedora, soy estudiante de trabajadora social y las temáticas del encuentro me interpelan mucho, también me interpelan desde lo personal y siento que podemos hacer un cambio como sociedad. Me sentí muy alojada y muy contenida, fueron muy amables y hospitalarios conmigo”.
Moisés Da Luz, es Brasileiro, de formación biólogo, técnico agropecuario y maestro en desarrollo rural, tiene residencia argentina reciente y se interesó por participar del EPF. Para Moises el encuentro fue muy propositivo, se sintió bien recibido pero focaliza en las necesidades de la escuela Kelu Mula que deberían ser atendidas desde la solidariad colectiva. “la comunidad necesita nuestro apoyo para su proyecto, para que tenga mas autonomia, para que puedan producir alimentos y las minimas condiciones para estar ahi”
Joaquín Morales es de 25 Mayo, junto a otro compañero crearon la Huerta Comunitaria “El Lechuga” (Movimiento Popular Nuestraméríca). El nombre de la huerta es en homenaje al joven militante Santiago Maldonado oriundo de esa ciudad cercana a Lincoln. Joaquín tiene una perspectiva permacultural y es la primera vez que participa del EPF. Su sensación fue de mucha energía, valora el encuentro como un espacio de debate con intercambio de ideas y sentipensares que no está ajeno a las contradicciones pero que tiene mucho para seguir creciendo y evolucionar en una lucha colectiva contra el agronegocio “siento que es un espacio que potencialmente está para crecer muchisimo que podemos aprender mucho de estos espacios de debate, de intercambios de ideas, de pensamientos, conocimientos y de sentires tambien, pero bueno tambien hay ciertas contradicciones internas que son necesarias para seguir evolucionando en este camino para no haya más venenos en nuestros cuerpos, territorios y la naturaleza”.
Miguel Giannattasio activa en Marcos Paz contra el agronegocio y los impactos de las industrias y volvió movilizado del encuentro “me gustó muchisimo que se haya realizado en una comunidad de pueblos originarios que están peleando por el territorio, conocía a algunas personas de quienes concurrieron, otras no, pero todas muy afectuosas, participaciones con mucha preparación, riqueza y análisis muy interesantes en los diálogos, principalmente de las mujeres.”
TRANSFORMAR UN MODELO COLONIAL
La escuela Kelu Mula se encuentra en tierras que las comunidades indígenas sienten como parte de su ancestralidad y que en tiempos del avance del Ejército Argentino sobre las tolderías al oeste de la Provincia de Buenos Aires fueron definidas como territorio de frontera.
La decisión de la Comunidad de ser la anfitriona del EPF, tras su realización, es celebrada por sus mismos integrantes que lo sienten como el inicio de un proceso de conjunción que permitió el acercamiento de personas que si bien viven cerca y comparten las mismas preocupaciones ante los impactos del modelo agroindustrial, no se sabían entre ellas. Asi lo dice Marina, la lamien de la comunidad “es fundamental conocernos, por eso valoramos que pudimos tener contactos con personas que estábamos cerca pero que no nos conocíamos, tambien el intercambio con personas que tienen conocimiento para que vean lo que pasa en nuestros territorios, pues como dice el dicho podemos perder todas las universidades del mundo, pero si perdemos la amazonia lo perdemos todo.”
Por su lado el peñi Damián ya empieza a ver más allá del Encuentro “ahora tenemos que pensar que no quede solo en un encuentro, sino juntarse, activar más, crear bancos de semillas, reuniones, concientizar, la escuelita está para eso para enseñar y decir que la forma de producir alimentos sin venenos que existió siempre, es posible, simplemente que lo que hicieron es colonizar, olvidar, tapar, silenciar como lo hicieron con los pueblos originarios“.
Lalo Botessi de la Cooperativa Iriarte Verde que tiene sus procesos de cultivos agroecológicos en Parque Pereyra Iraola y Chacabuco opina sobre lo acertado de realizar el encuentro en un espacio perteneciente a una comunidad originaria al que debe tomarse como un ejemplo a seguir “Me pareció excelente la idea de hacer el encuentro en este lugar con las familias originarias, es un hecho concreto de lo que la agroecologia puede dar también, recuperar un espacio que fue dejado y abandonado por las autoridades y la predisposición de la comunidad para ponerse al frente de eso es importante y valorable.”
A Diego de Moreno, la pluriculturalidad que imprimió al encuentro lo movilizó tanto así de considerar que el mismo alcanzó un punto de inflexión “Para mi hay un antes y después a partir de este encuentro, creo que el poder haber estado en contacto con toda la espiritualidad que existe en el territorio, que haya podido estar Willi del Tercer Malon, de poder haber hecho un gran abrazo colectivo, de vernos la cara, fue algo muy movilizante y a la vez fue ese despertar espiritual en un marco intercultural que nunca antes había conocido, estoy muy agradecido de la hospitalidad de la comunidad.”
Tarik de Vedia celebra la realización del encuentro en la región. Se siente agradecido de haber formado parte de las dos jornadas de democracia comunitaria coincidiendo en los sentipensares atravesados por la pluriculturalidad para iniciar un camino conjunto “me encantó la ronda del abrazo colectivo fue super genuina, me pareció hermoso encontrar acá tan cerca nuestro, una comunicad mapuche con su proyecto que no teníamos ni idea, ya estamos pensando en que momento podemos volver alli me parece buenísimo incorporar estas visiones que eson faro, que siempre estuvieron, yo insisto que la agroecologia es lo milenario que arrastramos siempre”.
Yanina Gambetti, de Semillero Rebelde y el espacio de comunicación popular Cronopias, vive en Quilmes, cuenta con varias participaciones en el EPF, ella valora que las experiencias asamblearias de los distintos pueblos fumigados que articulan en el EPF en cada cita construyan desde un nuevo paradigma basado en el Buen Vivir al conectar con los saberes de los pueblos originarios y con ello generar nuevos vínculos con la naturaleza, siendo Kelu Mula un ejemplo de esa nueva perspectiva ecocéntrica. Las experiencias y ejercicios del poder comunitario y organización de las asambleas que en cada pueblo abordan la problematica social y ambiental en su conjunto también están contruyendo las alternativas, las salidas y las respuestas concretas a los problemas de la economía, de la alimentación, del cuidado del ambiente, del trabajo, de la tierra, con la permacultura, con la agroecología, con la economía social y solidaria, y con la educación alternativa, son precisamente estas experiencias territoriales que se vienen construyendo desde hace muchos años, las que urge hoy fomentar, fortalecer y a las que nos debemos sumar y de las cuales tenemos que aprender ya que se trabaja desde otro paradigma completamente diferente al paradigma egocéntrico y antropocéntrico en el cual nos educamos, y trabajan intentando de construir a partir del paradigma del Buen Vivir que viene del saber ancestral de los hermanos pueblos originarios. intentando de construir a partir del paradigma del Buen Vivir que viene del saber ancestral de los hermanos pueblos originarios.
Kevin Poveda Ducon es licenciado en Ciencias Ambientales, becario del CONICET y está doctorando en la Universidad Nacional de San Martin, forma parte del grupo Cosensores que está conformado por estudiantes, docentes, investigadores de distintas universidades públicas cuyo objetivo es construir herramientas de acceso libre para la realización de monitoreos ambientales participativos y comunitarios.
En sintonía con las voces reseñadas, Kevin siente que el encuentro fue muy potente, si bien participó en el Encuentro de Rodríguez el año pasado, señala que tras la pandemia, el EPF en Kelu Mula, adquirió otra dimensión en razón del escenario anfitrión y las voces originarias que lo acariciaron “creo que este encuento nos permitió encontranos a varios colectivos pero a una escala mayor, ha sido importante la presencia de otros saberes traídos por la comunidad mapuche que habita ese territorio asi como la presencia del compañero Wilfredo del Malón que nos permitió abordar los debates y las conclusiones desde una claridad y desde una concepción histórica de la resistencia que nos abre un camino para plantear de forma más clara de donde venimos y hacia adonde vamos y las cuestiones importantes, transcedentales y fundamentales de la lucha que estamos llevando a cabo.”
EL DESPODER SOBERANO DE LA GENTE
El Encuentro de Kelu Mula fue el 13º de un movimiento popular socioambiental que se gestó hace 15 años en el centro del modelo agroindustrial. El evento comunitario funciona como el espacio asambleario por excelencia al que confluyen las asambleas, organizaciones y personas que se autoorganizan en cada pueblo fumigado bonaerense, para alzar la voz de denuncia de los impactos en la salud y la naturaleza que genera el agronegocio, ante la ausencia – y hasta complicidad – de las autoridades estatales.
La crisis de representatividad política, la anulación de la participación ciudadana y la violación sistemática de los derechos de las personas y de la naturaleza fueron la motivación basal del EPF.
“Al EPF lo tuvimos que hacer por necesidad, veíamos lo que estaba pasando, como a medida que nos metían la soja cerca de las casas, los barrios, también aumentaban las enfermedades, desaparicían las aves y tantos animalitos que vimos siempre en los campos” dice Margot Goyochea, quien en el año 2008 realizó la convocatoria del primer EPF en Los Toldos, y que también se hizo presente en Kelu Mula, como testimonio fiel de aquél paso fundacional hace 15 años atrás.
Rodolfo Giardino, milita en el Frente de Soberanía Nacional, oriundo de Bolivar, el EPF en Kelu Mula le dio una imprensión muy satisfactoria al ver la comunión de saberes y fraternidad de quienes participaron en un espacio que propone correrse del antropocentrismo “el EPF es una construcción que viene ya de largos años de relacionarlos entre distintos pensamientos pero con un solo objetivo de cambiar este modelo que nos envenena, un modelo agropecuario, financiero e industrial que nos está llevando la vida no solo a todos nuestros habitantes y sino también a la naturaleza.” describe Rodolfo.
Las aristas de espacio autónomo, inorgánico y no centralista que se proponen como un desafío permanente del EPF son parte de una construcción en el tiempo (más de una década y media) que se expresa en normas implícitas que atraviesan al mismo como las convocatorias abiertas, participación constituyente de cada participante, decisiones en consenso, intercambio en comisiones y reunión plenaria para las definiciones y propuestas de acción colectiva, con enfásis en el apartidismo, la inorganicidad y la autonomía del EPF de toda expresión Estatal, lo que hace al proceso – en estos últimos aspectos – no estar exento a contrapuntos procesales (tal como sucedió en el Plenario de Kelu Mula) en la diversidad de miradas que también se reconocen en las diferencias en razón del mismo ideario sustantivo que las contiene, tomando las contingencias propias del debate y la praxis asamblearia como un aprendizaje constante.
Yanina de Quilmes destaca la importancia del EPF como un proceso asambleario, horizontal y apartidario, recalcando su valor como una instancia de democracia comunitaria popular que junto a la UAC (Unión de Asambleas y Comunidades) aparecen, según su opinión, como insignias en ese aspecto dentro del movimiento socioambiental argentino: “experiencias de articulacion como son la UAC y el EPF de Buenos Aires son claros ejemplos de como se puede construir desde cada pueblo con una democracia diferente y como se puede tejer y unir las luchas, lo que no puede darse, entiendo, sino es en un espacio horizontal, asambleario y apartidario. Pues todo lo que no sea asambleario, horizontal y apartidario, por experiencia propia y colectiva, demuestra que genera fisuras, genera rupturas. Por eso en base a lo aprendido podemos decir que estos espacios como el EPF nos marcan un horizonte y un faro que debemos consolidar y seguir transitando con esas mismas premisas consensuadas colectivamente.”
Pero del mismo modo que esa democracia comunitaria del EPF configuró consuetudinariamente, a lo largo de sus 15 años, sus propias normas no escritas, también lleva insíto su autoregulación espontánea como parte de una práctica ética de quienes la hacen viva en cada encuentro. En este sentido. Kanki Alonso, integrante del Paren de Fumigarnos de Mar del Plata que asistió al Encuentro nos apunta “A mi me gusto lo que se dijo y no tuvo consenso, porque necesita más tiempo, aquello que se dijo de alguna manera no impositiva sino que se dijo para ir poniendo dentro de la escena, y que tiene que ser pensado“.
Kanki se refiere a una praxis democrática que reconoce la construcción colectiva también en el disenso con sus tiempos como una práctica política en contraposición a toda imperancia gobernada por los personalismos y los típicos aceleramientos inherentes a los espacios o centralidades verticalistas que conducen al riesgo de la imposición patriarcal al no respetar los historicismos de cada espacio colectivo en el marco de un activismo que no es exclusivo de ningún grupo. “Los riesgos de la reproducción de un sistema monosemántico siempre está latente, lo que genera una colisión con los modos reales sociohistóricos que venimos llevando en la praxis desde las asambleas de pueblos fumigados, que son policéntricos, plurisemánticos, de coordinación espontánea y ritmo imprevisible” precisa Kanki.
Carla Poth, Doctora en Ciencias Políticas, militante activista de Subversión e integrante de la Multisectorial contra el Agronegocio que vive en Luján, nos brinda su mirada sobre la construcción en base a los consensos que está presente en la historia del EPF “me parece que la idea de la construcción de un consenso para las definiciones politicas es superador respecto de pensar las relaciones entre mayorías y minorías porque hay que pensar la construcción del consenso a través de un proceso que lleva un tiempo largo y que supone que conteniendo la diversidad de ideas se puede obtener una propuesta superadora, que sea el resultado de un diálogo, que sea el resultado de una negociación, de poder mirar críticamente los posicionamientos de unos y otros, y que la propuesta final pueda contener esa relación de diálogo”.
Sin pejuicio de ello Carla advierte sobre las dificultades que implica la construcción politica a través de la generación de consensos en cuanto a la operatividad de las dinámicas y acciones “si bien los consensos son muchos más interesantes que pensar en mayorías y minorías, tambien es verdad que a veces es dificil por que muchas veces las resoluciones suponen tiempos apremiantes, a veces se tienen que tomar definiciones más de corto y mediano plazo, entonces a veces el consenso dificulta la operatividad de ciertas dinámicas”. Luego agrega en términos generales “que muchas de las experiencias politicas del ambientalismo son interesantes desde la búsqueda del consenso pero tambien son muy militantes, en términos, por un lado desde la praxis, y muchas veces bajo un consenso disfrazado que es utilizado como una forma negar la diversidad de ideas.”
Ante esas dificultades, Carla propone una solución que es la práctica de construir ante todo un consenso político donde haya buena predisposición, de reconocerse en las diferencias, y con el deseo de construir desde la diversidad pero con una mirada política común “lo interesante es poder realizar una estrategia que contemple la construcción de consenso político que supone diferencias, ya que no en todo pensamos lo mismo, no somos seres homogéneos en nuestra forma de pensar, y a lo largo del tiempo y cuando hay buena predisposición en la construcción politica y obviamente hay una forma autocrítica de mirarnos – donde no priman los egos – eso nos permite construir una mirada política común” y a modo de cierre concluye “por eso la propuesta de generar consenso requiere una práctica política realmente desinteresada, realmente segura del deseo y la necesidad de construir en la diversidad y de manera colectiva.”
Maria Violeta Fiebelkorn de La Plata suma su aporte al respecto valorando también la importancia de la construcción social basada en el consenso al que considera como la forma mas elevada de organización política y, a igual que Carla, reconoce que si bien no es fácil, es un desafío que vale la pena recorrer pues le da una envergadura significativa al reclamo político colectivo en defensa de los bienes ambientales y la salud humana.
UN MAR DE FUEGITOS AGROECOLÓGICOS Y EMANCIPATORIOS
Uno de los ejes temáticos del Encuentro fue la Agroecología. Margot Goycochea de Los Toldos promotora del primer EPF en el año 2008 recuerda que “siempre desde el inicio levantamos la bandera de la agroecologia, deciamos y sostuvimos que es mentira que no se puede producir sin venenos. Trajimos a Los Toldos a Javier Souza Casadinho a dar charlas que la tiene muy clarito en ese tema”.
Lalo Bottesi de Chacabuco, desde su especialidad de ingeniero agrónomo señala en el pleno de su comisión “La agroecología no debemos tomarla como un proceso productivo, sino concebirla como una forma de vida”, lo dice con voz firme mientras el sol se pone en el horizonte, como un escenario inmejorable para tamaña definición. Hace una pausa y retoma esa afirmación focalizando en la importancia del acceso a la tierra como punto de partida para la transformación del modelo agroalimentario A partir de la agroecología uno tiene la obligación de luchar por la tenencia de la tierra es una necesidad de la Agroecología que el campesino tenga la seguridad en su tenencia. También es importante saber que la única alternativa a lo convencional que tenemos hoy, es la propuesta agroecológica, porque aunque parezca mentira es la única que puede proveernos de alimentos saludables garantizando el derecho a una alimentación de la gente.
Joaquin de 25 de Mayo, toma la definición de Lalo Bottesi sobre la agroecología como una forma de vida, “es una filosofía de vida” reafirma. Su perspectiva permacultural lo lleva a señalar la necesidad de tener una mirada más amplia, sostiene que la permacultura contiene a la agroecología “nosotros desde la permacultura sentimos que la salida de este modelo de envenamiento y agrotóxicos y la generación de un nuevo modelo y paradigma de vida, intrínsecamente tienen que ir de la mano de la permacultura que incluye a la agroecología pero va más allá, tiene que ver con una filosofia de vida, vivir a partir de ahi, únicamente vamos a lograr eso si conectamos como seres humanos, sujetos sociales y colectivos con la tierra y la naturaleza, la lucha legal y territorial es parte de ese proceso espìritual”
Adriana Contarini, es de 9 de Julio e integra el colectivo Conciencia Agroecológica y las CALISAS y apunta la perspectiva de la soberania alimentaria como algo inescindible a la Agroecologia. Sin agroecologia no hay soberanía alimentaria y viceversa. “Para mí la Agroecología es un modo de vida en armonía con la naturaleza, que respeta a todos los seres vivos y sus ecosistemas. Y como sistema productivo es la base indispensable para construir la autonomía y la soberanía alimentaria. Van de la mano juntas”
Mercedes Bielaswky es productora agroecológica e integra la COPA (Cooperativa de Producción Agroecológica) que cuenta con un espacio productivo en Marcos Paz, es una participante histórica del EPF y entralaza sentipensares agroecológicos desde los ecofeminismos “es muy importante que desde los ecofeminismos podamos visibilizar la crisis de los cuidados que atravesamos como humanidad, y que podamos en estas redes feministas que vamos construyendo desde las mujeres y disidencias poder visibilizar justamente como se dan los procesos de concentración del poder económico, la reacción organizada del patriarcado, los efectos de los extractivimos en nuestros cuerpos y nuestros territorios. Somos las mujeres y las disidencias quienes venimos denunciando históricamente la destrucción de nuestros territorios y también diciendo que tipos de territorios queremos construir para vivir una vida sin violencias y sin la destrucción de nuestros bienes comunes, es decir territorios cuidados donde poder desarrollarnos y crecer en ambientes saludables intergralmente: y ese camino a recorrer es la agroecologia.”
Mercedes también disiente en cuanto considerar a la agroecología como una técnica o mera práctica, la concibe como un sistema que cuestiona a las relaciones patriarcales de explotación sobre la humanidad y la naturaleza, propias del agronegocio solo un sistema basado en la agroecologia puede generar relaciones más justas, en lo económico y en el trabajo, al mismo tiempo que es una forma de vida que busca la preservación del territorio sin violencias. Sobre ello Mercedes concluye que precisamente esas violencias propias del agronegocio son las mismas del patriarcado en todo el entramado social, político. económico y ambiental, acostumbrado a los privilegios, imposiciones y abusos. Por eso todo proceso de transformación del modelo agroalimentario debe ser abordado desde las miradas y saberes de los feminismos y disidencias “no puede haber agroecología sin la mirada de los feminismos” afirma.
Tarik de Vedia, por su lado tiene plena convicción en la producción agroecológica aún en términos económicos, pues hay muchas variables que el agronegocio no internaliza sino que las externaliza. Especifica que los costos humanos y ambientales de los agrotóxicos no sos considerados por el agronegocio, y que de considerarse como correspondería hacen absolutamente inviable económicamente al modelo agroindustrial. Afirma que se gana plata porque esos costos no los asumen quienes fumigan, sino la gente con sus enfermades crónicas no transmisibles y la naturaleza con la disminución drástica de sus componentes biológicos, la degradación significativa de los suelos, la contaminación del agua y los desmontes.
Luego que agrega que carece de fundamentación afirmar que la transición de un modelo a otro requiere de un largo plazo “Eso de que no se puede pasar de un modelo de un día para el otro es una falacia, se puede en el corto plazo dejar de fumigar“, lo dice muy seguro y convencido.
Maria Elisa Zeoli (Maru) es productora agroecológica de lácteos, integra la asamblea Ecos de Saladillo, espacio constituyente del EPF. Ella porta saberes agroecológicos del territorio y los compartió en su comisión, destaca que la Agroecologia no debe ser simplificada ni tampoco delineada por una norma, para ella se trata de un proceso dinámico que tiene su centro en cambiar las relaciones en todos los aspectos de la vida. “pusimos en común las distintas miradas y sentipensares acerca de la agroecologica, básicamente hubo consenso que no se trata tampoco de una simple sustitución de productos de origen químico por productos biológicos u orgánicos, tampoco puede ser catalogada dentro de una normativa o una ley que nos diga como podemos producir o que técnicas o no se pueden utilizar. Y en esa línea estuvimos de acuerdo que es una forma de habitar el mundo donde el respeto por la tierra y todo lo que en ella habita es fundamental, eso engloba a todos los aspectos de la vida, el cuidado del ambiente, las relaciones justas, las producciones locales y los precios justos de los alimentos.”
Rita Merlo de la Red de Plantas y Las Floras Libertarias de Marcos Paz en el mismo sentido reevindica a la agroecología como una forma de relacionarlos con las otras personas humanas y no humanas y la naturaleza “En mi comisión hablamos de que es importante analizar que tipo de agroecologia estamos hablando cuando el sistema está tratando de asimilarla y destruirla e incorporarla a un detalle más en la forma de producción, por eso es importante revindicar la agroecología como una forma distinta de relacionarlos entre seres humanes, con la naturaleza de la que somos parte, con las otras especies, con los elementos, reconociéndonos como parte de un todo y viendo otro tipo de relaciones. Esa es la agroecología que queremos”.
UN PROTOCOLO DE SALUD SOBERANO DE LA PRAXIS POPULAR
Los aplausos se replican en el galpón en la mañana del domingo, hubo consenso para empezar darle forma al protocolo de salud de los pueblos fumigados. La necesidad y exigencia de la construcción colectiva del protocolo tiene su motivación en la propia experiencia de las víctimas ambientales de los pueblos fumigados.
En los próximos días, desde la organización del encuentro se ahondarán en los detalles que hacen a dicho protocolo en cuanto a su construcción, presentación ante las autoridades y la acción colectiva en conjunto de las asambleas y organizaciones de pueblos fumigados de la provincia de Buenos Aires. Por respeto a ese tiempo asambleario, solo abordamos las voces que se expresaron para la motivación de esa herramienta que nace desde las experiencias territoriales y encuentra su cauce en la colectividad del EPF.
Eduardo Martin Rossi de la Red de Naturaleza de Derechos y autor de la “Antología Toxicológica del Glifosato” celebra la decisión soberana. “Está bueno el protocolo, me parece una idea excelente para exigir evaluar de forma integral las intoxicaciones cronicas que hoy el Estado no está haciendo, además de no cumplir con la ley 15.465 que se debe denunciar la intoxicación por plaguicidas.” Ya sumando aportes a la construcción del protocolo Eduardo advierte “que el protocolo debe ser interprofesional y de fácil accesibilidad, eso es fundamental.”
El protocolo de salud de los pueblos fumigados recoge la experiencia de madres con hijos impactados con los agrotóxicos y un servicio de salud pública que no asocia las complicaciones de salud de las personas con las fumigaciones químicas que se realizan a metros de sus viviendas.
“Yo lo entendi por las malas el tema de los peligros de las fumigaciones con los agrotoxicos, nos enfermamos, ibamos a los hospitales, y tardé mucho tiempo en dar con el primer análisis que certificaba los agrotóxicos en los cuerpos de mis hijos, ya que hay toda una información entremezclada, porque vos vas al médico y le decís tengo al nene todo brotado, se siente mal, estamos todos con vómitos, entonces el médico te dice vamos a ver, y lo que pasa es que vos con el tiempo te empezás a dar cuenta que todos esos problemas de salud tienen una linea directa con las fumigaciones, porque fumigan y te sentís mal, entonces le decís si eso tiene que ver con vivir al frente de un campo de soja, y no te dicen nada. Y la verdad que durante 10 años a mi nunca nadie me dijo que los problemas de salud eran por eso. Entonces empezé a investigar y llegué a la conclusion que todo lo que nos pasaba era por las fumigaciones al frente de casa. El testimonio visceral pertenece a Erika Gebel de la Asamblea de Vecinos contra los Agrotóxicos de la Matanza y refiere a lo vivido personalmente, claro con muchos contratiempos, en el sistema de salud pública que durante 10 años no consideró los problemas de salud de la familia como una consecuencia de la exposición a las fumigaciones con agrotóxicos.
Se trató de un derrotero indeseable, Erika lo sabe y quiere trasmitir su experiencia para que se transforme en un aprendizaje, y a la vez ese aprendizaje se materialice en una acción concreta, por eso, sin hacer una pausa continua detallando el peregrinar que tuvo que recorrer a ciegas, tras el conocimiento que el glifosato estaba en el cuerpo de sus hijos con niveles significativos.
Luego de varios meses, Erika además de saber que sus hijos tenían Glifosato en el cuerpo, supo que presentaban niveles bajos de las enzimas colinesterasas y que los valores del estudio de genotóxicidad estaban aumentados, lo que permitió concluir presuntivamente que los problemas de salud tienen una relación causal con la exposición crónica a los agrotóxicos. El dictamen médico del Pediatra Medardo Avila Vásquez ante la justicia federal habla de riesgo de cáncer si no se toman medidas urgentes. La médica Elda Cargnell que atendió a los hijos de Erika fue contundente, además de prohibir consumir el agua del lugar (que luego en un estudio particular presentó residuos de glifosato) recomendó mudarse inmediatamente sino cesaban las fumigaciones con agrotóxicos en los predios rurales lindantes al lugar donde vivia la familia.
Sabrina Ortiz y su familia en Pergamino años antes pasó por la misma experiencia de Erika, con idénticas dificultades ante la ausencia de un protocolo de salud específico para los casos de exposición crónica a los agrotóxicos que se suceden en los pueblos fumigados. También se tuvo que mudar de su casa, para salvar la salud de sus hijos y la suya propia.
Victor Furci, es de Saladillo, integrante de la Asamblea Ecos de Saladillo, luce en sus manos los resultados del análisis de Glifosato en orina a través del proyecto PIS (Pesticidas Inyectados Silenciosamente). El estudio indica que cada 10 personas que viven en Saladillo, 2 presentó residuos de Glifosato, pero siendo que los niveles de detección del estudio son considerablemente altos, ese número con una tecnología de mayor sensibilidad podría hasta quintuplicarse, sin perjuicio de lo preocupante que resultan los altos valores detectados en las personas que formaron parte del relevamiento.
¿Es razonable que el diagnóstico sea “independiente” de la presencia de glifosato en mi orina?”. Se pregunta con toda pertinencia Victor y ahi nomás se contesta como portador de un saber gobernado por el sentido común que le indica el camino a recorrer. “Creo que sería un paso muy importante avanzar en la obligatoriedad, por parte del estado, de implementar estudios mas detallados y específicos para el caso de detección de agrotóxicos en nuestros cuerpos, o ante situaciones de riesgo potencial.”
Victor se refiere precisamente al protocolo de salud que como tal debería implementarse en el sistema de salud pública en casos de personas expuestas crónicamente a las fumigaciones con agrotóxicos. En base a dicho protocolo, en términos generales, debería indicarse la realización de un análisis de presencia de agrotóxicos. En caso que él mismo resulte positivo, indagar inmediamente sobre la configuración de un daño en el ADN y en el sistema nervioso a través de un estudio de genotoxicidad y análisis enzimatico de colinesterasas, respectivamente.
UNA DISTANCIA URGENTE PARA UN MODELO INSOSTENIBLE
Una de las cuestiones más álgidas de las fumigaciones con agrotóxicos son las distancias de protección respecto a los centros urbanos y asentamientos poblaciones, principalmente de las aplicaciones terrestres que en la Provincia de Buenos Aires no se encuentran reguladas a nivel Provincial (sólo las aéras: 2 kms) sino sujetas a los criterios que las representaciones legislativas comunales, conforme al nivel de incidencia de los sectores ruralistas (principalmente de la Sociedad Rural Argentina), van estableciendo con resultados dispares aunque principalmente beneficiando al agronegocio en perjuicio de la salud pública.
Hay un consenso construido tras un debate intenso en el segundo EPF del año 2010 en Saladillo, que solicitar a los poderes públicos (ya sea el ejecutivo, legislativo o judicial) la adpoción de distancias de protección para las fumigaciones de los agrotóxicos de los centros urbanos, no debe leerse como una legitimación del agronegocio o el cierre de la discusión del modelo agroindustrial.
Se trata de una medida urgente que debe aplicarse mientras se discute el modelo agroindustrial y con la conciencia ecocéntrica que cualquiera sea la distancia que se establezca (1000, 2000 o 3000 metros) más allá de esos límites, los agrotóxicos siguen siendo un grave problema ambiental cuya única solución es abandonar el uso a cielo abierto de esos insumos externos que el agronegocio impuso en la agricultura, en razón de su insostenibilidad ambiental y sanitaria.
Gabriel Arisnabarreta es productor agroecológico de Saladillo, fue uno de los principales actores de áquel debate en el EPF de Saladillo en el año 2010 y reafirma su posición que en ese entonces obtuvo un consenso, consolidado colectivamente en el tiempo, “las distancias de prohibición de fumigaciones son algo inevitable que se tendrían que haber hecho en el mismo momento en que empezó este modelo con esta carga de agrotóxicos, son una señal de advertencia que los venenos que se utilizan perjudican nuestra salud, nuestros territorios, afectan la biodiversidad y por lo tanto afectan todo lo que tiene que ver con la vida y nuestros cuerpo … . y lo más importante es que éstas distancias tienen que venir acompañadas del cambio de un modelo, son una advertencia, igual la solución real es dejar de usar venenos para la producción de alimentos y virar hacia a la agroecologia”
Horacio Brignone, vive en Maria Juana, Santa Fe, es vecino militante y activista que articula también con la Asamblea de Sastre que logró un fallo judicial importante de la justicia santafesina estableciendo los 1000 metros de protección para las aplicaciones terrestres con venenos. Horacio viene de una recuperación de un proceso oncológico y su cuerpo lleva el dato frío de las consencuencias sanitarias del modelo agroindustrial. Participó en varios encuentros del EPF al que ve como una opción saludable y enriquecedora para el ejercicio democrático en una lucha que lo involucra y atraviesa “estuvimos muy cómodos en el aire democrático y horizontal de Kelu Mula, me hizo sentir parte de la lucha bonaerense que también es idéntica a la nuestra en Santa Fe, lo cual agradecemos, volvimos con el espíritu cargado, sumamos muchos contactos e incorporamos muchos saberes, siempre necesarios“.
.Horacio vino al EPF de Lincoln con su compañera Rosalía, y en cuanto a las distancias de protección con su aprendizaje sostiene “por esta región que vivo el modelo esta muy implantado en el sentido común, y la cosa se hace bastante cuesta arriba seguramente como en todas partes, principalmente por las presiones personales, laborales y económicas que se sienten y que ejercen los fumigadores y mientras vemos de como entrarle al modelo, nuestra batalla se concentra particularmente dentro de nuestras posibilidades en lograr alejar lo máximo posible las zonas fumigadas de las poblaciones. Nosotros creemos que es una tarea importante no solo porque quita territorio al agronegocio sino que muestra que no son invulnerables, el principal problema aqui es la resignación, la impotencia, todo producto del terror implantado por el modelo de muerte y de enfermedad que reparte mucho soborno para todas partes, y creemos que ganarle algun round como sucedió en varias localidades de Santa Fe a través de fallos judiciales, por ejemplo, que manejan los mil metros de distancia, levanta el ánimo, genera esperanzas de que otro campo es posible, y aunque no sea todo lo que deseariamos, creemos que es un camino a seguir, las distancias son necesarias y de ningún modo implica justificar el agronegocio, ya que sostenemos que es inviable “.
Kanki Alonso, tambien fue víctima junto a sus hijes de las fumigaciones con agrotóxicos a metros de su vivenda en Mar del Plara y desde ese lugar señala que “el tema de las distancias es uno de los puntos más conflictivos en el tratamiento de toda normativa o ley que regule el uso de agrotoxicos, si bien el problema de fondo tiene que ver con el modelo agroindustial y la concentración de la renta, la expulsión de los pequeños productores de las zonas rurales y el aumento de plaguicidas, los cuales contaminan todas las matrices ambientales y afectan a la biodiversdiad, ese problema de fondo no debe solapar medidas urgentes que se deben tomar en cuanto a la protección inmediata de las comunidades que estan afectadas en la primera línea en la cercanía al uso de agrotóxicos.” Luego profundiza la argumentación sobre la necesidad de las distancias de las fumigaciones con agrotóxicos con datos de la ciencia digna “Estudios científicos desarrollados por distintas universidades públicas de la Argentina han demostrado que ciertas distancias que protegen a las comunidades, tanto a las personas como a las fuentes de provisión de agua. Nos referimos a 1095 y 1500 metros que son distancias que figuran en la bibliografía científica que deben ser tenidas en cuenta para la protección inmediata y la garantia del derecho a la salud de las comunidades colindantes a los campos en donde se produce de manera agroindustrial.”
Erika Gebel, es una de las referentes de la lucha contra el Agronegocio en el Partido de La Matanza, hace dos años su vida fue atravesada por la impunidad del agronegocio. Apenas tuvo los resultados de análisis de orina y de genotoxicidad que acreditan el vinculo causal de los problemas de salud de todos los integrantes de su familia con la exposición crónica a los agrotóxicos, movió cielo y tierra.
Tanto la justicia como el poder político se adecuaron a sus exhortaciones, primero fue una medida cautelar que fijó la distancia de protección de mil metros para las aplicaciones terrestres con agrotóxicos en las adyacencias de su barrio, luego una ordenanza local fijó el mismo criterio de protección para todo el Partido de La Matanza, sin perjuicio de algunos contratiempos que motivó la insistencia de la Asamblea en las calles hasta alcanzar el cometido de la promulgación definitiva.
Con esa praxis política ante los poderes judiciales y legislativos comunales sobre sus espaldas, Erika sostiene con voz firme que “es superimportante el tema de las distancias, píinso que es sumamente necesario que exista una distancia, sabemos que a pesar de estas luchas que estamos llevando adelante contra el agronegocio no va a desaparecer de un dia para el otro, nuestro objetivo es que el agronegocio desaparezca y que los agrotóxicos no existan más pero mientras tanto estamos obligados a convivir con estos agrotóxicos, por eso lo mínimo que pedimos es una medida de precaución y no se puede aceptar que no haya por lo menos una distancia de protección de las viviendas.”
Carla Poth de Lujan, desde el entralazamiento de conocimientos y saberes que atraviesan sus sentipensares aporta señalando que establecer distancias de protección para las fumigaciones son necesarias para ponerle límites al agronegocio “pero siempre hay que tener en cuenta cuando pensamos desde las luchas, que las distancias de protección no es a lo que estamos aspirando, sino a una producción de alimentos sanos sin agrotóxicos, o sea, la agroecología. Entonces las distancias solo deben ser un proceso que nos lleve a ponerle un coto a la expansión del modelo agronegocio actual con el uso de agrotóxicos”
Igual Carla advierte de los peligros que acarrean las discusiones sobre las distancias en los marcos legislativos, tanto a nivel provincial como municipal, que se pueden volver funcionales al agronegocio “hay que tener en cuenta algo, y que me parece que a lo largo del tiempo ha funcionado como un mecanismo peligroso que cuando la lucha se agota en la búsqueda de esas distancias, el Estado ha hecho funcional ese proceso de discusión de las ordenanzas, porque cuando las ordenanzas de distancias de fumigaciones se vuelven en el objetivo y no un paso en la lucha, lo que termina pasando es que en la discusión de las ordenanzas, los municipios patean tiempos, encausan debates, como que tratan de utilizar la discusión como una lógica de contención del conflicto que se vuelve funcional a la dinámica del agronegocio.”
Y concluye reiterando sobre la necesidad de que esas distancias sean pensadas solo como un paso concreto en el contexto de una discusión que tiene por objetivo de fondo la eliminación del modelo agroindustrial.
UN DEJA VU DE LA PRAXIS JURIDICA DEL EPF
En el año 2014 a mediados de Setiembre, Emanuel Garrido llegaba con su ranchera al EPF en Los Toldos, bajaba indignado. Emanuel era Secretario de Ambiente de Coronel Suarez pero también militante. Él mismo se encargó de realizar un estudio ambiental con el equipo del investigador de la Universidad de La Plata Damián Marino, cuyos resultados indicaron que el 75 % de las muestras de agua de lluvia extraídas de las Escuelas Rurales del Partido, daban presencia de agrotóxicos. Días antes del Encuentro en Los Toldos, recibió la noticia que una escuela rural cercana a Sierra de la Ventana había recibido los impactos de los agrotoxicos en razón de una fumigación impune en pleno recreo escolar y con vientos que superaban los 45 km/h.
El caso fue tratado dentro de la comisión de legales del EPF y recibió una respuesta espontánea inmediata. A la semana abogadas que participaron del EPF junto a Naturaleza de Derechos sin demoras fueron hasta Sierra de la Ventana, y llevaron el caso a la Justicia de Bahia Blanca, que otorgó las medidas cautelares prohibiendo las fumigaciones terrestres con agrotóxicos a menos de mil metros, representando el primer antecedente judicial en materia de escuelas rurales y la problemática que genera el agronegocio.
9 años después, también a mediados de Setiembre. Se repite una escena parecida. Maxi y su compañera Jilly junto a sus hijos concurren al EPF de Lincoln. Viven en Vedia, pueblo cercano a Kelu Mula. Trajeron su preocupación. El 12 de Setiembre de 2023 cuando estaban esperando que sus hijos salieran de la Escuela, vieron con sus propios ojos, como un equipo de arrastre aplicaba venenos ahi nomás del establecimiento educativo que se encuentra en el límite del casco urbano de Vedia.
La ordenanza local dice muy claro que no se puede fumigar vía terrestre a menos de 1000 metros de la planta urbana, lo que alcanzaría a la escuela que se encuentra al borde de la misma. Además el predio fumigado se encuentra 300 metros de esa delimitación normativa.
Maxi y Jilly se llegaron hasta el EPF en busca de ayuda y una respuesta. Parece que la encontraron, así lo dice a viva voz Maxi “el encuentro fue el gran marco donde las sinergías fluyeron de manera instantánea, se tejieron verdaderos lazos humanos. Nos llenamos de humanidad, tan transformador ha sido para nosostros que inmediatamente finalizado el encuentro, ante situaciones propias del lugar que habitamos (fumigaciones), nos comunicamos por los canales generados en EPF e inmediatamente llegaron las colaboraciones desinteresadas. El fuego continúa encendido, el círculo genera fuerzas desde el alba hasta el atardecer.”
Jilly su compañera acompaña “hoy estamos codo a codo con la mega red de Pueblos Fumigados en Vedia recibiendo un gran apoyo para que esto no vuelva a pasar.” Ambos haciendo praxis del protocolo de Escuelas Rurales Fumigadas creado por la militancia socioambiental lograron que la Directora del Establecimiento labrara un acta en la que se hace constar el hecho de la fumigación en horario escolar ocurrida el 12 de Setiembre de 2023 y el riesgo que implica a la salud de las niñeces como al personal docente y no docente. Con ello dieron inicio a un nuevo caso de la praxis jurídica en el marco de el EPF, como ocurrió en el año 2014 en la Escuelita de Sierra de la Ventana, esperando que el derrotero de circunstancias reconozca una misma mirada de la justicia.
FAROS DEL ACTIVISMO CONTRA EL AGRONEGOCIO
Desde Cordoba, dieron su presencia en el EPF de Kelu Mula, Maria Godoy y Ely Leira, mujeres de dos luchas emblemáticas contra el agronegocio en la provincia mediterránea, asistieron con el abogado militante Darío Avila.
María Godoy vivía en el Barrio Ituzaingó anexo, forma parte del grupo de Madres del Barrio que a principios de siglo se auto-organizó para denunciar los impactos de las fumigaciones con agrotóxicos cerca de sus viviendas. Realizaron de modo autogestivo un relevamiento sanitario que es objeto de estudio en las facultades de ciencias sociales y médicas, mostrando la importancia que tienen los saberes populares y la auto-organización social.
Cuando Maria llegó a Kelu Mula tuvo un deja vu que nos confiesa con un hablar tranquilo, nos relata sobre una polaroid mental que tuvo al momento de colocar la bandera de las Madres de Ituzaingó en el frente de la escuelita sede del EPF. La misma bandera que supo posar reluciente en el alambrado del predio de Monsanto en Malvinas hace 10 años atrás, tal como lo hacía ahora en Kelu Mula “Cuando llegamos a la escuelita me impresionó muchísimo porque me trajo un recuerdo. Me acerqué a Ely y cuando poníamos la bandera en la entrada le pregunte, ¿ a qué te hace acordar ésto ? ella asintió, si ya sé !, a ese 19 de Setiembre de 2013 cuando nos instalábamos en la planta de Monsanto para bloquearlo, porque también era un día igual con mucho viento y mucha tierra, la única diferencia es que estaba la ruta asfaltada y con mucho tráfico, ahi empezamos a armar la carpa.”
En el mismo sentido comparativo de ese deja vu militante, María ve en Kelu Mula una lucha similar al bloqueo de Monsanto en Malvinas, un paralelismo de luchas que se unen en el tiempo y fortalecen su sentido “nosotros estábamos para impedir que ese monstruo a nivel mundial que es Monsanto se instalara y ellos en la escuela en realidad han ido a recuperar ese lugar para que no se pìerda e implementar un modelo de producción chiquito pero simbólico y opuesto a todo lo que lo rodea y donde se siembran transgénicos, porque vimos como el mosquito pasaba cerca fumigando“
María nos relata sucintamente su participación en la lucha colectiva de las Madres de Barrio Ituzaingó que es un emblema en la militancia socioambiental. “Yo digo que estoy jubilada, y cuando me preguntan la actividad digo: Soy Militante. 35 años de militancia. Estaba en el barrio en el año 90, pero como yo trabaja afuera del barrio prácticamente no estaba. Hasta que un día me acerqué por solidaridad a la mujeres que ya habían visto el problema de las fumigaciones y ahí me sumé porque vi que era un problema que afectaba a todo el Barrio. El Barrio Ituzaingó tenía 60 años, pero no tenía sala de salud, no tenía agua de red, ni asfalto, pero si los transformadores de PCB y las fumigaciones, y con nuestra lucha logramos revertir la situación.”
En cuanto al Encuentro, María primero destaca la valentía de los compañeros pero muy principalmente de las mujeres “siempre somos las que estamos ahi, al frente“, luego inmediatemente nos entrega una suerte de mandato de militancia valorando los encuentros presenciales y considerar el acto de poner los cuerpos, como un gesto de resistencia que no debe cesar ante la persistencia de un Estado ausente, porque quienes conocen las consecuencias del modelo agroindustrial en los cuerpos territorios son las personas que las padecen, por eso es importante juntarse en estos espacios abiertos y democráticos para fortalecer la lucha “valoro que se junten como lo dije, nosotras tuvimos que salir, a veces no nos damos cuenta de todo lo que hicimos, pero lo hicimos por nosotros y por toda la gente, porque somos los que conocemos el lugar en el que vivimos, que es el territorio. y lo tenemos que defender. Somos los que ponemos el cuerpo, y por eso salimos a luchar y es necesario buscar de juntarse, porque si nos juntamos somos más, además lo tenemos que hacer porque el Estado está ausente, a pesar de que hay leyes, por eso hay que seguir, y seguir luchando y no bajar los brazos“.
Por su lado, Ely Leyra desde el 1 hasta el último formó parte del Bloqueo a la corporacion Monsanto en Malvinas Argentinas, localidad cordobesa, en la que la empresa pretendía construir su planta de semillas transgénicas. A diferencia de Rojas, localidad bonaerense en la que Monsanto instaló sin problemas su planta semillera, en Malvinas Argentinas, los vecinos y vecinas se autoorganizaron y se opusieron firmemente a su instalación. Y lo lograron.
Además del bloqueo poniendo sus propios cuerpos en la entrada al predio de Monsanto, la asamblea de Malvinas que se formó para tal fin también recurrió a la justicia que les dio la razón declarando la ilegalidad de la Declaración de Impacto Ambiental obtenida de modo espurio con datos falsos y sin una instancia de participación ciudadana, es decir a espaldas del pueblo. Monsanto nunca contó con la licencia social de Malvinas Argentinas y tras varios años de resistencia de la asamblea Malvinas Lucha por la Vida se tuvo que retirar. Un triunfo popular que el próximo año cumple 10 años.
De primera fuente y prestando un testimonio directo de esa resistencia insignia, Ely nos cuenta que fue una lucha ardua, que no fue nada fácil del mismo modo que importante el acompañamiento recibido de otros lados, inclusive fuera de la Argentina, resaltando que ello es un símbolo de una lucha que fue colectiva que no debemos olvidar “Fue una lucha muy cruel, muy dura, que duró 4 años, pasó de todo, maltrato y violencia de la policía, incluida la patota de la UOCRA que no le importaba nada. Lo que si quiero destacar es que contamos con la colaboracion y ayuda de todas partes inclusive fuera del pais, porque nosotros solos de Malvinas no hubiéramos podido. Hoy en el lugar donde se quiso instalar Monsanto, estamos construyendo el Paseo de la Resistencia, plantando arbolitos, ya colocamos una obra de arte con el pañuelito de las Madres de Plaza de Mayo y ahora el proyecto es hacer una escultura como la que está en la plaza de Malvinas Argentinas”
Sobre el EPF en Kelu Mula Ely señala “Me quedé muy sorprendida, me gusto muchísimo porque pudimos aportar algo de lo que nos pasó aquí, además en el día a día vamos aprendiendo, me traje muchas cosas buenas, muchas cosas productivas que puedo compartir con mis compañeros.”
Mapa del Territorio de Frontera. Año 1864. El teodolito “Civilizatorio” del Ejército de a poco iba apropiando y distribuyendo las tierras ancestrales. (ver en https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/11._pba_1864.pdf).
La genealogía de la apropiación: los territorios apropiados a favor de los grandes terratenientes en 1860/1890 hoy son los territorios sometidos al extractivismo y la contaminación del agronegocio por los mismos sectores concentrados de la ruralidad agroindustrial.
UNA CONADEP DEL AGRONEGOCIO
Dario Avila, fue el abogado querellante en la emblemática causa del Barrio Ituzaingo Anexo en Córdoba. En el plenario del EPF, antes de partir para su provincia con Ely y Maria, toma la palabra, y deja un llamamiento auspicioso a un encuentro de Pueblos Fumigados en Cordoba para el año 2024. “Es un año especial para la lucha contra el agronegocio en Córdoba, se cumplen 20 años de la primera denuncia penal contra los fumigadores que luego derivó en la sentencia que consideró por primera vez que fumigar venenos violando la ley es delito. También se cumplen 10 años que Monsanto se tuvo que ir de Cordoba por la lucha popular de Malvinas Argentinas” señala Dario.
Además la propuesta tiene una motivación central que se relaciona con la necesidad de construir colectivamente la denuncia al Estado Argentino ante el Cómite de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales de la ONU, por el incumplimiento del Informe del año 2018 que dicho comite realizó sobre nuestro país, recomendando a las autoridades nacionales tomar medidas precautorias en relación a los agrotóxicos y principalmente el Glifosato.
El plazo se cumple este mes de Octubre de 2023 y es claro que el Estado Argentino no tomó ninguna medida al respecto, todo lo contrario, siguió autorizando nuevos formulados de agrotóxicos y las cantidades esparcidas al ambiente siguieron creciendo en millones de litros anualmente y con ello todas las implicancias sanitarias y ambientales. Tal estado de situación motiva que se deba realizar la denuncia y construirla con los testimonios directos de las víctimas ambientales que viven en los pueblos fumigados y que padecen desde hace más de 25 años los impactos del modelo agroindustrial en sus cuerpos. Una suerte de CONADEP del agronegocio.
“La idea es recopilar testimonios de personas fumigadas de todas las localidades y pueblos de la Argentina, son las victimas ambientales que hoy por hoy son individuos refugiados en sus propios territorios. Apunta Darío Avila que forma parte de la iniciativa colectiva junto a Naturaleza de Derechos y otros abogados y abogadas de Asambleas y organizaciones de Pueblos Fumigados de la Argentina.
“El informe va a permitir que puedan prestar su testimonio directo y llevarlo al Comite DESCA de la ONU. Además la propuesta de trabajo es recopilar toda la información cientifica generada estos 25 años que es muchísima y que el Estado sigue ignorando, esa información dice que este modelo ecocida del agronegocio debe ser abandonado inmediatamente porque viola los derechos humanos y de la naturaleza. Es una propuesta para todas las asambleas del país para trabajar colectivamente desde el llano y que no quede solamente en manos de los abogados y abogadas que acompañamos las luchas” agrega Darío. Luego detalla sobre la posibilidad de contar con las instalaciones de la Universidad Nacional de Córdoba, dándole un marco ideal a la denuncia pública “Contamos con compañeres que tienen su espacio en la Universidad de Cordoba que pueden gestionar un lugar para elaborar y presentar el informe final que recopila saberes y conocimientos en el marco de un Foro de los Pueblos Fumigados de la Argentina, un informe que es necesario realizar que no solo va a servir para esa denuncia ante la ONU sino también para fortalecer las denuncias en todos los territorios provinciales, comunas, municipios y materializar una verdad que es ocultada, silenciada por el Estado y no narrada por los medios de comunicación corporativos” .
UNA UTOPIA COLECTIVA QUE ENCIENDE LUCHAS
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