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Notícies :: antifeixisme
El antifascismo arma que refuerza el estado.
13 mar 2023
Atreverse a hacer una ojeada al mundo antifascista es como hacerse del oficio de limpiar pozos negros, cloacas y lugares similares, es decir: tener que meterse en la mierda hasta las narices. ¡Cuánto se aprendió con el antifascismo! El valor de la mentira de Estado por antonomasia. Siempre fue el Estado y quien gobierna un fabricante de falsedades que enmascara sus intenciones reales, pero el antifascismo logró algo que hasta él parecía imposible: convertir la más enloquecida mentira en una verdad incontrovertible que tenía además el aval de las mentes más preclaras, los poetas más brillantes, los artistas más prestigiosos.
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El antifascismo logró el sueño de todos las dictaduras, la de Franco incluida, que consiste en borrar a sus enemigos no sólo de la vida sino de la historia. Muchos lo intentaron pero él antifascismo lo consiguió. ¿Dónde habría de buscarse la eficacia de ese veneno? En la construcción de un Régimen el antifascista, basado en una ideología que se construyó sobre dos vigas muy sólidas: el miedo y la mentira. Inseparables; cuando van juntas es imposible sustraerse a ellas. El estado antifascista proclama una Constitución considerada la más grande en virtudes o cualidades excelsas.
Pero al mismo tiempo las purgas, los asesinatos políticos, los destierros y el trabajo esclavo se impone como norma dictada arbitrariamente por “los órganos antifascistas”, nombre que acoge al implacable aparato represivo. Los flecos de esas formas políticas basadas en la doble verdad alcanzan hasta la actualidad su mas alto esplendor en EEUU y el gobierno Biden.
Detras del antifascismo no hay más que las necesidades doctrinales de un estado totalitario y corrupto que hoy puede observarse en su grado más alucinante con el gobierno Biden o en su versión más edulcorada de Vladimir Putin. Siempre dominando, el miedo y la violencia para alimentar las guerras.
No hay antifascismo sin fieles, como no hay religión sin creyentes, ni estadista sin lacayos. Con el antifascismo todo es incierto y la mayoría falso, pero demuestra que con las palancas del miedo y de la violencia se puede alcanzar lo imposible. Convertir una sociedad de siervos en una fortaleza inmune a la realidad y dejar un silencio construido de falsedad recóndita e intrasmisible.
(MemoriaAnarquista) La Guerra Civil española ejemplariza el nocivo papel del antifascismo. En la guerra de España la ideología que se impondrá, como supuesta necesidad ineludible, será el antifascismo: el frentismo y la colaboración de clases incluyendo en esto a las cúpulas (no se les puede llamar de otra manera) de la CNT-FAI y los oportunistas del POUM desmarcándose con ello de una política realmente revolucionaria y plegándose al pragmatismo de una política de guerra. La unidad antifascista no es más que el colaboracionismo de clase. El 9 de marzo de 1939 en Madrid. Cipriano Mera, Anarquista al mando de las compañias armadas anarquistas derrota a las tropas antifascistas al servicio del gobierno de negrin ( Decreto de 3 de marzo de 1939 que consagraba todos los puestos de mando militares a la hegemonía del Partido Comunista de España (PCE), para negociar el fin de la guerra con garantías para los antifascistas). Durante una semana los antifascistas en Madrid combatieron con unos 30.000 soldados, que venían automáticamente en gran parte del frente que, en teoría, debían vigilar, mientras en otras zonas aún republicanas las unidades antifascistas no se movían en absoluto. El final de la guerra civil de españa termina con el enfrentamiento entre antifascistas y libertarios con una cifra total de bajas es difícil de cuantificar, pero al menos un millar entre muertos y heridos. El cadáver de Camilo Berneri será el estandarte de uno de los crímenes más evidentes del antifascismo. Los obreros españoles fueron machacados bajo la bandera del antifascismo y en definitiva lucharon (sin ser su deseo) por el triunfo del capitalismo. El proletariado internacional bajo la misma bandera antifascista sólo esbozó los trazos de una solidaridad mediatizada. Este sólo podía respaldar a los obreros españoles mediante acciones de clase dirigidas contra el aparato económico y político del capital. Por eso la ayuda efectiva a la España libertaria únicamente residía en el cambio radical a nivel mundial de las relaciones de clase.
El antifascismo es poco menos que una moda. La falta de análisis, debate y crítica es patente. No se globaliza el problema sino que se trata de atajar sus efectos más palpables (violencia callejera fascista) reproduciendo, en muchos casos, esto mismo (violencia callejera antifascista). Alrededor del antifascismo se crea y recrea una estética pandillera y de escasos contenidos regida por una violencia macarra y estéril. Proliferan grupos, colectivos, plataformas, etc., que tratan de responder a un fenómeno sin analizar sus causas o al menos sin atacar a éstas. <la guerra de ucrania en la actualidad demuestra aquello de que: Más allá hay que situar la patética imagen del mata-nazis como figura folklórica del movimiento que en demasiados casos copia actitudes y esquemas mentales de sus presuntas víctimas, en una clara tendencia militarista que puede llegar a prevalecer e involucrar a todo el movimiento libertario.

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