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El desprecio del anarquismo por la ruralidad. Un error de un coste colosal
15 des 2022
Publicado en el Portal Oaca
Dice José Peirats que “se produjo la paradoja de que siendo Barcelona la capital del anarquismo español, la región agrícola le fuese hostil casi siempre y llegase a crearle un verdadero problema, en especial desde 1936 a 1939”.

“Los anarquistas no conseguimos ganarnos las simpatías de los campesinos”. “No dimos con la fórmula que hubiera podido romper el hielo entre la ciudad y el campo”. “Los anarquistas de Barcelona dejaron siempre descuidado el campo…”.[1]

El que fue redactor del periódico Solidaridad Obrera, miembro voluntario de la columna Durruti, por dos veces secretario general de la CNT y autor de los tres famosos volúmenes de La CNT en la Revolución Española daba en el clavo en su análisis sobre la poca atención, e incluso desprecio, que el anarquismo prestó a la ruralidad. Peirats señala una de las principales carencias del anarquismo de ayer y del anarquismo de hoy.

El anarquismo nace de la Ilustración y del progresismo y por eso muestra un menosprecio hacia lo rural y lo ve como atraso. Un lugar y unas gentes de las que nada se puede aprender, sólo llevarles el anarquismo. Y llevarles un anarquismo en castellano. “La mayor parte de nuestra propaganda -afirma Peirats- se hizo en castellano, despreciando las lenguas vernáculas, y esto hizo que se viera el anarquismo como un producto de importación, algo extranjero”[2].

“Muchas colectividades -dice Peirats- fueron impuestas. Vale decir que no brotaron, en Cataluña al menos, por generación espontánea. Tuvieron que ser impuestas porque carecíamos de elementos anarquistas entre la payesía, entre la ruralidad”[3].

El anarquismo mostró una mentalidad colonial que busca salvar (civilizar) a los indígenas sin los indígenas. El tradicional despotismo ilustrado de la burguesía.

¿Por qué no se formaron guerrillas campesinas en la retaguardia rural del franquismo? Pues porque las gentes de la ruralidad no se sentían identificadas con una II República que había continuado con la expropiación del comunal y la destrucción de la comunidad. La guardia civil había sido durante el Bienio Azañista y durante los seis meses de Frente Popular igual o más represiva que la monarquía. Asesina, torturadora y presidiaria, especialmente con las gentes del campo[4]. Se ha de recordar que Durruti y una parte importante del anarquismo pidió el voto para el Frente Popular y que a partir de 1936 el anarquismo se hará Estado con cuatro ministros.

Continúa José Peirats diciendo que “de haber sabido conquistar, por ejemplo en Cataluña, al campesinado con una propaganda menos demagógica y desenfocada, sin amenazas revolucionarias para sus pequeños intereses [se refiere a las expropiaciones de la legítima pequeña propiedad privada] hubiéramos ganado la guerra. Esto hemos podido comprobarlo -continúa Peirats- durante la época de la posguerra, cuando los campesinos allegados a los Pirineos prestaban muy buenos servicios a los activistas que se aventuraban a a cruzar la frontera, desgraciadamente, siempre con la monomanía de llegar a Barcelona o a los centros urbanos vecinos para llevar allí la lucha contra el franquismo dueño de la Península.”

Salvo anarquistas como Isaac Puente, Federico Urales o Felipe Alaiz que mostraron interés, respeto y aprecio hacia la ruralidad ibérica, en el anarquismo mayoritario hubo un desprecio completo por el mundo rural popular tradicional.

Uno de las mayores desprecios y calumnias contra la ruralidad ibérica ha sido el propagandístico documental Las Hurdes. Tierra sin pan de 1933. Este documental fue enteramente financiado por un famoso anarquista oscense llamado Ramón Acín. Este largometraje de Luis Buñuel es un montaje horrible con actores pagados, cabras despeñadas a la fuerza, burros drogados, enfermos de cretinismo traídos para la ocasión… Todo para “probar” que los rurales eran monstruos semihumanos y justificar la intervención del Estado para civilizarles. Un discurso que encajaba con la ideología progresista urbana.[5]

Seguro que el lector está pensando en que también eran rurales los jornaleros andaluces o los trabajadores agrarios del Aragón oriental que tenía altas afiliaciones a la CNT y potentes movimientos anarquistas. Cierto, pero aquí no estamos hablando del mundo rural ya proletarizado, asalariado, adscrito al latifundio o a polos industriales, sino del mundo rural que estudió Joaquín Costa: un mundo campesino, no proletarizado, comunal, concejil, colectivista, con economías de fuerte autoabastecimiento… Es decir que aquellos proletarios rurales estaban más cerca del sistema moderno que de la sociedad campesina tradicional; una sociedad, esta última, que empezó a desplomarse completamente en 1953 y de la que quedaron restos en zonas como Galicia hasta 1990 en que ya desapareció al completo.

Tampoco es baladí o casual la cuestión de por qué en el horizonte mediterráneo y en especial en la Península Ibérica caló tanto las ideas anarquistas y no tanto las marxistas, existiendo ejemplos de lugares con una industrialización mas avanzada y extensa. Y es que hay una base en la cultura popular ibérica que se reconocía en ciertas premisas del anarquismo. Pero esto, los dirigentes del anarquismo no lo supieron reconocer porque la idea del tiempo y del espacio era evolutiva y lineal, es decir que tenía un desarrollo progresivo que va de peor a mejor necesariamente, y por esta sucesión de cosas, el pasado era horrible, y el futuro tenía que ser por necesidad mucho más libre y “avanzado”. Se sentían modernos, cuando sus principios eran más bien cosa de la tradición popular rural. En esa época se asimilaba la tradición a lo que el Poder del Antiguo Régimen emanaba, es decir, catolicismo. Al carlismo de base le sucedió lo mismo que al anarquismo, cuajó profundamente en amplias clases populares porque nacía del mismo sustrato heredado de las libertades medievales[6].

Las ideas de la Revolución Integral vienen a rescatar el mundo libre de nuestro pasado rural tradicional, que el anarquismo no supo ver ni valorar, y a relanzarlas como fuente de inspiración para un futuro revolucionario. Es necesario solventar esta carencia del anarquismo y poner el foco en el los bienes comunales, en el concejo abierto, en el municipio libre rural, en las comunidades de Villa y Tierra o comunidades de Aldea, en las hacenderas y formas de apoyo mutuo tradicionales, en el derecho consuetudinario, en el mandato imperativo concejil, en el trabajo libre artesanal, en la familia, en la vecindad, en la prevalencia de la aldea frente a la ciudad, en los idiomas vernáculos, en lo positivo de la tradición local, en el bosque y su importancia, en la universalización del trabajo manual, en lo positivo del cristianismo y la diferencia de éste con su manipulador, el catolicismo; en el conocimiento acumulado de las gentes comunes y sus experiencias, en las milicias concejiles…

Muchas veces las contradicciones fácticas se producen por un escaso y mal análisis de la realidad y un peor análisis del pasado. Nos conformamos, equivocadamente, con la historiografía oficial que responde a la necesidad del Poder de controlar nuestra autoconstrucción identitaria e ideológica. Hasta el punto de pelearnos entre los iguales cuando ni nuestras aspiraciones, ni nuestras convicciones, ni nuestros modus operandi son muy distintos.

En definitiva, sin ruralidad no hay revolución que valga. Y la ruralidad no se debe confundir con lo agrario que es sólo una parte. La ruralidad debe ser el todo, sin ciudades, sin Estado, sin capitalismo y sin trabajo asalariado.

María Bueno González y Enrique Bardají Cruz

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Notas

[1] “De mi paso por la vida. Memorias” José Peirats. Editorial Flor del Viento, 2009.

[2] Ibid.

[3] Ibid.

[4] Los datos sobre la represión del Estado republicano a las gentes rurales se pueden consultar en el libro de Félix Rodrigo Mora “Investigación sobre la Segunda República Española 1931-1936”. Editorial Potlach.

[5] Un texto breve que explica de maravilla como Las Hurdes no eran, ni muchísimo menos, lo que anarquistas, izquierdistas y franquistas reflejaban en sus panfletos es el texto de Félix Rodrigo Mora El futuro de la cultura popular. Meditaciones desde Las Hurdes. https://felixrodrigomora.org/el-futuro-de-la-cultura-popular-meditacione/

[6] Nada tiene que ver el carlismo reaccionario de las élites que defendían el absolutismo realista de corte conservador y católico; con el carlismo de las clases populares navarras o del maestrazgo que entendían por tradición la “ley vieja” del derecho consuetudinario de elaboración concejil. De hecho, en realidad, la élite carlista y la élite liberal no tenían unas diferencias sustanciales, ya que solo diferían en el cómo llevar al Estado español a mayores cotas de poder.

Por otra parte, en el frente de Aragón durante la guerra civil se dio una situación paradójica. Por un lado estaban los milicianos anarquistas de base que defendían la asamblea como organismo democrático de toma de decisiones y la colectivización de la tierra; y por otro lado los carlistas de base que defendían el batzarre como órgano de toma de decisiones y el comunal. A pesar de ello, el fanatismo y la intransigencia llevaron a los ríos de sangre.
Mira també:
https://www.portaloaca.com/historia/historialibertaria/el-desprecio-del-anarquismo-por-la-ruralidad-un-error-de-un-coste-colosa

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Comentaris

Re: El desprecio del anarquismo por la ruralidad. Un error de un coste colosal
15 des 2022
"Hay vestigios sobre la tierra de la vida en común como los hay en las almas. Bienes comunales tendrían aún todos los pueblos si, poco a poco, el cacique, amparado por el ministro y por las triquiñuelas a que se prestan las sacrosantas leyes, no los hubieran expropiado. No obstante, bastantes pueblos aún conservan bienes comunales. Sirven para el pasto del ganado y, para el fuego del hogar."

"Las repúblicas municipales de la Edad Media; la federación de los pueblos pequeños contra los grandes, donde residía el tributado, como los montañeses de la provincia de Tarragona contra el arzobispado. Las Comunidades de Castilla, las Germanías de Valencia, los municipios que tenían franquicias y fueros, respondían a un anhelo sentido en la lejanía de las aspiraciones humanas y del apoyo mutuo."

Federico Urales - "Los municipios libres. Ante las puertas de la anarquía"

https://www.portaloaca.com/pensamientolibertario/libros-anarquistas/libr
Re: El desprecio del anarquismo por la ruralidad. Un error de un coste colosal
17 des 2022
Ja ja ja. Ya está metiendo mierda el autoritario de siempre. No hay anarquismo. Hay anarquistas y la mitad de los que conozco viven en el campo. Y no. No despreciamos el campo si acaso lo despreciamos es la mentalidad burguesa como la tuya. O sea de quién ha traído ese texto. Infórmate, ya desde el siglo pasado los anarquistas han organizado comunas, pueblos y zonas entereras en el "campo".

Lo de la revolución integral queda muy bonito en el papel. Pero cuando lo proclama el intelectualillo de pacotilla ese que hace reuniones con los nazis y tu suena a chiste.

No queremos una revolución integral queremos una revolución anarquista o social si la quieres llamar así.

Que manía de estos autoritarios de intentar denigrar a quien no piensa en las tonterías que dicen y que sus papagayos oficiales repiten.

Ya puedes seguir respondiendo a ti mismo con otros nombres como estás haciendo.
Re: El desprecio del anarquismo por la ruralidad. Un error de un coste colosal
17 des 2022
Uuuf!
Menuda reinterpretación histórica, muy en consonancia con las habituales referencias anecdóticas de Félix Rodrigo Mora que, tras el rechazo por parte de grupos y ateneos anarquistas, se dedicó a expulsar "baba tóxica" en contra del anarquismo y lxs anarquistas y no tuvo el menor reparo de hacer charlas con nazis de Toledo, magufos y esotéricos de todo pelaje.

Contrasta lo que dice el texto de María Bueno González y Enrique Bardají Cruz, amparándose en las palabras de Peirats y no en las de Isaac Puente, Federico Urales o Felipe Alaiz entre muchxs otrxs, para concluir que "en el anarquismo mayoritario hubo un desprecio completo por el mundo rural popular tradicional". Como podréis comprobar, además, la voz de la mujer, pese a la autora, aparece completamente silenciada, invisibilizada y ausente en esa idea de mundo rural "tradicional" que proponen.

No es nada sorprendente que aferrándose a palabras de Félix Rodrigo Mora, se arremeta contra Buñuel o anarquistas como Ramón Acín y el documental de Las Hurdes (1), más allá de esos recursos manipulatorios de la filmación, afirmando que fue realizado "para “probar” que los rurales eran monstruos semihumanos y justificar la intervención del Estado para civilizarles..." Es decir, no se trataba de una denuncia sobre el abandono y el trato miserablemente asistencial del Estado a la ruralidad de muchas partes del país, sino que aseguran que es un ataque en contra de ella.

Lo más contradictorio es que la autora y autor del texto, sean tan acríticamente ciegxs y consideren respetuosa la opinión de Félix Rodrigo Mora, cuando en el escrito que ponen como referencia, dice lo siguiente sobre las personas de Las Hurdes: "se nota que la mayor parte de las gentes de hoy no saben divertirse, no saben disfrutar de la fiesta y el jolgorio, al ser sujetos tristes, pasivos, poco sociables, bastante depresivos, asediados por los complejos de inferioridad y con escasa autoestima. O sea, seres nada. El ser nada es planetario, está en todas partes dado que hoy ya no hay paraísos escondidos ni espacios ancestrales". ¿Qué intervención es la que está justificando aquí Félix Rodrigo Mora? ¿No es Rodrigo Mora quien muestra a lxs rurales de Las Hurdes como "monstruos semihumanos" lobotomizadxs?

Otra opinión "interesante" es esa diferencias dentro del carlismo, en la que reconocen un "carlismo malo", el de las élites, y un "carlismo bueno" y referente, el de las clases populares que, por lo que parece, debían ser menos católicas.

Otra afirmación sin más sostén que sus propias opiniones es que "el anarquismo mostró una mentalidad colonial que busca salvar (civilizar) a los indígenas sin los indígenas. El tradicional despotismo ilustrado de la burguesía". ¿A quiénes intentan salvar María Bueno González, Enrique Bardají Cruz y Félix Rodrigo Mora?

La idea en la que se sustenta el "concejo abierto", no es una invención del mundo rural de la Edad Media, ni tampoco su práctica es garantía de nada. El concejo abierto era una asamblea de vecinos de un municipio, en donde se tomaban decisiones o resolvían disputas, reunidos en la plaza del pueblo tras el toque de campana.

Hay que destacar que términos como "cittadino", "bourgeois", "citizen"..., podían traducirse en castellano como "vecino" y que era esa "vecindad" la que permitía al vecino participar en el concejo. Pero hay que prestar atención a lo que no explican María Bueno González, Enrique Bardají Cruz o Félix Rodrigo Mora, y es que el vecino era "un varón adulto, jefe de familia y propietario"(2).

Pero eso no es todo lo que no dicen. Pizarro, el invasor colonizador, convocó un concejo abierto en la fundación de Lima (3) y eso sucedió también en muchas latitudes americanas, tanto en sus procesos de colonización, como en los de independencia de la corona española.

El concejo abierto se ha mantenido porque también ha sido instrumentalizado por el poder y es por ello que aún aparece recogido en La Constitución Española de 1978, con una ley de 1985 en la que se reconocía como un "régimen de gobierno y administración". Esta ley fue reformada en el 2011, tras la que, los consejos abiertos, pasaban a ser gobernados por concejos cerrados de candidatos de partidos políticos, salvo si los vecinos acordaban por unanimidad, seguir funcionando como concejo abierto.

La mayoría de promotores de "la revolución integral", con sus propuestas de concejos abiertos, no vieron con buenos ojos experiencias como las del 15M y desvirtúan otras como las colectivizaciones, aferrándose únicamente a los ejemplos en las que fueron forzadas. A veces el sentimiento de propiedad, lxs delata, aunque suelen intentar enmascararlo bajo la "libertad".

NOTAS
(1) Las Hurdes, tierra sin pan
https://es.wikipedia.org/wiki/Las_Hurdes,_tierra_sin_pan

(2) Carzolio, M. I., “En los orígenes de la ciudadanía en Castilla. La identidad política del vecino durante los siglos XVI y XVII”, Hispania, LXII/2, num. 211 (2002); Herzog, Tamar, Vecinos y Extranjeros. Hacerse Español en la Edad Moderna, Alianza, Madrid, 2006 (2003).

(2) Cogollos Amaya, S.; Ramírez León, J., “Perspectiva histórica del Cabildo Abierto. Una forma de participación ciudadana”, Historia Política e Institucional, Memoria y Sociedad. Revista del Departamento de Historia y Geografía Pontificia Universidad Javeriana, Vol. 8 nº 16, enero-junio de 2004, Bogotá D.C., Colombia; Tapia, F. X., Cabildo Abierto Colonial, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1965.
Re: El desprecio del anarquismo por la ruralidad. Un error de un coste colosal
18 des 2022
Estos son los que desprecian a la "ruralidad", no los anarquistas.

<b>Los empleos precarios en el rural terminan por quemarlo</b>

En el entorno rural, a su gente, cada día que pasa, se le hace más difícil satisfacer sus diferentes necesidades y tener un correcto bienestar. Porque las políticas económicas aplicadas sobre el estado español no han sido equitativas, y poco a poco, han forzado al personal a su huida hacia la ciudad y al vaciado de estas zonas y de sus pueblos. Estas personas tienen diferentes problemas de todo índole, no siendo difíciles de englobar, pero podemos resaltar algunas de las muchas que existen. Así es que los individuos que residen en estos núcleos, para su desplazamiento entre pueblos y ciudad próxima tienen un deficitario transporte de comunicación; también es costoso para ellos la realización de actividades de producción, ya sea por cuenta propia o ya sea, las diferentes ofertas de empleo que se les oferta.

Asimismo, vamos a tratar de mostrar algunos de estos problemas que acontecen en el entorno rural, pero resaltándolos desde hechos e imágenes mostradas en los diferentes incendios forestales, ocurridos estos días pasados, y que han sido foco de atención en los medios de comunicación y lugar de pábulo de los mandatarios de turno.

La extensión quemada y la mayor parte de los terrenos del Alto Palancia* son montañas abruptas con barrancos espesos y de difícil acceso. Estas montañas son muy inclinadas y desniveladas, en tiempos pasados los paisanos mediante trabajo manual, los salvaron construyendo estrechos bancales donde cultivaban sus olivos y almendros. El caso es que ahora ya nadie practica este cultivo y quedan abandonados al capricho de la naturaleza, y al presente en estos terrenos está lleno de pinos, coscojas, aliagas. Todo un entramado de madera y leña que forma una tupida y espesa capa, que cuando llegan las llamas son de rápida combustión. Y esto es justo lo que ocurre en el Alto Palancia, el abandono del campo por el despoblamiento, y donde ya no existe regeneración poblacional. Creo ser esta circunstancia, una particularidad en esa zona rural de la península, apodada Vaciada.

Las brigadas forestales están formadas por personal de diferentes grupos de trabajo, entre todos los grupos que han participado, sólo uno de ellos, en su mayor parte son personas que viven en el pueblo, es donde desarrollan su actividad y vida, son los operativos de Tragsa o empresa similar. El operario de esta empresa no sólo tiene un salario, sino que también realiza otras actividades en su tiempo de ocio, que al final le reportar un beneficio, no muy pudiente; y aporta economía al pueblo donde vive. En este tiempo que hemos llamado de ocio, puede practicar el autoconsumo, ya sea cultivando hortalizas, cosechando almendras, aceite de los olivos, trabajando las tierras; también puede participar en el comercio local de compraventa (práctica difícil de llevar a cabo por trabas burocráticas); e incluso realizar trabajos artesanos o manuales. Todas estas actitudes terminan por aportar un beneficio al pueblo y a su comarca.

Otro de los grupos de operarios dentro de las brigadas forestales y que son muy alabados y aplaudidos por las masas, es la Unidad Militar de Emergencias (UME). Es un cuerpo de militares creados en 2005, que año tras año su número de huestes van en aumento. También, la adquisición de sus aparatos de extinción en los presupuestos del estado, cada año es mayor. Estos soldados, la mayor parte son habitantes de la ciudad, sin ningún apego al rural, solo lo conocen en sus maniobras militares y en sus vacaciones familiares. Es este uno de los cuerpos de forestales que tienen un convenio laboral que goza de una amplia diferencia salarial frente a los citados operarios de Tragsa. Por ello, destacamos que el operario de Tragsa tiene un sueldo la mitad que un soldado de UME además de que las condiciones laborales son muy precarias, con contratos intermitentes y de cortos periodos de tiempo. Es esta una diferencia a destacar y una parte muy importante sobre la economía y sociedad del rural que repercute sobre los salarios, es decir sobre la despoblación; y termina de afectar indirectamente en los incendios.

Dentro de este grupo de operarios de "contratos laborales reglamentados”, donde no están incluidos los contratados por Tragsa, y tienen contratos similares a las condiciones de los militares UME, podemos citar a la Guardia Civil, Guardia Local y toda esa tropa de técnicos que analizan el incendio desde detrás del fuego, todos con buenos salarios y la mayor parte vive fuera del ámbito rural.

Alguno dirá que falta otro de los operarios que también están junto a las llamas del fuego, es el cuerpo de bomberos, es otro de los grupos muy queridos por las gentes. Estos operarios tienen un convenio laboral reglado y son personas que viven en el territorio rural. Pero observando el listado de sedes o centros de trabajo en la provincia de Castellón, es de donde escribimos y creemos que la situación será parecida al resto de la península. De las varias sedes de bomberos de la provincia, menos de la mitad están en el entorno rural, y además son las sedes donde hay menos contratos. Con ello concluimos que los contratos ofrecidos por el Estado y sus empresas, en nada mejoran la estancia en los pueblos.

Otra oferta salarial, viene a raíz de las ayudas Next Generations ofrecidas por unión europea a sus estados para la inversión en generadores de energía verde, se opta de nuevo para la instalación de grandes granjas eólicas a las afueras de la ciudad, en los términos de los pueblos casi despoblados. Y como es costumbre en estos políticos del engaño, con la promesa de crear puestos de trabajo y repoblar la Vaciadas. Al final estas redes están conectadas a un núcleo central tecnológico e instalado en la urbe desde donde se maniobra todo. Y los puestos de trabajo prometidos se quedan en algo burlesco. Remitiéndonos de nuevo a los diferentes incendios forestales, alguna turbina se ha quemado, hemos visto que se ha puesto énfasis en su coste de reposición de otro nuevo generador, y no se ha citado, la pérdida de empleos, simplemente porque no los hay. Aquí, citar una muestra derechazo sobre estos macroproyectos que se está luchando en la población de Ojos Negros (Teruel), a los que les damos todo nuestro apoyo.

El suceso más trágico y relevante ocurrido, es el tren regional destino Valencia-Zaragoza que fue intimidado por las llamas a la altura de Toras. En dicho suceso, quedó patentado la pobreza que existe sobre dicho medio de transporte, al no ser informado del incendio que estaba cerca de su trayecto. Por un lado, tenemos el agravio desde su centro de control, desde su empresa, que no fue avisado, y de otro lado, tampoco lo fue, desde el centro de control de mando del incendio. Cualquier vecino te confirmará que su medio de transporte es el privado o compartido, con algún vecino porque el transporte de tren, tanto el regional como el de cercanías cumple la irregularidad de horarios, además de unos horarios muy difíciles de compaginar, y en ocasiones puede acarrear el retraso de más de una media hora, en un recorrido de algo más de una hora.

Al final la empresa política de la democracia no le sale rentable invertir en puestos de trabajo en el rural porque ya no hay votos, los han forzado ir a la ciudad. Es el campo y el monte, lejos de la ciudad, es el lugar de instalar las tecnologías que hacen que funcione la ciudad y es su vertedero de residuos. Para estos gestores del Estado, solo se trata de continuar ocupando el puesto de decisión política de territorio. Y ahora, las urnas están en los barrios, a un paso de la sede del partido. Terminar afirmando que los incendios no se apagan con lamentos sino con el consumo local y potenciando la producción de los terrenos de todos los pueblos de la España Vaciada.

NOTA
* La comarca del Alto Palancia es de donde escribimos. A la que pertenece la población de Bejis, donde se originó unos de los grandes incendios forestales que calcinó 20.000 hectáreas; 716.229€ el valor de las pérdidas agrícolas; y la Generalitat valenciana malgastó 80.000 €.

https://www.alasbarricadas.org/noticias/node/49818
Sindicat Terrassa