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No vamos a inventar la sopa de ajo: Sobre los alquimistas libertarios, la búsqueda de la piedra filosofal del anarquismo y José Peirats
15 mai 2022
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No vamos a inventar la sopa de ajo: Sobre los alquimistas libertarios, la búsqueda de la piedra filosofal del anarquismo y José Peirats
Hace ya bastante tiempo, que oigo a algunos compañeros del movimiento libertario (concretamente a los que adhieren al llamado especifismo) una crítica insistente (para mi hipercrítica más que autocrítica) en lo mal que hacemos las cosas como anarquistas, que somos unos torpes y que así no saldremos nunca del gueto. Y es harto sorprendente, al menos para mí, como se quieren reducir todos los problemas del movimiento libertario a la supuesta falta de una “teoría” o “estrategia” correcta. Esto me parece abstraerse de la relación dialéctica que mantenemos con un tipo de sociedad concreta que, hoy por hoy, si bien no imposibilita, si nos dificulta, en mayor medida que a otros movimientos sociopolíticos, nuestro desarrollo como proyecto revolucionario. Concretamente me refiero a cierta tendencia a querer imitar o a tener como referente la estructura organizativa de la izquierda independentista catalana.

Pero una simple ojeada a varios estudios publicados sobre las características sociológicas de sus principales votantes (mayor cualificación académica que la media, mayores ingresos del núcleo familiar y mayor uso de la sanidad y la educación privada o concertada, por ejemplo) así como el estudio de sus orígenes históricos y desarrollo (aristocracia obrera y círculos estudiantiles, básicamente) nos debería poner en guardia ante aquellos compañeros que, cual alquimistas del medioevo, parecen haber descubierto la piedra filosofal que convertirá el común anarquismo en el áureo proyecto revolucionario que debería ser: una versión libertaria de un movimiento que, con todas las contradicciones y peros que se quieran, actúa como el último peldaño del sistema de dominación en Cataluña.

Si algo caracterizó históricamente al anarquismo en nuestro país es el de ser un movimiento formado, fundamentalmente, por obreros autodidactas que, sacándole horas al sueño después de salir del taller o la fábrica, se elevaron a un nivel de conciencia que les permitió años después la enorme gesta colectivizadora del 36. Experiencia frustrada por la penetración del chantaje de la ideología interclasista del antifascismo democrático que permeó en los Comités superiores de la CNT-FAI y que no representaba más que el triunfo de la pequeña burguesía republicana sobre los obreros anarcosindicalistas: y no tanto, a mi parecer, la inexistencia de una “teoría” o “estrategia” revolucionaria, como dice Agustín Guillamón en Los Amigos de Durruti, pues esta ya había tenido un incipiente desarrollo con la defensa de la “dictadura de los sindicatos” y el “ejército revolucionario” por parte del grupo “Los Solidarios” posteriormente “Nosotros”.

La alienación actual de la clase trabajadora más precaria (a través de lo que la Escuela de Frankfurt llamó Industria Cultural) no debería producir ese radical viraje de prioridad (que no representa más que una postura derrotista) del movimiento libertario hacia el regazo más cómodo del estudiantado universitario y la clase media asalariada que, en el fondo, representa querer imitar la estructura organizativa de la izquierda independentista. Para nada quiero decir con esto que haya que obviar estos sujetos sociales, pero no debemos tentarnos por las mayores facilidades de difusión de las ideas y permeabilidad del discurso contestatario en sectores caracterizados, desde siempre, por su mayor capital cultural y politización: pues esto no es más que un reflejo de que están sistémicamente en posiciones más favorables de partida. En consecuencia, no debe olvidarse que su carácter más o menos revolucionario no es autónomo sino dependiente de las convulsiones sociales generadas por el malestar de la clase obrera (para quién no lo crea solo hay que indicar lo rápido que se ha sumado a ser la vanguardia juvenil de la mamarrachada del procés).

Las propuestas de organización social y política, entonces, para nada son independientes de nuestras prioridades de incidencia en la estructura social ¿O es que acaso no hubo una relación directa entre el viraje electoralista de un sector del movimiento libertario chileno, con su apoyo de la apuesta de “Todos a la Moneda”, y el hecho de que, desde siempre, su principal apuesta organizativa fuera estudiantil? En el año 1938, el militante anarquista y confederal José Peirats publicó el folleto Los intelectuales en la revolución (mutilado por la censura que ya imperaba, por entonces, a las ideas críticas dentro del anarquismo) donde atribuía a este sujeto social, en consonancia con las sospechas obreristas al intelectualismo propias del alma sindicalista revolucionaria de la CNT, el papel de apagafuegos en todas las hogueras revolucionarias (probablemente tenía en la mente a Montseny y Abad de Santillán defensores de la colaboración con el Estado Republicano).

Frente a esto, Peirats hace una defensa apasionada del heroísmo autodidacta, recordemos sus arduos inicios como periodista en El Boletín del Ladrillero: órgano de prensa de un ramo proletario mirado, en un inicio, con desconfianza por el resto de la clase trabajadora, por su carácter pendenciero, pero que, con mucho esfuerzo por parte de compañeros como él, se encaminó a la conquista de sus derechos. Y si bien las instituciones universitarias se han transformado y masificado en un sentido que serían irreconocibles por el compañero Peirats, aunque haya tendencias regresivas que pretenden volver al punto de partida (intensificadas des del Plan Bolonia), la fuerte penetración de la ideología meritocrática, y su clasismo consecuente, sigue muy presente entre el estudiantado, lo que nos fuerza, a mi entender, a estructurar un movimiento que dé prioridad a la perspectiva de clase que, históricamente en el anarquismo, si bien no está representada en exclusiva por el sindicato si se ha constituido en su principal referente.

Esta perspectiva es totalmente opuesta, entonces, a estructuras donde la anarcosindical se situé en el mismo nivel que la específica, juvenil o estudiantil máxime cuando la primera se constituye, fundamentalmente, en una organización social (aunque con una finalidad política revolucionaria) y las otras se constituyen en estructuras de cuadros. De hecho, ya el pensamiento social y político de José Peirats, en su momento, representó una tercera vía, entre el sindicalismo posibilista de los treintistas y el aventurerismo faista, defendiendo un proyecto anarcosindicalista revolucionario centrado en los sindicatos. Durante la Guerra Civil si bien criticó a los Comités superiores de la CNT-FAI afectados, según él, por una dejación de principios, producto de una auténtica psicosis circunstancialista, a través del periódico Acracia de Lérida o su papel en el Ruta de las Juventudes Libertarias catalanas, no llegó a adherirse a Los Amigos de Durruti de Jaime Balius y Pablo Ruiz.

Según sus mismas palabras por considerarlos de tendencias muy autoritarias y algo bolchevizantes (si bien había colaborado con el primero en un boletín clandestino faista en 1934). Quizás, una mayor confluencia de todos estos sectores críticos del anarquismo pudiera haber dado la vuelta a la tortilla a unos Comités superiores burocratizados y presos del antifascismo pequeño burgués que según Peirats, recordemos, tenía su explicación también en el Caballo de Troya que representaban los bomberos de la intelectualidad de clase media dentro del movimiento libertario. El hecho de que ciertos sectores del anarquismo, hoy en día, vean, en cierta manera, a la izquierda independentista como un proyecto del cual aprender trae del pasado, por las mismas características sociológicas de esta última, este debate hacia el presente con inusitada fuerza.

Alma apátrida


Obras de consulta:

EALHAM, CHRIS Vivir la Anarquía, Vivir la Utopía: José Peirats y la Historia del Anarcosindicalismo Español Alianza Editorial, 2016.

GUILLAMÓN, AGUSTÍN Los Amigos de Durruti: Historia y Antología de Textos Descontrol Editorial, mayo de 2021.

PEIRATS, JOSÉ La CNT en la Revolución Española (Tomos I, II y III). Edición Cali – Colombia A.A. La Cuchilla, 1988.
Mira també:
https://alma-apatrida.blogspot.com/2022/05/no-vamos-inventar-la-sopa-deajo-sobre.html
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Comentaris

Re: No vamos a inventar la sopa de ajo: Sobre los alquimistas libertarios, la búsqueda de la piedra filosofal del anarquismo y José Peirats
16 mai 2022
Ultimamen et veig mes lúcid k mai en els teus raonaments. Ets un krak i
Sindicato Sindicat