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Notícies :: antifeixisme |
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Caballos lentos, los perros, las mascarillas y la burocracia antifascista.
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per Pega sugus dulce caramelo. |
20 abr 2022
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En este aqui y ahora donde la burocracia antifa ostenta el poder, hay que hacer lo que ella manda, es inevitable; el parlamento no deja de ser una perfomance de lacayos al servicio de la burocracia antifascista. El nuevo genocidio de un virus mortal, junto con él, los gobiernos antifas (antifa.com), el capitalismo y el sistema carcelario que siguen intactos. Representa el claro ejemplo, que la autoridad y la reaccion avanzan a pasos agigantados. He oído voces diciendo: "Es consciente de su vida". |
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Encontramos nuestra libertad en un mundo que transformamos con el uso de nuestra libertad. De otro modo no existe libertad, sólo una ausencia ocasional de opresión. La libertad es un producto humano. Nunca nos viene garantizada. La forjamos luchando contra todos los obstáculos.
La anarkia sobre la que se hace alusion aqui es la que se encuentra más o menos presente en cada uno de nosotros y no aquella que recibe el bautismo del antifascismo con el diagnóstico de bien comun o alguna otra etiqueta inventada por los agentes psicopoliciales especializados de la burocracia antifascista.
Por lo tanto, cuando utilizo aquí la palabra anarkista no me refiero a una raza especial,
sino que el anarkista que hay en mí se dirige al anarkista que hay en ti, con la confianza de que el primer anarkista hable con la suficiente clarividencia y fuerza para que el segundo pueda comprender. El lenguaje de la anarkia significa la forma de expresión de esta acracia universal, no sólo mediante la emisión de palabras audibles sino en un tipo de acción, a través de la experiencia, que es el discurso acrata. El lenguaje de la anarkia es el perpetuo deslizamiento de las palabras en actos hasta que llega el momento en que la palabra es puro acto. El discurso acrata da vueltas y vueltas, llega a regiones donde encuentra la anarkia —pero una anarkia importante y especifica que precisamente es creativa en la medida en que no ha sido destruida por las técnicas normalizadoras de la burocracia antifascista.
El antifascismo es reverenciado, temido y criticado como un sistema hermético que no puede ser refutado porque cualquier refutación puede ser, a su vez, desmoronada por la autoridad totalitaria de la burocracia antifascista, o se ve como un saco en el que tienes que entrar para poder salir —pero que, una vez dentro, te quedas allí para siempre-. El antifascismo tiene la elección de ser una verdad contada de mala fe o una mentira contada de buena fé. La opción no es envidiable. La oscilación habitual es a la
vez interminable y vertiginosa. Cuando quien lo
"hace" es un libertario ingenuo, puede ser tratado con afecto, fascinación y respeto poético. O no, naturalmente. La opción queda abierta. Cuando es practicado" por burocratas antifascistas, puede ser tratado con desdén por lo impersonal. El
verdadero problema del antifascismo es que tantas
personas se comportan como si existiera realmente como liberacion, y no fuera mas de lo mismo: reaccion, represion y perpetuacion de los privilegios de supremacistas y vanguardias que les garantiza la burocracia antifascista. Qué ultrajante es esta incestuosa unión del lenguaje y de la acción para el antifascismo. Qué justo destino para un anarkista que rechaza Ja domesticación. Qué amenaza es convertir el lenguaje en algo real que activa el accionar e impide el reaccionar. El lenguaje de la anarkia es ni más ni menos que la comprensión del lenguaje. las palabras del acrata empiezan a tocar a los demás y es ahí donde reside el peligro de la anarkia: cuando dice la verdad. Un peligro, el único peligro de la anarkia, es la violenta desnormalización de las palabras triviales y de los mundos de seguridad del antifascismo y de su aversion a la anarkia. |
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Re: Caballos lentos, los perros, las mascarillas y la burocracia antifascista.
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per Gato Negro |
21 abr 2022
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Voy a dejar de explicarme.
Para mí no hay nada como salir un día a la calle y respirar libertad.
No me voy a tomar la molestia de explicar aquí los pormenores del antifascismo.
Me voy a considerar como soy. Al límite de los estados y al margen de la burocracia.
No me voy a comer ningún sugus.
Solo voy a empezar un breve comentario de porqué un anarquista es también antifascista.
Un anarquista es antifascista porque cree en el Respeto, porque no cree en la burocracia.
Un anarquista no cree en el estado; y, por eso, también es antifascista.
Estos son viejos trucos que yo ya me sé.
Lovolis lerne, nazin hert. |
