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Por una sociedad libre y solidaria
per Federación Anarquista Siciliana	24 mar 2022
La pandemia del Sars-CoV-2, el virus que provoca la enfermedad denominada Covid-19, está provocando un profundo vuelco en nuestras vidas y nuestros hábitos: cese de actividad en diversos sectores económicos, suspensión de clases en los colegios, confinamiento en los hogares (para quienes la tienen). de una parte sustancial de la población mundial. No es casual, por tanto, que hablemos de un acontecimiento trascendental que podría marcar un punto de inflexión en la historia del hombre.
Los estados y los gobiernos reaccionan ante la propagación de la infección de forma a menudo desordenada e improvisada. Está prohibido moverse y moverse libremente con una superposición de decisiones y contraindicaciones inextricables e incluso contradictorias; se brinda apoyo económico a quienes no pueden realizar su trabajo, pero también en este caso la confusión y los retrasos son la norma, mientras que la mayoría de los recursos son prerrogativa de empresas y grandes empresas y al mismo tiempo cientos de miles de familias son abandonadas a sí mismos, sostenidos sólo por una solidaridad generalizada ; el sistema de salud está en serios problemas, desbordado por emergencia y solo con grandes esfuerzos por parte de los trabajadores está tratando de contener la persecución del contagio , sin embargo, el hecho es que Italia tiene una de las tasas de mortalidad por covid más altas del mundo. Guardar el pedido existente La acción más importante de los gobiernos está dirigida a preservar las estructuras económicas y sociales actuales, ya que una crisis tan profunda y generalizada podría hacer tambalearse el orden existente. Por lo tanto, es necesario recurrir al aparato de constricción y propaganda para mantener inalterado el equilibrio social. Sembrar miedo e inseguridad y, al mismo tiempo, vislumbrar una única salida son argumentos indispensables en este camino . Por lo que es fundamental mantener la centralidad del sistema productivo y financiero . el _la actividad económica de las grandes empresas casi nunca se ha detenido, incluso en los momentos más duros de la pandemia se ha seguido produciendo hasta armas ; las bolsas continuaron especulando, los accionistas recibiendo dividendos, la riqueza concentrándose cada vez más en manos de unos pocos, como certifican todas las estadísticas. Para evitar que se encendieran peligrosos focos de revuelta, se intentaba dotar de la mínima vitalidad a una parte de la población en el sufrimiento, la caridad o la solidaridad se ocupaban del resto .. Mientras tanto, la deuda pública italiana ha seguido y sigue aumentando, al final de la emergencia se espera que alcance el 160 % del PIB, mientras que la cuestión de las desigualdades insostenibles se plantea con mucha cautela y en formas de pantomima política. La llegada de la vacuna representó la cuadratura del círculo: el poder y la ciencia pueden hacer frente a cualquier emergencia, por grave que sea, todo puede seguir por el mismo camino. La vuelta a la normalidad , vacunados y felices, puede tener lugar en señal de recuperación económica, crecimiento del PIB, estabilización de las relaciones sociales. El Fondo de Recuperación, el Mes y cualquier otra herramienta de las finanzas públicas para aumentar la inversión y la productividad están ahí para demostrarlo . Paciencia por los muertos. Sin embargo, nada puede ocultar el hecho de que una sociedad que se considera rica, moderna, avanzada, se ha encontrado débil frente a esta dramática situación . Italia se enfrenta : a un sistema de salud colapsado -después de años de hacer todo lo posible para desmantelar la salud pública- ; con un aparato de protección social demasiado débil; con un mundo del trabajo fragmentado y frágil -trabajadores precarios, mal pagados, explotados- expuestos al riesgo de contagio a menudo innecesariamente; con la pobreza generalizada que ha llevado aal borde del hambre cientos de miles de personas. Todo esto, está claro, no desaparecerá con la vacuna ni aunque los fondos de la Recuperación sumen mil millones. Por otro lado, quedó claro cuáles son nuestras necesidades reales e imperativas : tener alimentos suficientes, vivir en solidaridad con las comunidades, aprovechar un sistema de salud amplio y eficaz. Los frutos envenenados de la agresión a la naturaleza Entre las muchas evidencias que la pandemia ha hecho inexpugnables está la grave emergencia climática y ambiental que, en opinión de la gran mayoría de los científicos, ha puesto en marcha procesos irreversibles si no se toman medidas inmediatas y radicales. La pandemia de hoy en sí misma es el fruto envenenado de una agresión sin precedentes contra la naturaleza . Desde hace un tiempo, los científicos advierten del posible peligro de una pandemia: Sars, Mers, las aves de los últimos años nos han hecho correr el riesgo de caer en la oscuridad en la que ahora nos encontramos. Y no se excluye que nuevos patógenos y nuevas pandemias estén surgiendo en horizonte, si no se remedia el saqueo sistemático de recursos y bienes. Si la crisis de la pandemia no es ajena a la crisis ecológica, sino que es la consecuencia directa de ella, las múltiples crisis que nos aquejan desde hace décadas -económica , social, de género, intergeneracional, de equidad , de valores- están todas unidas por una hilo que conduce directamente al sistema de producción de mercado basado en el crecimiento y la acumulación . Incluso la palabra crisis, por lo tanto, aparece reductivo, si consideramos que el uso del poder científico y tecnológico por parte del capitalismo siempre ha constituido una continua agresión contra los seres vivos y el ecosistema entero. Así , el precario bienestar del que goza una minoría de hombres que habitan el planeta tierra es muy poco comparado con todas las guerras, las destrucciones, los sufrimientos que ha causado el modelo occidental. No hace falta hoy una simple reconversión ecológica , sino un cambio de paradigma productivo y social, de una economía basada en la naturaleza ya escala humana, de una sociedad basada en el apoyo mutuo y en el autogobierno. Por un cambio de paradigma productivo y social Una experiencia tan impactante y disruptiva como la que estamos viviendo debería haber cuestionado radicalmente nuestro modelo de desarrollo. Pero no es así , todo el debate público está encaminado a restaurar las condiciones anteriores, las mismas que nos arrojaron a este callejón sin salida y que están poniendo en riesgo el futuro de las generaciones más jóvenes. Simbólicamente, dos temas representan este clima que tiene sabor a restauración: la deuda pública y el patrimonial. En Italia, en particular, estos son dos temas tabú para las clases dominantes -políticos , empresarios , intelectuales-. La deuda pública crecerá de manera inconmensurable para enfrentar la emergencia , el sentido común debería sugerir que en este momento sería conveniente: primero no seguir endeudándose y recaudar los fondos necesarios de recursos internos - tributación de la riqueza acumulada, lucha contra evasión, recorte de gastos innecesarios, empezando por los militares y para grandes obras nocivas, activación de un circuito económico a escala local a través de instrumentos alternativos de intercambio (moneda de cuenta como el sardex, por ejemplo)-; en segundo lugar, distribuir la carga de la deuda para que paguen más los que más tienen , a través de introducción de un capital adecuado o tributación que afecte a las grandes y medianas fortunas; tercero, volver a discutir de una vez por todas la existencia misma de la deuda para lograr su cancelación. Nada de esto está al nivel de la discusión general y cuando se habla de paso es solo para estigmatizar a quienes se han atrevido a pensar que sería adecuado cobrar también a quienes tienen grandes riquezas. Debe sorprender que hoy en Italia no exista un sistema de tributación progresiva efectivo, sino que ocurre exactamente lo contrario: quien lo propone es considerado un subversivo o un soñador incurable. Lo cierto , en cambio, es que la deuda pública acumulada por Italia en los últimos treinta años se ha reembolsado abundantemente con intereses: de los 2.200 billones de deuda, se han pagado 3.300 billones (datos de 2017). A lo largo de la historia siempre se ha dado el caso de que cuando una deuda se vuelve mala o injusta se cancela. Por qué los políticos y los partidos no hacen nada es una pregunta que debemos responder colectivamente. Cuestionando el modelo de crecimiento cuantitativo y la sociedad de mercado Mientras se censura el debate sobre deuda y patrimonio, se da amplio espacio a los temas de reconversión ecológica y digitalización. Si bien no se explicita claramente la conexión entre la pandemia y el medio ambiente, sin embargo ningún gobierno (o casi) hoy niega la existencia de una emergencia ecológica. De ahí la propuesta de medidas que limiten el impacto de las actividades humanas, especialmente en lo que se refiere a las emisiones de CO 2. El green new deal es el lema adoptado en todo el mundo para marcar el compromiso de los gobiernos con la transición ecológica. pero ¿cómo puedes pensar en dar marcha atrás en la cuestión ambiental y hablar de desarrollo sostenible sin cuestionar el modelo de crecimiento cuantitativo y la organización de la sociedad de mercado ? Por poner sólo un ejemplo, se hace mucho hincapié en la importancia de modificar ciertos comportamientos individuales y colectivos, como el consumo excesivo de carne y el uso de medios de transporte privados. No es que estos comportamientos no se puedan cambiar, pero si por un momento imaginamos que en unos meses todos estaríamos consumiendo menos carne o viajando en transporte público, es fácil prever un shock en el sistema actual. Aún así, comer alimentos naturales y orgánicos sería bueno para nuestra salud y la de medio ambiente Pero si no se reorganiza el sistema de producción, distribución, trabajo, incluso el tiempo de vida de las personas, sólo una parte muy pequeña de la población podrá adoptar estos comportamientos virtuosos, con un impacto casi nulo en la salud de la tierra. No basta entonces hablar de reconversión ecológica, esta sociedad no puede reconvertirse en términos ecológicos porque su modelo de desarrollo contrasta con el respeto a la naturaleza (y al hombre). La digitalización, por su parte, se propone como la solución a muchos problemas del correo pero también de la prepandemia, como el futuro imparable de nuestras sociedades , al que el contagio está actuando como acelerador. Por ello, los gobiernos pretenden lanzar intensos programas de informatización. Sin embargo, hay muchas preguntas sin resolver sobre el impacto general de un futuro digital que debería inducir a la cautela y la desconfianza por parte de las poblaciones. Enumeramos algunos de ellos. En primer lugar, una mayor automatización en el mundo laboral actual solo puede implicar más inseguridad y desempleo. En segundo lugar, las redes y los datos están actualmente en manos de algunas grandes multinacionales. Una mayor digitalización en este contexto significa rendirse definitivamente al poder abrumador de los magnates de internet. Estudios de neurociencia más recientes han demostrado que el cerebro de los llamados nativos digitales está cambiando debido a su exposición a la tecnología. Este es un gran problema que requeriría mucha precaución. Además, si para salvar el planeta es necesario ir hacia una territorialización de la producción y de las relaciones, ¿cuál debería ser la utilidad de tal red generalizada y omnipresente? Finalmente, el control de datos a través de sofisticados algoritmos se está convirtiendo cada vez más en una herramienta efectiva de control social por parte de gobiernos y entidades privadas que manipulan comportamientos y orientan opiniones. No esperemos respuestas de los gobiernos Por lo tanto, ninguna respuesta decisiva a la pandemia puede provenir de los gobiernos, con la intención de proteger los privilegios y las jerarquías, perpetuando las estructuras económicas y financieras existentes. No nos dejemos engañar por el aparente y renovado protagonismo de los Estados que han asumido el peso de la respuesta a la pandemia. Este intervencionismo es ahora el resultado de una emergencia y actúa dentro de un marco coherentemente neoliberal. No habrá nuevo reformismo, incluso cuando los gobiernos parezcan asumir una agenda reformista . La era del reformismo, tanto más un reformismo desde alto nivel operado por los gobiernos, incluso en ausencia de un fuerte impulso de la sociedad , se ha desvanecido. El reformismo del siglo XX encontró su razón de ser en la voluntad de integrar a las masas a la sociedad de mercado, de esterilizar su potencial revolucionario; hoy una economía, que en gran medida se alimenta de la especulación financiera, también puede funcionar a pesar de la sociedad, si no en contra de ella. Las tendencias del mercado de valores y la acumulación sin precedentes de riqueza en manos de unos pocos lo demuestran. Después de todo, los gobiernos y el capital siempre han trabajado juntos para crear sociedad.à de la explotación y las desigualdades. Refundar una economía social tendrá que ser tarea de las clases bajas o, si se quiere, de ese 99% que, según la famosa consigna del movimiento Occupy Wall Street, es subyugado por el 1%. Sólo una movilización social fuerte y decidida, que sepa tener claridad de objetivos y autonomía de iniciativa, puede intentar revertir una pendiente que de otro modo parece encaminarse hacia nuevas y más abrumadoras catástrofes . La historia lo ha demostrado ... Pero la historia también ha demostrado abundantemente que una perspectiva anarquista y libertaria es lo que puede conducir a un verdadero punto de inflexión. Las herramientas teóricas y prácticas del anarquismo, implementadas en diversas latitudes por diversos movimientos populares, son las más adecuadas al grado de liberación al que aspira hoy la humanidad. Acción directa, equivalencia medios-fines, socialización y autogestión. Es necesario, como decíamos, tener una idea clara del camino a seguir, la metodología de lucha, la llegada hacia una sociedad liberada. Llamemos a la sociedad del decrecimiento, de la subsistencia, del cuidado, del buen vivir, no es una cuestión nominal, es fundamental que esta sociedad enfrente la emergencia ecológica y concretice cada vez más espacios de libertad y formas de igualdad. Para lograrlo , se debe activar un proceso de toma de decisiones que parta desde abajo a través de asambleas en el barrio, en el campo y en el lugar de trabajo, hasta abarcar cada vez más amplio a nivel regional, nacional e internacional; un proceso que aplica los principios de democracia directa, rotación y revocabilidad de los cargos. Las herramientas privilegiadas para librar luchas cada vez más profundas y decididas deben ser: las huelgas; huelgas inversas a ejemplo de las realizadas por el movimiento campesino después de la Segunda Guerra Mundial o las practicadas por Danilo Dolci; bloqueo de actividades nocivas y dañinas; ocupaciones de las actividades productivas para convertirlas en el bien colectivo. Amplia movilización, reivindicaciones precisas Para empezar, será necesario construir una amplia movilización capaz de mantener su propia autonomía de dirección que ponga en el centro demandas específicas y prefigure una superación de la economía de mercado. He aquí algunas propuestas esquemáticas e inmediatas a poner en marcha: Abordar la emergencia pandémica: ante todo, fortalecer la medicina básica y la atención domiciliaria ; poner a disposición de todos de forma gratuita herramientas de protección individual, exámenes clínicos, tratamientos y tampones; repensar la reorganización del sistema de salud sobre una base territorial, con autonomía de gestión a nivel comunitario y municipal; confiar la gestión de los puntos de avituallamiento a las comunidades y autoridades locales para que puedan aprovechar recursos diversificados, promover formas concretas de solidaridad y prefigurar una reorganización de la economía local en un sentido mutualista. Lanzar una campaña que resulte inmediatamente en una reducción y distribución de la jornada laboral. Apoyar e implementar una agricultura natural, de proximidad y de proximidad, que prohíba los productos y técnicas nocivos (pesticidas, OGM, sobreexplotación del suelo), que no recurra a lógicas industriales y recupere una dimensión de respeto y complementariedad con el medio ambiente y los seres vivos que la habitan. Crear formas de distribución de bienes ligados a un territorio limitado que contrasten la gran distribución organizada y cualquier forma de consumismo. Reurbanizar el territorio y el medio ambiente abordando la degradación hidrogeológica, el consumo de suelo, la contaminación y la prohibición de obras mayores. Operar la gestión colectiva del servicio de agua y saneamiento. Abastecimiento de agua garantizado para todos y capaz de satisfacer incluso las necesidades de una agricultura limpia y compatible; implantación de una recogida selectiva de residuos que tiene como objetivo el reciclaje y la reutilización en el modelo de residuo cero. Crear una movilidad eficaz, segura, interconectada, accesible para cualquier persona y compatible con el bienestar del ecosistema; a tal fin permitir la puesta en valor de los medios ecológicos y la participación colectiva en proyectos de desarrollo y adaptación de los sistemas de movilidad. Oponerse al gasto militar, a las políticas de militarización de los territorios, a la producción y comercio de armas, a la presencia militar en las diversas áreas globales sujetas a las estrategias imperialistas, para destinar los ingentes recursos ahorrados a áreas esenciales y vitales para la población. Liberarnos del mito de la industrialización, del desarrollo y del crecimiento, insostenible para el medio ambiente, para el ser humano, para el futuro de las sociedades. Promover formas de organización asambleístas, horizontales, bajo la bandera de la acción directa y en una perspectiva federalista , para desarrollar un movimiento unitario desde abajo que acoja las experiencias de lucha existentes para atascar el sistema y sentar las bases de un cambio real del presente. Federación Anarquista Siciliana, miembro de las federaciones anarquistas internacionales (Publicado el 1 de febrero de 2021)
Mira també: https://www.sicilialibertaria.it/2021/02/01/per-una-societa-libera-e-solidale/
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