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Anàlisi :: sanitat |
Vacunas: una nueva controversia negada
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per Paz Francés, José R. Loayssa y Ariel Petruccelli |
14 ago 2021
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Insistimos en la necesidad de transparencia y debate sobre qué vacunas y para quién. Hoy día parece necesario aclarar que no somos antivacunas y esperamos que más pronto que tarde dispongamos de vacunas más seguras y eficientes |
Publicado en Naiz [https://naiz.eus], 13 de agosto de 2021.
Autorxs: Paz Francés, José R. Loayssa y Ariel Petruccelli
Insistimos en la necesidad de transparencia y debate sobre qué vacunas y para quién. Hoy día parece necesario aclarar que no somos antivacunas y esperamos que más pronto que tarde dispongamos de vacunas más seguras y eficientes
Si los datos actuales de la pandemia sirven para extraer una conclusión, esta es que no hay razones para ser demasiado optimistas de la efectividad y seguridad de las vacunas contra la covid que se administran en Europa. Para ello solamente bastaría preguntarse por qué este verano en el Estado español la situación de infectados, casos, hospitalizados y muertos es mayor (sin ser dramática) que en el mismo periodo del 2020, cuando en estos momentos el porcentaje de la población vacunada es casi del 60 % y hace un año era 0 %. Se puede aducir que el hecho se explica por la aparición de nuevas variantes, pero entonces habría que demostrar, contra la lógica de la biología evolucionista, que el predominio de las nuevas variantes no tiene relación con la selección natural que pueden propiciar las medidas contra la covid y, especialmente, las vacunas. Nosotros creemos que no hay razones para desechar esa hipótesis relacional. Más bien es necesario considerarla una sospecha fundada, como opinan personas de tanta solvencia en la materia como uno de los creadores de la Técnica del RNA mensajero, el Dr. Richard Malone.
Pero hay otras razones para dudar de que las vacunas sean «la solución a la pandemia» y que no avalan la estrategia vacunal indiscriminada adoptada. La primera es que las vacunas actuales no son inocuas, más bien al contrario. De hecho, todos los sistemas de vigilancia detectan posibles efectos secundarios entre los que se encuentran muertes, con una frecuencia mucho más elevada que con ninguna vacuna previamente comercializada. Asimismo, vemos una efectividad que dista mucho de ser la que proclamaban los gobiernos. La reclamación de una tercera dosis como solución a una respuesta inmunitaria en declive es poco menos que temeraria e irresponsable: una peligrosa huida hacia adelante. En definitiva, las vacunas que se están administrando son menos seguras y menos eficaces de lo que se decía. Los gobiernos, a pesar de todo, siguen insistiendo en que presentan un balance costo/beneficio favorable. Hay voces autorizadas que lo dudan, especialmente en la población de bajo riesgo. Sería imprescindible un debate abierto y plural sobre esta cuestión, pero no parece que haya ninguna intención de promoverlo, como atestiguan las acusaciones de «antivacunas» a aquellos que se limitan a expresar dudas sobre «estas» vacunas.
Sobre los efectos secundarios, más allá de su frecuencia, son intrínsecamente preocupantes: podrían ser la punta de un iceberg que indiquen lesiones subclínicas latentes que puedan tener consecuencias graves en el futuro. Los efectos involucran mecanismos inflamatorios neurológicos y cardiovasculares, así como reacciones autoinmunes. Son efectos que pueden asociarse a características concretas de las vacunas y del proceso de ingeniería genética que se empleó en su fabricación. No hay que olvidar que las vacunas contienen compuestos alérgenos como el PEG (polyethyleno glycol), modificaciones genéticas en la secuencia original del virus destinadas a hacerlo más similar al RNA mensajero humano y una cubierta lipídica, diseñada también para que simulara los exosomas naturales, con unos lípidos ionizables que pueden inducir una potente respuesta inflamatoria en animales.
Todas esas circunstancias deberían llevar a ser prudentes y a extremar precauciones. Y se requiere ante todo transparencia en la información. Por el contrario, estamos asistiendo a una campaña de vacunación que no respeta una decisión libre e informada. La desinformación, la presión e incluso la coerción tienen una presencia innegable para todas aquellas personas que no quieren cerrar los ojos a estas evidencias. Además, la presión está creciendo conforme aparecen datos del fracaso de las vacunas para responder a las expectativas. Se chantajea a los jóvenes culpándoles del aumento de los contagios, cuando parece que los vacunados participan activamente en la transmisión. Personas vacunadas con «privilegios» no justificados por su papel epidemiológico, como forma de animar a las renuentes a la vacunación. Si las personas vacunadas se contagian y contagian, no es razonable pensar que controlar la pandemia implica aumentar el porcentaje de vacunados, sobre todo cuando los beneficios de la vacuna en términos de disminución del riesgo de enfermedad grave y muerte no están establecidos y pueden –como en el caso del riesgo de contagio– ser mucho menores de lo que se sigue afirmando. Incluso no se puede descartar la posibilidad, que en estos momentos es una hipótesis no probada pero plausible, que asistamos a casos en los que los anticuerpos de la vacuna aumenten la severidad de la infección (enfermedad potenciada por anticuerpos -ADE).
Insistimos en la necesidad de transparencia y debate sobre qué vacunas y para quién. Hoy día parece necesario aclarar que no somos antivacunas y esperamos que más pronto que tarde dispongamos de vacunas más seguras y eficientes. Mientras tanto, opinamos que, en su caso, se debería limitar a vacunar a la población de alto riesgo en las que el balance costo/beneficio tiene más posibilidades de ser favorable.
No vamos a extendernos en otras implicaciones político-ideológicas de la veneración ciega por las vacunas, tras las cuales hallamos características típicas del pensamiento capitalista neo-liberal, como por ejemplo el «solucionismo tecnológico»: no importa que problema causemos o enfrentemos, siempre habrá una solución técnico-cientifista. Una concepción que se relaciona directamente con la ingenua visión de la ciencia como neutral y carente de ideología, y con la idea del «progreso» entendido como dominación de la naturaleza. Pero, como dice Alfredo Apilanez citando a un pionero del ecologismo social, «La dominación de la naturaleza por el hombre se deriva de la dominación real de lo humano por lo humano». |
Mira també:
https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/vacunas-una-nueva-controversia-negada |
![](https://barcelona.indymedia.org/images/licenses/norights.gif) This work is in the public domain |
Comentaris
¿Es el VIH al SIDA lo que el SARS-CoV-2 es al COVID?
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per Torsten Engelbrecht, Dr. Kelly Brogan, Dr. Andrew Kaufman, Magdalene Taylor |
16 ago 2021
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hiv-aids.pdf (901,88 KiB) |
¿Es el VIH al SIDA lo que el SARS-CoV-2 es al COVID?
por Torsten Engelbrecht, Kelly Brogan MD, Andrew Kaufman MD, Magdalene Taylor
"La idea de que ciertos microbios -sobre todo hongos, bacterias y virus- son nuestros grandes adversarios en la batalla, causantes de ciertas enfermedades que deben ser combatidas con bombas químicas especiales, se ha enterrado profundamente en la conciencia colectiva. Pero un repaso a la historia revela que el mundo occidental sólo ha estado dominado por el dogma médico de "una enfermedad, una causa, una píldora milagrosa" desde finales del siglo XIX, con la aparición de la industria farmacéutica. Antes de eso, teníamos una mentalidad muy diferente, e incluso hoy en día, todavía hay rastros en todas partes de esta conciencia diferente."
- extracto del libro "Virus Mania" de Engelbrecht et al
Introducción
IMAGINA UN ENEMIGO QUE ES INVISIBLE, como un fantasma o un demonio, excepto para aquellos que tienen poderes visionarios especiales. Acecha en lugares insospechados, convirtiendo a cada persona y cada lugar en una amenaza potencial. Una vez que se afianza, no hay forma de detenerlo sin la ayuda de un arsenal de poderosos venenos proporcionados por los protectores en que confiamos, que tienen práctica en este tipo de exorcismos y saben que su trabajo provoca inevitablemente algunos daños colaterales. Es un sacrificio necesario para exterminar al enemigo. Todos se inclinan ante aquellos que podrían protegernos de esta toma de posesión demoníaca. No hay sacrificio demasiado grande si promete salvarnos de tal posesión.
¿Y si le dijéramos que hay tanta evidencia de que los gérmenes causan (o son la causa principal de) la enfermedad como de que hay una posesión demoníaca con entidades invisibles que nos hacen toser, purgarse y desperdiciar? ¿Y si nuestra creencia colectiva en el contagio, la infección y las precauciones, prevenciones y tratamientos asociados es en realidad un sistema de creencias que ha sido aprovechado durante un siglo al servicio del control de la población e incluso de la despoblación?
Afirmamos que la noción de que el virus SARS-CoV-2 es el causante del "COVID" es una recapitulación del golpe de estado internacional de las enfermedades infecciosas que se impuso en la década de 1980, a saber, que el VIH causa el SIDA. El objetivo aquí es presentar nuestros hallazgos para proponer que el SIDA fue un ensayo general para el actual aprisionamiento de los ciudadanos de todo el mundo utilizando la narrativa dominante de la COVID.
Pero retrocedamos para confirmar que nuestras definiciones están bien aclaradas.
¿En qué consiste exactamente la teoría consensuada de la infección y el contagio, también conocida como teoría de los gérmenes?
La teoría de los gérmenes postula que los microbios -incluidos los fragmentos inmóviles de material genético envuelto denominados virus- causan enfermedades a través de la exposición, la invasión del cuerpo y la replicación, lo que en última instancia conduce a la enfermedad, la discapacidad y la muerte. Parece obvio, ¿verdad? Esta teoría también resulta ser la base del sistema médico alopático occidental y la justificación para las medidas de salud pública impuestas en violación de la soberanía corporal (por ejemplo, la vacunación obligatoria a cambio de "privilegios" que en realidad pueden ser derechos inalienables). Pero, ¿y si la teoría de los gérmenes y las premisas asociadas con ella representan una comprensión incompleta (¡o completamente errónea!)? ¿Y si la validación fundacional por parte del establishment de la teoría de los gérmenes, llamada postulados de Koch, nunca ha sido cumplida por un solo supuesto agente infeccioso? Los postulados de Koch establecen esencialmente que un microbio debe ser aislado y purificado de una persona enferma y luego utilizado para causar los mismos síntomas cuando se lo introduce en otro huésped. Además, este microbio debe encontrarse en personas sintomáticas y no en personas sin síntomas de enfermedad. Dada la falta de validación de los postulados de Koch, la teoría de los gérmenes exige una mayor investigación.
Pero este tipo de investigación no está permitida porque todavía no hemos reconocido que la medicina, en sí misma, es un sistema de creencias. Muchos han creído, por ejemplo, que existe un desequilibrio químico que causa la enfermedad mental y que este desequilibrio debe ser tratado con medicamentos de por vida. Estas creencias colocan a los creyentes en una posición de impotencia frente a una fuerza mayor que no pueden igualar, sino que sólo pueden mitigar. Estas creencias nos mantienen como víctimas dependientes, impotentes ante nuestros problemas. Nos mantienen luchando en una guerra que en realidad nunca se puede ganar porque ¡estamos dando poder al aparente enemigo a través de nuestra creencia de que este enemigo tiene poder sobre nosotros!. La creencia en que los gérmenes se propagan y causan enfermedades es lo que nos permite, como colectivo, permanecer en la psicología infantil de la lucha contra el enemigo malo que buscamos vencer algún día con la ayuda del padre que siempre esperamos que nos proteja. Es el pensamiento de supervivencia en blanco y negro lo que nos mantiene atascados, con miedo y dependientes de un sistema que nos dice qué personas son seguras y cuáles no, e incluso nos invita a vigilarnos a nosotros mismos y a los demás en nombre de la seguridad. También es lo que nos lleva a deshumanizarnos y cosificarnos unos a otros, envueltos en la ilusión de que, de alguna manera, estamos hechos de una bondad totalmente diferente a la de aquellos a quienes juzgamos. Puede que te parezca que estos son hechos, no creencias, pero así es como se sienten todas las creencias hasta que reconocemos que tenemos la opción de vivir según ellas... o de pensar de forma diferente. |
Mira també:
https://s3.amazonaws.com/kajabi-storefronts-production/sites/53102/downloads/0Fl6sg7RNqmqBNZlUwsw_COVID_HIV.pdf?utm_campaign=So https://publicar.argentina.indymedia.org/wp-content/uploads/2021/08/hiv-aids.pdf#scrollbar=1&toolbar=1 |
Re: Vacunas: una nueva controversia negada
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per Zzzz |
19 ago 2021
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Fuera propaganda de la izquierda abertzale de indymedia, fuera prensa burguesa de indymedia. Mi dosis de vacuna segura y eficiente que se la clave en el culo la sanguijuela reaccionaria que dirije naíz, y Gara, se la regalo todita al bastardo de Otegi... |
Re: Vacunas: una nueva controversia negada
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per Zzzz |
19 ago 2021
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Fuera propaganda de la izquierda abertzale de indymedia, fuera prensa burguesa de indymedia. Mi dosis de vacuna segura y eficiente que se la clave en el culo la sanguijuela reaccionaria que dirije naíz, y Gara, se la regalo todita al bastardo de Otegi... |
Re: Vacunas: una nueva controversia negada
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per Zzzz |
19 ago 2021
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Fuera propaganda de la izquierda abertzale de indymedia, fuera prensa burguesa de indymedia. Mi dosis de vacuna segura y eficiente que se la clave en el culo la sanguijuela reaccionaria que dirije naíz, y Gara, se la regalo todita al bastardo de Otegi... |
Re: Vacunas: una nueva controversia negada
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per Zzzz |
19 ago 2021
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Fuera propaganda de la izquierda abertzale de indymedia, fuera prensa burguesa de indymedia. Mi dosis de vacuna segura y eficiente que se la clave en el culo la sanguijuela reaccionaria que dirije naíz, y Gara, se la regalo todita al bastardo de Otegi... |
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