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Notícies :: pobles i cultures vs poder i estats
Ninguna conducta, ni nigún comportamiento impropio puede ser una enfermedad.
04 jun 2021
La psiquiatría practica la esclavitud. Forzar a alguien a ser hospitalizado o tratado contra su voluntad es esclavitud y todos somos y debemos ser libres en tanto no hayamos arrebatado antes la libertad a alguien. La hospitalización involuntaria es un crimen contra la humanidad.
“Si hablas con Dios, estás rezando; si Dios te habla, entonces tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres espiritista; si le hablas a los muertos, eres un esquizofrénico. https://youtu.be/SvITgs6e9lU
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La psiquiatría es una tarea moral y social. El psiquiatra se ocupa de los problemas de conducta humanos. Se ve llevado, entonces, a situaciones de conflicto, a menudo entre el individuo y el grupo. Si queremos entender la psiquiatría, no podemos apartar los ojos de este dilema: tenemos que saber a favor de qué bando se pone el psiquiatra, si a favor del individuo o a favor del grupo. Quienes postulan la ideología de la salud mental describen el problema en otros términos. Al no colocar el acento en en forma explícita como agentes del individuo o del grupo. Prefieren considerar que promueven la «salud mental», en vez de promover los intereses de uno u otro bando o valor moral. El concepto de enfermedad mental traiciona el sentido común y la concepción ética del ser humano. Sin lugar a dudas, cada vez que hablamos de un concepto de ser humano, nuestro problema inicial tiene que ver con una definición y una filosofía: ¿qué entendemos por ser humano? Siguiendo la tradición del individualismo y el racionalismo un ser humano es una persona en la
medida en que hace elecciones libres, no sometidas a coacción. Todo lo que aumenta su libertad, aumenta su humanidad; todo lo que disminuye su libertad, disminuye su humanidad.
La libertad, independencia y responsabilidad progresivas llevan a convertirse en un ser humano; el sometimiento, la dependencia y la irresponsabilidad progresivas, a convertirse en una cosa. Hoy resulta irrefutablemente claro que, pese a sus orígenes y a sus propósitos, el concepto de enfermedad mental contribuye a esclavizar al ser humano, al permitir—en verdad, al exigir— que un hombre imponga su voluntad sobre otro.
Hemos visto que los abastecedores de cuidados para los pacientes mentales, en especial cuando esos cuidados son, proporcionados por el gobierno, son en realidad los abastecedores de los intereses morales y socioeconómicos del Estado. Esto no puede sorprendernos. ¿Qué otros intereses podrían representar? Por cierto no los del llamado «paciente», cuyos intereses son con frecuencia antagónicos a los del Estado. De este modo, la psiquiatría —ahora presuntuosamente denominada «psiquiatría comunitaria»— se trasforma, en gran medida, en un instrumento para controlar al individuo.
En una sociedad de masas, lo mejor para ello es reconocer la existencia del individuo sólo en su carácter de miembro de un grupo, nunca como individuo. Cuando desde el movimiento libertario la ideología del totalitarismo es promovida
bajo la forma de fascismo o antifascismo, se la rechaza de plano; pero cuando esa misma ideología es promovida bajo la apariencia de una atención para la salud mental, se la abraza calurosamente. Parece posible, entonces, que la ética de la salud mental logre uniformar en el totalitarismo a la sociedad libertaria después del fracaso en tal sentido del fascismo y el antifascismo.

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Comentaris

Re: Ninguna conducta, ni nigún comportamiento impropio puede ser una enfermedad.
04 jun 2021
Un pacient curat és un client perdut.
Sindicat Terrassa