Una Carta
Abierta a Todos los Padres Canadienses: ¿Dará su Consentimiento
Informado para que Su Hijo reciba la Inyección del Covid-19?
Ayuntamiento de Toronto, 23
de mayo de 2021: helado gratis para los mayores de 12 años que
acepten ser inyectados
Estimado
Padre Canadiense,
Con el
reciente anuncio del Ministerio de Salud de Canadá en mayo de 2021
de que los niños de 12 años o más han sido autorizados a recibir
la vacuna "contra" el Covid-19, ahora usted se enfrenta a
una decisión de gran trascendencia: consentir o no que su hijo/a
reciba esta inyección.
Y, creo que estarán de
acuerdo, esta decisión no puede justificarse como una simple
continuación del calendario regular de vacunas infantiles, por
varias razones:
Este
producto no es realmente una "vacuna", porque por
definición las vacunas utilizan el virus real (muerto o debilitado)
para estimular la producción de anticuerpos que combatirán futuras
infecciones. Este producto es en realidad un manipulador
experimental de genes de ARNm, en el sentido de que obliga a
nuestras células a producir una nueva proteína para desencadenar
una respuesta inmunitaria que, supuestamente, hará que nuestro
cuerpo produzca anticuerpos que supuestamente nos protegerán de
este virus.
Los
fabricantes no sólo gozan de total inmunidad en caso de que esta
inyección provoque daños corporales o la muerte de su hijo/a, sino
que Canadá aún no ha establecido un programa de compensación por
lesiones causadas por vacunas para las víctimas de las mismas.
Ni
el Ministerio de Sanidad de Canadá ni ningún otro organismo que
promueva este producto ha establecido un análisis exhaustivo de los
riesgos y beneficios de dárselo a su hijo/a, quien estadísticamente
tiene una tasa de recuperación del 99,96% de la enfermedad.
Este
producto es la primera "vacuna" del mundo que
supuestamente se ha desarrollado y aprobado en menos de dos años.
No ha tenido que seguir los protocolos de seguridad exigidos por la
ley, que implican años de pruebas y ensayos, porque ha sido
autorizada para "uso de emergencia únicamente". Aparte de
las crecientes evidencias de lesiones y muertes a corto plazo, sus
efectos a medio y largo plazo son absolutamente imposibles de
determinar.
Ahora
bien, lejos de mí, querido padre, el decirle qué elección tomar.
Usted es quien tiene toda la responsabilidad de dar el consentimiento
en nombre de su hijo/a. Lo único que le pido, y el objetivo de esta
carta, es que ese consentimiento sea informado.
El argumento de que su hijo/a "tendrá que" vacunarse, por
lo que es mejor hacerlo cuanto antes, no se sostiene. Está bien
establecido en la legislación canadiense que los canadienses tienen
soberanía personal con respecto a lo que se introduce en sus
cuerpos. Usted sigue siendo responsable de tomar una decisión
informada
en nombre
de su hijo/a.
Me informé
sobre las vacunas justo antes de que naciera mi hijo en 2014. Tenía
verdadera inquietud y ambivalencia sobre el tema de las vacunas, y
sobre si me sentiría cómodo o no con que mi hijo recibiera vacunas.
Había escuchado argumentos de ambos lados, pero no había
investigado en profundidad. Decidí leer un libro de cada lado de la
controversia, "The Vaccine Book" de Robert Sears, y
"Dissolving Illusions" de Suzanne Humphreys. Una vez que
leí estos dos libros y realicé una investigación complementaria,
me decidí de por vida.
Si usted
empieza a investigar hoy en día, es aún más fácil encontrar
información, aunque una de las partes de la discusión esté
sometida a una censura creciente. Creo que, para tomar una decisión
con
conocimiento de causa,
es importante
examinar a fondo ambas partes de la controversia. La noción de que
estas "vacunas" contra el Covid-19 son seguras y eficaces
está siendo promovida por los medios de comunicación
convencionales, las grandes compañías de medios (redes) sociales,
el gobierno y el establecimiento médico. Así que usted tiene
amplias vías para investigar ese lado de la historia. El lugar donde
yo empezaría a encontrar información sobre las vacunas que son
potencialmente dañinas e inefectivas es Vaccine
Choice Canada,
que se ha establecido desde hace tiempo como una alternativa a la
narrativa dominante sobre la seguridad de las vacunas, y puede
llevarle a otras fuentes de información también.
No estoy
sugiriendo que confíe en una u otra parte cuando se trata de la
salud y el bienestar de su hijo/a. Lo que sugiero es que tenga el
valor de confiar
en usted mismo,
y se apoye en el discernimiento de su propia lógica e intuición, en
la medida de sus posibilidades.
Haga su
importante investigación de ambos lados con una mente abierta, y no
sólo acepte las opiniones superficiales. Siga hasta donde (o si)
estas opiniones se fundamentan en hechos, evidencias, estudios
reales, estadísticas, y tome nota de las credenciales del testimonio
de los expertos. Sólo una vez que haya analizado a fondo ambas
partes podrá tomar una decisión informada
y con
la que pueda vivir.
Es
importante señalar que en Ontario, el gobierno considera que no hay
una edad mínima para dar el consentimiento para la vacunación. El
abogado constitucionalista Rocco Galati ha refutado la idea de que
tienen el derecho legal de imponerlo. No obstante, han empezado a
crear clínicas en las que se invita a los niños mayores de 12 años
a dar su consentimiento para recibir la inyección de Covid-19 y,
como ocurrió en el ayuntamiento de Toronto el 23 de mayo, se
ofrecían helados como incentivo adicional para los jóvenes
participantes. Si usted sigue creyendo que debe confiar en el
gobierno y en la clase médica para que tomen tus decisiones por
usted, no sé qué más tengo que decir.
Pero si,
querido padre, al menos está de acuerdo conmigo en que su hijo/a
sólo debe recibir la inyección de Covid-19 después de que usted
haya tomado esa decisión informada en su nombre, puede que necesite
tener una conversación con su hijo/a para protegerlo/a del creciente
riesgo de que el gobierno esté intentando atraerlo para que reciba
la inyección “contra el Covid-19” sin que usted lo sepa.
Al
Juramento Hipocrático de "en primer lugar, no hacer daño"
lo siguen haciendo todos los médicos y enfermeras que realizan
físicamente las inyecciones. Me pregunto si aquellos que aplican
inyecciones a niños de tan solo 12 años sin el consentimiento de
sus padres comprenden todo el peso de ese juramento. Vivimos en una
época, querido padre, en la que, más que nunca, necesitamos
restablecernos, tanto en nuestras mentes como en la conciencia
pública, como guardianes legales y conscientes de nuestros queridos
hijos.
Richard
Enos, padre de familia de Ontario
|