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el individualismo metodológico
17 mai 2021
El individuo como objeto de conicimiento es un invento capitalista dirijido a justificar la concentracion dle poder
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EL INDIVIDUAISMO METODOLOGICO
UNO
Puede afirmarse que el capitalismo desde sus estadios iniciales de desarrollo se ve compelido a desarrollar el individualismo y a profundizar en una manera propia de argumentar desde esta perspectiva los fenómenos sociales. El renacimiento, con Maquiavelo, es una prueba documental.
Los métodos cualitativos son, en principio la forma natural de abordar el fenómeno de la concentración del poder, a la par que el desconocimiento de factores sociales, políticos, culturales y ecológicos, en el surgimiento, desarrollo y apoteosis del poder individual. La forma más clara de definirlos, es como el arte de descubrir las causas de la singularidad de fenómenos únicos, haciendo énfasis en su originalidad. No en vano quien se reclama los mayores éxitos en su pretensión cientificista M. Weber, se limita a discurrir sobre el fenómeno administrativo, sin aludir de manera explícita al carácter univoco, unitario y nodal que ejerce sobre el poder individual el surgimiento, desarrollo y establecimiento de la supremacía de la unidad de producción capitalista, basada en el conocimiento profesional. De hecho, esta unidad, es a la vez el símbolo y condensación de otras formas de unicidad: el monopolio profesional y la iniciativa empresarial, la existencia de un excedente improductivo capitalizado a título individual etc. etc. etc.
El abordaje cualitativo, sin embargo, solo redescubre una dinámica antigua de la manera de formular las caracterizaciones estereotípicas propias de los mitos: la hermenéutica. Según esta tradición esotérica, el individuo dotado de atributos exclusivos, solo puede ser explicado mediante una traducción a nuestro lenguaje. Es obvio que la mejor manera es que él mismo se explique. Como cualquier solipsismo, termina llenando su soledad con sus propios fantasmas: el ser en sí, que se creía superado por la ciencia natural.
Sin embargo, existe una clara solidaridad entre los hechos que gozan de algún tipo de “exclusividad” y que dan una vaga idea de “funcionalidad” (uno a uno) matemática. Los traumas psicológicos son sin embargo una de las explicaciones más recurrentes en el análisis del submundo intelectual (o moral) de los “elegidos”. Podría afirmarse de paso, que los métodos introducidos por este autor, inauguran una nueva perspectiva que podría calificarse de metodología cuantitativa de caso únicos excepcionales. El individuo atípico resuelve el problema, por la misma razón que Einstein aconseja alejarse de la forma típica de pensar.
En realidad, se asemeja mucho a la oposición entre unidad y cantidad debida al esoterismo pitagórico, destinada a dotar de contenido místico a la unidad.

No siendo únicas, las explicaciones del degeneramiento de las estirpes profesionales o “dinastías”, puede anotarse que las castas, que siempre conllevan el lastre de la profesionalización, son hoy por hoy, prueba fehaciente del carácter nocivo de la localización y eventual concentración del poder, para el propio desarrollo del conocimiento. Pero ya que se trata de seres humanos, cada estirpe de prohombres puede ser visto como un símbolo de este alfabeto cifrado de las cualidades innatas, las cuales pueden ponerse en correspondencia con su respectiva rareza (bajo puntaje de la frecuencia), la cual, a su vez, debe correlacionar con las rarezas del entorno social en que se han desenvuelto. El extremo confirmatorio de esta tesis es el heroísmo de los “trabajos hercúleos”, que terminan pasando a la tradición en forma de elección de Dios, como por ejemplo, el legado de Moisés, padre putativo del pueblo hebreo.

Los grandes reformadores parecen revivir como el ave fénix la unidad con la diversidad, en una dialéctica que resulta, de nuevo, individual y por tanto paradigmática, mítica religiosa. Los grandes profetas igual que los mesías, siempre han caído de alguna rama (muy específica) del árbol de la soberbia de las civilizaciones. Por su parte la idea del pueblo elegido, la comparten varias culturas y etnias semíticas.


DOS
Para la matemática, el punto no es el ser aislado sin dimensiones: es la intersección de tres planos. Al punto no le es atribuible la unidad. En el método de la Física, por el contrario, la asignación de un punto a la unidad juega un papel heurístico importante .Este ajuste va encaminado a devolverle al objeto su carácter sistémico: su interacción con el medio. Y eso, por la vía menos directa: hacer abstracción de sus propiedades intrínsecas. Un individuo deslocalizado, es un conjunto posible de objetos. En la Física esta posibilidad es medible y ordenada; la distancia al origen. “En si” el individuo no existe. Existe solo una misma propiedad que varía.
Valdría la pena investigar en qué casos los puntos son realmente “singularidades” (únicos), si es que se puede hablar de unicidad en esos “puntos”. De ellos, lo único que se puede decir es que son excepcionales, con respecto al conjunto. Y, estas excepciones están lejos de ser unidades y únicas: sin importar cuan contradictorio pueda sonar, la Matemática se toma muy en serio la pluralidad de “los” puntos singulares.
La bondad o nocividad de la especialización y el profesionalismo, (concentración del conocimiento en pocos individuos), puede ser visto por analogía con la especialización del sistema inmune: Una vez se limita la aplicación de un recurso a atacar un número limitado de problemas, el sistema se ve “condicionado” a limitar la cantidad y diversidad de recursos. ¿Cómo desaprende un sistema de signos?
Tomada de la biología, la “rareza” es el inverso de la frecuencia, la que a su vez suele estar condicionada por la rareza del medio. Se podría decir que “correlacionan”. Semejante enfoque, puede ser especial aliciente para quienes prefieren ver en eso un juego y tomar decisiones en consecuencia. Pero nadie jugaría todo su potencial a una probabilidad tan esquiva. La estadística solo añade incertidumbre a la precisión. Quizá los métodos cualitativos si sean los más apropiados para el estudio de la singularidad, pues tratarían de dilucidar esta concordancia. Así, toda especialización exigiría un cierto tipo de austeridad. ¿Debemos ser mezquinos con la utilización del tiempo en todo aquello que parece demasiado preciso, o mejor: en proporción a dicha precisión?



TRES
Por su parte, La colaboración exige de cierta suma teleológica. Se trata de explotar la misma propiedad (atributo) en individuos distintos, tanto mayor (el atributo) cuanto menor es su precisión. De este tipo son: la democracia, la biodiversidad, la cooperación etc. De que estos “entes” constituyen unidades y de que su atributo principal es el caos, está lejos de ser evidente, pero parece ser cierto.
La independencia lineal del error (uno por cada dimensión, una dimensión por cada individuo) arrojaría un valor creciente con la diversidad de individuos. El caos resulta en una suerte de sistema de retroalimentación infinita con una heterogeneidad indeterminada. La definición estadística de heterogeneidad se nos antoja inadecuada para definir este tipo de diversidad.: la desviación estándar, (que da cuenta de esta independencia), repartida por igual entre el valor más representativo; al lado de una que se nos aparece más sólida, la unidad caótica. Este “compacto” alude a una definición conjuntista que le correlaciona con el complemento de un conjunto de intersecciones, en las cercanías de una singularidad.
CUATRO
El amor, anda en sentido contrario a la democracia. Cuando se trasgreden las normas a favor de una inspiración inusitada, las decisiones aluden a una concordancia entre individuos. No solo satisfacer nuestras necesidades fisiológicas individuales es tarea que nos compete a nosotros únicamente: al parecer lo es también el satisfacer algunas de orden espiritual como la privacidad. ¿Por qué pensar que el amor es egoísta porque compete a la satisfacción de una necesidad individual? Se dice que abrazar causas sociales es de “perdedores”. ¿Choca la tarea individual necesariamente con la social a la hora decidir entre tu amor, tu privacidad y la democracia? Al parecer lo es siempre con la ley y las normas de la “decencia” en familia. El clan, está ahí para dirigir tus elecciones, tus decisiones de tipo sexual. Y esto ocurre incluso a pesar de ciertas vocaciones ideológicas aparentemente democráticas e incluso ostensiblemente contestatarias. El clan puede estar unido a la democracia. Lo contestatario puede parecer más individualista en frente de los intereses de la “casa”. “La cultura es la vida al revés”. “Camaradas! El amor se puede hacer en la Facultad de Ciencias Políticas, no solo en el césped”. Las consignas de mayo del 68, hablan del poder represivo sexual de la cultura. Para los nuevos contestatarios, incluso la cultura izquierdista es represiva. En el amor, el caos es individual. La individualidad, la personalidad, es abrazar el caos.
Se dice que la viuda de Mao sostuvo alguna vez: El sexo es cautivante en la etapa inicial, pero lo que sostiene el interés, a la larga, es el poder.¿ Quiere decir que lo que tiene de cautivante el sexo es lo mismo que hace de una causa social, algo sujeto al interés individual ? El absolutismo individual puede ser la contracara del caos social. Esa “pesca en rio revuelto” de que son causantes los tradicionales caudillos. La sangre, presidiendo el acto sexual y la conquista del poder, el parto de una nueva sociedad.
CINCO
La unidad cuantitativa- cualitativa puede plantearse en términos análogos al descifrado de textos criptológicos. La rareza correlaciona con la rareza como la presencia de una a letra como x en español, podría corresponder a la frecuencia del valor “cifrado” ejemplo: f (7) = 1 /1000 , f (x) = 1 /1000 luego: la cifra 7 representa a la letra x ( equis) .Esta correspondencia entre frecuencias ( con un puntaje bajo), atañe en especial al individuo y su entorno respectivamente. A un entorno raro le corresponde un individuo raro y viceversa. Pero a diferencia con el análisis criptológico, dicha correlación aparece como una forma de condicionamiento. Si para ser aún más pintorescos nos fijamos en una letra aún más escasa, digamos por ejemplo “w” el hecho mismo de no encontrar ninguna cifra que lo represente en el lenguaje cifrado de un texto determinado, no significa la inexistencia en general de la letra. De otra parte f (w) = 0, no significa f (Ǿ) =0 ni menos aún w= Ǿ. En conclusión: juzgar la rareza por la falta de representación es absolutamente improcedente. Y la lejanía entre lenguaje y existencia de la propiedad en casos tan extremos se hace patente.
Mira també:
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