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Notícies :: criminalització i repressió |
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El gobierno pide la insurreccion
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per Aleix leticie. |
28 oct 2020
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hunden más en la desesperación a la gente, dibujando un horizonte lejano, fatigoso, que promete quiebras, toques de queda y confinamientos. |
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EL GOBIERNO PIDE LA INSURRECCIÓN
La aseveración del gobierno de que pretende imponer un estado de alarma durante seis meses es una evidente provocación. En primavera consiguieron mantener tres meses de excepcionalidad anunciando prórrogas de quince días, de manera que siempre parecía próximo su final. La inversión de su estrategia es también una inversión de sus objetivos. Ahora, en lugar de volver a anunciar quince días y, entre camelos, vodevil político y confusión, conseguir imponerlo durante meses, anuncian abiertamente medio año. La ocultación que en primavera logró una pacificación social es ahora una declaración velada de guerra: quieren desobediencia, protestas, disturbios.
El hundimiento moral y anímico de la gente debido a ocho meses de voladura del sistema debería reafirmar la actitud embustera del discurso: si en primavera nos embaucaron con promesas dulcificadoras y consiguieron una sumisión total, ahora deberían redoblarlas. Pero no sólo no mantienen esa posición canalla, no vuelven a hacer lo mismo, sino que, mientras hunden más en la desesperación a la gente, dibujando un horizonte lejano, fatigoso, que promete quiebras, toques de queda y confinamientos; mientras dejan de amortiguar el dolor y pasan a enunciarlo con mayúsculas, se fotografían violando sus propias normativas infames, apenas unas horas después de la incitación del estado de alarma. Prohíben las reuniones sociales mientras ellos posan, siendo más de cien, frente a las cámaras.
La insurgencia es alentada, y ello dibuja un escenario donde esta reacción popular sea parte justificante de una opresión todavía mayor. La desobediencia silenciosa, el boicot, el no cumplimiento, el rechazo a pagar sanciones, la apertura de locales cerrados, las reuniones y fiestas; la subversión civil, fuera del redil al que nos convidan: ese parece el único camino libre de una mano negra. (Aleix leticie). |
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