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Militancia es disciplina
20 mai 2020
Interesante artículo publicado en el periódico Solidaridad Obrera que invita a la reflexión y cuestiona ideas del pensamiento anarquista, desde una interpretación bastante personal y , en mi opinión, más liberal.
La libertad es la guía y la norma de conducta del anarquismo en su desenvolvimiento interno. Este repudia el concepto de disciplina cerrada y coercitiva, a la que desea ver sustituida por la disciplina moral y voluntaria, por el libre consentimiento recíproco. Repudia toda forma de organización centralizada, autoritaria, burocrática y jerárquica, y organiza en cambio, sus fuerzas sobre la base de la autonomía de los individuos en los grupos, sobre la base del libre acuerdo para la propaganda y para la lucha, coordinado y cada vez más amplio y extendido en el tiempo y en el espacio. [1]

Entonces, ¿es la disciplina compatible con la libertad?

Al contrario de lo que puedan difundir diariamente los medios de comunicación (y, por qué callarse, lo que piensan también los individualistas y posmodernos), el comunismo libertario no es contrario al orden, ni a toda autoridad. Nadie negaría la autoridad de un zapatero en su oficio, al que se decide escuchar y obedecer libremente por que se considera que sabe más que nosotros en su profesión, o la de un campesino en cómo debe labrar la tierra. [2] No es la misma autoridad que la de un policía que cuida los intereses de la burguesía. Sostener lo contrario es defender una postura individualista más próxima a los intereses del capitalismo que a la revolución social. E igual que decimos esto de la autoridad, debemos decirlo también de la disciplina. No debemos permitir que desde la derecha se nos siga tachando, de holgazanes, dejados, etc.

Bakunin decía que ‘nuestro propósito es realizar la fraternidad de las personas a las que queremos llegar mediante una disciplina libremente consentida, y no mediante la disciplina que la sociedad presente impone sobre la persona humana, aquella que despersonaliza al individuo’. [3]

La conclusión que podemos sacar de esto es que existen dos clases de disciplina:

Por un lado, aquella nacida del acuerdo, del diálogo y la organización; de la libertad y la fraternidad socialista, una disciplina deseable, por ser libremente consentida.

Por otro lado, está la disciplina impuesta verticalmente sobre la persona humana, despersonalizándola y alienándola. Esta tiene dos caras: la coerción y el automatismo. La primera, bien conocida por todos, es la represión policial y militar, es el castigo. En cambio, la segunda guarda relación con esas formas más sutiles de dominación y sometimiento del individuo, que, sin querer, apesadumbrado, y sin ser consciente de ello; por la costumbre, se convierte en una pieza del engranaje del sistema. Lo que Étienne de La Boétie llamaba la servidumbre voluntaria. [4]

Esto es importante porque tira por la borda todas las teorías esencialistas al respecto y permite pensar en las potencialidades naturales de la humanidad para construir formas alternativas y libertarias de organización social.

En defensa de la disciplina:

No es muy difícil encontrar ejemplos prácticos de esta disciplina compatible con la libertad a la que se refiere Bakunin. Podríamos pensar en la autodisciplina que se impone a sí mismo un estudiante que valora el conocimiento, un deportista que se sacrifica para mejorar día a día o un militante social que hace un esfuerzo por formarse o por organizar las tareas en un barrio movido por un sentimiento auténtico de solidaridad.

Esta es la misma disciplina necesaria en la coordinación social, en la organización. Es y será siempre necesaria donde un gran número de individuos, libremente unidos, emprendan cualquier tipo de trabajo o acción colectiva. Bajo tales condiciones, la disciplina es simplemente la coordinación voluntaria y consciente de todos los esfuerzos individuales hacia una meta común.

Como vemos, el tipo de disciplina compatible con el proyecto anarquista es aquella que no se automatiza ni se impone, es aquella que nace de la conciencia y de la voluntad de las personas en sociedad. Es la disciplina condición necesaria para la transformación de las condiciones materiales. Lo podríamos llamar también responsabilidad o compromiso.

Cuando en una asamblea horizontal se decide una meta común y todos los individuos se dividen y coordinan tareas específicas de forma voluntaria y consciente entonces lo que sigue es un acuerdo de responsabilidad, es compromiso, es disciplina. Esta disciplina, como vemos, es a la vez autodisciplina, porque tiene como condición necesaria la conciencia, el libre examen y la voluntad.

Por esto es que, discutiendo con los posmodernos que asocian necesariamente las palabras organización y responsabilidad con autoritarismo, cito a Bakunin:

“A quien pretenda que una acción así organizada de las masas es un atentado a la libertad de esas masas, una tentativa de crear un nuevo poder autoritario, respondemos que o es un sofista o un tonto. Peor para quienes ignoran la ley natural y social de la solidaridad humana, hasta el punto de imaginarse que la independencia mutua absoluta de los individuos y de las masas es una cosa posible“. [5]

La disciplina llevada a la práctica:

Si algo ha demostrado la historia es que construir pequeños grupos de afinidad aislados no basta, sino que es necesaria esa disciplina propia de la ética anarquista como herramienta de transformación social. La libertad individual y el egoísmo nunca han sobrepasado esos límites, por eso jamás han supuesto un peligro para el estado y el capital. De hecho, la forma que ha encontrado el poder de luchar contra las masas obreras unidas anhelantes de libertad es, precisamente, la disgregación y división de las mismas. Para Bakunin, la libertad debe ser colectiva en tanto:
“…no soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres. La libertad de otro, lejos de ser un límite o la negación de mi libertad, es al contrario su condición necesaria y su confirmación“. [6]

Por lo tanto, me atrevo a afirmar que la disciplina es necesaria para avanzar y construir. Y toda organización con expectativas de aportar y trabajar en un cambio real debe ser disciplinada y, por tanto, el colectivo debe ser capaz de mantener esa disciplina e identificar a aquellos individualistas, actuando como corresponda. De aquí surge una duda:

¿En qué momento lo revolucionario dejó de ser la organización colectiva para transformar la sociedad, para pasar a ser el individualismo, el egoísmo y el acto individual “transgresor”?

No se pueden considerar como revolucionarios actos individuales como pueden ser pintarse el pelo de colores, experimentar con el lenguaje, bailar en una manifestación, una performance en una plaza o ponerse una máscara para negar las identidades [7]. Estas son, siendo generosos, luchas parciales que desvían la atención de la principal, la lucha de clases.

Estas son cuestiones que para nada importan a los trabajadores. Si uno habla con sus compañeros en el puesto de trabajo, ya sea la fábrica, la oficina o en el puesto de fruta en el mercado, las conclusiones son claras. Lo que nos preocupa a todos es llegar a fin de mes, la educación de nuestros hijos, que no nos falte el pan ni el agua caliente, que si un familiar enferma pueda ser atendido por una sanidad pública y universal, poder ahorrar algo de dinero para poder hacer una escapada con nuestra familia en vacaciones, etc.

Ya es hora de que la lucha obrera vuelva a sus cauces en pos de la emancipación del proletariado, de la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Pero se está abandonando este espacio de lucha que nos corresponde, algo que en un sindicato combativo jamás debería ocurrir.

Y es que cada vez hay más personas con un marcado carácter posmoderno, corriente que llega a negar la propia idea de clase trabajadora. Estas personas parecen estar más preocupadas por las etiquetas en los baños con símbolos de hombre y mujer que de la lucha de clases.

Y la debacle es inminente, si no somos capaces de recuperar el espacio que nos pertenece por derecho. Debemos ser capaces de organizarnos con disciplina, recuperar esos principios y ese discurso que nos llevaron a la revolución social en 1936, que nos llevaron a tener más de 2 millones de afiliados, luchando contra el fascismo, organizando la sociedad de forma libertaria y fundando escuelas. Escuelas por otra parte racionalistas, cientifistas. Si Ferrer y Guardia levantara la cabeza lo más seguro se volvería a la tumba al descubrir la situación actual.

La disciplina es fundamental para ello, al contrario de lo que puedan pensar estos individuos contrarrevolucionarios, que van a la suya sin aportar nada en la lucha, excepto en momentos puntuales y por amiguismo.

Pero no una disciplina militar, ni basada en la familia tradicional. Una disciplina que nace de la conciencia del deber para con el colectivo, ya que la anarquía es la máxima expresión del orden y a más libertad, mayor responsabilidad se requiere.

Nuestro papel en la sociedad actual; auge del fascismo:

El auge del fascismo está directamente relacionado con esta falta de disciplina, compañeros/as. A medida que perdemos presencia en los centros de producción, perdemos impronta en las calles, a medida que pasamos a ser un recuerdo en los libros de EGB de la gente, va calando en la población el mensaje de formaciones de extrema derecha como puede ser Vox, que se auto denominan ‘la resistencia’ precisamente contra esta deriva posmoderna. ¿Cómo puede ser que Vox y los fascistas sean a quien recurre la clase trabajadora para salvaguardar (supuestamente) sus intereses y no un sindicato donde puedan organizarse colectivamente? Para el autor de este artículo la respuesta está clara: la marginalización de la izquierda y el movimiento obrero hacia corrientes seudocientíficas y posmodernas, donde ya no prima lo colectivo, sino el acto individual “transgresor”.

La actual crisis del COVID-19 nos da una oportunidad casi sagrada de que la situación comience a revertir en nuestro seno y se traslade a la calle, a los centros de trabajo en forma de secciones sindicales y conflictos con las empresas, donde demostramos nuestra solidaridad.

Durante el estado de alarma y la pésima gestión del gobierno, junto a los sindicatos amarillos pactando con la patronal, se han producido cientos de miles de ataques a nuestra clase y gracias a la implicación y apoyo mutuo de todos y todas ha aumentado notablemente la afiliación en CNT, algo que cuando vuelva la “normalidad” debemos saber conducir de forma que la organización se beneficie de ello y no devenga en un caos. Y es que ha quedado visto para sentencia, en situaciones de emergencia como la vivida, todas las cuestiones –llamémosles– absurdas, han pasado a un segundo plano, igual que pasó en la guerra civil cuando un sector estaba más preocupado del “amor libre” que de la revolución, las necesidades productivas se impusieron sobre la charlatanería.

Conclusión:

Quiero señalar, por todo lo expuesto, la necesidad de repensar las nociones de disciplina. Es algo de suma importancia para nuestras organizaciones, tan desorientadas y atomizadas en la actualidad. Concluyo:

“La anarquía no implica nunca caos ni libertinaje. La anarquía requiere de mucha disciplina. Pero no de esa disciplina que nace del castigo y de la violencia, sino de aquella otra que surge al comprender que mucha libertad conlleva mucha responsabilidad, y que una libertad absoluta exige una responsabilidad absoluta”. [8]

BIBLIOGRAFÍA:

[1] Luigi Fabbri: La revolución no es dictadura, Pág. 120. Ed. Acción directa.

[2] Ángel J. Cappelletti: La ideología anarquista, Pág. 13. Ed. El Grillo Libertario.

[3] Mijail Bakunin en una carta a Zamfir Arbore en 1873.

[4] Étienne de La Boétie: Discurso de la servidumbre voluntaria. Ed. Virus

[5] Mijail Bakunin en La organización de la Internacional, 1871.

[6] Mijail Bakunin: Dios y el estado, Pág. 102.

[7] Woolman Family se define como un colectivo de artistas que niega la existencia de ricos y pobres, blancos y negros, etc. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=4EWxliBaAug

[8] Cita de autoría desconocida.

Secretario Apache
Mira també:
https://lasoli.cnt.cat/2020/05/15/opinio-militancia-es-disciplina/

This work is in the public domain

Comentaris

La disciplina social se alimenta de datos
20 mai 2020
La disciplina se define como el conjunto de reglas de comportamiento para mantener el orden y la subordinación entre los miembros de un cuerpo o una colectividad en una profesión o en una determinada colectividad.

Creo que esa definición lo dice todo: orden y subordinación.

En lo social, la disciplina es la fuerza que regula la sociedad. La disciplina social se puede definir como el acatamiento cotidiano al conjunto de reglas para mantener el orden y la subordinación a las normas (legales y morales) entre los miembros de un grupo social. Es la adhesión a normas que garanticen la convivencia. Es decir, el respeto de la Ley. También es la adecuación del individuo al medio social. Parte del proceso de socialización consiste en adquirir conciencia de las obligaciones para con el grupo o sociedad y en la práctica de esas obligaciones para adaptarse a ella. La disciplina social se empieza a construir en el seno de la familia durante los primeros años. El proceso continúa en la escuela y se sigue dando en el resto (y a través de) el resto de instituciones.

Esa disciplina se alimenta de datos. Lo vemos todos los días en esta especie de estado de alarma en el que nuestras vidas han quedado suspendidas.

Muertos, infectados, recuperados, porcentajes… Por país, por región, por municipio… por escalera de vecinos si pudiéramos obtenerlos. Los datos ofrecen certezas, para bien o para mal. Es algo a lo que agarrarse, proporciona una justificación racional frente a la otra cara de la moneda: el miedo. Porque los datos en sí, son meros números pero la utilización que se hace de ellos siempre tiene un propósito. Los datos aportan información y de siempre se ha visto que quien domina la información adquiere una gran ventaja. Los datos los manejan unos pocos pero sus consecuencias las sufrimos todos. El Estado y las grandes empresas manejan los datos, no sólo los controlan sino que los fabrican a su antojo. Nos ofrecen aquellas versiones que interesan a sus proyectos. Incluso nos enseñan cómo debemos reaccionar ante ellos. El fin de todo ello, es alcanzar el objetivo antes mencionado: orden y subordinación. Es decir, que nos mantengamos siempre abaja, siempre agradecidos al poder por protegernos y velar por nuestros intereses.

A día de hoy, podemos ver la ansiedad de millones de personas a la espera de nuevos datos a cada instante. La visceralidad con que se reciben esos datos y, a pesar del teatro político (una patraña que como siempre sólo sirve para mantener alerta al rebaño) la convicción mayoritaria de mantenernos obedientes. Dispuestos a delatar ante las autoridades a cualquiera que no comparta nuestro miedo y decida actuar de otra forma.

Llevamos toda la vida entrenándonos en la recepción acrítica de datos y en la sumisión a las consecuencias que el poder nos indica sobre esos datos.

Los datos están por todas partes. Vivimos en un mundo donde todo se reduce a cifras, incluso las personas. Desde que el dinero y la propiedad privada son los pilares fundamentales del orden social, las personas nos hemos convertido en números, en meros apuntes contables. Lo hemos aceptado e interiorizado y dejamos que nos traten y nos usen de esta forma. Así, la estadística (esa rama de las matemáticas que utiliza los datos para obtener inferencias) se ha convertido en la forma habitual de referenciar cualquier situación social y, por tanto, la mejor forma de mantener el espejismo de este mundo insostenible.

Llevamos toda la vida atendiendo a los datos de empleo y ausencia de él, a los sube y baja de la bolsa, a los datos demográficos, a los salariales, a los índices de precios de cualquier cosa, a los de jubilación y esperanza de vida, a los escolares… Nos hemos especializado en actuar en función de un sinfín de datos que nos proporcionan la certeza de saber en qué posición de la escala social nos encontramos y en cómo debemos actuar para ascender y no caer en el abismo de los que tienen peores números que nosotros.

Pero no sólo sirven para estas justificaciones sino que los datos tienen un uso todavía más perverso. Esa cara oculta que produce verdadero pavor y fortalece esa disciplina social.

Los datos determinan lo normal y, por tanto, establece las bases para la norma. Esto significa que se utiliza para determinar qué principios se imponen o se adoptan para dirigir la conducta o la correcta realización de una acción. Así, la estadística, justifica nuevamente la imposición de criterios de control y selección social. Esto se puede ver en cualquier ámbito de la vida. En el ámbito de la educación, el criterio estadístico sirve para etiquetar (con su consecuente estigmatización) a cualquier joven en función de unos criterios establecidos única y exclusivamente para hacer prevalecer una estratificación social y un sistema de organización social firmemente asentado sobre la base de cada cual ocupe el lugar que tiene asignado. De esta forma, la estadística predice, señala y confirma el destino de cada uno a través de la constante reducción a factores numéricos de la compleja vida de cualquier joven. En el ámbito de la salud, los datos determinan quién tiene derecho a recibir un tratamiento y quién queda desahuciado. Determina quién debe ser considerado como sujeto de riesgo en función de si cumple con los criterios establecidos para actuar en consecuencia. Especialmente, en lo tocante a la salud mental (extendido a todo ese universo de las llamadas ciencias psi) es donde se manifiesta en toda su plenitud el factor estadístico. Permite clasificar a todos los sujetos en categorías, muchas veces totalmente inventadas con el único propósito de patologizarnos; la desfachatez llega al punto en que para decidir si uno sufre alguna enfermedad de este tipo se basan en una simple cuestión de número: si se cumplen un porcentaje aleatorio de criterios estás o no enfermo. También en lo social muchas veces se impone el criterio estadístico. De esta forma se decide quién puede recibir la limosna del Estado o quién debe acudir directamente a la caridad religiosa. Se decide quién está en riesgo o no, o quién es apto para la vida en sociedad y quién no.

Todo se reduce a una cuestión numérica porque en eso nos hemos convertido. Esos números nos definen, nos catalogan y nos ubican en el lugar que nos corresponde. A través de este tratamiento estadístico se obtiene la uniformidad social y la estratificación bien definida que todo Estado necesita para su buen funcionamiento democrático. Es decir, que las ovejas sigan obedeciendo al pastor y que las que no lo hagan sean tratadas como lo que son: descarriadas y, por tanto, abocadas al ostracismo y finalmente, al matadero. Los datos alimentan la disciplina social, la nutren y la engrasan para su buen funcionamiento. Conocer los datos nos da la certeza de saber hacia dónde quieren que nos dirijamos y, por tanto, nos indica cómo debemos actuar. También acrecientan nuestros miedos. Miedo a quedar excluido, miedo a ser diferente a no pasar inadvertido, miedo a sufrir las consecuencias, miedo a morir en vida. Frente a esos miedos, la subordinación, la sumisión y el mantenimiento del orden aparecen ante nuestros ojos como la mejor opción para mantenernos en pie. Lamentablemente, no parece que seamos conscientes de que mantenerse en pie en este lodazal en el que vivimos nos conduce inevitablemente al agujero infecto en el que es imposible desarrollar nada mínimamente humano.

Fuente Portal Libertario Oaca

http://quebrantandoelsilencio.blogspot.com/
Re: Militancia es disciplina
22 mai 2020
No me interesa la disciplina, por eso no me considero "militante". Existe la coherencia y
la actitud de cada unx para decidir libremente
sobre la involucración/participación en acciones
concretas. Una "obligación moral" significa religión/ideología/autoridad...ponga la bandera
o simbología que quiere, nunca sería la necesaria asociación libre de individuos capaz de cambiar el mundo hacía la liberación total anarquica.
Re: Militancia es disciplina
23 mai 2020
Joooder: parece que cuando ese circo patético de la (forzosa) "cuota feminista" de indy-BCN, queda en ridículo público y ya nadie se interesa en atender a sus payasadas; se publica y se contesta solx ante un pantano, que casi no se inmuta, con sus provocaciones tan in-fumables. Ahora toca enfrentarnos con la peña de Solidaridad Obrera..?. Pues va a ser que no, BASURA!. Ellxs son parte de las luchas.

Esta vez indy (está guay decir las cosas positivas de la web, entre tanto "enmierde" no?) se anota un garbanzo jeje... Pone juntas dos entradas, que dejan al descubierto las estrategias usuales de ya sabemos quien. Y uso el plural también como ese compañero al que respeto mucho y me la suda, el cuento de que somos una "manada patriarcal". Somos ANARQUISTAS y es natural si coincidimos muuuchas veces. Así que GAME OVER INSERT COIN: ya conocemos todo el cuento...

Aquí se intenta generar no una reflexión ni un debate (ni una confrontación, siquiera). Aquí sistemáticamente hay cizaña. Y lxs compas tenemos el olfato y la experiencia suficientes que nos llevan a unas conclusiones muy contundentes acerca de los discursos (pescados podridos!) que no nos pueden vender... No nos importa un pimiento si lxs compas -de la Soli- nos hablan de disciplina; y esto, también lo decimos (pues somos LEGION) en "pluralidad acratica": esta lo suficientemente aclarado en el texto a que se refiere y no hay disputa tampoco, entre lxs que optamos, por la FAI/FRI... Compromiso y ¡RESPONSABILIDAD!

Entre NOSOTRXS, llevamos mucho ya discutiendo y son "asuntos" del ML al que pertenecemos por más diferencias que hay porque así es, como somos. La mayoría de quienes nos integramos hace décadas en luchas "anárquicas" nos hemos formado en grupos; y reunido en lugares variopintos según se diera la ocasión. Nos unimos, peleamos y todo eso. Y que problema hay?. Ya se harán las cosas que hagan falta pues cuando las castañas queman, se acaban las diferencias y vamos a por todas juntxs pal'frente.

Por supuesto que en el caso de que las CNT's recuperen fuerza e impulso revolucionario no lo dudaremos ni un instante y nos pondremos codo a codo a montar los follones que pretendemos!. Lxs abuelxs ya no pueden... Es nuestra la hora de poner pecho y corazón, brazo y pensamiento a la obra del hermoso Ideal... Que coño nos cuentan de afuera lxs pretendidxs "anarcologxs"?

Venga ya hembrista reformista; camaleónica embaucadora que se te vio el plumero y no te cree nadie tu bilis intelectualoide eres lo que publicas y no eres más que una ANTI-ANARQUISTA al servicio de lxs mierdasociatas te vistas de lo que te vistas. Paso de tomarme el trabajo, de perder tiempo con tu jueguito: quienes esto leen no subestimo por lo tanto ni falta que hace repetir mil veces lo mismo que ya nos conocemos de sobras @:D

PD: dale aire a tus peroratas, y a tus insomnes "jaja-jaja's" que las únicas respuestas para tus timos (apagafuegos) siguen y seguirán siendo, comunicados de acciones de venganza por la memoria, de NUESTRXS caidxs. Y si caigo yo mismx cosa posible desde ya escúpo desde mi tumba tu (hipócrita) cacareo virtual VIVA LA INTERNACIONAL NEGRA!!!
Re: Militancia es disciplina
23 mai 2020
No comparto el texto "militancia es disciplina", pero es interesante porque es posible constatar cómo se puede intentar resignificar conceptos que de entrada, estarían claros.

En mi opinión, se intenta hacer pasar la disciplina como compromiso o responsabilidad libre en el contexto militante. Sabemos perfectamente que las instituciones totales son disciplinares, y es como si alguien intentara transformar esas instituciones libertarias en autoritarias a través de la institucionalización.

Es segundo texto "la disciplina social se alimenta de datos", es consecuente y nos remite al orden, en ocasiones necesario cuando se trata de una lógica y desechable como norma o imposición, y a la subordinación, inaceptable e inconcebible en un contexto como el anárquico.

Sin embargo, hay algún aspecto de la disciplina que no debería de obviarse. Me refiero a esa fuerza de voluntad que podríamos considerar como "autodisciplina", siempre y cuando no constituya otra forma más de obligación impuesta o autoimpuesta, sino como goce en la autoformación que nos acerca a esa liberación de toda servidumbre y dependencia.
Re: Militancia es disciplina
24 mai 2020
Corta- pega para una noticia y corta- pega para un comentario de la misma autora que ha corta-pegado la noticia.
Sinceramente Aliss, creo te podrias currar un artículo de opinión y luego reseñar los textos y las paginas donde se ubican.
Suelo visitar las páginas donde has encontrado estos artículos, y encontrarme lo mismo en indymedia resulta cansino y repetitivo. Igual que observar que casi todas las entradas qye hay aquí en indymedia son de la misma persona.
Pero lo que mas me molesta es que ninguna entrada son de cosecha propia, es decir; que simplemente te limitas introducir textos de otras personas para luego añadir tus comentarios, que a fin de cuentas no son mas que para arremeter contra quien decida contrariarte. Eso en el mejor de los casos, sino lo dedicas a comentar con otro corta-pega.
Y luego el o la cansina de turno, que parece tu alter-ego repetitivo como el/ella solo.
En fín, supongo que esto son los contras que hemos de soportar quienes realmente confiamos en indymedia como medio abierto de difusión y contrainformación.
Muchas gracias por haber contribuido a que este medio sea lo que és actualmente.
Si sirviera de algo, cosa que dudo; siempre he respetado el principio de réplica y contra- réplica en cualquier situación, como medida del espacio y del tiempo en que cualquier persona pueda responder por alusiones limitando a su vez el acaparamiento del debate y del espacio, fomentando asi la participación del resto que quizás también tenga la necesidad de ser escuchadx.
Aunque intuyo que ese es precisamente vuestro propósito, al menos es lo que estais consiguiendo

Aliss, el del punto "." y el cansino del antifascismo. Lxs toxicxs del monotema sin duda alguna.
Re: Militancia es disciplina
24 mai 2020

https://www.pagina12.com.ar/256555-echo-el-simbolo-nazi-para-marcar-judi
Re: Militancia es disciplina
27 mai 2020
Jajajaja: estas muuuy nerviosx y al borde del abismo BASURA!. Acaso nos estas amenazando..?. Marx, Lenin, Trotsky y Stalin; no nos pudieron exterminar (a lxs anarquistas) por que hemos de temer a un piojo como tú en una pirueta fallida como esta? Se te acabó el cuento... Cuida bien tus pasos de baile que la oscuridad está de nuestro lado y nada, podrá pararnos (((A))) VIVA LA INTERNACIONAL NEGRA!!! Deja ya de mentir porquería... Por la purga y Vaso: VENGANZA. Buscate una ocupación honrada; rata social-demócrata virtual.
Re: Militancia es disciplina
27 mai 2020
Jajajaja: estas muuuy nerviosx y al borde del abismo BASURA!. Acaso nos estas amenazando..?. Marx, Lenin, Trotsky y Stalin; no nos pudieron exterminar (a lxs anarquistas) por que hemos de temer a un piojo como tú en una pirueta fallida como esta? Se te acabó el cuento... Cuida bien tus pasos de baile que la oscuridad está de nuestro lado y nada, podrá pararnos (((A))) VIVA LA INTERNACIONAL NEGRA!!! Deja ya de mentir porquería... Por la purga y Vaso: VENGANZA. Buscate una ocupación honrada; rata social-demócrata virtual.
Re: Militancia es disciplina
27 mai 2020
Jajajaja: estas muuuy nerviosx y al borde del abismo BASURA!. Acaso nos estas amenazando..?. Marx, Lenin, Trotsky y Stalin; no nos pudieron exterminar (a lxs anarquistas) por que hemos de temer a un piojo como tú en una pirueta fallida como esta? Se te acabó el cuento... Cuida bien tus pasos de baile que la oscuridad está de nuestro lado y nada, podrá pararnos (((A))) VIVA LA INTERNACIONAL NEGRA!!! Deja ya de mentir porquería... Por la purga y Vaso: VENGANZA. Buscate una ocupación honrada; rata social-demócrata virtual.
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