El ataque de los liberales arrecia durante estos días, qué cara tienen, durante la década y media que las feminazistas han estado pisando la cabeza especialmente al proletariado masculino, no han dicho ni mu. Ahora, en cambio, se lanzan en masa a la ofensiva contra las feministas expropiando los argumentarios críticos del proletariado contrarios al feminazismo, pero de una manera altamente sospechosa porque las feministas socialdemócratas de clases medias no solo llevan la represión contra el proletariado en favor de las clases medias montándose, por ejemplo, los Comités de Moral para desplegar una red molecular de control político-represiva del proletariado, un sistema fascista antijurídico ya probado en los EEUU para extender la cárcel a toda la red urbana, junto al de la masificación de las separaciones forzosas de hijos (e hijas) y padres (y madres) bajo la escusa de supuestos malos tratos. Pero ademas de estos sistemas político represivos y de vigilancia social social-democrática feminazista, en el movimiento feminista usurpado por la socialdemocracia también hay un sector tendente al anarquismo y comunismo proletarios que, al menos, se opone a la cosificación burguesa del proletariado femenino... y precisamente es contra este sector contra el cual va orientado la ofensiva liberal.
Esto ocurre porque este sector es el que arrastra al mainstream socialdemócrata feminitario a, - aunque solo sea por no perder su discurso -, hacer la oposición a:
A/ la prostitución reproductiva que el capital biogenético denomina “maternidad subrogada”, un sistema de explotación prostituyente de la reproducción en auge y que genera jugosas ganancias por la crisis de esterilidad de masas causada por el despliegue avanzado del Estado Neomalthusiano y el capital toyotista-feminitario
B/ a la prostitución proletaria ejercida bajo sorda coerción, que no debe confundirse con la de clases medias y burguesa tan defendida por ser funcional a la movilidad social ascendente en esas clases, ni con la esclavista trata de blancas, esto es a la prostitución industrializada con un proletariado, sujeto a la dinámica de la brutal oferta y la demanda, especialmente en este sector, en la cual se encuentran quizás más de un centenar de miles de mujeres, y
C/ a la eclosión de la industria pornografica y su mercado, a modo de pornoalcoholismo, industrialización erótico-castrativa que está resultando ser estratégica para el despliegue de la robotización. También esta industria está proletarizada e industrializada, constituye capital y explota llevando la cosificación plusvalista al campo del erotismo sobre el cuerpo sexual en marco de relaciones sociales de producción cuyas condiciones incluyen la sorda coerción. Esto se pretende ocultar no inocentemente y es lucha de clases pura y dura.
Y es que ocurre que el capital hipererotizador-castrativo (que se mueve en entornos des-sexualizados, verdaderos eriales sexuales, erotizando pero asexualizando, con su amplio despliegue físico que va desde los abortaderos, a los centros quimico-farmaceúticos, a la industria pornográfica y prostituyente, sus centros docentes, una red reticular de producción de plusvalia que constituye una verdadera nueva urbanización en granja de ganaderia humana para hacer negocio de la miseria sexual de la gente, sobre las espaldas de una clase social concreta, y para explotar y controlar cibernéticamente al proetariado. ), este capital neomalthusiano, que reclama crecientemente su Estado Neomalthusiano, busca en las feministas liberales su ariete político y, desde luego, no es cualquier capital…
Un capital acumulando a gran velocidad
Ya hace un par de años hice un análisis del peso especifico de estos capitales en términos cuantitativos, y no me salía una concentración de capital menor que 20.000 millones de euros, solo en el estado español, en un crecimiento que corre a velocidad turbo, del orden de decenas de millones de euros diarios. Gran parte de esa acumulación se reinvierte en desarrollo del mercado, por ejemplo de la industria de la pornografía con medios tecnológicos sofisticados cada vez más avanzados, que en condiciones capitalistas pueden terminar implicando un supermercado humano, el paroxismo de la cosificación y la mercantilización, al par que por su potencial adictivo, y, en condiciones capitalistas, comparable en poder autodestructivo a las drogas.
El fraude de este capital consiste en que para el proletariado previamente se ha expropiado la sexualidad, es decir la reproducción sexual, y sobre la miseria sexual que ello conlleva se hace negocio del placebo hipererotizador, mercantilizado, como sustituto de la poco o nada rentable sexualidad proletaria. El Orden Neomalthusiano, que ha logrado, por ejemplo, reunir a cientos de miles de jovenes de ambos sexos en universidades durante nada menos que un lustro, sin que la sexualidad humana de su fruto en reproducción y nueva vida, ofreciendo movilidad social ascendente a cambio de obediencia reproductiva, ¿qué no puede conseguir en el campo proletario cuando las necesidades de la acumulación de capital lo perfecciones y reestructuren?
En efecto, estos capitales que reciclan la miseria sexual en abundancia erótica, mercantil, son muy rentable pero además de que hay que sospechar que está subvencionado por su función política desmovilizadora y reductora de la reproducción proletaria. Este capital hiperetoizador-castrativo necesita normalización social y legitimación pública, e incluso llegó a la mesa de la ministra a imponer sobre la torre de documentos la firma de la legalización de los sindicatos pro explotación prostitutiva como muestra de su poder. Ahora, sicólogos, sociólogos, periodistas, antropólogos de clases medias convergen par eludir el paro con ese capital para legitimar y encauzar su expansión, esto es la mercantilización masiva del erotismo, ya sea homoerotico, heteroerotico o sexual, aunque el grueso de la reforma de la sexualidad, especialmente la proletaria la llevan los laboratorios químicos, cuyas atrocidades sobre los cuerpos masculinos y femeninos comenzamos a conocer, clínicas de fertilidad, cuyas atrocidades pronto comenzarán a conocerse, y, por último, los abortaderos y sus laboratorios biogenéticos, no menos de 40 a escala estatal, que abiertamente ha industrializado la edad prenatal humana, y reducido a esta a mera materia prima, sin que la Carta de Derechos Humanos haya servido para nada.
Precedentes en los EEUU
Ahora la ofensiva de las clases medias neomalthusianas se concentran en aplastar al sector anarquista y comunista del feminismo precisamente para poder desplegarse sin trabas, durante la expansión que podría traer la Robotización tras la próxima crisis capitalista. Esto no es la primera vez que ocurre. En los años 1960s-70s, un sector de las clases medias emergente, rabiosamente neomalthusianas, ya aplastó a las feministas para hacer hueco a estos explotadores, poder desplegar los abortaderos en los barrios proletarios afroamericanos, y ampliar los negocios de explotación reproductiva, he ahí las manipulaciones de la antropóloga anti feminista y anti proletaria Gay Le Rubin, que era, a la sazón, portavoz de los capitales hipererotizadores-castrativos de California.
En estos momentos, a partir de cuadros neomalthusianos formados, o mejor dicho, adoctrinados con dogmas y lavados de cerebro socialdemócratas neomalthusianos en las universidades y luego lanzadas a la palestra de la lucha de clases con titulaciones como "antropólogos”, “periodistas”, “sicólogos”, “abogados”, “sociólogos”, etc, etc, el capital castrativo-hipererotizador, clramente neomalthusiano, en su locura antisexual y de codicia desenfrenada, está organizando una ofensiva contra las proletarias comunistas y anarquistas activas en el movimiento feminista, en forma de una campaña de difamación e intoxicación sobre sus posiciones, en las tres importantes posiciones políticas anti explotación acertadas arriba mencionados.
Estas clases medias neomalthusianas, retroaccionarias(en tanto retroaccionan, accionan hacia atrás, hacia la reproducción de las relaciones sociales de producción capitalistas) están volviendo a las andadas, lo que implica que el dinero vuelve a fluir hacia formar medios de producción ideológicos para eliminar la traba que las feministas no neomalthusianas representan contra la expansión de esos capitales, por su negativa a legitimar la cosificación de las mujeres proletarias. Jamás se han visto más majaderias juntas que las de los primeros libros justificatorios y anti feministas proletarias que los neomalthusianos y estos capitales industrializadores de la sexualidad y el erotismo están comenzando a lanzar.
La industria pornográfica va a eclosionar en la Robotización
El momento es importante. La industria pornografíca se está desarrollando junto a un mercado hipererotizador-castrativo más vasto y junto a la muy inquietante nueva industria antisexual de la artificialización de la reproducción biológica humana, mitad granja ganadera mitad isla del Doctor Moreau, mercado basado en la imposición criminal de nuevas tecnologías retroaccionarias, capaces de crear adicción en masa a los hombres excluidos de la sexualidad, primero, que hy por hoy son la mayoría, y luego a las mujeres, ya no necesarias como autoreproductoras y en vías de ser expropiadas de su potencia reproductiva para concentrarla, a la busca de nuevos nicho de ganancia, en las industrias ganaderas humanas biogenéticas emergentes.
Estamos ante una tendencia realmente brutal hacia la expropiación de la sexualidad y el erotismo humanos al completo por parte del capital. Estos capitales hipererotizadores-castrativos y el Estado Neomalthusiano que buscan instaurar, ahora emergentes, se quieren quitar de en medio a las feministas anti cosificación pues son un estorbo para la valorización de sus capitales, y obstaculizan la reinversión de los excedentes, esto es, la expansión de la acumulación de capital, y es precisamente en este momento cuando empiezan a surgir falsos conflictos que antes no existían, sobre majaderías como que se puede cambiar, “transitar” de un sexo a otro. No, no se puede, es imposible cambiar de sexo, se puede cambiar de rol erótico pero no de sexo biolǵogico, y no se puede cambiar de sexo porque es materialmente imposible cambiar al completo el material genético de un cuerpo humano, sin destruirlo. Por esto, que los neomalthusianos saben muy bien, este debate descerebrador es artificial y muy probablemente esta subvencionado como medio de distracción y arma anti proletaria y, ahora, anti feminismo proletario.
Ni se puede cambiar de sexo nadie, - aunque se pueda cambiar de rol erótico -, ni tomar hormonas para dar apariencia más femenina a un varón o más masculina a una femina, es bioseguro especialmente para los riñones, de hecho es muy peligroso, y esta gente que carga contra las feministas proletarias a la vez no está informando de la gravedad de la situación a estos chicos y chicas, mientras se dicen activistas que les defienden; FALSO, mientras no denuncien el negocio de quimicalización de sus cuerpos no les están defendiendo sino dejando en el desamparo. De otro lado, insisto, cambiar de sexo a individuos humanos está tan lejos del alcance científico-técnico actual como emplear galaxias como ordenadores. Pero es que además, aunque fuera posible, en condiciones capitalistas y aplastados por montañas de mentiras, no es posible ninguna liberación ni erótica ni sexual.
¿Por qué inventarse, precisamente ahora, que es realmente posible cambiar de sexo respaldándose en las sandeces del ejercito de arribistas antropologas neomalthusianas? Por intereses comerciales y de clases medias que buscan su movilidad social ascendente en el crecimiento de los mercados hipererotizadores-castrativos, surgidos de la inmensa ola de represión antisexual neomalthusiana del siglo XX, que, no lo olvidemos, han implicado una reforma radical de la sexualidad del proletariado, determinada de arriba a abajo y de derecha a izquierda, y que se pretende reeditar en el siglo XXI pero esta vez de manera aún más brutal que durante el toyotismo. Y tienen la cara de plantearlo así, como supuesta liberación, en países en que han demolido la reproducción social de proletariado a matarrasa, como a un bosque de robles lo derriba una constructora ávida de ganancias pero que a la vez llena el mundo de carteles proclamándose verde, ecológica, sostenible.
Siglo y medio de mentiras neomalthusianas anti proletarias, en vías de super-hipertrofia
Llueve sobre mojado, la misma terminología de uso común, de la que en último término se desprenden estos absurdos neologismos (hetero, cis, coagulo), que van del disparate en impostura anti científica a la merluzada más desembozada, es un cúmulo de mentiras que por añejas y normalizadas parecen ciertas, indiscutibles, dizque progresistas y otros artefactos, como lo de “transexualidad”, “heterosexualidad”, “homosexualidad”, que recuerdan a lo de “Vendrán con diccionarios y otras armas negras” de Pablo Neruda. El concepto erróneo de “homosexualidad” fue inventado alrededor de 1860 por un voluntario gay, era políticamente legitimo porque en aquel momento los homofobos mezclaban denominaban pederastia a toda relación homoerotica, pero ese concepto terminológicamente erróneo aunque polítcamente legitimo en aquel momento fue tomado por los laboratorios neomalthusianos y difundido masivamente como correcto, cuando es un oximoron, con el objetivo de emplearlo en su ofensiva estratégica contra la reproducción proletaria.
Así, de concepto descaertado pasó a componer en el bloque de terminología confusionista neomalthusiano, una mentira submetida en ese concepto erróneo, de la supuesta existencia de una sexualidad “homo”, que pasó a formar parte de la capa exterior de las 3 Mentiras Históricas del Neomalthusianismo (la del Siglo, la del Milenio y la de la Era), mentiras de laboratorio, plasmadas desde hace siglo y medio por las clases medias neomalthusianas y sus aliados monopolistas en su lucha por el control cibernético del proletariado, su sexualidad, reproducción y erotismo, para maximizar la produccción de plusvalía. Hay homoerotismo, hay transerotismo, y personas transeróticas, hay perosnas homoeróticas, que por supuesto, merecen todo el respeto y tanto apoyo cuanto necesiten y se les pueda brindar, pero ni hay ni pueden existir “homosexuales” porque dos señores o dos señoras en una cama no pueden crear nueva vida, no reproducen la especie, ni es su función, por tanto no pueden ser ni son sexuales en esa relación erótica, no están ejerciendo el sexo, son eroticos... si no acertamos en esta distinción básica pasaremos a ser completamente manipulables en todas y cada de las cuestiones que de ella se derivan. Nos hemos tragado durante un siglo la jergología confusionista de los sinvergüenzas neomalthusianos que se merendaron por dentro a la Segunda y Tercera Internacional, desviando el movimiento del 68 hacia sus planes de negocio, y ya va siendo hora de que pasemos a la contraofensiva.
¿Expropiación de la sexualidad proletaria y expansión del mercado castrativo-hipererotizador y su cosificación superexplotadora del proletariado?¿Eugenesia 4.0? NO, GRACIAS.
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