Entre el 21 y el 24 de marzo, Ángela Davis, militante antirracista y feminista afroamericana visitó Montevideo. Allí ofreció una serie de charlas y conoció organizaciones afro uruguayas. Además, recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de la República, por su labor militante en la defensa de los derechos civiles y por su producción académica siempre anclada en alimentar las luchas de lxs oprimidxs.
Fue perseguida, encarcelada y luego liberada cuando ya se había convertido en un símbolo de las luchas antirracistas alrededor del mundo. Actualmente, a los 75 años, continúa con su activismo y dedica su producción académica a los feminismos en clave interseccional y al estudio de las prisiones desde una perspectiva abolicionista. En esta crónica recuperamos las ideas que compartió como claves para pensar la sociedad actual y su transformación revolucionaria.
Ángela es mujer, negra, lesbiana, militante y nacida en un barrio segregado de Alabama, Estados Unidos. Ninguna de estas características por separado alcanzan para dar cuenta de la complejidad de su historia de vida y de sus luchas. Quizás nombrarlas todas juntas tampoco baste, pero pensar la interrelación, la imbricación de su pertenencia de género, raza, sexualidad y clase ayude a darle espesor político a su biografía.
Davis lo explica con claridad cuando se refiere a Marielle Franco, asesinada por luchar como mujer, negra, lesbiana denunciando las violencias contra la población más oprimida en Brasil. Según ella, el trabajo de Marielle articulaba las condiciones de pobreza, marginalización, represión y violencia con las estructuras institucionales de la raza y el género.
De la misma manera, cuando denuncia el llamado “complejo carcelario industrial” que mantiene en las prisiones fundamentalmente a las personas pobres y racializadas, Ángela muestra cómo el racismo ha sido el gran impulsor del desarrollo del capitalismo global: mientras EEUU cuenta con sólo el 5% de la población mundial sus prisiones albergan el 25% de las personas privadas de la libertad, en su mayoría personas negras, indígenas y latinas (un tercio de estas son mujeres). En sus palabras “las cárceles constituyen el lado B de la democracia capitalista” demostrando la dimensión operativa del racismo estructural.
Pero Ángela va más allá de las críticas a las instituciones de encierro y convoca a abolir las instituciones del sistema capitalista heteropatriarcal desde el Ejército al Matrimonio, cuestionando las políticas de “inclusión” de lxs segregadxs en ellas. Sobre el Matrimonio afirma: “es una institución capitalista y heteropatriarcal que incluye la violencia, aun cuando los participantes sean no normativos”.
La interseccionalidad como arma
La militancia y producción teórica antirracista de Davis incorpora las visiones feministas y marxistas en un abordaje interseccional de la dominación. En consonancia, define al capitalismo como “racista, homofóbico, transfóbico, colonial”. La interseccionalidad como concepto, surge desde el feminismo negro y disidente estadounidense de fines del siglo XX, del que Ángela también es referente, como cuestionamiento a los feminismos blancos de clase media, pero también a las visiones antirracistas masculinas.
En el “Manifiesto del Río Combahee– Una declaración Negra Feminista” del año 1977, las autonombradas Mujeres de Color lo decían de esta forma: “estamos comprometidas a luchar contra la opresión racial, sexual, heterosexual, y Clasista, y que nuestra tarea específica es el desarrollo de un análisis y una práctica integrados basados en el hecho de que los sistemas mayores de la opresión se eslabonan. La síntesis de estas Opresiones crean las Condiciones de nuestras vidas”.
Además de las feministas negras, también desde Nuestramérica, la interseccionalidad ha sido críticamente retomada para pensar las complejidades desde perspectivas decoloniales. La mirada del cruce, interseccionalidad, o entramado, que Ángela retoma como enfoque político, apunta a señalar que el sistema de dominación es múltiple, donde las opresiones de clase, género y raza son difíciles de separar, y se refuerzan mutuamente en la vida de las personas.
“yo soy la torta, yegua, negra warrior, queen del barrio, vos sabés”
Miss Bolivia (https://lahaine.org/fN35)
Lo más interesante de la referencia de Ángela Davis a las miradas interseccionales de clase, género y raza, es que no sólo las pondera para caracterizar cómo nos dominan, sino que es una posición desde dónde pensar las resistencias y las construcciones políticas contrahegemónicas. Esto se hace cuerpo en la propia biografía de Ángela: al pelear como mujer negra para enseñar en una universidad de blancos, al organizarse dentro de las Panteras Negras por los derechos civiles, al militar como feminista negra a pesar de la cárcel y la persecución en el centro del imperio. Quizás por el sentimiento de estas experiencias comunes, Ángela repite en sus charlas el nombre de Marielle, pero también el de Léila González y otras brasileras antirracistas, menciona al movimiento de mujeres negras de Colombia, de Uruguay, de Centroamérica, y la lucha de Palestina. Pero no sólo para analizar el sometimiento, sino presentándolas como respuesta frente a éste. A su juicio, “el liderazgo de mujeres negras en la región genera esperanza”, y “cuando las más oprimidas comienzan a liberarse, el mundo comienza a liberarse con nosotras”.
Otro elemento para rescatar de esta clave de lectura es que, aunque parte de experiencias situadas en los cuerpos, nos ofrece también una hoja de ruta para pensar cómo fortalecer las luchas colectivas, incluso más allá de las falsas fronteras nacionales. En tal sentido, nos invita a reflexionar hasta qué punto es el Estado Nación hoy la forma adecuada de organizar la sociedad. Por otro lado, al analizar los procesos migratorios se pregunta por qué mientras se promueve el libre movimiento del capital y las empresas cuando la gente comienza a migrar se les denomina ilegales. Dice Ángela “Si analizamos los movimientos antirracistas en marco interseccional nuestras luchas van más allá de las áreas geográficas de nuestros países y regiones”, porque, según ella, este cruce da cuenta de “una unión más profunda de las luchas de los últimos 500 años”.
Davis pone en evidencia la necesidad de articular las luchas contra el racismo a escala internacional. Nos propone hacer visible el paralelismo que existe entre la violencia estatal denunciada por el movimiento Black Lives Matter en EEUU y la violencia de estado en el régimen apartheid israelita contra el pueblo palestino. La circulación internacional de las luchas requiere enfrentar la administración de Trump “el ocupante de la Casa Blanca” pero también decirle No a Netanyahu en Israel, a Bolsonaro en Brasil y rechazar la intervención político militar en Venezuela, entre otras.
Como parte de esta necesidad de articular una mirada compleja, reivindica las luchas por la justicia ambiental, como combates que se encuentran en la base de las otras reivindicaciones, y vincula la violencia contra los animales con los ataques al medioambiente. Señala textualmente “La justicia ambiental es el punto de partida de todos los movimientos de justicia social”. Asimismo, rescata las miradas queer del género, acuñadas por las generaciones más jóvenes, “por ser abarcativa no solo de las disidencias, sino también de las diferentes luchas anticapitalistas y antirracistas”.
Entonces, abrir las fronteras de las luchas y de las mentes, entrenando la mirada en clave interseccional es un desafío que la figura de Ángela, entre tantas otras (Berta Cáceres, Leyla Guven, Marielle Franco…), pone sobre la mesa, para pensar nuestros feminismos, y también para articular un sujeto colectivo que vuelva potencia, que nos reafirme desde nuestros lugares de combate por un mundo diferente.
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Fuentes:
-Exposiciones de Ángela Davis en Montevideo, 22 y 23 de marzo de 2019.
-AAVV (1977) Manifiesto Colectivo del Río Combahee: Una declaración negra feminista. Disponible en https://we.riseup.net/radfem+spanish/manifiesto-colectiva-del-rio-combah
-Lugones, María (2008) Colonialidad y Género. Binghamton University.
-Migliaro, Mazariegos García, Lezica y Díaz Lozano (en prensa) “Interseccionalidades en el cuerpo territorio”, en Cru z: Cuerpo, territorio y feminismos. Quito: Abya Yala.
-Valdés Gutiérrez, Gilberto (2005) Diversidad y articulación en América Latina de los desafíos de los movimientos sociales ante la civilización excluyente. patriarcal y depredadora del capital”, Revista Dialéctica, Año 29, Nº 37 (pp 37-64).
-Vivero Vigoya, Mara (2016) La interseccionalidad: una aproximación situada a la dominación. Debate Feminista. Universidad Nacional Autónoma de México, Programa Universitario de Estudios de Género. Número 52 (pp. 1–17), disponible en http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0188947816300603
(*) Integrantes de la Cátedra Libre Virginia Bolten. Foto: Ángela Davis en Montevideo muestra el cartel de la Campaña por el 34º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans en La Plata
x Juliana Díaz Lozano y Melina Deledicque / Marcha |