Fue darse cuenta de que los políticos, los especialistas que
aparecen en los medios y la apatía individual pueden ser
más perjudiciales para los sistemas realmente críticos
que cualquier gusano informático que pueda existir, según
lo señalado por el consultor de seguridad informática Richard Forno, autor de dos libros sobre
detección de intrusiones en las redes y ciencia forense
informática.
El nuevo libro de Forno, Weapons
of Mass Delusion: America's Real National Emergency (Armas de
Falsas Ilusiones Masivas: La verdadera emergencia nacional de los
Estados Unidos), en lugar de tratar sobre la última amenaza
contra la seguridad del silicio, hace un análisis minucioso de
las "peligrosas falsas ilusiones de la cultura estadounidense moderna".
En este libro, en el que hace una crítica de una gran
variedad de temas tales como religión, tonos de repique de los
celulares, la defensa de la patria y Hollywood, Forno advierte que "el
verdadero peligro que enfrenta Estados Unidos es aquello en lo que nos
estamos permitiendo convertirnos".
Wired News habló con Forno sobre política
tecnológica, la "violación preembarque" de las
líneas aéreas, la manipulación de la
opinión por parte de los medios, el sensacionalismo, la
fé, el dogma, y de cómo se inspiró en The
Matrix y en un par de ajustados pantalones de cuero.
Wired News: Todos sus libros anteriores tratan
sobre temas técnicos. ¿Qué lo llevó a
empezar a escribir sobre política de repente?
Richard Forno: Por más que me de
vergüenza decirlo, y a pesar de que se trató de una
película fantástica por una serie de razones, fue el
concepto que se transmite en The Matrix de que la realidad
es una ilusión lo que me llevó a reflexionar acerca de
qué poco control efectivo tenemos sobre nuestra sociedad y
nuestras vidas a pesar de la ilusión de que somos libres y
podemos forjar nuestro destino.
Salí del cine obnubilado, no por los pantalones de cuero
ajustados de Trinity -aunque sin dudas fueron un punto a favor de la
película- sino por el triste mensaje que ofrece la
película acerca de la sociedad a quienes ven más
allá de los efectos especiales y por el espectral reflejo de la
realidad moderna que presenta.
Después del 11 de septiembre, esa ilusión
rápidamente se convirtió en una forma fácil de
hacer que los ciudadanos y los legisladores claudiquen y apoyen grandes
cantidades de controvertidas propuestas enmascaradas con el inocente
disfraz del patriotismo para lograr una aprobación segura,
incluidas esas leyes que pueden sonar patrióticas pero en
realidad de patrióticas no tienen nada. El libro surgió
de esas reflexiones.
WN: ¿Cree que es tiempo de que los hackers
centren su atención en la política más que en las
computadoras? ¿Cree que algunas de nuestras personas más
brillantes están demasiado imbuidas en el tema del código
y no participan como deberían de la política?
Forno: Necesitamos personas capaces de salvar esa
brecha y de sentirse cómodas hablando tanto con los que son
especialistas en tecnología como con los que no lo son. Si usted
quiere ver tecnófilos -geeks- involucrados en la política
de alguna forma productiva que vaya más allá del lobby
que están haciendo hoy, se necesitan tecnólogos con una
profunda comprensión de las personas y de la sociedad y que
además tengan experiencia en el arte del compromiso.
Los especialistas en tecnología -me incluyo- tienen tendencia
a centrarse solamente en los dispositivos, en las redes y en qué
dijo tal o cual en Slashdot... Todavía no conozco muchos que se
puedan sentir cómodos en el Congreso. Pero sigo buscando. Y
tengo esperanzas.
WN: Si usted pudiera cambiar solamente una de las
cosas sobre las que escribió en su libro, hacer desaparecer un
problema, ¿cuál eligiría?
Forno: Algo de lo que eliminaría son muchos
de los especialistas que se ven hoy en día en la
televisión presentando sus opiniones arrogantes, interesadas y
unilaterales como noticias y hechos. Ese estilo del que hacen gala para
ejercer dominio sobre el "entretenimiento informativo" no cumple
ningún propósito más que el de mantener a la
audiencia entretenida con otros temas para que no vean el mundo real y
no piensen por sí mismos. En ese sentido, modificaría
toda la industria de las noticias de la televisión
estadounidense, porque lo que están presentando en los
últimos tiempos difícilmente puede considerarse noticias.
WN: ¿Qué otra cosa le molesta
especialmente?
Forno: Podría escribir un libro entero sobre
ese tema, pero le doy algunos ejemplos:
Estamos permitiendo que los monopolios de Hollywood consideren y
juzguen a las personas como culpables hasta que se los declare
aún más culpables en un tribunal o decidan llegar a
algún arreglo.
Los alumnos de nivel secundario de hoy en día saben
más sobre los Tres Chiflados que sobre los tres poderes del
gobierno.
Viajar por avión siempre fue una odisea, pero ahora la
"violación preembarque" es parte del vocabulario de todos los
pasajeros estadounidenses. Las personas de nuestro país
están sometidas a un nivel cada vez mayor de vigilancia
electrónica y data mining por parte de los adivinos del gobierno
que tratan de evitar el próximo atentado terrorista, a pesar de
que reconocidos expertos en seguridad han descartado la utilidad de
esos esfuerzos.
WN: ¿Todavía tiene esperanzas de que
podamos salvarnos de nosotros mismos? ¿O cree que el daño
que hemos hecho a nuestro país es irreversible?
Forno: Por cómo están marchando las
cosas en este momento, no me animaría a ser demasiado optimista.
WN: Entonces, ¿escribió el libro con
la idea de que podía cambiar las cosas, o solamente para hacer
una catarsis?
Forno: Los primeros borradores estaban muy cargados
de zozobra y desasosiego. Esa característica se fue modificando
durante el proceso de edición, y el libro se fue volviendo
más equilibrado y menos teñido de opinión. Pero
sigue siendo una serie de quejas bien desarrolladas y bien informadas.
Tal como digo en el prefacio, mi objetivo era hacer que la gente
piense de otra manera sobre las cosas que importan en la vida y en la
sociedad que los rodea. No estoy diciendo que mis opiniones sean
acertadas o no, y no me importa si los lectores están de acuerdo
con todo lo que digo o no concuerdan con nada. Pero si empiezan a
pensar de otra manera con respecto a los temas que trato (en el
libro)... o incluso si se sienten movidos a hacer preguntas sobre cosas
que de repente les parecen extrañas con respecto a la sociedad,
entonces he logrado lo que me propuse, y me puedo dar por satisfecho.
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