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Anàlisi :: corrupció i poder |
Alcaldes, prefectos y consejales
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per Raúl Crespo Correu-e: rcpuma061@yahoo.com |
29 set 2018
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Las alcaldías en estos tiempos son botines económicos por la putrefacción de la política. |
Alcaldes, prefectos y concejales.
En este artículo reflejo una parte de la mala organización de los poderes públicos producto de una democracia que no encuentra el orden económico, político y social por la impotencia de las leyes contra la corrupción y contra la ineficacia del burocratismo, nos lleva a un desorden que nos ha conducido al desastre.
La Asamblea Nacional, Corte Constitucional, Corte de justicia, Fiscalía general de la Nación, Contraloría, Consejo Nacional Electoral, Alcaldías y Prefecturas más la mayoría de ministerios éticamente están podridos hace rato.
En Ecuador el fraude electoral es la norma desde que en 1830 se inició como Republica. Las elecciones eran limitadas y manipuladas, solo un reducido grupo de varones con dinero y blancos mayores de edad podían votar; las mujeres y trabajadores que eran la gran mayoría no podían sufragar, con el paso del tiempo se levantaron algunas restricciones que permitieron desde 1929 a las mujeres votar y desde 1978 a los analfabetos, sin embargo, el fraude continuo con las juntas electorales conformadas por liberales del gobierno colocados en esos puestos por los gobernadores y los jefes políticos en las provincias y cantones. Además, los soldados asentados en esas localidades votaban por los candidatos oficiales y en los conteos “les hacían ganar” a los gobiernistas. Hoy, se va la luz por algunos minutos y en las computadoras aparecen otros porcentajes en las papeletas llegadas de “bien lejos” donde es difícil comprobar el fraude.
El Consejo Nacional Electoral, aprobó 276 organizaciones políticas para que puedan participar el 24 de marzo del 2019 en las elecciones de alcaldes, prefectos y concejales; de estas 276 organizaciones solo 21 son nacionales divididas en 7 partidos políticos y 14 movimientos el resto 162 o el 58% de ellas son provinciales, cantonales e incluso parroquiales.
Organizaciones políticas en cantidades nunca antes pensadas nos dice que las alcaldías y los puestos de concejales son botines económicos en donde la improvisación solo satisface a grupos particulares que negocian intereses como principios con los famosos pactos que nada tienen que ver con las alianzas, necesarias para une buena gestión social.
En Sudamérica somos los primeros en organizaciones políticas, estamos para Guinness, también nos dice que la politiquería, el fraude, la corrupción y un salario fácil es lo que busca la gente ante las crisis que azotan Ecuador.
Enormes cantidades de personas buscan trabajo en la politiquería nacional. El sueldo desde los 2.000 hasta los 5.000 dólares es una gran tentación más lo que se puedan llevar con los chanchullos de las obras nos enseña que la ideología no están con la derecha o con la izquierda política esta con el dinero y con lo material, la mayoría saben que en 4 años de alcaldes, prefectos y concejales pueden organizar su futuro y el de sus familias.
A los dueños de estos partidos y movimientos políticos no les interesa saber si los nominados para alcaldes, prefectos y concejales tienen preparación y consciencia, simplemente los eligen sin que importe su capacidad intelectual y moral para entender y practicar leyes, normas y reglamentos para que puedan juzgar el poder político del Estado.
Hace rato largo que en Ecuador, no hay ni política ni moral nos dice los 171 cantones visitados mientras recorría 23 provincias en estos últimos 7 años. La palabra derecho en este país es cada vez más relativa por su vaguedad sin límites pues no se sabe dónde empieza ni donde termina, lo que sí está claro es que el estado de derecho agoniza porque no solo está muriendo la legalidad y con ella la moralidad. Los GAD (gobiernos autónomos descentralizados) son un ejemplo de esto.
¿Qué camino recorren las alcaldías y las prefecturas con la naturaleza que condicionan las culturas de los pueblos a sabiendas que el ser humano se instaló en la naturaleza desde sus orígenes, se acoplo y exploto, pero, las alcaldías y prefecturas están a la altura de los nuevos tiempos? Decir que hacen lo que pueden no es suficiente para medir su eficacia en la satisfacción de servicios básicos sanitarios, ambiente sostenible, ciencia y tecnología y programas futuros para pueblos y ciudades siempre desbordados en la planificación municipal no solo por la migración sino por la incompetencia de los GAD.
Por otro lado pregunto ¿la mala economía del país engendra la pésima gestión de los gobiernos autónomos descentralizados? Ni la crisis política ni la económica ni la frustración del pueblo con la revolución ciudadana, alcanzan para explicar esta explosión de ineficacia publica porque si hay alcaldes que han sumado muy buenas gestiones en sus ciudades como Julio Cruz en San Miguel de Urcuqui, Jaime Nebot en Guayaquil, Álvaro Castillo en Ibarra, Manuel Caizabanda en Pelileo y Agustín Casanova Cedeño en Portoviejo; sin embargo, la correlación entre fenómenos económicos y morales es demasiado notoria para ignorarlas.
Los alcaldes mencionados con sus ejercicios desde las alcaldías practicaron los verdaderos conceptos de Republica, servicio, democracia, revolución, sin que importe si eran de izquierda, centro o derecha política; todos estos conceptos fueron prostituidos por Rafael Correa y sus esclavos mentales quienes pasaron por alto los necesarios desacuerdos y su importancia para el desenvolvimiento de la sociedad porque no existe sociedad sin conflictos. Por 10 años Correa “olvido” que el Estado está conformado por pueblos diversos, religiones e ideologías varias y que el servicio de los gobiernos es para todos.
Los alcaldes Cruz, Nebot, Castillo, Caizabanda y Casanova, nos enseñan que primero hay que conversar antes de debatir los proyectos y que la eficacia es más importante que la eficiencia al momento de ofrecer hechos y resultados al pueblo y a sí mismos.
Más del 95%de las alcaldías presentan una imagen deprimente por el deterioro ético, por la mediocridad y el oportunismo de los alcaldes, prefectos y concejales, este deterioro es tan profundo y constante que es un verdadero dilema si será posible lograr la ética pública considerando que la vergüenza y la verdad no existen en la política; se impulsó la mentira, la corrupción, la prepotencia y la ineficacia que predominan en la crónica roja que todos los días nos llega a nuestros hogares. Ha hecho que la política no sirva a la ciudadanía.
La mayoría de estas autoridades no tienen idea de lo que significa servicio social, se mantienen en sus cargos por la ignorancia y somnolencia del pueblo, entre los dos grupos hay una devastadora pereza intelectual. Los primeros se enamoran del poder mientras el pueblo se lava las manos eligiéndolos para que les resuelva todos los problemas.
Los concejales son un lastre para las alcaldías, son floreros decorativos que cobran la mitad del sueldo de los alcaldes solo para asistir a las reuniones del Consejo nada más, por supuesto que hay excepciones pero estoy seguro que son poquísimas, son más un estorbo que un beneficio para las ciudades en su papel de legisladores y fiscalizadores. Con estos ejemplos es que la gente busca un puesto en la política de las alcaldías para ganar dinero fácil.
No sé si las juntas parroquiales benefician o entorpecen la labor de las alcaldías y prefecturas, lo que si se observa es, que el oportunismo politiquero y la subcultura social están en pleno apogeo, es decir, la moralidad cae en picada y no hay como detenerla.
Es increíble que haya cantones con 14.000 o menos personas, deberían ser parroquias de un cantón considerando que las asignaciones son bajas. Las transferencias del gobierno a los GAD son del 15% del presupuesto de la proforma económica del país y las transferencias están de acuerdo con el número de habitantes de los cantones por eso las auto gestiones se imponen pero no todos los alcaldes la realizan; por otro lado el gobierno no devuelve la totalidad del IVA a las alcaldías y prefecturas porque no hay liquidez, son más menos unos 80 millones de dólares nos dice la verdadera situación económica del país.
Estos problemas de transferencias se solucionan con el tiempo, pero, hay otros graves problemas al interior de las alcaldías como las reformas a los presupuestos, se toma dinero de aquí y de allá para satisfacer a los seguidores del alcalde con pequeñas obras que afectan las principales, a esto se lo conoce como ideología.
Este tipo de ideología en los GAD arrastra serios conflictos entre las direcciones de planificación y ejecución de obras, recolección de basura a los ¿vertederos o botaderos de basura? falta de agua potable, alcantarillado con piscinas de oxidación, problemas ambientales, emprendimientos, ciencia y tecnología, ayuda técnica para la agricultura y ganadería sin que importe si es competencia o no de los GAD, recreación, movilidad, atención al usuario con amabilidad y prontitud, planificación futura y sobre todo credibilidad y popularidad en la gestión con ética. Pocas alcaldías como las de Guayaquil, Portoviejo, Pelileo, Urcuqui e Ibarra, han optimizado los éxitos, los problemas y la aceptación de sus pueblos.
Pocas alcaldías pueden encadenar algunos proyectos con los emprendimientos y que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales como el turismo, el conocimiento capaz de dinamizar la economía local con creatividad e innovación. Las alcaldías anotadas para su destaque de una u otra forma realizan estos encadenamientos de proyección sustentable para el beneficio de sus pueblos y del país.
Vengo solicitando tiempo atrás al gobierno que las prefecturas deben desaparecer previa una consulta popular por lo irrelevante de su gestión en la mayoría de provincias, lo que los prefectos realizan como obras al interior de esos territorios lo pueden realizar las mismas alcaldías y el ministerio de Obras Públicas. Esto lo pueden leer en “Reestructurar el Estado” en indymedia Barcelona.
Raúl Crespo. |
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