Las acciones diarias de
la resistencia iraquí les están costando a EEUU
y Reino Unido vidas, dinero y desligitimación doméstica
y en el propio Iraq, ello asociado, muy particularmente en el
caso del gobierno Blair, al escándalo sobre las mentiras
y la manipulación de los informes sobre el rearme iraquí.
También desde agosto, las tropas británicas son
objetivo de ataques mortíferos en el sur del país.
Los atentados contra la embajada de Jordania y la sede central
de Naciones Unidas en Bagdad, y contra el ayatollah al-Hakim
en Nayaf afectan gravemente el proceso de legitimización
de la ocupación en los ámbitos regional, internacional
e interno. La Administración Bush reclama ahora al Consejo
de Seguridad una mayor implicación económica y
militar en Iraq sin renunciar a controlar el futuro del país,
incrementado con ello el descrédito de Naciones Unidas.
El mes de agosto se cierra para EEUU y el Reino Unido con
una situación crítica en Iraq. La razón:
el afianzamiento de la resistencia a la ocupación. Las
acciones de la resistencia iraquí les están costando
a los ocupantes vidas humanas, dinero y desligitimación
doméstica y dentro del propio Iraq. En las últimas
semanas, coordinados o no sus grupos, las acciones de la resistencia
combinan hostigamiento diario a las tropas de ocupación
y sabotajes a infraestructuras estratégicas con atentados
brutales contra objetivos especialmente significativos.
Las acciones militares contra las tropas de ocupación,
si bien han podido disminuir en número (en ningún
caso por debajo de una media diaria de una docena [1]),
muestran claramente -como así lo reconoce el propio
Pentágono- que los grupos de la resistencia
iraquí tienen capacidad de adaptarse a las nuevas
tácticas de los ocupantes y sostener una estrategia
de hostigamiento diario pese a la represión,
recurriendo ahora predominantemente a la colocación de
explosivos que detonan por control remoto al paso de los convoyes
militares o en instalaciones civiles y militares, el último,
el sábado 30, sin que causara muertos, contra el cuartel
principal de las tropas británicas en Basora.
El Comando Central de EEUU cifraba el 14 de agosto en 60 el
número de militares estadounidenses muertos en acciones
de combate desde el primero de mayo, fecha del fin formal de
la guerra, proclamado por el presidente Bush a bordo del portaviones USS
Lincoln; a día 1 de septiembre la cifra de
muertos en combate es ya de 65, además de 11 británico
y un danés [2]. También desde agosto, las
tropas británicas comienzan a ser objetivo de ataques
mortíferos en el sur del país, una zona ya fuera
del denominado "Triángulo sunnita", en el centro del
país. Los heridos, según ha denunciado la
asociación estadounidense de familiares de militares
enviados al Golfo "Familias de Militares Hablan Claro", son
millares, no 827, como indica el Pentágono [3].
La tensión ocasionada por el hostigamiento de la
resistencia incrementa la muerte de civiles iraquíes
por parte de las tropas de ocupación, pero asimismo
el número de muertes por suicidio y accidente entre
los soldados, el último de ellos -informaba el Comando
Central de EEUU el 31 de agosto- por accidente durante un operativo
militar desarrollado el sábado en Abbarah, al norte de
Bagdad.
Además, el tiempo de estancia de los militares estadounidense
en Iraq se amplia. Según indicó en una entrevista
concedida a la agencia Associated Press el 12 de agosto
el máximo jefe miliar de las tropas de ocupación
en Iraq, el teniente general Ricardo Sánchez, los soldados
estadounidenses servirán por un período medio no
inferior a un año, con descansos breves en países
de la región y quizás un permiso de dos semanas
en sus hogares al cabo de entre cinco y diez meses de permanencia
en Iraq. En este momento hay 148.000 soldados estadounidenses
en Iraq, muchos de los cuales esperaban poder regresar a EEUU
en septiembre.
Ocupación, 'reconstrucción'
y sabotajes
Además del goteo humano, el coste del operativo militar
en Iraq está siendo mayor del previsto: el Pentágono
gasta al mes en Iraq 3,9 mil millones de dólares, sin
incluir el gasto por reposición de vehículos y
equipamiento dañados o destruidos, y por consumo de
munición en los combates mantenidos con la
resistencia. El pasado 11 de agosto Dov Zakheim,
máximo responsable presupuestario del Departamento
de Defensa, informaba que la combinación de todos
los costes ocasionados por la intervención y
ocupación de Iraq entre enero y septiembre arrojará
un volumen total de gastos de 58 mil millones de dólares,
el equivale al presupuestado por el Congreso de EEUU para el
desarrollo de la "Guerra contra el terrorismo" en todo el
mundo y para la totalidad del año 2003 [4].
El 17 de agosto, el administrador civil de la ocupación
Paul Bremer reconocía que las acciones de sabotaje de
la resistencia están poniendo en peligro la reconstrucción
de Iraq, una afirmación que si bien puede pretender justificar
la impericia o negligencia de la Autoridad Provisional de la
Coalición (nombre que recibe la administración
de ocupación) para normalizar la situación en el
país, en claro contraste con lo que sucedió al
término de la Guerra del Golfo de 1991, sí resulta
cierta al menos para un aspecto concreto: la producción
y exportación de crudo, esencial en el proyecto estadounidense
y británico. Pocos días antes, el viernes 15, un
atentado había interrumpido el flujo de petróleo
por el oleoducto del norte del país, el Kirkuk-Ceyhan
(en la costa mediterránea de Turquía), apenas 48
horas después de su reapertura. La previsión era
que a través de este oleoducto, el mayor de Iraq, pudieran
bombearse 350.000 barriles diarios. Tras la ocupación
y hasta el momento, todo el crudo iraquí está
exportándose por el sur del país. Iraq
produce hoy poco más de la tercera parte del
petróleo que bombeaba antes de la invasión
(un millón de barriles al día frente a los
2,8 de comienzos de año), y su comercialización
se ve dificultada por los continuos actos de sabotaje de la resistencia.
El resultado directo de las acciones de la resistencia ha
sido que en las últimas semanas la Administración
Bush ha tenido que retornar al Consejo de Seguridad (CS) para
pedir dinero y más soldados, si bien sin renunciar al
control exclusivo de las finanzas del país y al mando
militar. Un ejemplo de ello es la celebración de la denominada
Conferencia de Donantes para Iraq, que se reunirá los
próximos 23 y 24 de octubre casi con seguridad en Madrid,
convocada formalmente por Naciones Unidas (NNUU), pero impulsada
por EEUU ante la crítica situación que vive Iraq
bajo su gestión. El dinero obtenido (inicialmente se pretenden
recaudar cinco mil millones de dólares) será gestionado
por la administración de ocupación bajo
supervisión del Banco Mundial [5]. Bremer ha
estimado entre 50 y 100 mil millones de dólares y
tres años el dinero y el tiempo que costará reconstruirIraq tras
estos 13 años de guerra y sanciones [6].
Socavar la legitimidad de la
ocupación
En agosto tres atentados contra objetivos de distinta
significación han afectado aún más la
pretensión de EEUU y Reino Unido (y países
asociados a la ocupación) de estabilizar su
presencia en Iraq y atar los cabos de su control futuro
sobre el país. Se trata de los ataques contra la
embajada jordana y la sede principal de NNUU en Bagdad, el hotel Canal,
(respectivamente el 7 y el 19 de agosto) y el atentado
mortal contra el ayatollah Mohammad Baqer al-Hakim en la ciudad
de Nayaf (el 29). Estos tres atentados han tenido por objeto
erosionar el proceso de legitimización de la ocupación
en sus tres fuentes posibles: el regional o árabe, el
internacional y el interno o iraquí, respectivamente.
En primer lugar, el atentado contra la embajada jordana en
Bagdad supone una advertencia a los gobiernos árabes sobre
la aceptación del cambio de régimen en Iraq y de
las nuevas instituciones designadas por el administrador Bremer,
en concreto el Consejo Gubernativo, integrado por 25 miembros
designados por la Autoridad Provisional de la Coalición
el pasado 13 de julio [7]. EEUU ha procurado sin éxito
que la Liga Árabe reconociera al Consejo en su reunión
de principios de agosto -lográndolo en cambio pocos días
después en el CS (ver más abajo).
La estabilización de Iraq y la aceptación oficial
árabe de la nueva situación regional es la base
inexcusable para que EEUU pueda reactivar y llevar a término
la negociación palestino-israelí (con su ya malogrado
intento de "Hoja de ruta" [8]) y, más
ampliamente, árabe-israelí, con la vista puesta
en la definitiva normalización (inserción)
política y económica de Israel en la
región y el arranque del proyecto de Área de
Libre Comercio EEUU-Oriente Medio [9]. El atentado
contra la embajada en Bagdad de Jordania (el país
más sumiso y comprometido con la lógica
intervencionista de Washington) fue una clara advertencia de
la resistencia a los regímenes árabes de dar por
buena una situación que resta aún por ser estable
o definitiva.
El atentado contra la sede de NNUU
en Bagdad
En segundo lugar, el atentado contra la sede de NNUU (en el
que murieron 23 personas, entre ellos el representante de NNUU
en Iraq Sergio Vieira de Melo -quizás el objetivo directo
del ataque), fue la contundente respuesta de la resistencia a
un hecho incuestionable: el organismo internacional (o los
países claves del CS antes opuestos a la guerra:
Francia, Rusia, China y Alemania) se ha convertido en un
instrumento más de la ocupación, de igual
manera que lo pueden llegar a ser las ONG extranjeras que
pugnan por instaurar un espacio entre los ocupantes y la
denominada "sociedad civil" iraquí a costa del
desmantelamiento del propio Estado iraquí y de sus
servicios públicos.
La Administración Bush ha asociado a posteriori,
tras la invasión, a NNUU en su acción ilegal, reclamando
al organismo internacional la legitimación de la guerra
y de la ocupación, finalmente formalizada en la
resolución 1438 del CS de 22 de mayo [10].
Posteriormente, el CS (con la abstención de Siria)
dio "la bienvenida al establecimiento del ampliamente
representativo Consejo Gubernativo de Iraq [...], como un
importante paso hacia la formación por el pueblo de
Iraq de un gobierno internacionalmente reconocido y
representativo de los diversos componentes de Iraq" (resolución
1500 del 14 de agosto) [11]. Tras el atentado, Denis Halliday,
ex coordinador del programa de NNUU para Iraq, ha advertido de
las graves consecuencias que esta "colaboración"
entre EEUU y el organismo internacional en "legitimar la
ocupación de Iraq" han de tener para el futuro de
NNUU, al que ha calificado de actuar como "brazo de la
Administración Bush, [como] una división de
su Departamento de Estado" [12]. El perfil de un
buen número de las víctimas del atentado
(militares de diversas nacionalidades -el capitán de
navío español Manuel José Martín-Oar-
y miembros de organismos financieros internacionales) confirman
que el hotel Canal se había convertido, al menos
parcialmente, en una dependencia más de la Autoridad Provisional
de la Coalición.
Por la lógica y las razones antes comentadas, la
Administración Bush ha logrado asimismo la
implicación de NNUU en aspectos auxiliares de
la ocupación, en concreto la asistencia humanitaria
a la población, mientras la administración
de ocupación centra su preocupación en el control
de los recursos energéticos del país y destina
los fondos restantes del programa "Petróleo por alimentos"
o los haberes iraquíes en el exterior para cubrir los
créditos de las empresas estadounidenses contratadas por
el Pentágono para la recuperación de la industria
petrolífera [13]. Así, la resolución
de reconocimiento del Consejo Gubernativo incluía además
un mandato de un año para la denominada Misión
de Asistencia para Iraq de NNUU (en inglés, UNAMI) que,
integrada por 300 miembros, debía participar en tareas
humanitarias, políticas y de reconstrucción del
país. La convocatoria en Madrid de la Conferencia de Donantes
es otro ejemplo de la voluntad de la Administración Bush
de trasladar a la "comunidad internacional" el problema de
la recuperación de los servicios básicos en
el país, un factor de crispación y desencanto de
sectores de la población que pudieran estar dispuestos
a colaborar con los ocupantes en un principio. Por el contrario,
EEUU rechazó incluir en esa resolución la propuesta
de Francia de que todo el operativo internacional en Iraq (incluido
el militar) recibiera un mandado expreso del CS de NNUU [14].
Como resultado del atentado contra el hotel Canal,
NNUU ha reducido en un 90% su personal en Iraq y ONG internacionales
como Oxfan han abandonado completamente el país [15].
El atentado contra el ayatollah al-Hakim
En tercer lugar, el brutal atentado con dos coches-bomba contra
el ayatalloh al-Hakim del viernes 29 de agosto (que ha podido
causar la muerte a entre 80 y 110 personas) tiene como objetivo
demostrar la vulnerabilidad extrema de quienes pretenden establecer
una interlocución formal con el ocupante que le permita
a éste avanzar en el establecimiento de instituciones
iraquíes que faciliten el tránsito no hacia una
independencia y democratización reales de Iraq, sino a
una segunda fase de tutela neocolonial, ya libre de la carga
de la ocupación directa del país, como ocurriera
en 1932 con el fin del Mandato británico. En este sentido,
el atentado no lo ha sido solo contra el líder -por lo
demás no exclusivo- de la comunidad mayoritaria del país,
ni pretende provocar -como se ha procurado presentar- un enfrentamiento
entre sunníes y shiíes (si bien va a tensar la
relación entre estas comunidades), sino que lo ha sido
contra todos aquéllos que han optado por colaborar con
el ocupante, entrando a formar parte del Consejo Gubernativo,
desde las formaciones kurdo-iraquíes UPK y PDK hasta los
comunistas del PCI. Como ha señalado The Washington
Post : "El ayatollah [al-Hakim] era visto en Washington
como una voz pragmática y moderada que estaba trabajando
en la sombra para facilitar el establecimiento de un gobierno
provisional" [16].
La aparente imposibilidad de los ocupantes de proteger a sus
interlocutores es un efecto añadido del atentado, en un
momento en el que EEUU pretende ampliar y diversificar la
participación militar de terceros países
(ahí está ya el contingente "Plus Ultra"
hispano-centroamericano) y, por otra parte, reconstruir los
aparatos de seguridad iraquíes a fin de aliviar su
actual presencia masiva en el país. Algún
miembro del Consejo Gubernativo ya ha anunciado su salida
del mismo en protesta por la desprotección que
demuestra el atentado contra al-Hakim [17].
Pero el atentado es particularmente grave para EEUU y el Reino
Unido: al-Hakim era el más importante interlocutor de
las autoridades de ocupación en Iraq por ser la figura
clave en el control de la mayoría shií. Ciertamente,
pese a la vinculación de al-Hakim y de su organización
-el Consejo Supremo de la Revolución Islámica en
Iraq (CSRII)- con Irán, EEUU comprendió muy tempranamente
que la invasión y la ocupación de Iraq debían
contar con su aquiescencia e implicación, a fin de asegurarse
el sometimiento de la comunidad shií del país,
clave para el control del mismo. El CSRII, reticente al principio,
finalmente participó en las reuniones preparatorias de
la invasión de Iraq llevadas a cabo en EEUU en el verano
de 2002 [18]. Antes y tras la invasión la
Administración Bush dio preeminencia al CSRII frente
a otras formaciones confesionales shiíes y
opositoras no shiíes, otorgándole el estatuto
de principal fuerza opositora iraquí en detrimento
del CNI de Ahmad Chalabi y de las organizaciones kurdas de Talabani
y Barzani, concretamente en el encuentro opositor de diciembre
pasado de Londres.
A su retorno de su exilio de 22 años en Irán,
crítico moderado con los estadounidenses y británicos,
al-Hakim condenó las acciones de la resistencia y pidió
a su comunidad "tolerancia" y "paciencia" con los
ocupantes, tal y como EEUU y Reino Unido precisaban: la
imagen de que la resistencia es solo sunnita y baasista es
esencial para los fines propagandísticos de los ocupantes,
si bien, como ya hemos comentado, en agosto las acciones de la
resistencia afectan ya también a las tropas británicas
en Basora, una ciudad que, como otras de mayoría shií
del sur del país, no pudo ser tomada al asalto en las
primeras semanas de la invasión por su resistencia. Finalmente,
al parecer por intervención directa del fallecido representante
de NNUU en Iraq Sergio Vieira de Melo [19], el administrador
Bremer logró que el CSRII entrará en el Consejo
Gubernativo, donde está representado por el hermano menor
de al-Hakim, Abdel Aziz [20].
¿Una o varias resistencias?
Una miríada de grupos se reivindican de la resistencia,
esencialmente asociados al baasismo y el anterior régimen,
al nacionalismo árabe (en concreto, la llamada "oposición
patriótica" [21]) y al islamismo [22].
Sin embargo, las características de las acciones diarias,
a veces auténticos operativos militares en sentido estricto,
el armamento y el número de combatientes parecen indicar
que el grueso de la resistencia estaría sustentado por
militantes del partido Ba'az, asociados o no a los aparatos militares
y de seguridad del depuesto gobierno, no necesariamente vinculados
a los máximos responsables del anterior régimen
o a la familia de Sadam Husein, como la muerte de dos de sus
hijos ha demostrado. Esta es la opinión predominante en
el Pentágono, y significativo es que en los últimos
operativos desarrollados contra la resistencia iraquí
el objetivo hayan sido cuadros medios del partido Ba'az, no altos
cargos [23]. Además de las informaciones sobre
la posible traición de mandos militares de la Guardia
Republicana, las consideraciones sobre la relativamente rápida
caída de Bagdad confirmarían que contingentes de
combatientes civiles y militares iraquíes se habrían
replegado y disuelto (apenas hubo rendiciones masivas, como ha
recordado recientemente el vicesecretario de Defensa Wolfowitz)
ante la imposibilidad de contener el avance estadounidense en
un enfrentamiento convencional en el que se habría empleado
por parte de los invasores incluso napalm para desalojar los
accesos a la ciudad sobre el Tigris [24].
Las características de los atentados de Bagdad contra
la sede de NNUU y Nayaf parecen coincidir y se especula (tras
la detención de algún ciudadano saudí) sobre
una improbable colaboración entre sectores baasistas y
combatientes islamistas extranjeros [25], cuya
animadversión mutua durante décadas era, por
lo demás, manifiesta. Pese a las especulaciones, no
cabe imaginar que la red al-Qaeda u otros grupos islamistas
sin presencia en Iraq previa a la invasión (el
área del grupo al-Ansar está limitada a una
zona del Kurdistán) hayan podido en pocos meses lograr
el grado de operatividad que muestra la resistencia iraquí.
Escasa credibilidad se otorga a las reivindicaciones por al menos
dos grupos de la autoría del atentado contra el hotel Canal.
En cualquier caso, coordinados o no, llevados a cabo por un
mismo sector de la resistencia o por varios, lo cierto es que,
junto con el ataque a la embajada de Jordania, los tres atentados
de agosto convergen admirablemente en la lógica de desbaratar
las fuentes internas y externas que le podrían permitir
a EEUU y a sus aliados legitimar y perpetuar su ocupación
de Iraq: no se trata de crear el caos en el país, sino
de hacer a los ocupantes inmanejable su continuidad en Iraq.
Notas:
1. Se desconoce
en realidad la media diaria de ataques, que puede ser muy superior
a la estimada. El Pentágono no informa sistemáticamente
de los enfrentamientos con la resistencia iraquí, y las
acciones que no comportan muertos entre los militares estadounidenses
solo se conocen si testigos iraquíes o militares sobre
el terreno dan cuenta de ellas a los medios de comunicación.
2. Según fuentes oficiales desde el inicio de la invasión
de Iraq han muerto un total de 282 militares estadounidenses
(144 de ellos desde el primero de mayo) y 49 británicos
(Associated Press, 30 de agosto de 2003).
3. El Pentágono informa exclusivamente si hay bajas mortales
entre sus tropas. De igual manera no informa de los fallecimientos
de heridos una vez evacuados fuera de Iraq.
4. Associated Press, 11 de agosto de 2003.
5. Sobre la Conferencia de Donantes véase en CSCAweb: EEUU
intensifica la presión interna e internacional para afianzar
su ocupación en Iraq
6. Associated Press, 17 de agosto de 2003. Véase
en CSCAweb: Diario
de la resistencia iraquí - Agosto de 2003
7. Sobre el Consejo Gubernativo véase en CSCAweb: EEUU
intensifica la presión interna e internacional para afianzar
su ocupación en Iraq
8. Sobre el previsible fracaso de la tregua palestina y la "Hoja
de ruta", véase en CSCAweb: Alto
el fuego palestino: una tregua sin futuro
9. Véase en CSCAweb: Bremer
describe ante el 'Foro de Davos' reunido en Jordania el
proyecto estadounidense de liberalización
capitalista de la economía iraquí
10. Sobre la resolución 1483 véase en CSCAweb: El
Consejo de Seguridad 'legitima' la ocupación de Iraq y
ratifica la administración colonial de EEUU sobre el país
11. "Security Council welcomes Iraqi Governing Council,
sets up new UN misión", nota informativa de NNUU de
14 de agosto.
12. Entrevista con Neil MacKay en The Sunday Herald del
24 de agosto. Halliday dimitió de su cargo en 1998 en
protesta por la prolongación de las sanciones a Iraq.
13. Véase la referencia en nota 5.
14. Associated Press, 14 de agosto de 2003.
15. The Observer, 31 de agosto de 2003.
16. The Washington Post, 30 de agosto de 2003.
17. Mohammed Bahr al-Uloum, teólogo también shií
(Reuters, 31 de agoto de 2003).
18. Sobre el CSRII y su implicación en la invasión
de Iraq, véase en CSCAweb: La
oposición iraquí en el exilio | La
Administración Bush recibe a los dirigentes
opositores iraquíes mientras fija en seis meses el
plazo para la invasión de Iraq, que obligará
a estacionar en el país 75.000 soldados durante un
década
| El
reparto de poder en el futuro de Iraq tras la guerra divide
de nuevo a los opositores iraquíes | EEUU
y Gran Bretaña vuelven a convocar en Londres a una
enfrentada oposición iraquí para
diseñar el futuro de Iraq tras la guerra y
ocupación del país
19. The Guardian, 30 de agosto de 2003.
20. Cosa que no han hecho lo seguidores del ayatollah Moqtada
al-Sadr, sobre quienes caen también sospechas de estar
tras el atentado contra al-Hakim.
21. La "oposición patriótica" incluye a
grupos y personalidades del exilio iraquí contrarios
a la intervención de EEUU contra Iraq. Algunos de estos
sectores se han posicionado a favor de la resistencia armada
y están procurando regresar a su país clandestinamente.
Véase en CSCAweb: La
resistencia armada iraquí contra la ocupación
cobra auge en el movimiento 'Resistencia y
Liberación' | Documento
político de la oposición patriótica
iraquí tras su encuentro con la dirección
iraquí el pasado noviembre | Entrevista
con Abd al-Jabbar al-Kubaysi: La oposición patriota
iraquí lista para regresar y defender el país
de la agresión de EEUU
22. Véase en CSCAweb: La
resistencia armada iraquí contra la ocupación
cobra auge en el movimiento 'Resistencia y
Liberación'
23. El Pentágono iniciaba el 11 de agosto su sexta
operación contra la resistencia iraquí desde
el fin de la guerra, denominada Ivy Lightning ("Hidra
luminosa"). El Comando Central de EEUU dio por concluida la
anterior operación antiguerrillera (denominada Soda
Mountain) el 18 de julio. News Release CJTF-7
Coalition Press Information Center, Nota Informativa 03-08-27.
24. The Observer, 31 de agosto de 2003.
25. Véase en CSCAweb: David
Pestieau entrevista a Mohamed Hassan: Las nuevas fuerzas de
resistencia en Oriente Medio | Andrew
Buncombe: EEUU admite que utilizó napalm durante la
invasión de Iraq
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