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Quim Torra, ahora simpatizante de los anarquistas ante el PSOE
06 jun 2018
QUIM TORRA Y SU OBSESIÓN CON LOS HERMANOS BADIA
La verdad poco nos importa que sea candidato o llegue a ser a President de la Generalitat. Es este chico, Quim Torra, consumidor frenético del «Nosaltres Sols», y cómo no, de ideas empapadas del peor fanatismo supremacista y xenófobo, que le da su visión particular de Cataluña, de su mundo y de su vida. Todo ello nos importa más bien poco, es decir nada. Desde el respeto, nos repele todo olor a nacionalismo, el «procés» el ser «indepe», de izquierdas o ser de derechas. No a las banderas, ni caso a las fronteras. Ni hablar de religión. Pero mira por dónde, nos llama la atención: el «nen» ha salido «super fan», y bebe los vientos por los hermanos Badia.

Por lo que sabemos, este chico, no pasa su tiempo libre en pasear por Las Ramblas, o tomarse unas birras con los colegas, cuando se trata de hacer excursiones, hacerlas las hace. Una de ellas en plan romántico y rozando lo épico la hizo acompañado de su mujer a las tumbas de Josep y Miquel Badia, que están en el cementerio de Montjuïc. Cómo puede olvidar Quim a ambos hermanos, sicarios de Macià y a quiénes Quim desea que «no se les denomine nunca más fascistas».Y es que, Torra considera que los fascistas eran los otros, los de la FAI, no los «inocentes» sicarios Josep y Miquel.

Cómo va a olvidar, el pupilo de Puigdemont que esta pareja de hermanos encarnaban según la mente de este muchachote «el compromiso, la libertad y el orden». No en balde, estos dos torturadores, estos dos asesinos, cumpliéndose el dicho de « quién siembra vientos recoge tempestades» acabaron siendo abatidos por anarquistas de la FAI, - sí leéis bien, la FAI: Federación Anarquista Ibérica - , en la calle Muntaner, a la salida de su casa, convertida en guarida y testigo mudo de criminales planes contra los obreros de la Cataluña libertaria, en abril de 1938. De hecho, como presidente de Òmnium Cultural, Quim Torra, en uno de los homenajes a las puertas de la casa de los Badia pedía «no confundir a asesinos con asesinados», en referencia a Justo Bueno, uno de los anarquistas que abatieron a los hermanos Badia. «Ciertamente, Bueno fue enterrado en el Campo de la Bota, pero no tiene nada que ver con la represión franquista», explica Torra, mientras denunciaba una pintada «abominable» en apoyo de Bueno que había en el mismo lugar del homenaje: «Viva Justo Bueno».

Es grande y digna de estudio la admiración de Quim Torra, sobre todo hacia Miquel Badia, -jefe de la policía de la Generalitat desde diciembre de 1933 hasta septiembre de 1934-, y a quien llamaban «capità Collons». Bebe los vientos por este personaje que creó unas milicias allá por 1931, con tropas de choque de Estat Català, llamadas Guardia Cívica Republicana (GCR), de uniforme verde, fascistas y «aprendices de nazis», de Estat Català, para «la lucha violenta» contra sus rivales ( según Joan B. Culla ). Eran unas «escuadras de acción de pura esencia fascista» ( según Arnau González Vilalta ). Milicias a las que se daban clases de boxeo, lucha y gimnasia. Así eran los jóvenes de los «escamots» al más puro estilo del fascismo italiano o del nazismo alemán. A Miquel Badia i Capell, le placía la violencia, era un sádico. No lo ocultaba.

Miquel, como comisario de Orden Público desde 1934 interrogaba «personalmente a los detenidos mediante palizas, amenazas o reclusiones forzadas. En sus ratos libres se dedicaba a torturar y asesinar a anarquistas y sindicalistas. Tenía una enfermiza predilección por los cenetistas.

Siendo justos, diremos que siendo el portavoz del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Joaquim Forn, manifestaba a los Badia como «personas comprometidas con el presidente Macià y las libertades nacionales». «Los valores que encarnan son el compromiso, la lealtad y el orden. Características válidas en la época de los hermanos Badia, pero también en la actualidad», «Sin estas caracterísitcas, nuestro país no hubiera llegado hasta donde ha llegado ahora», bramaba el miembro de Convergencia.

En la misma línea se expresaba por Esquerra Republicana de Catalunya, Gerard Gómez del Moral, manifestando que ambos «fueron militantes que en el año 31 fundaron la Joventuts de ERC Estado Català- y que más tarde defenderían la Generalitat». También hizo público que compartían el anhelo de los hermanos Badia: la «República catalana».

Pero volvamos a Quim. Contaba Torra allá en el año 2011, en esa visita al referido panteón de estos «dos ejemplares hermanos» con su mujer y que hizo dos años antes, que vió extasiado a: «...unos jóvenes con la bandera independentista, que dejaron sobre la losa una rosa y un ramo de espigas. Y yo pensé que ya está bien de tanta necrofilia y tanto embalsamamiento de la memoria. Basta, ya está bien. Yo quiero al «president» de la República Catalana aquí, a mi lado, delante nuestro. Estos jóvenes lo necesitan aquí. Intransigente, optimista, paramilitar, visionario, persistente, hombre de Estado, feroz. Y con el presidente, los hermanos Badia, claro.

Otro rasgo - al cual implica a los anarquistas - de la Cataluña pequeña burguesa que fascina al señor Torra, es que comparte la hostilidad hacia la inmigración murciana que llegó a Barcelona en los años veinte para construir el metro y levantar la Exposición. En los periódicos catalanistas de la época se dibujaba al anarquista con rasgos animalescos. La frase «todos los murcianos son de la FAI» se asociaba con el Barrio Chino, el chabolismo de Montjuich y La Torrassa de Hospitalet. Y sin rubor te lo decimos: a mucha honra. Ay, Quim, muchachote, hoy más que nunca vamos a gritar ¡Viva la FAI!, de paso, ¡Viva la CNT-AIT y la Anarquía! y ten presente, que con las abuelas y los abuelos no se mete ni Dios.
Mira també:
https://elmilicianocnt-aitchiclana.blogspot.com/2018/05/quim-torra-y-su-obsesion-con-los.html

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Comentaris

Re: Quim Torra, ahora simpatizante de los anarquistas ante el PSOE
06 jun 2018
Si se me permite la expresión, menudo "cumúlo" de "topicazos",otra vez con los Badia, que si Murcia(Como si todos los obreros de Murcia o Castilla que fueron a trabajar a Barcelona hubieran sido todos libertarios,mientras , la historia demuestra que también estaba trufado y petado de franquistas por mucha classe obrera que te pongas en la boca.Que si los catalanes eran todos burgueses y muy malos ,que nos trataron muy mal(obviando a la clase popular y obrera catalana, como si esta no hubiera existido jamás)etcetcetc....y te olvidas de que la mayoría de maquis que resistieron al fascismo y al franquismo, la mayoría tenian sus origenes en Catalunya y eran catalanes,mira de donde salieron muchos de los escritos y teorias anarquistas y ideas libertarias y por que a Barcelona se la conocia mundialmente por "la Rosa de foc", o donde se fundo la CNT etc.Ese resentimiento anticatalán rozando la xenofòbia no favorece en nada al anarquismo , ni a las ideas anarquistas, un consejo: repasa la Historia y quizás comprendas por que mucha de esa población obrera que se vio forzada a emigrar conoció y abrazo el anarquismo en Catalunya y no fue por los motivos tan resentidos que expones.Ah,y deja de mezclar burgesia catalana franquista con el anarquismo popular obrero catalán.
Re: Quim Torra, ahora simpatizante de los anarquistas ante el PSOE
06 jun 2018
Hablando de "topicazos", los y las maquis de Asturies, por citar maquis, ¿debemos de suponer que también debían de ser catalanes y anarquistas?, ¿o tal vez quieres decir que ellos y ellas (los y las maquis de Asturies) no se resistieron al fascismo y al franquismo?. Menudas burradas una tras otra. ¿Qué es lo que estaba "trufado y petado de franquistas"?

A mi me parece que estás muy resentido contra alguien, pues no recuerdo que se haya negado la existencia de una clase popular y obrera catalana. Tu nivel demagógico y de manipulación sólo es comparable con el del PP o el de Ciudadanos.

El texto es tan manipulador como el comentario. Esto parece una competición a ver quién manipula más.

Si lo que diga Quim Torra "no nos importa nada", todos los comentarios y descalificativos sobran. En un contexto de la invasión de América por Cristobal Colón, nadie hablaría de xenofobia si alguien dijera que "Los españoles solo sabían expoliar", sin embargo esa misma frase sacada de su contexto, generaría muchas sospechas. Y eso es lo que se suele hacer con la mayoría de frases que se reproducen. ¿Alguien se ha preguntado por las razones de Quim Torra para afirmar eso?

A lo que me refiero es que para los y las nativas de América, los españoles les podrían parecer "expoliadores", aunque hubiese muchos españoles y españolas de clases populares que se encontraban tan expoliados y expoliadas como los y las indígenas. Y pese a todo, esa hipotética percepción de los y las indígenas, no sería falsa, pues desconocían todas las realidades de los y las españolas.

Ser español es una ideología, mal que les pese a muchos. Sin embargo ser de Catalunya, Euskadi, Andalucía, Galiza, Asturies, Extremadura, etc..., es una identidad de pertenencia a un pueblo. Ser español no es pertenecer al pueblo español, pues este no existe, sino pertenecer a uno de los pueblos que conforman el estado español, algunos voluntariamente y otros por imperativo legal, policial o judicial.

Este mismo razonamiento es aplicable a los comentarios sobre los hermanos Badía, admiradores del fascismo. Todos los catalanes y catalanas no son como los hermanos Badía, ni los admiran. Ni tan siquiera Quim Torra tiene algo que ver con ellos y mucho menos el gobierno de la Generalitat.

De todo este asunto del procès, hay algo que ha pasado casi desapercibido por todos y todas, sean independentistas, anarquistas o sean lo que sean. Catalunya ha seguido funcionando a pesar de llevar meses sin gobierno efectivo. Es decir, aunque no tengamos gobierno alguno, la sociedad no se hunde ni se sume en el caos y la anarquía. Por tanto, la anarquía es mucho más que la ausencia de gobierno y charlatanes soltando estupideces.
Re: Quim Torra, ahora simpatizante de los anarquistas ante el PSOE
07 jun 2018
Para el apolilladas:

Ser catalán no es pertenecer al pueblo catalán, pues este no existe, sino pertenecer a uno de los pueblos que conforman la comunidad autónoma, algunos voluntariamente y otros por imperativo legal, policial o judicial.

Por cierto, que en la capital Barcelona hay un monumento destacadísimo a Cristóbal Colón y buena parte de la arquitectura monumental está hecha con el dinero del expolio y el tráfico de esclavos.
Re: Quim Torra, ahora simpatizante de los anarquistas ante el PSOE
07 jun 2018
gracias a el expolio, esclavaje y genocidio de los españoles(vease, castellanos) ya que como los pueblos no existen los españoles son los de Castilla
Re: Quim Torra, ahora simpatizante de los anarquistas ante el PSOE
07 jun 2018
Calma...
Sólo el últimopárrafo del mensaje del de Chiclana habla de los "murcianos" no parece muy afortunado y tampoco se entiende muy bien, pero no parece que diga que todos los cenetistas fueran de Murcia (o de chiclana) es una interpretació exagerada de lo que dice.
Por otra parte el tono general puede dar lugar a esta interpretación (retorciendo un poco).
El mensaje del de Sant celoni i el de las inteligencias apolilladas también son ambiguos, no se si alguien ha hecho una estadistica de maquis (espero que no la cantidad en esto no tiene nada que ver) maquis los hubo en todo el estado, en andalucia, en Galicia, en la Mancha, en Asturias y, naturalmente na Catalunya. Puede que en Catalunya durasen más o en determinados momentos fuesen más abundantes: tenian la frontera cerca y una implantación en las ciudades notable...
Y si, mucha gente franquista en Cataluña procedian de otros lugares del estado... y otros no, otros eran "nativos"...
En el debate hay que procurar mantener la cabeza fria y parece que esto no és posible cuando se habla de cataluña (ahora mismo).
Re: Quim Torra, ahora simpatizante de los anarquistas ante el PSOE
07 jun 2018
Uuuuufff! Españoles no es sinónimo de "castellanos". En Castilla hay quienes reivindican a los comuneros y comuneras que son uno de los importantes referentes de la izquierda castellana. Los que se sienten españoles están indistintamente en cualquier parte del estado español. Albiol, por citar a alguien, se llama catalán y se siente español. Decir que "los españoles son los de Castilla" es otra de las grandes estupideces de quienes siguen con las espinas del resentimiento y el prejuicio clavadas.

A quien se dirige a mi, "a", le preguntaría desde cuando existen los españoles y desde cuando los catalanes. Si te refieres a las tribus, ese estadio es anterior al de los pueblos. Entendería que me dijeras que la circunscripción del pueblo catalán de antaño, no es la misma que la de ahora. Entendería que me dijeras que Catalunya es un pueblo de pueblos, pero en definitiva, pueblos que todos, aún con sus diversidades, se identifican como catalanes. Eso de comunidad autónoma no es más que otro engaño como la democracia. Es evidente que esa "comunidad" llamada Catalunya, no es autónoma, pues el hipotético derecho a decidir que debiera otorgar cualquier autonomía, ha sido brutalmente reprimido desde todas las instituciones del estado español.

Y es contradictorio que hables de "comunidad", precísamente porque hace referencia a lo común de esos pueblos que se reconocen como pueblo catalán, pues eso es precisamente lo común. Son esas comunidades las que conforman la gran comunidad del pueblo catalán.

Durante muchos años, a partir de la muerte del dictador, se ha dado continuidad a la política de odio hacia Catalunya y hacia los catalanes y catalanas que promovió la dictadura, negando desde ese odio la existencia de ese pueblo catalán o despreciándolo.

Si has tenido la oportunidad de moverte fuera de Catalunya, deberías de haberte encontrado con manifestaciones de ese odio contra el pueblo catalán, en entornos populares, incluso distante de la derecha que se dice española y que lo fomentaba.

Y cuando hablo del pueblo catalán, no me refiero exclusivamente a aquellos y aquellas que nacieron en los límites territoriales de Catalunya, sino a aquellos y aquellas que, o bien porque nacieron en Catalunya o bien porque tuvieron que emigrar a ese territorio, hicieron suya esa identidad luchando por la independencia como pueblo, sintiéndose parte de él.

Es falso que en el independentismo catalán no hubiese catalanes, o no hubiese obreros catalanes, aunque estos últimos, en la época franquista, no fueran el principal activo de ese movimiento.

La cuestión de los "murcianos", tal vez mereciera algún matiz. En Cartagena históricamente ha existido una reivindicación independentista, y más que "murcianos", esos emigrantes que se sumaron a la lucha independentista en Catalunya en el periodo de la dictadura, provenían de Cartagena. Por tanto, hablar de "murcianos" sería tan erróneo como si a los catalanes y catalanas se les llamara españoles y españolas.

El texto tiene un titular capcioso. Quim Torra explicó que editó un libro de un maestro anarquista que pasó por un centro de exterminio nazi. El titular también podría haberse redactado, con la misma mezquindad, diciendo que "Quin Torra, ahora simpatizante de los maestros ante el PSOE". Quin Torra se refirió a ese libro, no tanto porque se tratara de un maestro o un anarquista, sino por tratarse de un preso en un campo de exterminio nazi, pues aludió al libro cuando se le tachó de "nazi"...

Interpreto que el autor del texto se refiere a "los anarquistas" con una malsana intención. Interpreto que el autor del texto menciona a Quim Torra, con animadversión.
Justo Bueno
12 jun 2018
Una biografía sobre Justo Burneo, aquí:

Tornero. Justo Bueno Pérez, nació en Munébraga (cerca de Calatayud) en 1907, hijo de Justo y de Vicenta. Su familia emigró a Barcelona cuando aún era un niño. Destacó como hombre de acción en los comités de defensa durante las luchas de los tranviarios en los años treinta. Se le atribuyó el incendio de tranvías y su lanzamiento por calles en pendiente, así como el asalto y sabotaje de cocheras.
El 22 de octubre de 1933 ocho mil miembros uniformados de los escamots de las JEREC (Juventudes de ERC-Estat Catalá) desfilaron militarmente en Montjuic, imitando el modelo nazi-fascista. Vestidos con camisa militar verde, pantalones oscuros de pana, correajes de cuero y botas claveteadas, vitorearon los discursos de Miguel Badía, de Josep Dencás (según la “Soli” ridículo imitador de Hitler) y del tan manipulado como ambicioso presidente Maciá.
Tal desfile provocó al día siguiente un encendido debate en el Parlamento catalán, que rechazaba en su mayoría tales manifestaciones totalitarias, aunque todo quedó en mera palabrería y en la mayor pasividad.
El 24 de octubre de 1933 un grupo de escamots [pelotones armados] asaltaron a punta de pistola la imprenta donde se imprimía el semanario humorístico catalanista y liberal El Be Negre, dirigido por Planes, provocando algunos desperfectos, al tiempo que destruían y secuestraban los cinco o seis mil ejemplares del número de esa publicación, en curso de impresión. No se detuvo a nadie. El redactor que había ofendido a algunos dirigentes de ERC y Estat Català huyó prudentemente a un lejano país y el propietario de la imprenta presentó cargos por destrucción de algunos enseres y deterioro de maquinaria contra el confeso participante en el asalto, el señorito Jaume Aiguader (hijo del alcalde de Barcelona y dirigente de ERC del mismo nombre), que estuvo al mando, con su tío Artemi, del escamot de los 15 asaltantes del semanario. La “Soli” advirtió que si los escamots les atacaban se defenderían adecuadamente, muy lejos de la pasividad mostrada por El Be Negre.
En los meses siguientes la emulación fascista de los escamots incluyó también reventar huelgas y boicotear los mítines de los partidos rivales, al mismo tiempo que Badía y Dencás se hacían con los resortes efectivos de Gobernación y Orden Público, torturando sistemáticamente a los cenetistas detenidos por la huelga de tranvías en Barcelona.
El binomio Dencás-Badía, desde principios de 1934, había instaurado en el departamento de Gobernación de la Generalidad un aparato de represión y persecución obrera y anticenetista, que normalizó la implantación y uso de métodos policiacos fascistas y racistas. En menos de un año (diciembre de 1933 a septiembre de 1934) la acción concertada de las fuerzas policiales y los escamots habían causado, entre los obreros, numerosos presos y muertos, millares de palizas y centenares de torturados. Ese era “el oasis catalán” que nos vende la Historia Sagrada de la burguesía.
Sin la participación de la CNT, dado que era imposible la colaboración con quienes ejercían una durísima represión antisindicalista, la insurrección catalanista del 6 de octubre de 1934 levantó bandera blanca al oír los primeros cañonazos del ejército. Los cenetistas recogieron y guardaron las armas abandonadas por los escamots. Companys y su gobierno fueron a prisión; Dencás, Rodríguez Salas, Menéndez y Miquel Badía huyeron por las cloacas para exiliarse en París.
El 28 de abril de 1936, según confesión realizada por Justo Bueno en el sumario incoado por la judicatura franquista, intervino con el argentino Lucio Ruano (seudónimo de Rodolfo Prina), José Martínez Ripoll y Vicente Tomé Martín, también argentino, en el grupo de acción que dio muerte a los hermanos Badía, alcanzando por ello cierta celebridad. Jaime Riera (que en el verano del 36 fue miembro cenetista del Tribunal de las Patrullas de Control) facilitó las armas y el coche de huida. A la altura del número 38 de la calle Muntaner, Justo Bueno asesinó a Miquel Badía con tres disparos; Ruano a Josep Badía; Martínez Ripoll que había señalado el objetivo, caminando por la acera opuesta, protegió la huida de Bueno y Ruano, con su pistola ametralladora. Vicente Tomé conducía el auto de fuga, un Ford rojo oscuro matrícula B-39763.
El juez Márquez, sometido a fortísimas presiones, liberó el 25 de junio a los anarquistas que habían sido detenidos como sospechosos del asesinato de los Badía: Justo Bueno, Ignacio de la Fuente, José Villagrasa y Manuel Costa Ribero. Los periodistas Avel·li Artís Gener (“Tísner”), de La Rambla, y Josep María Planes, de La Publicitat, protestaron por tal decisión judicial, sin denunciar que esas presiones procedían de las más altas autoridades de la Generalidad. El comisario de policía Escofet había desviado la atención, con la falsa acusación y arbitraria detención de varios falangistas. Un Justo Bueno, joven, locuaz, apuesto, elegante y audaz, visitó a Tísner en su despacho, para contarle todo lo sucedido y pedirle silencio.
Numerosas preguntas sin respuesta: ¿Quién había informado al grupo de acción anarquista dónde vivía Miquel Badía? ¿Quién había avisado que la pistola de Miquel Badía (clandestina, puesto que la Generalidad no le había concedido permiso de armas) estaba averiada desde el día anterior y que había sido entregada a una armería para su arreglo?
Al día siguiente del asesinato de los hermanos Badía, un grupo clandestino de acción de los mossos, camuflados de paisano, había acribillado a balazos, a la puerta de su domicilio, al travestí y director de varios antros de prostitución, juego y venta de drogas, conocido como Pepe el de La Criolla, que además era confidente de la policía y del mejor postor. Unos decían que para vengar a los Badía, otros que se trataba de cortar todos los hilos que relacionasen a las más altas instancias de la Generalidad con ese asesinato, de forma que las posibles pruebas quedasen sólo en rumores y cábalas de sucias y mezquinas rivalidades sexuales. Quizás alguien había manipulado la sed de venganza del “rondín especial” de Badía en los mossos. Un prudente y taimado periodista de la revista Crónica glosaba, en el número del 17 de mayo de 1936, con profundo conocimiento, la figura de Pepe el de La Criolla, y relacionaba su asesinato con el de Miquel Badía el día anterior, para terminar irónicamente con un travieso guiño al lector: “ya verán cómo no es por eso”.
Cuando las noticias y certezas sólo pueden quedarse en rumores, porque al informador le va en ello el trabajo o la vida, los rumores se convierten en calidoscopio de las posibles verdades.
El asesinato de Miquel Badía había sido planificado, verosímilmente, mediante la necesaria colaboración de diversos estamentos, intereses y personas, muy dispares entre sí, que intercambiaron información, capacidades y ocasiones. Miquel Badía había perjudicado a su antiguo confidente, Pepe el de la Criolla, con la persecución efectiva del juego; a los cenetistas por las torturas sistemáticas (con numerosas muertes) y el uso de la fuerza pública para romper las huelgas, especialmente en el transporte urbano; a Companys por los derechos que Miguel Badía creía poseer sobre Carmen Ballester y por haberle cesado en septiembre de 1934 como comisario de Orden Público, tras la chulesca detención del fiscal y del juez que procesaban a su amigo Xammar. Y, sobre todo, por incumplir la promesa de restablecerlo en el cargo, tras el abrazo público entre ambos, en el acto de desagravio del 23 de septiembre de 1934.
Las JEREC, ante los escandalosos rumores o certezas, y ante tanta mezquindad, se escindieron porque un amplio sector quería fusionarse con Estat Catalá y romper con Companys, a quien consideraban responsable último del asesinato de Badía. Un hilo unía esta escisión, contra Companys y pro-Badía, con la intentona de golpe de estado de noviembre de 1936, en la que el servicio de información del cenetista Manuel Escorza desbarató un complot catalanista que intentaba asesinar a Companys y a destacados militantes anarquistas, como Aurelio Fernández, proclamando la independencia de Cataluña con el apoyo de las potencias fascistas. El complot finalizó con la ejecución de Reverter, otro comisario de orden publico nombrado por Companys. De nuevo escandalosos rumores sexuales sobre la mujer de Reverter que, infundados o no, desprestigiaban al Govern de la Generalidad.
En mayo y junio de 1936, los periodistas Tísner y Planes prosiguieron e incrementaron su campaña de difamaciones contra la CNT, considerada como una asociación de gángsters, así como de acusaciones directas contra Bueno y su grupo. Acusaban también a la Generalidad por su pasividad, pero nada decían sobre la corrupción en las altas esferas y el terror represivo que practicaba el Govern contra la CNT. También encubrían el enconado antagonismo que había existido entre gerifaltes del gobierno, es decir, entre Companys y Badía, esto es, entre el presidente de la Generalidad y el organizador de las fuerzas armadas catalanistas, insurrectas en octubre de 1934, enfrentados y enemistados por una cuestión de faldas.
Planes fue asesinado en agosto de 1936 por un grupo de acción (ajeno a Bueno); Tísner tuvo un inesperado encuentro en el frente de Aragón con Bueno, que conducía una tanqueta. Tras reconocerse e intercambiar algunas palabras, Justo Bueno, muy gentilmente, se apartó del camino para que el camión que conducía el periodista catalanista pudiera proseguir su camino. Y es que ahora luchaban, de momento, en el mismo bando.
El 20 de julio de 1936 Justo Bueno había participado en el asalto del cuartel de Atarazanas, junto a Francisco Ascaso, García Oliver, Antonio Ortiz, Pablo Ruiz, Lucio Ruano, y otros. Marchó a Aragón con la Columna Durruti, el 24 de julio, formando parte del Comité de Investigación de la Columna. Desempeñó el cargo de delegado general de orden público, y luego de subsecretario del mismo departamento, del Consejo de Aragón. Se le acusó del fusilamiento de 29 franquistas en Gelsa, en la retaguardia inmediata al frente militar.
Un grupo de acción, constituido por José Martínez Ripoll, Rafael Ginesta, Vicente Ferrer Cruzado, Rafael Selles y Antonio Moreno López, sin la participación de Justo Bueno, había asesinado el 18 de septiembre de 1936, a un agente de policía, llamado Jaume Vizern Salabert, que se había enterado del nombre de los responsables del asesinato de los Badía. El tal Vizern fue localizado en el bar Velódromo, y engañado para subir a un coche, en el interior del cual fue tiroteado. Su cuerpo fue arrojado de inmediato a la vía pública. El autor de los disparos fue Martínez Ripoll, resultando herido accidentalmente Vicente Ferrer. Bueno fue acusado erróneamente de participar en tal asesinato.
Justo Bueno estuvo tres meses en el frente, al cabo de los cuales fue encargado de organizar los talleres Labora, dedicados a la fabricación de material de guerra.
El 27 de enero de 1937 Lucio Ruano y Pedro Campón habían sido condenados a muerte en una reunión del sindicato de la metalurgia, a causa de los desmanes, robos y asesinatos cometidos entre los campesinos de los pueblos aragoneses cercanos al frente.
En los primeros meses de 1937 Justo Bueno planificó el asesinato de Franco, en colaboración con un periodista inglés al que debía acompañar como fotógrafo, con una cámara trucada capaz de disparar una bala. Pero el suicida plan no superó la fase del mero proyecto, por abandono del periodista.
Justo Bueno no quiso participar directamente en la ejecución de su amigo Ruano, pero le llamó telefónicamente para que acudiera al garaje de la calle Casanova, casi esquina Gran Vía, donde le esperaba el grupo de acción que lo ejecutó, junto a su hermano y las compañeras de ambos, en el momento en que estaban planificando su fuga del país. El grupo de acción, que ejecutó a los Ruano el 15 de julio de 1937, estaba formado por Luís Latorre Mestres, Vicente Ferrer Cruzado, Antonio Moreno López, José Martínez Ripoll, Rafael Ginesta, Rafael Selles y José Parés, todos ellos (incluido Bueno) empleados del garaje, sumándose además los sindicalistas metalúrgicos Liberto Ros Garro, José Mariño Carballada y Lucio José Gómez Arnáiz, presidente del Sindicato de la Metalurgia y miembro del Servicio de Información e Investigación dirigido por Manuel Escorza. Unas semanas antes Lucio Ruano había asesinado a un piloto francés, llamado Moreau, sin conocimiento alguno de Justo.
El 16 de julio de 1937 Justo Bueno, José Martínez y Luís Latorre se exiliaron en Francia, entre Auch y Toulouse, de donde regresaron clandestinamente, y por separado, al enterarse de la orden de extradición existente contra ellos por el asesinato del aviador francés. A su regreso, Bueno fue encarcelado por las autoridades republicanas, y condenado por los asesinatos del garaje de la calle Casanova.
En la reunión del Comité Regional con otros comités superiores, celebrada el 28 de agosto de 1937, se leyó “el informe que nos manda el compañero Bueno, sentenciado a treinta años de presidio; en el mismo nos explica su triste situación, y los motivos que dieron origen a ella, explicando su actuación y el por qué de la injusta causa, que ha dado motivos para que nuestros adversarios políticos influyeran para que fuera más cargada”.
El 7 de octubre de 1937 se le inició proceso por posesión de pasaporte falso, instando al juzgado de evasión de capitales que se investigara su posible participación en la venta de valores artísticos de la República. El acinamiento y las frecuentes protestas que se producían en la Modelo facilitaron su traslado a Manresa. El 8 de enero de 1938 se fugó de esa cárcel, estableciéndose en Marsella y París como espía al servicio de la organización de Manuel Escorza.
La fuga del Preventorio de Manresa fue planificada y ejecutada mediante la colaboración de las organizaciones interior y exterior de la CNT, que habían preparado y ejecutado metódicamente un excelente plan de evasión. Se fugaron dieciocho presos, algunos de ellos de “notoria peligrosidad”, como Ordaz, mano derecha de Aurelio Fernández, y el propio Bueno. He aquí la lista completa de los evadidos, por orden alfabético: Juan Artero, Roberto Bigliani Boco, Justo Bueno Pérez, Pío Coletas Robira, Antonio Céspedes Asencio, Silvestre Egea Fernández, Andreu Froment, José Giménez Herrero, Francesc Massip Valls, Salvador Mellado Fernández, Antonio Ordaz Lázaro, Jaume Orriols Cases, Josep Queral Miró, Santiago Queralt Brusi, Caricio Romero Corrador, Manuel Sidoncha Gómez, Doménech Vaca González y Richard Winger.
    Artero y Bigliani estaban presos por denuncias de las Brigadas Internacionales, Bueno, Egea, Massip, Mellado, Queral y Romero por asesinatos; Ordaz por desapariciones; Queralt y Coletas, por robo; Vaca y Orriols por espionaje; Céspedes y Giménez por tenencia ilícita de armas; Winger y Froment en espera de ser expulsados del país; y finalmente Sidoncha por hechos acaecidos en el frente de Sariñena.
Los comités superiores encargaron a Bueno, y un equipo de ayudantes, el asesinato de Joaquín Ascaso y Antonio Ortiz, en Francia, acusados injustamente de robo de joyas y divisas evadidas al extranjero, que comprometían a la Organización. Justo Bueno intentó envenenarlos con una ínfima dosis de arsénico en agosto de 1938, pero fracasó, más o menos conscientemente, y no consiguió finalizar nunca su misión.
Hombre de acción, al que se encargaron los trabajos más sucios, peligrosos y/o desagradables, al parecer no actuó nunca por cuenta propia, ni para obtener beneficios personales, sino que siempre operó al servicio de la Organización, ciega y disciplinadamente. Y esa ceguera fue su peor blasón. Olaso, África de las Heras, Eusebio Rodríguez Sala y José Gallardo desempeñaron en el PSUC-UGT tareas similares y paralelas a las de Bueno en la CNT, pero allí a la ceguera la llaman disciplina y la premian con medallas.
Justo Bueno fue reconocido casualmente en Marsella por la viuda de Moreau, y fue detenido en la cárcel de esa ciudad el 9 de marzo de 1939. El 12 de agosto de 1939 el gobierno francés concedió la extradición de Bueno y de Martínez Ripoll, que fueron entregados a las autoridades franquistas en Port-Bou, el 12 de marzo de 1940. Estuvo detenido, con José Martínez Ripoll, en la prisión de Figueras, de donde paso a Madrid, a disposición de la Dirección General de Seguridad, desde el 12 de mayo hasta el 30 de julio de 1940, liberados por la Comisión de encarcelamiento porque no estaban reclamados por ningún juez. José Martínez Ripoll ya no fue localizado. Justo Bueno entró a trabajar en la Maquinista Terrestre y Marítima de San Andrés. El comisario franquista Pedro Polo y el inspector Eduardo Quintela Boveda, ambos formados profesionalmente con el comisario catalanista de Orden Público Miquel Badía, reconocieron y detuvieron a Justo Bueno en las Ramblas barcelonesas el 29 de junio de 1941, registrándose su domicilio, sito en la calle Borrell 57, tercero, primera. La Vanguardia del 3 de julio dio noticia de la detención. Quintela se encargó del papeleo para imputar a Justo Bueno.
El 1 de diciembre de 1942 fue trasladado en tren al penal de Burgos, en compañía de Joaquín Maurín Juliá (POUM), de José María Batlle Salvat (Oficina Jurídica de la CNT) y de un tal Martorell, para ser encarcelado en el Departamento de Peligrosos.
El 14 de julio de 1943 se abrió el sumario 27059, por auxilio a la rebelión, contra Justo Bueno Pérez, Luis Latorre Mestres, ambos en prisión, y José Martínez Ripoll, en rebeldía. El 22 de julio de 1943 fue trasladado a Barcelona, procedente del penal de Burgos, para ser puesto a disposición del Juzgado Militar.
El 16 de agosto de 1943 se le aplicó a Bueno el régimen especial por petición de pena de muerte, que fue confirmada al día siguiente en el Consejo de Guerra celebrado en el Gobierno Militar. El mismo día se pedía pena de muerte al recluso Luis Latorre Mestres. Tras una espera inusitadamente larga, quizás con la intención de obtener información adicional, a primera hora de la mañana del 10 de febrero de 1944 Justo Bueno fue entregado al pelotón de ejecución y fusilado en el Campo de la Bota. Una ironía del destino quiso que compartiese capilla y puro con Miguel Arenas, que pocas horas antes había festejado con sus camaradas de Estat Catalá la noticia de la inmediata ejecución de Justo. Ese mismo día fueron fusilados Miguel Arenas Pons y Alfonso Palau Font, por delitos cometidos durante la guerra civil; así como José Guía Cruceta y Feliciano Blaya Junta por atracos a mano armada, según explicaba La Vanguardia del día 11 de febrero.
Justo Bueno fue enterrado en el Fossar de la Pedrera. Su nombre figura en una de las columnas que preceden la entrada al Foso, borrado periódicamente por acciones de Estat Català (en abril de 2008, diciembre de 2008 y mayo de 2010) y restaurado, una y otra vez, por el Ayuntamiento de Barcelona. Polémico, pues, más allá de la muerte; convertido en absurda disputa entre gentes a las que siempre fue ajeno. Quizás Justo Bueno hubiera considerado, como la peor de sus pesadillas, que sus restos se pudriesen en una fosa común presidida por la tumba de Companys, para mejor gloria y magnificencia de éste.
Ya nos han anunciado que si algún día se crean y consolidan las estructuras de un Estado catalán, la plaza de España cambiará su nombre por el de plaza de los Hermanos Badía, y el nombre de Justo Bueno Pérez será borrado, para siempre, de la columnata del Fossar, y si pueden, de la faz de la Tierra.
Que esta nota biográfica sea intolerable epitafio para muchos, duro como la realidad y la piedra; contradictorio y quebradizo homenaje para los menos; provocativo e indeleble recuerdo para todos, sin cincel ni columnas, sin fáciles condenas ni forzadas alabanzas. A fin de cuentas, Justo Bueno y tantos otros justicieros surgieron como respuesta a la existencia de represores y torturadores fascistas como Miquel Badía. Que sea el esbozo biográfico de un luchador sindicalista, fruto amargo del despiadado tiempo que le tocó vivir. Un tiempo en el que algunos combatían, entusiastas, con las armas en la mano, para ser y sobrevivir, sin más alternativa que la de morir o someterse, porque se sabían incondicionales militantes obreros de la guerra de clases en curso.
Agustín Guillamón
Publicado en Catalunya de la CGT núm. 157 (enero 2014) y en castellano en Portal Libertario OACA.
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