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Las sillas de ruedas en Florida y la teoría de género en Occidente. Inquietantes coincidencias.
20 jun 2017
Ya va siendo hora que se empiece a cuestionar algo como la teoría de género, la perspectiva de género, las políticas de género y los negocios de género. Sobre todo porque ahora ya te pueden denunciar, juzgar y meter en la carcel en Canadá si cuestionas publicamente las teorias de género. Tiempo al tiempo.
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Las sillas de ruedas y la teoría de género.
Si buscamos por google 'wheelchair + miami' obtendremos 17 000 000 resultados en 64 nanosegundos. Impresionante. 17 millones de entradas con sillas de ruedas en Florida a un solo click. El abuelo Cebolleta que llevas dentro te induce a exclamar: "¡Lo que ha cambiado todo en apenas un par de décadas!". El caso es que la superoferta de sillas de ruedas en Miami no es algo nuevo. A finales del pasado milenio ya se hacían muchos chistes sobre la costumbre de proveer a cualquier jubilado que llegara a Miami -sobre todo a los que tenían la billetera bien provista- de una silla de ruedas.

Este fenómeno resulta tanto más asombroso si pocos días atrás habías visto en Nueva York al matrimonio Goldstein, judíos acomodados, caminado sin problemas por la Quinta Avenida hasta su restaurante favorito. Expresando mi extrañeza ante este caso de minusvalía geográfica y selectiva, un pícaro artista plástico me tranquilizó con estas palabras:
"A muchos les extraña esta curiosa metamorfosis rodante. A los Goldstein no les ha pasado nada. Ni han tenido un accidente de tráfico. Ni la humedad de Miami les ha afectado en sus artritis hasta el punto de no poder moverse por sí mismos. Lo que les sucede es mucho más prosaico.

Cuando se jubilan, con sus buenos ahorrillos acumulados durante toda una vida de 'sacrificio' , a las soleadas playas de Florida, las contradicciones que asumieron y ocultaron durante décadas de matrimonio, se vuelven insoportables. 24 horas al día juntos... es demasiado. Esther Goldstein quiere ir a la peluquería, a mirar tiendas, a la farmacia... y Aaron Goldstein quiere irse a pescar, al paseo marítimo a la playa para admirar las chicas bronceadas o a las terrazas de bar a tomarse unos whiskies con sus amigotes. Pero no les gusta hacerlo cada cual por su lado. Cada cual a su bola. En solitario. Porque queda feo jubilarte y lo primero que haces es largarte, salir huyendo de la persona con la que compartiste medio siglo de vida. ¿La solución? Comprarse (o alquilar) unas sillas de ruedas. Y contratar a sendos 'porteadores', a poder ser, de aspecto exótico y mucho más jóvenes, que les acompañan a sus correrías.
Todos salen ganando: la mutua que paga las sillas de ruedas, el industrial que las fabrica, el médico que las 'receta', los porteadores que las empujan, los establecimientos adaptados para que los clientes mayores con silla de rueda puedan acceder, los constructores y albañiles que acondicionan accesos y aceras... y los titulares jubilados que las disfrutan. Porque además de independencia y autonomía, la silla de rueda les proporciona una movilidad extraordinaria que sus fatigadas extremidades ya no soportarían. Cinco kilómetros de paseo marítimo, cuatro de malecón, dos o tres por pasillos de shoppings gigantescos... tener que buscar aparcamiento, exponerse a accidentes, a robos, a peligros indefinidos. No. Las sillas de ruedas son una panacea que solventa todas estas contingencias. Acompañamiento, libertad de movimientos y seguridad. Complicidades con personas de tu mismo sexo, de tu franja de edad, de tu clase social. O del otro sexo, más jóvenes y con necesidad de ganarse unos dólares...

Por supuesto, ir en silla de ruedas no presupone compromiso de permanencia. Cuando quieran, los Goldstein se pueden levantar, ir al baño, pasear o bailar un claqué... llegado el caso. Resulta imposible no hacer un paralelismo con este fenómeno inquietante pero tan lleno de 'sentido común' con otro fenómeno, no menos inquietante y que también está lleno de sentido común. La teoría de género. Al ‘googlearlo’ obtenedremos 132 millones de entradas: ¡Gender theory!
Curiosamente, también aquí hay una señora judía más lista que nadie en el origen de la cosa. Donde antes estuvieron Moisés, Salomón o el Rey David con sus prepucios de filisteos, ahora encontramos a http://es.wikipedia.org/wiki/Judith_Butler o http://es.wikipedia.org/wiki/Gerda_Lerner o http://es.wikipedia.org/wiki/Betty_Friedan. Para explicarnos, grosso modo, la teoría de género: que sostiene que los roles de género femenino-masculino son 'construcciones sociales'. Papeles o roles que interpretamos, como en el teatro o en el cine. Simples máscaras que se quitan y se ponen a voluntad y conveniencia, o artilugios accesorios, como las sillas de ruedas. Es decir, que si naciste con pene y testículos pero te gusta mucho el color rosa y jugar con muñecas, tu mente es femenina, ergo eres mujer. Y que si naciste con útero y ovarios pero te gusta mascar tabaco, pelearte a puñetazos y conducir todoterrenos, eres varón. Genial. ¡Mira que no habérseme ocurrido a mí!

¡Aquí no se mueve nadie!
Alto ahí, cobarde. Que no será tan fácil escabullirte. Las fronteras aquí, entre lo viril y lo femenino son simples ilusiones. Nada de ser “hombres” o “mujeres” porque lo dictaron el Dios padre o la madre Naturaleza. Ni tampoco por elección personal, volitiva y consciente, que eso sería demasiado fácil. De hecho, jugar con muñecas, mascar tabaco y conducir todoterrenos no son cosas atribuibles a ‘hombres’ o ‘mujeres’, que eso sería muy sencillo y cualquiera se saldría con la suya y se iría ‘de rositas’ a su antojo. No. Ni hablar del peluquín. Todas las anteriores son conductas 'patriarcales' porque 'el género es patriarcal', Butler dixit. ¡No hagan prisioner*s, que de aquí no se escapa nadie! Poco a poco, la autodenominada izquierda ha ido comulgando con la rueda de molino de la teoría de género. Saludando y reivindicando unánimemente el matrimonio igualitario. Sin cuestionar por un instante que el matrimonio solo es ‘matrimonio’ cuando lo sanciona el Estado como tal. Y nadie cuestiona el Estado que sanciona los matrimonio homosexuales, dado que es ese ‘monstruo bueno’ que permite a gais y lesbianas equipararse a varones y hembras heterosexuales en subordinación oficializada y alienación del deseo. Y tampoco nadie cuestiona la etiqueta castradora que se le engancha a unos y a otras según sus opciones sexuales. Si ellos han decidido llevarla ‘orgullosamente’ ¿quién soy yo para denunciar la trampa siniestra que consiste en categorizar, encuadrar y encerrar a alguien en el nicho que le corresponde ostentar socialmente por sus tendencias sexuales. Orgullo LGTBID… ¿o las pelotas del obispo? Cualquier dia se acaban todas las letras del alfabeto y tenemos que empezar a incluir números o signos para identificar a los items multicolor del abanico de etiquetado.

Antes aliad*s, ahora competidor*s.
La teoría de género englobaba hasta ahora a feminismos, varones antimachistas y colectivos LGTBID… pero las cosas están cambiando. Aliados de ayer, actualmente empiezan a manifestar diferencias de criterio cuando el territorio (el nicho de negocio) está en disputa. Cuestiones como los vientes de alquiler (maternidad subrogada) o la condición femenina de los transexuales macho a hembra se están convirtiendo en caballo de batalla en la medida en que se entran en competencia/conflicto identidades de 'género', categorías 'profesionales' (¿subgéneros?), reparto de cuota de mercado y modelos de negocio…

Y es que al igual que las sillas de ruedas en Florida para los jubilados adinerados, la teoría de género también es un negocio fabuloso que abre fabulosas perspectivas y oportunidades en este mundo cruel sometido a las leyes inflexibles del maldito parné. Abogados (especializados en denuncias y reclamaciones por difamación, por discriminación, por sexismo, etc.), cirujanos plásticos… ¡y de transición al otro género!, psicoterapeutas, psiquiatras, políticos gender friendly, escritoras trans, intelectuales. Pero también periodistas ‘del corazón’, ingenieros sociales, el lobby LGTBID, la industria del espectáculo, la industria farmacéutica, de la hormona y de los ansiolíticos, la industria de la telebasura, la prensa del corazón, de la moda, del maquillaje, del diseño; las estrellas del pop, ídolos deportivos queer... Cátedras de género. Departamentos de género en ministerios, en gobiernos locales y regionales. Literatura de género. Webs dedicadas a desarrollar la teoría de género. Gabinetes jurídicos para legislar sobre el género, sobre los diferentes tipos de géneros, hacer leyes transgénero para favorecer la transición –de pago, ojo- hacia otros géneros y para poder denunciar y castigar a quienes nieguen la teoría de género. Legisladores y jueces, policias y carceleros al servicio de la ‘teoría de género’… en el Occidente desarrollado. En Asia, Africa y Oriente Medio, no. Que aún hay clases, además de géneros. Ahora en Canadá te pueden meter en la cárcel por criticar la teoría de género mientras que en Arabia Saudí te ejecutan por ser gay. Eso no impide que Canadá y Arabia firmen sus buenos tratados comerciales y sus jerifaltes hagan negocios.

¡Teología de género!
¿Dije negocio? Pues no se había visto un negocio tan formidable desde que Moisés bajó del Monte Sinaí con las tablas de las Ley. La teoría de género es la nueva ‘teología’. Una ciencia basada en una superchería. Una entelequia capaz de movilizar a las masas y hacerles olvidar cosas tan mundanas como la conciencia de clase, la alienación sistematizada, el simulacro generalizado, la dominación del capital, la colonización de la cotidianeidad… Y la sumisión: el condicionamiento y el consentimiento que lleva consigo todo lo anterior. ¿Estás harto de tu vida? ¡Cambia de género! Ahora, si tienes 54 años, estás casado con una foca que te tiene hasta el moño y eres padre de 7 hijos, con la ayuda de la teoría de género, puedes definirte a tí mism' como una niña de seis años y ofrecerte en adopción a una parejita de ancianos transexuales.
http://www.youtube.com/watch?v=dCVRrybYWNE
¿Quieres algo mejor? Pues si eres el padrastro de Kim Kardasian y una antigua estrella del deporte venida a menos, puedes declararte transexual y ser elegido ‘la mujer del año’ por la revista Sports Illustrated. Cosas de la sociedad del espectáculo. Si ya no te llaman como antes en ‘Salvame de Luxe’, te operas y pasas de colaborador a colaboradora, y aquí paz y después gloria…

Y dado que la distribución de roles de género obedece a una conspiración reptiliana, desarrollada, afianzada y normalizada culturalmente a lo largo de los siglos por unos machos machistas malísimos denominada 'patriarcado' desde hace poco más de medio siglo en los ‘think tanks’ neoliberales (qué casualidad, ‘patriarcado’, como el episcopado cristiano ortodoxo) l*s asalariad*s ‘del género’ deberán dedicar todos sus superpoderes (y enormes sumas de dinero) para desbaratar la espantosa conspiración heteropatriarcal que amenaza a la humanidad desde hace aproximadamente TRES MIL MILLONES de años. Cuando apareció la reproducción sexuada entre dos microorganismos monocelulares. Un zigoto macho y un zigoto hembra…

Y también casualmente, se le empezó a denominar así, 'patriarcado', justo cuando el patriarcado desapareció, engullido por la tercera ola del capitalismo neoliberal , ese mostruo tentacular, proteico y amorfo inspirado en la postmodernidad del individualismo salvaje y el ‘vale todo’: espectaculo, artificio y simulacro. Cuando el capitalismo apenas podía disimular su decadencia y parecía indisimulable su estructura parasitaria-tentacular: como en la película Matrix, cuyos directores-guionistas, los hermanos Wachoswki, con la pasta que ganaron, se pasaron de rosca y se hicieron trans. ¡Puaj, qué pobres!

Bonus track (para angloparlantes): hágase su propio 'test de género’ para saber hasta qué punto es usted hombre, mujer o andrógino: http://garote.bdmonkeys.net/bsri.html

Bonus track para autóctonos hispanohablantes only:
Puton Verbenero – Pupy Poisson http://www.youtube.com/watch?v=nccIuwBJeiQ
Mira també:
http:// http://www.antimilitaristas.org/IMG/pdf/la_creacion_del_patriarcado_-_gerda_lerner-2.pdf

This work is in the public domain

Comentaris

No solo una crítica a la ideología liberal
20 jun 2017
Hay en esta crítica a la teoría de género incisiones de antisemitismo inaceptables, así como una reducción de la comprensión del capitalismo a sus fracciones rentista y comercial. Esta crítica al generismo no es, por tanto, objetiva, y eso se corrobora en faltas de respeto impresentables como la de denominar "foca" a una madre de siete hijos porque ya no tiene para determinadas miradas atractivo sexual. Con críticas así al generismo - del que no debemos olvidar que contiene una parte basada en procesos análiticos sobre realidades objetivas, antes de ser transformado en la lucha de clases en una autentica ideología en la peor acepción de la palabra - en realidad se le refuerza.
Re: Las sillas de ruedas en Florida y la teoría de género en Occidente. Inquietantes coincidencias.
22 jun 2017
....
http://www.publico.es/orgullo-gay/orgullo-orgullo-gay-mercantilizacion-l
Sindicat Terrassa