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Polémica por una nueva tecnologÃa que permite rastrear desde una lata hasta un reloj
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per lector |
23 ago 2003
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Las grandes tiendas ya la aplican a la actualización de sus inventarios. Los defensores de la privacidad dicen que lo emplearán para obtener información sin autorización de su propietario. |
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(ClarÃn, AFP) Uno nuevo tipo de chip que emite señal de radio enfrenta a los fabricantes y comerciantes estadounidenses con varios grupos de defensa del consumidor y guardianes de la privacidad. El tema es que el nuevo desarrollo, que lleva la firma del prestigioso Massachussets Institute of Technology (MIT), permitirá rastrear cada producto desde su salida de fábrica hasta su llegada a las cajas de las tiendas minoristas, incluida su estancia en las góndolas de los negocios. Pero mientras que para todos los eslabones de la cadena de producción y comercialización el nuevo semiconductor es un paso adelante, para los grupos defensores del consumidor y, en particular, para los custodios de la privacidad, es una verdadera pesadilla.
El nuevo chip, denominado "Identificador de Radio Frecuencia" (RFID), tiene el tamaño de la cabeza de un alfiler y puede colocarse en cualquier producto, desde una lata de sopa hasta un reloj de lujo. Eventualmente, incluso, podrÃa reemplazar al omnipresente código de barras, que sólo identifica a los productos por su tipo, mientras que el RFID permite identificar unidad por unidad. Eso le permite, tanto a los proveedores como a los comerciantes, saber exactamente qué unidades tienen en sus inventarios. "Coloque una etiqueta en una botella, un jean o un auto y su computadora podrá verlo allà donde esté", reza el folleto del Centro de Auto Identificación del MIT, autor del desarrollo, financiado por las industrias.
La investigadora de mercado Allied Business Intelligence (ABI), calculó que, en 2008, el mercado global para este tipo de chips alcanzará los US$ 3.100 millones de facturación. Los chips RFID ya están siendo utilizados por el departamento de Defensa de los Estados Unidos, como asà también por algunas grandes tiendas minoristas, como Wal-Mart, Carrefour y Ahold. Y esto es lo que preocupa a los grupos civiles de defensa de la privacidad, que sostienen que su aplicación compromete los derechos de los clientes, que ya se están llevando productos “chipeados� a su casa, ocultos en ropas, envases de alimentos, automóviles y otros productos de todo tipo.
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Katherine Albrecht, del grupo Consumidores contra la Invasión de los Supermercados a la Privacidad, dijo que la información provista por este tipo de chips podrÃa ser incorporada a cualquier base de datos, oficial o privada. “Hoy en dÃa, cualquiera puede comprar un lector de RFID y enterarse qué cosas hay en la cartera de las mujeres, en los portafolios de los hombres y hasta descubrir qué tipo de ropa interior usan", dijo Albrecht. Por su parte, el Centro de Información sobre Privacidad Electrónica, aventuró que los chips "crearán un mundo ‘orwelliano’ en el que, con un sencillo lector, desde el Gobierno hasta los comerciantes, tendrÃan acceso a información privadÃsima sin la indispensable autorización de su propietario."
Ya son varias las compañÃas que han incorporado esta tecnologÃa. Por caso, Gillette, el poderoso fabricante de afeitadoras, ordenó 500 millones de chips para marcar sus productos. Otras empresas, en cambio, han desistido, por lo menos temporalmente, de la iniciativa. Amenazada por un boicot, la italiana Benetton emitió un comunicado que asegura que jamás ha marcado ninguna de las más de "100 millones de prendas producidas y vendidas en todo el mundo". Sin embargo, agregó que está estudiando en detalle la tecnologÃa. Por su parte, el portavoz de Wal-Mart, aseguró que, “por ahoraâ€?, la cadena de tiendas, considerada “el minorista más grande del mundoâ€?, sólo utilizará el RFID para sus inventarios.
Edward Rerisi, uno de los voceros de la empresa ABI, dijo que la mayorÃa de los chips RFID serán "invisibles para el consumidor". Pero Jason Catlett, del grupo defensor del derecho a la privacidad Junkbusters, apuntó que no se sabe si las empresas utilizan los chips RFID sólo dentro de sus tiendas y los desactivan una vez que el consumidor paga el producto marcado, o si el chip continúa siendo rastreable una vez fuera del negocio. "Si los minoristas dejan encendido el chip, no faltarán las empresas de marketing que, instalando lectores, rastreen posibles clientesâ€?, dijo Catlett. Y agregó: “De ahà al banco de datos del FBI, hay un paso. Nadie debe olvidar que el Gobierno viene comprando datos hace ya muchos años.â€?
Fuente: Mondial Hosting
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