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Notícies :: antifeixisme
Cuento cyber-quijotesco
21 ago 2003
Proemio
Por gente que vive de la política -y tal vez debiéramos pedir perdón por haber pasado siglos en tan contumaz error- sabemos ahora que, cuando arremetió lanza en ristre contra los molinos de viento viendo en ellos a gigantes, Don Quijote quizá tuvo razón. Pues esos políticos nos aseguran hoy, que los molinos entonces eran, y también hoy son, gigantes sin duda alguna...
Cuento del Iluminado, Don quijote y sancho, el inglés.

Alonso de Quijano, como es de sobra sabido, recobró la razón momentos antes de expirar. Se había pasado la vida de acá para allá dando tumbos como cabra. Expiró, pero resucitó y se reencarnó. Y lo que sucedió al resucitar, es que volvió con el mismo endemoniado genio y a las mismas andadas que vivió por tierras de Castilla. Pero en esta ocasión contemporánea le fueron las cosas mejor, pues ya que Castilla iba muy bien, encima recibió un fax encontrándose en la venta. Y es que otro hidalgo Iluminado desde allende los mares, le propone reanudar sus pasadas chaladuras. Esta vez las correrías no las iba a compartir con Sancho: serían sólo entre ellos dos...

Una vez colgada la línea de fax se dijo para sí Don quijote redivivo: "¡coño!, ¡si resulta que era verdad lo que yo vi en aquella aventura antes de morir la vez primera! ¡si resulta que ahora otro tan majareta como yo pero además dueño personal del ejército más poderoso que quepa imaginar, me asegura ver gigantes, como veía yo, donde Sancho advertía que eran molinos! ¡Y estos necios siguen diciendo, erre que erre, que no! ¡Y se ofusca hasta la misma oposición!...

Dicho y hecho. Al imperio del fax, de inmediato los dos, el Iluminado y Don quijote reencarnado y con bigote, se disponen a emprender la aventura más ambiciosa, divertida y provechosa para algunos conocida hasta este otro dorado y dichoso siglo en que moraban. En la vida pasada ya vivieron otras bien apasionantes. Pero aquellos eran tiempos de descubrimientos y conquistas, y todo el mundo trajinaba. Mientras que esta vez eran tiempos de paz. Y en medio della, mayor divertimento sacarían...

Hay que señalar, por rigor y por justicia que a cualquiera honra, que, antes de iniciar la magnífica epopeya, un hermano del Iluminado fue antes por el mundo prometiendo a los que vieran lo que veían ellos, regalitos que nadie podía "ni imaginar..."

Se inició la plática entre el Iluminado y Don quijote. Don quijote propuso a aquél recuperar también a quien otrora fuese su escudero fiel. Sancho había sido prudente, pero además, mientras él estuvo en el limbo a lo largo de los siglos, sancho, reencarnado antes que él, había vivido del saqueo; por lo que su concurso prudente, leal y de práctico sentido, ahora podía ser útil para la idea de los tres. Así es que, ni corto ni perezoso, el Iluminado dirigió nuevo fax al panzudo escudero que, en esta ocasión y en portentosa reencarnación, estaba mucho más delgado y ya era inglés. Y el buen Sancho a ellos se unió sin rechistar. Así es cómo empezó todo; así es cómo los tres se concertaron...

Y los tres se pusieron manos a la obra. Como en aquellas excitantes aventuras, la misión sería arremeter contra los gigantes otra vez...

Los molinos estaban lejos, pero valía la pena llegarse a ellos, pues todos o al menos uno rebosaban en tesoros. Los tres: el Iluminado, Don quijote y el Sancho, ahora inglés, propalaron por el mundo que atacaban a gigantes porque nos iban a destruir a todos. Y los tres lo peroraban con tanta convicción y lucidez, que las ínsulas y las penínsulas, aunque no lo viesen claro, al principio no tuvieron más jaez que creerles a juntillas de los pies. Era de ley pues, que, siendo tan potente el Iluminado, nadie osase contradecirle. Por eso las ínsulas y las penínsulas no se precipitaron sobre los tres orates tras el envite primero. Y por eso pensaron que era mejor seguir diciendo que los tres eran aguerridos y valientes guerreros. Y así reconocieron que habían destruido con pericia las aspas del molino primero que tanto al mundo perturbaban...

En vista de la fortuna habida en la primera empresa, siguió el segundo embiste. El trío, ya enfebrecido, la emprendió contra el otro molino; éste más recio pero también más suculento. Pues, aunque los tres se sabían orates y todo el mundo también, también todos sabían que el molino albergaba el mayor de los tesoros. Así es que las tropas del Iluminado, con las que había allegado el sancho, ahora inglés, todas entraron en el molino mientras el Iluminado, Don quijote y sancho seguían asegurando que era gigante...

Como era de prever, antes de entrar y para no ser rebanados por ellas, lo primero que hicieron fue destruir sus aspas y casi todo él... Entraron en efeto, y enseguida se pusieron a arramplar poco a poco los tesoros que en el molino se guardababan. Y como tanto fardo había, decidieron apostarse dentro d’el para mejor apañar el ávido saqueo...

Pero puesto que naturalmente no era gigante, sino molino, dentro de éste moraban pero que bien ingentes molineros. Les hubiera gustado a los tres abatir a todos ellos antes de entrar, pero como no convenía el genocidio porque querían quedar bien, pensaron ladinamente que mejor era seguir dentro del molino para, desde él, por un lado robar y por otro parar a los molineros los pies.

Aunque para cualquiera era lo que era, entre brotes de mucha locura y alguna sensatez, los tres porfiaban con infautada desfachatez. Pues seguían vociferando que aquel molino era gigante y no molino. Y por si fuera poca su locura, vocearon que en los pliegues de sus carnes el gigante escondía el mayor vil garrote que pueda imaginarse. Y, además, que no sólo lo tenía: es que el bellaco tenía la perversa idea de asestarlo por doquier.

Nadie les creía ya, pero ellos seguían en su disparate y pensaban que repitiendo la misma cantinela una y otra vez, no quedaría quien no acabase por creerlo. La mayoría ca-llaba. Pero era sólo porque nada podía hacer, pues era me-nester no olvidar que el Iluminado era dueño del ejército más poderoso que ha existido y podía enfurecerse también... No era pues gigante el molino, ni molinero alguno usó el garrote; simplemente sucedía que el garrote sólo residía en el seso enfermo de los tres... Lo mismo que los molinos de Castilla en quien Don Quijote vio en otros tiempos gigantes a puntapiés.

Burla burlando, los molineros azuzaban a la soldadesca intrusa que se había arrellenado en el molino, y a cuantos soldados del Iluminado, pagados por él, podían, les daban un trastazo y a otra cosa. Los soldados sucumbían una vez tras otra, pero el Iluminado, Don quijote y sancho, ahora inglés, dale que dale, apoltronados en sus regios despachos se re-sistían a dejarse de rapiñas, pues así aseguraban a su grey la famosa of life american way.

Como es lógico, después de los avatares que en su historia habían vivido, y como corresponde a siglo tan sabio en que vivían los tres, y no siendo tampoco propio de hijosdalgos, ninguno de ambos tres tuvo a bien comparecer en el escena-rio de la aventura trapacera. Disponían y ordenaban todo por fax. Era más cómodo y de alta alcurnia marchar contra gigan-tes sin subirse a rocinantes ni tener que soportar la grávida armadura. Así es que, como no tenían desgaste y sí esbirros que pagaban bien a cargo del público erario, podrían seguir en el molino cuanto tiempo deseasen, consumar la fechoría y ganarse a mil legiones de turiferarios...

La soldadesca, poco a poco, por los molineros iba siendo li-quidada, pero para eso cobraban todos su soldada...

Y hasta aquí, las cosas así están. Ya veremos lo que va pasando después, pues, como todo cuento no acabado, necesita su final...

Comentaris

Insulso y pedante
21 ago 2003
JR, un dia lei que te decian que las tortillas de fuagras no eran nada buenas para actividad de los neurotransmisores, no aprendas y veras..., te me pasas todo el dia vigilando, censurando y soltando exabruptos kicht...

aSSnar, antes de empezar el baile, ya ha sacrifidado los cuadros mas internacionalmente expertos de su ejercito (transporte aereo, con polizon incluido, misteriosamente explotado en vuelo) y lo mas capaz de sus servicios (militar agregado a la diplomacia especial de los gobiernos provisionales en zonas recuperadas para el imperio).

Asi que menos disimulos de filibustero del gran capitan y dejate de monserjas clase B.

Tu, vosotros, la alternativa de recambio, fijate si estais quemados que a ti, malos habitos, no se te ocurre mas que recurrir a la fritura de retorica...

¿Comprendes?
Re: Cuento cyber-quijotesco
21 ago 2003
al jaimito
Yo soy naturalmente pedante, ¿y qué? ¿Se puede saber por qué te tienes tú y qué ofreces? ¿sabiduría? ¿bricolage? ¿sexo? ¿parloteo? Porque, tras tu rotundidad, que debes creer que sólo tú la luces, se te adivina desesperado. Métete en la cama y descansa.
crítica constructiva
22 ago 2003
Richart lo que tiene que hacer es montarse un weblog y tod*s content*s. O incluso, si cuela, un IMC para él solo: jaime_richart.indymedia.org.
¿y si Jaimito Richart
22 ago 2003
fuese un troyano de cierto, ya establecido, colectivo editorial, degenerando para homogenizar?
Re: Cuento cyber-quijotesco
22 ago 2003
¿después de sus pintorescos rifirrafes con dicho colectivo? No creo yo, tendría que ser muy esquizoide.
Re: Cuento cyber-quijotesco
22 ago 2003
A partir de x años o se es pedante o no se es nada. Lo peor no es ser pedante, sino flotar sobre el vacío y la mierda del no aportar nada más que "eructos" (quiere decir ese listo, y no exabruptos) como expele él. Ahora a la mayoría de vosotros se os va toda la fuerza por el anonimato.
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