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Anàlisi :: ecologia |
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El Niño
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per Raùl Crespo
Correu-e: rcpuma061@yahoo.com |
24 mar 2017
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Devastadores cambios climáticos azotan el mundo |
El Niño.
Robert Malthus, allá por 1798 proyecto que la humanidad crecería más rápido que los bienes que produce, su teoría está basada en 1.000 millones de seres humanos poblando la tierra de los cuales el 95% en estado de pobreza, falta de recursos y alto índice de natalidad en los extractos bajos. Prácticamente no se equivoco, ahora somos 7.500 millones y solo el 20% de la población mundial controla las finanzas con 1.000 millones en extrema pobreza y otros 2.000 millones sin acceso a recursos básicos sanitarios, agua potable, vivienda, créditos, etc.
En los años 20 del siglo pasado, el alemán Oswald Spingler manifestó que occidente después de llegar a su esplendor la decadencia era inminente. Hoy, occidente es la avanzada tecnológica, científica, económica y militar del mundo, promueve conocimiento monopolizando la educación de alto nivel, controla los mercados mundiales, regula la comunicación global, domina con el dólar el comercio en la tierra y los sistemas bancarios, lidera la industria aeroespacial y sideral con 4 de las 5 imágenes de las comunicaciones planetarias, además, domina la genética como modelo de la humanidad.
La globalización destruye soberanías, unión, integración, fomenta la anormalidad de los cambios climáticos que ya son normales como la contaminación de gases de efecto invernadero que prácticamente son legales porque el CO2 significa dinero y desarrollo que trae desorden universal dentro del orden que hablan la ONU, EEUU, UE, OEA, China y el G20 que han tejido al mundo con tratados, convenios y acuerdos difíciles para los países pequeños que no pueden liberarse de esta red que de ninguna manera es una súper estructura indestructible ya que está siendo sobrepasada por las consecuencias colaterales de los cambios climáticos.
Esta superestructura internacional se refleja hoy, como una estructura sistémica negativa y esquelética de poder por la magnitud del desastre universal que se avecina.
En estos momentos la occidentalización de la cultura se refleja en toda la tierra y no solo gracias a Internet sino por la tecnología, entretenimiento, consumo, modas y especialmente por la contaminación global, cambios climáticos e incremento de la temperatura en toda la tierra, exterminio de animales y explotación de los recursos naturales.
La globalización es uno de los principales aliados de los cambios climáticos producto del calentamiento global producido por los procesos económicos homogenizado res que consolidan las estructuras de poder de los países más industrializados sobre el resto del mundo al desnaturalizar la diversidad cultural, destruir el medio ambiente con su poder salvaje que capitaliza toda la tierra.
La contaminación es crisis sistémica y estructural porque el control político nacional es desbordado por redes económicas especulativas a las que les importa un carajo el efecto invernadero.
Las sociedades encajonadas en ciudades enfrentan estructuras de dominación social, económica y política que consolidan los modelos globalizador neoliberal y colonizador que reduce casi todo a la mercantilización de las relaciones humanas.
Siempre las ciudades son polos de desarrollo al ubicarse en ellas grandes fabricas, empresas, negocios que dificultan la gestión política y el derecho de las personas a vivir en crecimiento, integración y sin contaminación.
América Latina, Asia y África, están irradiadas de neoliberalismo que no solo llega de Estados Unidos y Europa, llega de China, este modelo espera que la clase media africana supere los 1.000 millones de personas para motivarlos al consumo indiscriminado que no respeta recursos ni culturas institucionalizando el capitalismo salvaje que desaparecería a los leones de las llanuras; se imaginan ustedes mares sin tiburones y África sin leones, está a punto de suceder.
El Niño era un fenómeno natural, ya no lo es por el calentamiento global producida por la acción humana que cubre de gases tóxicos toda la tierra. Antes, el fenómeno del Niño calentaba el Océano Pacifico central y oriental cada 10 años hoy lo hace cada 3 años.
Lo más graves es, la indiferencia de la humanidad y la excesiva lentitud de las cumbres climáticas organizadas por Naciones Unidas que del re unionismo no pasan.
El año 2015, los primeros 6 meses del año 2016 y lo que va del 2017, El Niño devasto zonas del mundo como lo hace en estos momentos en Perú, Ecuador, Brasil. Las sequías que azotaron a EEUU, Bolivia, Siria, partes de China, India con las inundaciones afectan la seguridad alimentaria, economía y estructuras de los países que sufren las consecuencias de las sequías y los embates de las inundaciones.
El 35% del área terrestre está destinada para la agricultura que consume el 60% del agua dulce del mundo. El Niño afecto a más de 60 millones de personas en el 2016, con índices rojos en Asia y en América Central y del Sur.
La Organización Mundial de Meteorología (OMM) proyecta que este invierno 2017 se prolongara hasta el mes de mayo, dramática situación cuando se ve las fotos satelitales que indican el calentamiento del Pacifico central que bañan las costas de Colombia, Perú, Ecuador, cuyas consecuencias sociales y económicas todavía son incuantificables.
La OMM, en su último informe dice “a diferencia de otros años la alta presencia de CO2 cubre toda la tierra no solo la atmosfera de los países industrializados”.
“Antes el nivel de dióxido de carbono en lugares específicos alcanzo los 400 ppm (partes por millón) por varios meses en el año pero nunca a escala planetaria y todo el año.”
“El nivel de dióxido de carbono aumento 144% con respecto a los niveles preindustriales y a escala global; eliminar este gas de efecto invernadero tarda cientos de años. El CO2 contribuye con el 65% del incremento radiactivo en el sistema climático causado por los gases de efecto invernadero (6) de larga duración, y eso que un cuarto de las emisiones totales de CO2 son absorbidas por los océanos y otro cuarto por la biosfera, reduciéndose de ese modo la cantidad de carbono en la atmosfera.”
“En la era preindustrial la concentración de CO2 era de 278 ppm significaba un equilibrio entre la atmosfera, los océanos y la biosfera. Con 345 ppm en los 1990 empezaron a surgir los cambios climáticos y con el rompimiento de los 400 ppm alcanzados en el 2015, el CO2 dio inicio a una nueva era climática.” Manifiesta la OMM.
La Organización Meteorológica Mundial dice: “gases de efecto invernadero como el metano (CH2) paso de 1653 ppm a 1845 y el Protóxido de azote de 303.5 a 328 ppm, son nuevos records de gases que incrementan el calentamiento global.”
“El año 2016 fue el año más caliente de los últimos 137 años” concluye la OMM.
En la historia de los registros el 2016 fue el año más caliente con 0.94 grados centígrados superior al promedio del siglo XX de 14 grados centígrados.
El fenómeno del Niño, en agosto del 2016 batió todos los records de temperatura en los continentes y en los océanos Indico y Pacifico, que provoco alteraciones en la presión atmosférica de la tierra.
Científicos alemanes y estadounidenses en el 2013 dijeron “en la Antártida, el nivel de temperatura se incremento 0.5 grados centígrados entre 1957 y el 2006. En el año 2015 otro estudio realizado detecto que el incremento fue de 1.3 grados en 1958 y 2.4 grados en el 2010 después de extraer muestras de hielo a diferente profundidad en el casquete.
38 Años de imágenes satelitales enseña que el hielo de los polos sigue decreciendo. En el mes de enero del 2017, la superficie del Ártico fue de 13.38 millones de kilómetros cuadrados, representan 260.000 kilómetros cuadrados menos que en el 2016.
A más largo plazo, 1.26 millones de kilómetros cuadrados menos que la media entre los años 1998 y enero del 2010. Toda esta situación repercute para que el fenómeno del Niño, cada vez sea más cruel y continuo.
La polución es otro de los fenómenos industriales que suman a la calamidad atmosférica de la tierra. El aire contaminado afecto al 90% de la población mundial, el caso chino es peligroso en 25 ciudades declaradas en alerta roja por la concentración de partículas que afectan la respiración, envenena la sangre y pueden causar cáncer.
Greempeace dice “unas 500 millones de personas están afectadas por la contaminación”. En algunas ciudades la recomendación es, “no hacer ejercicios al aire libre” a estas sugerencias de replay hemos llegado.
“Con 7.8 millones de kilómetros cuadrados de bosque y recursos hídricos, La Amazonia es uno de los laboratorios más importantes que tiene la tierra, el 20% del agua dulce del planeta están ahí” dice la PNUD (programa de naciones unidas para el desarrollo)
8 Países comparten la Amazonia: Brasil con el 64%, Perú 10%, Bolivia 6.2, Colombia 6.2, Venezuela 5.9, Guayana 2.8, Surinam 2.1 y Ecuador 1.6% de territorio Amazónico. Ninguno de estos países ha realizado una gran labor de conservación, la deforestación para la ganadería extensiva, minería irresponsable, incrementan el calentamiento global por el metano y el dióxido de carbono.
31 Millones de indígenas divididos en 350 pueblos viven en la Amazonia. En todo el mundo 470 millones de indígenas o el 5% de la población mundial, representan el 15% de personas en pobreza extrema a nivel mundial, informa el Banco Mundial.
Es hora de concientizar el papel fundamental de los bosques en los cambios climáticos. Después de los océanos no existe tecnología capaz de capturar y almacenar carbono como lo hacen los arboles a gran escala.
A los pueblos indígenas y campesinos bajo ciertas regulaciones hay que garantizarles la tenencia de tierras para la conservación sustentable que garantice desarrollo económico en base al turismo, pesca y agro alimentación autosustentable para impedir la explotación indiscriminada de los recursos naturales.
La conservación del agua dulce es fundamental para evitar el riesgo proyectado para el 2025 en donde se menciona afectara a 3.000 millones de personas, afirma Harlem Brumdtland, miembro de ONU para el cambio climático, en el Foro de la Economía del Agua Dulce 2016.
En toda la tierra 1.200 millones de gentes viven con escases de agua física y 500 millones más se aproximan a esa situación, dice el informe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
La Organización dice que en las últimas dos décadas se ha detectado que la ausencia de agua se reduce por el aumento poblacional, actividades humanas y cambio climático.
En Bolivia el presidente Evo Morales, el año pasado declaro estado de emergencia nacional por la sequia que afecto más de 300.000 hectáreas, paso lo mismo en Perú, hoy inundada en todo el norte del país.
Raúl Crespo. |
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