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Anàlisi :: educació i societat |
La sumisión del pueblo es dramatica
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per Raùl Crespo Correu-e: rcpuma061@yahoo.com |
11 feb 2017
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Nada que ver con la obediencia a Dios. |
¿Por qué el ecuatoriano (a) se volvió sumiso?
La sociedad herida por el desempleo, por los malos políticos, malos empresarios, golpeados por los banqueros, traicionados por los militares sacaron 8 presidentes en 10 años porque el pueblo no los soportaba. Minorías que aprovecharon las heridas colectivas para manipular la democracia y buscar culpables igual que ahora con el populismo ciudadano.
El gobierno del presidente Correa, conto con el presupuesto más grande de toda la historia republicana en el periodo más largo en el poder. Construyo obras públicas que ningún otro gobierno lo hizo, estas obras facilitaran un cambio de matriz productiva eso es innegable, no menciono las obras sociales porque dependen del dinero. Sin él, las proyecciones sociales desaparecen de apoco, sin embargo, esas obras visibilizaron al más desposeído, pero…
Rafael Correa llego al poder manifestando que la partidocracia, la corrupción, el burocratismo, los caudillos destruyeron Ecuador, y que él sabe cómo se siente el pueblo, etc. Para 10 años después terminar en lo mismo: sociedad sumisa, desempleada, humillada, ignorante e impotente.
La rebeldía del ecuatoriano, Correa la apago dividiendo, comprando a los dirigentes, organizaciones, ONG, a algunas las inmovilizo con el decreto 16 para controlarlas, surgió el miedo que se irradio por toda la sociedad especialmente a los estudiantes por las sanciones a los colegios Dillón, Mejía, Montufar, cuyos alumnos por protestar fueron expulsados y enviados a otras provincias; sus familias en la incertidumbre y divididas mientras el presidente fortalecía el asistencialismo y su grandeza como Dios, cuando indultaba a los que le pedían perdón público.
Los bonos de la pobreza, los subsidios y los planes asistencialistas contaban con miles de millones de dólares por el alto precio del petróleo. Compraron lealtades e impusieron sumisión, el clientelismo polarizo a la sociedad, se crearon nuevos sindicatos afines, se proyectaron otros líderes que pocos conocen.
Desapareció la UNE (unión nacional de educares) los medios divididos igual que los indígenas, campesinos, médicos, militares, profesionales, estudiantes. Todo el pueblo está dividido por la subjetividad, por la propaganda y por el miedo vital para controlar grandes masas de personas.
Millones viven con depresión porque no trabajan ni estudian otros millones están alegres, indiferentes e indolentes porque un alto porcentaje de nuestra sociedad vive de la apariencia, aparentamos lo que no somos y lo que no tenemos y, si a esto le agregamos que no leemos libros entonces la reflexión de la historia con las sociedades que se volvieron sumisas y no sobrevivieron poco nos importa.
El conocimiento que viene de los libros para algunos gobiernos es peligroso, este no es nuestro caso. Los libros no solo tienen palabras que facilitan el dialogo, sirven, para que las ideas sean críticas, creativas, innovadoras para nuestros derechos y para valorar la ética que nos impone hechos y resultados vitales para el Estado.
Al no leer, la sociedad es fácil presa de la manipulación, de los chismes, de la hipocresía porque se guarda su verdad y surge el temor colectivo que impone la obediencia, y el uso de la tecnología comunicacional como los jóvenes la aplican, entonces, la publicidad y la propaganda se erige como única verdad.
El concepto de sumisión según el diccionario “sometimiento sin cuestionamientos a lo que las circunstancias imponen, a la autoridad y a la voluntad de otra persona”.
Quiero referirme a la subordinación, al acatamiento y a la obediencia pertinente para este artículo por nuestra conducta que trastoca la cultura.
La mayoría no aceptaran ser sumisos, cómodos, ignorantes, hipócritas, individualistas, cínicos; no aceptaran que estamos perdiendo los valores por nuestros hábitos que le apuestan al olvido aprovechado por los gobiernos que utilizan nuestra desmemoria e ignorancia como si fuera un don colectivo.
Con el pretexto de una revolución hemos prostituido mas los conceptos de revolución, democracia, libertad, soberanía, autonomías, dignidad, al nombrarlas sin respeto ni conocimiento simplemente porque la superficialidad de la ignorancia se impone por sobre la reflexión ya que esta sociedad no lee libros y esto explicaría en parte esa percepción de vacío en el pueblo, gente a la que no le importa lo que debería importarle.
¿Qué es ahora rebeldía, ética, solidaridad, cultura general, hospitalidad? ¿Dónde quedo el sentido común, la razón, los escrúpulos? Nada de esto es voracidad por el éxito, por la avaricia, por la superficialidad, sin embargo se imponen porque la ignorancia mata la moralidad en las trampas de las redes sociales con la complicidad de la clase media individualista y por unas izquierdas sectarias, oportunistas, estancadas en la ignorancia intelectual de lo que significa dinámicas económicas y desarrollo social respetando la ecología y las etnias ancestrales.
Las izquierdas abusan de la palabrería sugestiva en donde mezclan derechos humanos, pueblo, cambio, democracia, libertad, quitándole sentido y restado ilusiones y fe a la gente. Ya pocos le creen y esto se refleja en las elecciones de tiempo atrás.
Somos sumisos porque nos falta firmeza, conocimiento, rebeldía, convicción, lealtad y dignidad como pueblo con honrosas excepciones que promueven la cultura, la innovación, la evolución y la lectura en un país que requiere con urgencia creatividad desde la educación inicial.
¿Dónde están los nuevos líderes: íntegros, dignos, sociales, respetuosos, preparados y con autoridad moral capaces de llevarnos más allá del pragmatismo confundido?
Estos referentes no existieron y no existen por todo lo que arriba menciono (habrá seguidores de uno y otro bando que no estén de acuerdo con esta opinión y eso es saludable) por eso la masa se volvió hipócrita, clientelar, interesada, egoísta y eficiente. Ser eficiente ya no es suficiente para nuestro país, hay que ser eficaces porque en la eficacia está comprendido la responsabilidad, la superación, la puntualidad que nos llevan a los hechos y resultados como cultura.
Seguir con la eficiencia significa que continuamos con el cálculo, con la obediencia, con la sumisión y con el interés personal.
Requerimos originalidad, autenticidad, seguridad, pilares del conocimiento para nuestra valía como sociedad. Necesitamos ser valiosos estando convencidos que podemos desarrollarnos y crecer como un Estado grande, libre y soberano con nuestra participación más allá de las épocas de elecciones.
Raúl Crespo. |
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Comentaris
Re: La sumisión del pueblo es dramatica
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per lo dudo |
11 feb 2017
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Como se nota que ni eres equatoriano ni has visitado ni trabajado en Ecuador,listillo. |
Re: La sumisión del pueblo es dramatica
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per alguna pregunta més? |
11 feb 2017
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Pozi! |
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