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Notícies :: dones
La prohibición de la prostitución reproductiva fue el resultado de la lucha feminista
31 des 2016

La posición de exigir que se levante la prohibición de la gestación alienada no es una reivindicación feminista, es una reivindicación de la industria de artificialización de la reproducción biológica humana (400 millones de euros anuales y creciendo al 10% anual solo en el estado español) y de los liberales extremos, normalmente eugenistas y neomalthusianos, y su teoría individualista radical del consumidor universal, que han desarrollado una subrama ideológica adhoc para cubrir a este capital emergente y su marketing envuelto de aureolas de "innovación social"; el GENERISMO.

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En cambio, no hay que confundir el generismo y el feminismo, son procesos distintos, con diferentes orientaciones y raíces materiales. El feminismo es un movimiento intergeneracional de mujeres que lucha contra las opresiones, explotaciones y violencias que se ejercen contra las mujeres por ser mujeres, en busca de la igualdad con los hombres. Esto no tiene nada que ver con el generismo, ideología para la cual la esencia de ser mujer es una construcción social, no una categoría antropológica, y por tanto puede desconstruirse; en esta perspectiva, no habría clases otras clase reales que los géneros, y estos habría que desconstruirlos por ser meras construcciones sociales y obstáculos a la igualdad de géneros (es pues claro que es una ideología de desviación y de la lucha de clases, obsesionada con sustituir y erradicar al marxismo: "El motor principal de esta fase de la historia es la lucha de clases"). En la ideología generista y sus estructuras políticas subvencionadas urbi et orbe a lo largo de las instituciones burguesas, no hay ninguna necesidad real de defender a las mujeres en general ni a las mujeres proletarias en especial porque no habría ninguna necesidad de defender construcciones sociales fundadas en géneros. Esta cosificación y desnaturalización de las mujeres como campo a desconstruir, no es nada inocente, es una necesidad capitalista en su lucha explotadora mundial contra el trabajo proletario.

 

La ideología generista, por otra parte, no es lo que crea la descomposición de la reproducción social del proletariado en los países capitalistas centrales, que fuerza a sus burguesías al ejercicio del imperialismo demográfico robando fuerza de trabajo de los países de la periferia. Esta ideología surge de las condiciones objetivas en estadios avanzados de la caída de la ganancia media y la crisis de sobreproducción estructural resultante (capitalismo de final de ciclo), y de la lucha de clases concreta que va abriéndose paso en esas condiciones. La existencia determina la conciencia: Es la caída de la ganancia, que determina la caída de la natalidad en el proletariado y la clase media en el centro imperialista, y a la vez, una tendencia - combinada y desigualmente desarrollada - a aumentar la población en las periferias, lo que motoriza la eclosión de esta ideología burguesa.

 

En el centro imperialista, el saqueo de las familias tradicionales, es decir, nucleares, del proletariado en fase de desestructuración y destrucción por la imposibilidad económica de su sostención, por parte de las industrias e instituciones burguesas y, ahora, también por parte de las familias no tradicionales burguesas y de clase media, al contrario de lo que dicen los conservadores de toda laya, no es generado por la ideología de género, sino por las condiciones objetivas del capitalismo y la lucha de clases concreta que han dado en la determinación y creación de la ideología de género. Esta ideología sirve para legitimar y mitigar, explicar y ayudar a profundizar ese proceso de destrucción y consumo del proletariado interno, lo normaliza. En tal situación, su vez, la oligarquía generista utiliza el feminismo para legitimarse envolviéndose con él, cubiréndose así ante las críticas del proletariado. Feminismo y Generismo son, sin embargo, dos cosas muy distintas, y que aparezcan entremezclados responde a intereses y a la lucha de clases.

 

Te dejo aquí un breve relato sobre cómo y por qué se prohibió la gestación alienada en los EEUU:

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El origen del comercio de la maternidad remonta a los años setenta en Estados Unidos. Los anuncios empezaron a aparecer en los periódicos: hombres, cuyas mujeres eran infértiles, buscaban otras mujeres susceptibles de dar a luz un hijo a cambio de cierta cantidad de dinero. Las mujeres eran inseminadas y los hombres adoptaban su propio hijo. Esto se hacía de manera relativamente discreta y a pequeña escala.

 

Pasó poco tiempo antes de que alguien viera en esto una manera de enriquecerse. El abogado Noel Keane abrió una agencia con la idea de poner en relación mujeres con parejas sin hijos. Sabía que muchas parejas estaban dispuestas a pagar sumas importantes para tener hijos genéticamente descendientes del padre. Keane les garantizaba este resultado. Obtuvo una cierta popularidad al intervenir en emisiones televisivas en donde presentaba su agencia como una obra de caridad destinada a ayudar a las parejas sin hijos. Se ofreció dinero a mujeres jóvenes para que fueran madres de alquiler; al mismo tiempo se les convencía de que eran unas buenas samaritanas. La idea se expandió y Keane amasó una fortuna. A finales de los años setenta, había ya varias agencias en Estados Unidos implicadas en este tipo de actividades, que hasta ese momento ejercieron en condiciones de semi legalidad6.

 

No se tuvo que esperar mucho tiempo antes de que hubiera el primer conflicto de notoriedad pública sobre la custodia del bebé. Una mujer, que dio a luz un bebé después de ser inseminada en la clínica de Noel Keane, se negó a separarse de su hijo. Mary Beth Whitehead, madre de dos hijos, perteneciente a la clase media inferior, había aceptado parir un hijo para la pareja Stern, miembro de clase media superior. Whitehead fue inseminada con el esperma de Bill Stern a cambio de 10.000 dólares a la entrega del bebé. Sin embargo, después del parto, Whitehead sintió un sentimiento muy fuerte hacia este hijo, más de lo que ella hubiera podido imaginar. Cuando vio que era una niña no pudo abandonarla. En su biografía explica:

En este instante pensé: ¡que error he cometido! Yo no quería que este error se hiciera realidad. Me forzaba en pensar que no había existido, que era mi propia hija y que tendríamos una vida normal. Por un lado, sentía un sentimiento de culpabilidad a causa de la obligación que estimaba que tenía hacia los Stern y me inquietaba de lo que ellos pudieran resentir, pero al mismo tiempo estaba llena de un fuerte sentimiento de responsabilidad hacia esta hija como podría sentir cualquier madre. […] Pensé, Dios mío, ¿qué va a pensar cuando sepa que ha sido vendida por 10.000 dólares? ¡Se sentirá como se sentían las esclavas!7

Whitehead huyó a Florida con su hija en donde fueron localizadas por las fuerzas del orden. Entonces amenazó con suicidarse. Hubo seguidamente un largo juicio. La madre contra el padre, embarazo contra inseminación, clase contra clase, lazos de sangre contra contrato. Este juicio movilizó la opinión pública estadounidense e incluso fue la base para una serie de televisión. Las feministas se pusieron de lado del derecho de Whitehead a guardar su hija, mientras que una campaña de odio estallaba contra ellas en los medios de comunicación. Finalmente, el contrato se declaró nulo. Sin embargo, la pareja Stern obtuvo la custodia de la niña, el jurado estimó que serían mejores padres puesto que eran de una clase social superior8.

 

El asunto fue designado con el nombre de Baby M y tuvo como consecuencia la prohibición en varios estados de la gestación para un tercero con fines comerciales.

El ser, la mercancia, la maternidad de sustitución https://www.boltxe.eus/la-mercancia-prostitucion-maternidad-sustitucion-disociacion-extracto/ ***************************************

Por supuesto, todo esto desmiente la idea trivializadora y que apesta a burocracia biomédica de que la gestación maternal es “un (simple) momento” fisiológico, idea que intenta servir de base de la cosificación burguesa, bionazi, del proletariado femenino y el reclutamiento de la fuerza de trabajo necesario para este nuevo desarrollo de la explotación.

 

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