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Notícies :: corrupció i poder
Estoy por la destrucción.
14 nov 2016
ESTOY POR LA DESTRUCCIÓN

Una crítica radical y corrosiva esgrimida contra el parloteo de algunos curas disfrazados, siempre
más interesados en construir conservando lo existente que en destruirlo.

Bueno, sí. Lo admito, estoy a favor de la destrucción.
Tal vez sufro de un terrible impulso de muerte, ¿qué les puedo decir? Sólo sé que puedo
transcribir las palabras de Luis Bunuel: “La idea de incendiar un museo, por ejemplo, siempre
me ha entusiasmado más que la apertura de un centro cultural o que la inauguración de un
hospital. No hay comparación”.
Sí, no hay comparación. Me doy cuenta de que firmo así mi sentencia. Se me llamó
inmaduro e infantil, y a mis deseos se los tomó como cercanos a un estado patológico con
tendencias suicidas.
17Pero no importa. Mejor suicidarse que terminar como cura.
Por mal contador que yo soy, me niego a hacer cálculos con la propuesta del anarquismo.
Confróntenme en la cara y acúsenme de nihilista, aquí está la simpática reacción de los
vendedores de la anarquía.
Pero a diferencia de los curas y papas, creo ciegamente en mi mortalidad. Y entonces no
veo por qué debería tirar el poco tiempo del que dispongo haciendo reclamos publicitarios
por el anti autoritarismo.
Colocar al placer siempre por encima del deber: es el único proyecto al cual me siento
afín.
Las discusiones sobre la “verdadera” definición del anarquismo, sobre si está “a favor de”
y no “en contra de” me aburren.
Todo esto es sólo el parloteo del cura-obrero (o del intelectual disfrazado de cura-obrero),
a quien le gustaría que yo trabajara como albañil en el gran patio del socialismo. ¡Qué
horror!
En cuanto al paraíso, no lo creo propio. Y tampoco lo deseo. Ni los cristianos en el cielo,
ni el libertario en la tierra.
Y entonces yo no soporto la mala fe de todos estos bufones de la vida alternativa. Su
única habilidad consiste en hablar de algo que no existe (el futuro “mundo nuevo”), que
no existe.
Algo que aceptan muy convenientemente desde el momento en que los excluye de la
posibilidad de equivocarse. El sueño de la libertad me interesa si me estimula a
conquistarla. Si me tiene que servir como un sustituto de la libertad misma, no sé qué
hacer. Los demás, todos se cuidan bien de decir cuál será la transición que nos llevará
desde la vida autoritaria existente hacia la futura existencia liberada.
Pero su silencio en este punto es en última
instancia comprensible: es uno de los misterios
de la fe.
Yo no amo esta vida. Y no me importa gozar de
la auto complacencia, imaginando nuevas
formas de vida.
Me puedo considerar un preso social, detenido
desde el nacimiento en la cárcel de lo existente.
Mi mayor deseo es ver saltar por los aires la
cárcel de esta vida cotidiana.

Publicado en la Vertice Abisso No 0

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Comentaris

Re: Estoy por la destrucción.
14 nov 2016
No es un sentimiento adolescente, pero desde luego sí es bastante habitual y compartido por la mayoría de la población. Los que "estamos por la construcción" también estamos por la destrucción, pero sencillamente solo con eso no se hace la revolución.

El verdadero reto de hacer la revolución está en lo constructivo. Lo destructivo, pese a su dificultad, es la parte trivial sobre la que hacer filosofía barata es poco más que una pérdida de tiempo.

Mucho hablar de curas y definiciones, pero el autor del texto ha tenido la imperiosa necesidad de publicar esto explicándonos como siendo un hedonista de tomo y lomo, no lo es del mismo modo que el resto, sinó de una manera especial y al parecer políticamente comprometida.

Estas cosas a mi sí que me aburren; al menos se trata de un texto conexo con una redacción comprensible, lo que lo situa por encima de la media de lo que se publica aquí a diario.
Re: Estoy por la destrucción.
14 nov 2016
La verdad es que lo que mas me ha gustado es la critica a los debates de anarquía con sus sacerdotes y todo.(Eso si cada iglesia tirando para un lado diferente y sin sumar en el resto de iglesias)
Re: Estoy por la destrucción.
14 nov 2016
Espero que no seas vegano, máxima expresión de ser un cura.
Re: Estoy por la destrucción.
14 nov 2016
Tu ombligo no es el unico que habita la Tierra e intentar dar lecciones a las demas sobre lo que es o no revolucionario,sin otro aporte que el mas rancio egoismo no suma absolutamente nada,suerte en tu cubiculo y cambia el espejo que lo tienes lleno de babas y semen
Re: Estoy por la destrucción.
14 nov 2016
La “vida cotidiana”, es algo que siempre va a existir en cualquier mundo posible. Una de las cuestiones sería ver cómo hacemos para que esa vida cotidiana merezca ser vivida. Y en eso, para quienes sólo piensan desde su ombligo, debe ser trágico, pues estamos “condenadxs” a contrastarnos con lo social y lo colectivo.

Es un error creerse nihilista y buscar sólo la propia satisfacción. Eso, más que ser una propuesta de la tradición del nihilismo, forma parte de la experiencia burguesa. Para cualquier persona “tachada” de antisocial, todo esos procesos de socialización se nos hacen muy difíciles y complicados de asumir aunque nadie nos reclame la plena participación en todo. Por muy antisocial que uno o una sea, hay ámbitos de la vida común y colectiva en los que sí que podemos estar.

Uno de los habituales errores es pensar en términos de “fines” u “objetivos”, y plantearse la revolución, o la anarquía, como si fuera una meta, sin comprender que no hay revolución, ni anarquía posible, sin caminar. Y es justamente ese caminar lo que define lo anárquico o revolucionario. Esa construcción que se hace día a día, y que va desde las cosas más habituales y cotidianas de la vida, hasta las más complejas.

Hay quienes, asumiendo las dualidades de este miserable mundo excluyente, separa los diversos ámbitos de la vida y de nuestra existencia, no concibiendo la destrucción como una parte necesaria y ligada inevitablemente a la construcción. Deconstruir no es más que una manera de destruir construyendo, o una manera de construir desde la destrucción.

Me puedo reconocer perfectamente en esa etiqueta de “antisocial”. No es más que una reacción de rechazo al sistema de relaciones de esta sociedad capitalista y patriarcal, y siento que en ese contexto, una de las formas más coherentes de estar, es siendo como eso que llaman “antisocial”.

Stig Dagerman decía que “nuestra necesidad de consuelo es insondable”, pero con los intentos de construcción de otros sistemas de relaciones antiautoritarias, entiendo que ese enorme sinsentido, ese vacío desolador, empiezo a encontrar las razones para plantearme que esta vida hay que vivirla intensa y colectivamente, y que no hay consuelo posible frente a cómo nos han desposeído.

A mi también me aburren las discusiones, pero también he descubierto que ese aburrimiento deviene de la poca capacidad que tenemos para escucharnos y los excesos por intentar convencer a lxs demás con nuestras razones e ideas.

He tenido suficientes motivos para no amar esta vida, demasiados, pero eso también lo entiendo como consecuencia de la necesidad de conseguir materializar el esfuerzo de mis actos. He entendido que los caminos, si se quieren vivir intensamente, son de largo recorrido y al iniciarlos, no deberíamos de esperar nada a cambio.

La cárcel cotidiana que nos construimos tiene mucho que ver con estas cuestiones que planteo y con otras más. Esa idea de que nada sirve, que todo lo que se haga es esfuerzo baldío y que nada va a cambiar, es posible porque crece en nosotrxs un sentimiento que desespera y espera que algo de todo eso nos retorne de alguna manera.

Cuando hacemos lo que sentimos que teníamos que hacer, sin esperar nada…, es entonces cuando lo que nos llega, lo vivimos de otra manera, con una alegría gozosa. Eso no significa que la tengamos que exteriorizar o manifestar socialmente como lo hacen lxs demás, pero sí que de pronto nos embarga una emoción que nos reconforta.

Veo como organizamos fiestas y espacio de ocio y diversión que siento que no conectan con mis emociones en ese sentido, y pese a ello no me privo de encontrar ese espacio íntimo en el que puedo cantar y bailar dejándome llevar alrededor de una hoguera, ajena a juicios de cualquiera. Porque sí, si hay algo que nos molesta y hiere profundamente, es que las personas que se supone que deberían de entenderte, apreciarte, quererte…, sientan mi distanciamiento como altivez, orgullo, superioridad, rechazo…, y no como un dolor que te empuja a desaparecer.

En estas circunstancias el suicidio no es salida, como tampoco la es el encierro en el espacio seguro de nuestra propia cárcel.

A mis impulsos destructores le han nacido la vida de la construcción personal y colectiva. Y aunque me es todavía muy difícil permanecer en los grupos de personas. Intento buscar la manera de no perderme la oportunidad de disfrutar de las compañías. Cierto que no son muchas esas ocasiones y las personas con las que me siento a gusto, pero he decidido no privarme de esos momentos, de la misma manera que descarto los insoportables por mucho que lxs demás decidan asumirlos.

Frente a la pérdida de toda esperanza, la posibilidad de que algo germine, por muy pequeña que sea, existe. Hay quienes saben y son conscientes de que nacieron sólo para moriri violentamente. Para ser despojadxs de su identidad, de su cultura, de su manera de ser y estar en el mundo, para privarles de su relación con la naturaleza, que cada vez está más cosificada y domesticada…, y ese referente de lucha, de morir para vivir, ha sido lo que me ha permitido encontrarle un sentido al caos de la vida.

En las respuestas se puede presentir algunos motivos por los que alguien decide apartarse de lxs demás.
Re: Estoy por la destrucción.
15 nov 2016
SI!!! SI!!! Por favor!!! Hazlo,hazlo!!!! Autodestruyete!!!!
Sindicato Sindicat