Los bosques cubren, según últimos datos, el 30 por ciento de la tierra, que equivale a 13 millones de hectáreas desaparecen cada año, pese a los esfuerzos por protegerlos. Entre 1990 - 2015, el planeta perdió más de 129 Millo. Hectáreas (Aproximadamente el 3 por ciento de su área forestal). Pese a los sacrificios por resguardar los bosques, los hábitats naturales y la diversidad biológica, los impactos de la actividad humana en el medio entorno prosiguen afectando a las comunidades más pobres del planeta, y la deforestación, la desertificación y la pérdida de biodiversidad están proponiendo grandes retos. El Objetivo de Desarrollo Sustentable quince intenta “proteger, restaurar y fomentar el empleo sustentable de los ecosistemas terrestres, manejar los bosques de forma sustentable, pelear contra la desertificación, y detener y también invertir la humillación de las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica”. Resguardar los bosques Si miramos los bosques bosques, recursos esenciales tanto para la salud del planeta y sus diferentes especies para proveer medios de sustento a una quinta parte de la población mundial, contribuyen al desarrollo económico en un largo plazo, la inclusión social y la estabilidad ambiental. Pese a muchos compromisos internacionales destinados a resguardar las áreas forestales, es preciso apresurar los sacrificios nacionales y regionales de forestación y reforestación para asegurar la sostenibilidad de los bosques. Si bien ciertas zonas han aumentado continuamente su cobertura forestal, Latino américa y el Caribe ha perdido noventa y siete millones de hectáreas desde mil novecientos noventa, y África al sur del Sahara ha perdido ochenta y tres millones de hectáreas. Más del dieciséis por ciento del bosque amazónico original de Brasil ha desaparecido, y el índice actual de pérdida es de dos millones de hectáreas anuales. Las presiones en los bosques proseguirán en la medida que la población del planeta aumenta, la urbanización se genera de forma más veloz y sube la demanda de comestibles, fibra, energía y minerales. Disminuir al mínimo la desertificación y la creciente degradación de las tierras Las pérdidas de tierra agrícola potencial y existente debido a la sequía, las inundaciones y la creciente degradación de la tierra afecta tanto a los bosques como el ecosistema natural y a amplios segmentos de los pobres del planeta , muchos de los que dependen de la agricultura como fuente de subsistencia y nutrición. Rehabilitar las tierras y los suelos (meta quince.3) ayuda a sostener bajo control la humillación de exactamente los mismos. La humillación del suelo afecta al cincuenta y dos por ciento de la tierra agrícola, y la tierra arable se pierde a una tasa histórica de treinta a treinta y cinco veces. La sequía y la desertificación han provocado pérdidas de doce millones de hectáreas, en las que se podrían haber cultivado veinte millones de toneladas de cereales, y han provocado el incremento de la pobreza entre las comunidades ya frágiles. La humillación en las tierras secas —zonas naturalmente predispuestas a mucha aridez y escasez de agua.

La humillación y la desaparición simultánea de la cubierta vegetal asimismo conducen a una pérdida en la productividad primaria neta, la tasa en la que la flora fija el dióxido de carbono de la atmósfera. Incorporar prácticas sustentables y también integradas de la administración de la tierra y el agua asistirá a las zonas y poblaciones más perjudicadas. Resguardar los hábitats naturales y la biodiversidad

Conforme desaparecen los bosques, las tierras áridas y los ecosistemas de agua dulce, desaparece asimismo la diversidad biológica mundial. Adoptar medidas para resguardar y eludir la extinción de especies conminadas y sus hábitats asistirá a revertir esto (meta quince.5). Las plantas dan a la humanidad el ochenta por ciento de la dieta humana, y las poblaciones en África, Asia y Latino américa emplean medicinas basadas en plantas tradicionales para satisfacer sus necesidades de salud. Se han hecho progresos esenciales en materia de conservación de la biodiversidad; hoy día, alrededor del doce por ciento de los bosques del planeta han sido declarados zonas protegidas.

Numerosas especies están bajo amenaza de extinción debido al cambio climático, la caza furtiva, la pesca excesiva, la polución y la humillación de los hábitats. De las ocho mil trescientos razas de animales conocidas por los humanos, el ocho por ciento está extinta y el veintidos por ciento está al filo de la extinción. Entre las especies estudiadas, en Latino américa y el Caribe se halla el número más alto de plantas amenazadas; en África al sur del Sahara está la cantidad más elevada de peces en riesgo, y en Asia oriental y el Pacífico y África al sur del Sahara se registran las cantidades más altas de aves y mamíferos en riesgo de extinción.

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