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Notícies :: pobles i cultures vs poder i estats
No votamos, proponemos una transformación (Grup Antimilitarista Tortuga)
20 des 2015


¿Sabía usted que en cinco de las once elecciones generales que se han celebrado desde 1977 en el estado español ha habido más abstencionistas que votantes del partido ganador? ¿Y si le decimos que en una de esas cinco citas electorales un partido consiguió la mayoría absoluta? Los datos están a su alcance.
No pensamos que la calidad de las ideas o de las opciones políticas se pueda medir según el número de adhesiones que éstas arrastren. Pero, ¿qué importa en unas elecciones si no es eso?

Bien sabrá quien nos siga que desde el Grup Antimilitarista Tortuga llevamos años promoviendo la abstención electoral. Si, como un partido político, aspiráramos a alcanzar alguna cuota de poder, deberíamos aprovechar tales estadísticas para lanzar mensajes entusiastas que simplificaran la realidad. Sabemos que estos datos no muestran nada más que la falta de apego al sistema por parte de una porción importante de la población de este estado y que ello no responde a un único motivo. Resultaría ridículo pensar otra cosa.

La abstención activa ha de ser consciente

Desde algunos ámbitos, acostumbrados como están a ofrecer dircursos que anteponen el interés a la verdad, nos dirán que el abstencionista es un pasota. ¡Pues claro que hay abstencionistas pasotas! ¡Y votantes! Y esto daría para hablar durante un rato.

Alejadas de la indiferencia y la comodidad, algunas personas deciden consciente y responsablemente no votar. Muchas de ellas consideran que el actual sistema político no es democrático, pues en él la capacidad de decidir de la gente de a pie es nula. Nada participamos en la elaboración y aprobación de las leyes y mucho —¡qué remedio!— en su cumplimiento.

Algunas personas también argumentarán que la simple existencia del capitalismo niega la de la democracia, pues la desigualdad económica es indisoluble de la desigualdad política.

Sobre estos asuntos y otros similares se ha razonado y debatido en diferentes documentos de nuestro grupo. Y en los de otros muchos colectivos, por supuesto. Esta actitud crítica y razonada conduce al rechazo a las instituciones parlamentarias. La práctica coherente desaconseja colaborar, sea de la forma que sea, con el entramado que hace posible la celebración de elecciones.

Apostamos por pedir que nos borren del censo electoral, por no votar y por negarnos a formar parte de las mesas; es decir, por distintas formas de objeción de conciencia al sistema electoral.

Como puede ver, esté más o menos de acuerdo con esta postura, los abstencionistas conscientes existen.

Lo importante no es no votar sino no ser gobernados

Ahora bien, sabemos que nuestra crítica al sistema actual debe ir unida a propuestas de cambio. No en vano, oímos con frecuencia ese comentario de: “si no votas, te desentiendes de lo que luego hagan quienes resulten elegidos”. Y no es nuestro caso. Estamos tan interesados/as o más que quienes tienen fe en el sistema de elecciones en la mejora de nuestra sociedad. De hecho estamos comprometidas con su proceso de cambio. Y desde luego nos importa mucho lo que hacen y dejan de hacer quienes toman las decisiones en nuestro lugar, quienes nos gobiernan sin nuestro consentimiento.

Así pues, le damos la espalda al sistema parlamentario porque no deseamos ser súbditos de personas e intereses ajenos, porque deseamos coger las riendas de nuestras propias vidas.

Y una vez que comienza a andarse este camino se descubre que no es fácil. Sí, no te estamos diciendo, como los políticos: «Descansa en el sofá, que nosotros nos encargamos de todo»; te decimos: «Trabaja, esfuérzate, participa directamente en la vida de tu comunidad».

Quizá no te suene muy convincente, pero esto no es propaganda electoral: debemos ser sinceros. Ahora bien, este esfuerzo, este trabajo nos hace crecer, mejora nuestras relaciones sociales y es el camino que nos puede devolver el control sobre nuestras vidas. Y usted no se preocupe, que no promocionamos el sufrimiento, sólo el esfuerzo.

Responsabilizarnos de nuestra vida en la comunidad nos obliga a diferenciar nuestro deseo de nuestras posibilidades. Ansiamos una sociedad sin desigualdades en la que todas las personas puedan desarrollarse libremente y participar en la resolución de los asuntos que les afectan. Es un buen horizonte hacia el que andar, pero mientras tanto deberemos limitarnos a dar pequeños pasos que no nos desvíen de ese camino. Y no son pocas las cosas que se pueden hacer, ¡eh!

El camino se hace paso a paso

El primer paso de nuestra propuesta es vencer el miedo a analizar los problemas políticos, sociales, económicos o medioambientales que se nos presenten. Hemos de evitar, por muy cómodo y tentador que sea, dejar nuestra responsabilidad de pensar en manos de los medios de comunicación. Nuestra libertad, paradojas de la vida, para desarrollarse nos obliga a ser responsables.

El segundo paso se relaciona con el anterior. Todo el mundo convive con otras personas; todo el mundo forma parte de algún grupo. Pues podemos empezar por alcanzar consensos en ellos para solucionar los problemas que se nos presenten. El consenso es un método de toma de decisiones que exige que cualquiera pueda expresarse y que todas las sensibilidades sean tenidas en cuenta. A diferencia de la votación, en la que hay ganadores e ignorados, el consenso exige llegar a acuerdos. Y no son pocos los colectivos en los que las decisiones se toman por consenso.

Otro paso importante, y bastante viable, es el de la progresiva desvinculación de las instituciones. Ellas, al servicio del estado, no son más que usurpadoras de nuestra libertad política. Imponen qué y para qué pagamos, qué leyes acatamos y cuál es el precio de nuestra desobediencia. Podemos optar por actuar al margen de ellas si contamos con el apoyo de algún colectivo o asociación. Podemos no aspirar a sus subvenciones y rechazarlas si llegan. Depender económicamente de la administración puede limitar nuestra libertad de actuación, si no cotidianamente, sí en algún momento de necesidad. Además, si optamos por generar nuestros propios recursos seremos más conscientes de nuestras capacidades y nuestra fuerza, y el destino de nuestro proyecto no dependerá de factores externos. De este modo ganamos en coherencia y control de la situación. En definitiva, apostamos, en lo económico, por la autogestión.

Nuestra desvinculación de la administración no tiene por qué detenerse aquí. Se argumenta frecuentemente que el estado nos proporciona servicios, entre otros, como educación o sanidad. Opinamos que no es así. Esos servicios son posibles gracias al trabajo de determinadas personas; el estado se limita, que no es poco, a decidir cómo deben organizarse, a quién deben ofrecer asistencia y a quién no. ¿No sería mejor que fuéramos las personas de a pie quienes decidiéramos estos asuntos? No estamos proponiendo demoler colegios, ni te estamos recomendando no ir al hospital si enfermas. Un cambio profundo no se puede hacer en un día. Quién sabe si en un futuro las mismas instalaciones que controla ahora el estado pasarán a estar administradas por las personas, pero de momento podemos empezar por organizarnos para gestionar nosotros mismos la respuesta a nuestras necesidades donde nos sea posible.

Debemos entender qué necesidades cubrimos acudiendo al estado o a cualquier otra empresa capitalista y organizarnos para satisfacerlas. Puede sonar quimérico, pero en el estado español no son pocas las cooperativas asamblearias y autogestionadas en las que podemos participar para alimentarnos, vivir, vestirnos, curarnos o formarnos como personas. En ellas participar no es necesariamente sinónimo de gastar euros. Las hay grandes y pequeñas, integrales y especializadas, fuertes y débiles; en definitiva, presentan una sana diversidad que, con aciertos y errores, nos muestra unas experiencias de las que aprender. Su desarrollo puede resultar sorprendente y en algunos casos es la viva prueba de que una organización puede crecer sin perder su carácter asambleario. Ahí está, sin ir más lejos, el ejemplo de la Cooperativa Integral Catalana.

Como puede ver, queda mucho por andar pero ya se ha empezado. Sólo hace falta un poco de valor y esfuerzo para seguir el camino.

¡Ah!, y no se olvide de que a título personal también puede dar sus pasitos. Quizá acudir al campo — que es acudir al encuentro de las materias primas que cubren nuestras necesidades— sea un buen comienzo. Es fácil y satisfactorio cultivar tu huertecito ecológico y romper, aunque sea un poco, tu dependencia del supermercado. ¿Quién sabe? Tal vez también sea un buen lugar donde iniciar la vida en comunidad.

Grup Antimilitarista Tortuga
Mira també:
http://www.grupotortuga.com/No-votamos-proponemos-una

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Comentaris

Re: No votamos, proponemos una transformación (Grup Antimilitarista Tortuga)
21 des 2015
Para mi bastante buen texto, aunque me faltaria, una vez más, esas alternativas, para que triunfara la abstención y como seguiria.

Y si un@ vota y sigue con las luchas de base
y si en las bases también hay egos fuertes...
y si siguiéramos sin ser gobernados como decís vosotros; "Lo importante no es no votar sino no ser gobernados"

Igual soy raro, pero si fuera a votar, a mi no me va a cambiar mi actitud, mi día a día en colaborar en los proyectos atogestionados. y si no voto, no me convierte en más coherente ni más revolucionario.

Eso si, confieso me da vergüenza no hacer ya casia nada por la abstención activa, me cansé de no ver más peña implicada, ni esperanza ni alternativas abiertas, incluyentes, con espíritu de sumar, crear sinergias, con poquisimos proyectos REALES de autogestión (no solo PALABRERÍAS), para mi, casi, solo viables fuera de la ciudad...

PD felicidades al grupo tortuga!! os lo currais mucho el tema miliko, en tiempos k poca gente está en ello.

Por cierto sabéis algo que sacaron sobre la posición de podemos con el tema militar, creo haber oído algo así como que no tenia una posición de un claro rechazo.
Re: No votamos, proponemos una transformación (Grup Antimilitarista Tortuga)
21 des 2015
La alternativa es una respuesta colectiva, no individual de un grupo, organización o persona.

Si unx vota y sigue con la lucha de base, juega a dos bandas, vota a quienes supuestamente son sus enemigxs.

Por supuesto que en cualquier parte hay egos fuertes, por eso, más que alternativas lo que tenemos que plantearnos es ver cómo cambiamos ese tipo de relaciones entre nosotrxs.

Y sí, efectivamente, lo importante es no ser gobernados, pero cuando alguien vota, ya está eligiendo a quienes nos van a gobernar.

Votar, más que cambiar la actitud, es contradictorio al decir que no se quiere ser gobernado. Si alguien vota y cree en los políticos y gobernantes, efectivamente, su actitud no cambia.

La abstención activa más efectiva, no es una campaña ni acciones directas en contra de las elecciones, sino el organizarse para construir otra realidad.

No se trata de sumar, ni de restar. No es una cuestión aritmética, sino de construir un proyecto y encontrar las personas con las que poder realizarlo.

Y esa sensación de que sólo es posible fuera de la ciudad, no sólo es bastante habitual, sino muy significativa de que tenemos que intentar cambiar esa estructura de grandes ciudades por estructuras más de barrio, recuperando espacios naturales, huertos urbanos, etc...

La cuestión es que a veces llevamos a cabo experiencias específicas muy interesantes pero luego no sabemos conectarlas y relacionarlas con todo lo demás.
Re: No votamos, proponemos una transformación (Grup Antimilitarista Tortuga)
21 des 2015
Para el anterior; Ese es uno de los problemas que justamente dices,<< Si unx vota y sigue con la lucha de base, juega a dos bandas, vota a quienes supuestamente son sus enemigxs>>. Pues declarar enemigos a todo dios, no ayuda a sumar
Y lo que dices de:
<<La cuestión es que a veces llevamos a cabo experiencias específicas muy interesantes pero luego no sabemos conectarlas y relacionarlas con todo lo demás.>> Creo que el problerma es de no abnrirse a relacionarse con otros grupos. Optar por posiciones beligerantes, poco tolerantes, poco abiertas, inclusivas y de solo ver una posible salida, sin intentar consensos con otros tipos de colectivos, o ver formas de complementarse. Ir de puros, no ayuda. Ser exclusivistas, de ser los poseedores de la verdad unica etc tampoco ayudan, otra vez, a sumar y crear red y movimiento
Re: No votamos, proponemos una transformación (Grup Antimilitarista Tortuga)
22 des 2015
¿porque no crear una campanya - o movimiento, o como querais decirlo - tipo como el que hubo de insumision al ejercito y a la pss, pero con el tema electoral?.
borrarnos del censo lxs que no votamos, me parece muy interesante y si hay algo currado ya que lo publique en esta web. salut
Re: No votamos, proponemos una transformación (Grup Antimilitarista Tortuga)
23 des 2015
Sí, evidentemente, la de la abstención activa o la de la objeción de conciencia al sistema electoral son campañas que si no se comunican con otras luchas o proyectos no van a ningún lado. En ese sentido, es importante crear alternativas, cosa que, evidentemente, necesita trabajo.

Pero bueno..., ya que veo que hay quien comenta que estaría bien que hubiera alguna campaña, os dejo aquí algunos enlaces sobre campañas de este tipo:

http://www.grupotortuga.com/Manifiesto-por-la-objecion-de

https://descensoelectoral.wordpress.com/

Por supuesto, hay más colectivos que trabajan la abstención activa, pero estas páginas hablan también de insumisión u objeción electoral, que, en realidad, son lo mismo.

Hay gente distribuida por toda la península (aun fuera de ella) trabajando estos asuntos, aunque la cosa está aún un tanto verde. Quien quiera aportar su granito de arena puede contactar con cualquiera de estas webs.

Quien escribe esto milita en Tortuga. Es fácil contactar con el grupo con este correo: grupotortuga ARROBA nodo50.org.

Un saludo.
Re: No votamos, proponemos una transformación (Grup Antimilitarista Tortuga)
23 des 2015
Se ha comentado algo sobre el programa militar de Podemos. Dejo un artículo sobre él:

http://www.utopiacontagiosa.org/2015/12/09/el-programa-militar-de-podemo/
Re: No votamos, proponemos una transformación (Grup Antimilitarista Tortuga)
23 des 2015
No tiene sentido elegir a un partido para que forme parte del gobierno de un estado o nación y al mismo tiempo, intentar construir una alternativa de sociedad, totalmente opuesta a la finalidad con que se formó el estado y los intereses representados en él; El control y la salvaguarda de la propiedad de la tierra y los medios de producción, en manos de una minoría elitista y todopoderosa. Llegará un momento, que el choque de ambos intereses sea contínuamente hostil y dudo mucho de que, quién participe y/o se sostenga ( gracias a, o en ) el sistema democrático burgués y su poder establecido, ceda en beneficio de las masas organizadas; "que tanto asco les provoca" a esas élites, y cuyo fín sea acabar con ese sistema de dominación clasista y todo lo que representa . A fin de cuentas esta democracia es una forma dictatorial muy sutil, donde la burguesia y demás canallas se apoyan firmemente para seguir perpetuandose como clase dominante, al mismo tiempo que se garantiza ese poder, gracias a la participación de la sociedad mediante el sufragio, que legitima esa dictadura encubierta. Aquí no cabe apelar al poder popular y su representación parlamentaria, participando en ese juego, en un tablero donde además la clase dominante parte con ventaja, con reglas ya impuestas de antemano e inamobibles. Creer que se puede alcanzar la emancipación a través del estado es infantil e ingenuo. Dar poder decisorio y autoridad a cúpulas dirigentes; compuestas y formadas por élites de burócratas y profesionales de la política, por parte de cualquiera que tenga conciencia de clase, es como poco, de idiotas.
Sindicat Terrassa