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Notícies :: guerra |
Sanguinaria orgía yihadista en pleno corazón de París.
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per Carlos de Urabá Correu-e: rebeldeya@yahoo.es (no verificat!) |
18 nov 2015
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“Los terroristas no destruirán Francia, porque Francia los destruirá” Ministro del Interior francés Bernard Cazaneuve. |
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Francia está conmocionada por la matanza de 129 personas en pleno corazón de París. Atentado perfectamente planificado por un comando suicida que atacó los “antros del vicio y le lujuria de los cruzados” según la terminología del EI. Los autores de la masacre confesaron cuales eran sus intenciones cuando ametrallaban a los asistentes al concierto en la discoteca Bataclan “Esto es por los crímenes que ustedes cometen en Siria” Francia ha sido amenazada desde hace tiempo por hacer parte de la Coalición Internacional y se temía lo peor.
“Son franceses los que matan a otros franceses” dice el presidente Hollande. Y tiene toda la razón porque las leyes de la república no hacen distinción de raza o religión. Todos son hijos de la madre Francia aunque tengan apellidos extranjeros y sus padres sean inmigrantes. A pesar de las medidas de seguridad que aplica desde hace meses a raíz del atentado contra Charlie Hebdo la policía, el ejército o los servicios secretos no han podido prevenir este sanguinario ataque.
En la yihad se han enrolado jóvenes europeos de origen árabe con ansias de protagonismo y de exaltación heroica. Necesitan pertenecer a un grupo que les ofrezca una razón para existir, necesitan emociones fuertes y, dado el caso, inmolarse por la gloria de Allah. Saben que los mártires serán recompensados en el yenna por su inmenso sacrificio. Esta sociedad decadente no les ofrece más que una vida tediosa rutinaria que no conduce más que al materialismo. Agobiados por el desempleo, las expectativas poco prometedoras no les queda más que vivir de las subvenciones del estado. Y ellos lo que desean es que el corazón lata a mil revoluciones por minuto y la adrenalina bulla por sus venas. El Corán llama a la conquista del globo terráqueo y es la hora de comprometerse con una misión universal para la que han sido elegidos.
“la respuesta será implacable. Se usará toda la capacidad militar para aplastarlos” advierte indignado el primer ministro. Manuel Valls.
Y no es para menos pues sus ciudadanos exigen una respuesta inmediata, un ataque contundente que se corresponda con la afrenta recibida. La grandeur de la France no puede ser mancillada así por así.
Es inconcebible que los yihadistas pongan de rodillas al imperio francés, que unos adolescentes de nacionalidad francesa y que se han beneficiado de las leyes de la igualdad, fraternidad y la libertad hayan cometido un acto tan bárbaro y ruin no tiene ningún perdón.
Porque no hay que olvidarnos que en Francia residen más de 5 millones de musulmanes y no es de extrañar que muchos se sientan solidarios con los “soldados del califato”
¡Urgente! última hora: Francia moviliza 115.000 agentes para luchar contra el yihadismo. El enemigo invisible está en casa y en cualquier momento te puede dar una puñalada trapera. Seguramente los agentes ante cualquier peligro desenfundarán las armas y con educación y refinamiento dirán: “Bonjour Monsieur, excuse moi” disparando a quemarropa.
De repente frente a la sala de fiestas Bataclan un pianista alemán interpreta el tema “Imagine” de John Lennon. La gente se va reuniendo entorno al artista y compungidos colocan velitas, flores y mensajes alegóricos en la acera. “Imagine all the people, living life in peace” Es la hora del duelo por los caídos. Héroes o mártires que también se merecen ir al paraíso.
Tanto el presidente francés Hollande como el primer ministro Manuel Valls repiten una y otra vez que esta es una declaración de guerra y que se responderá con toda la contundencia. “You may say Im a dreamer…” Lo que impera es la lógica de la guerra y Francia con todo su poderío bélico se apresta a extirpar al engendro diabólico del Califato. Es el enemigo perfecto para justificar los gastos militares y el armamentístico. No se sabe sobre qué objetivos dirigirán sus bombas. Poco importa. En Siria todos son culpables. No hay inocentes. En universos paralelos la materia se convierte en antimateria, el bien en mal. Seguridad (democrática) y libertad en defensa del modo de vida occidental y de los privilegios que hemos adquirido con nuestra sociedad del bienestar.
Mientras tanto en la basílica de Notre Dame miles de fieles cristianos asisten a una misa solemne celebrada por el arzobispo de París André Vingt-Trois por el alma de los mártires. (En Francia a pesar de ser un estado laico los políticos conservadores son católicos) La homilía comienza con una exaltación patriótica cantando la Marsellesa acompañados por el órgano catedralicio: “Allons enfants de la patrie, le jour de glorie est arrive!” Y con la mano en el pecho los más fanáticos envueltos en la enseña patria vibran con las estrofas más épicas “Aux armes, citoyens! Formez voz batallions!”
El arzobispo Vingt-Trois pronuncia un emocionante sermón donde hace especial énfasis en el perdón, el respeto a la vida, y el amor al prójimo. Francia es inocente.
“Nothing to kill or die for”
En todo caso alguien tendrá que bendecir a los pilotos de los aviones Mirage para que sus bombas den en el blanco y regresen sanos y salvos a la base. La paz y el amor del mundo dependen de su eficacia.
Occidente también ruegan a su Dios por la victoria. En EE.UU las sectas cristianas son tan poderosas como el fundamentalismo islámico.
Eagles of Death.
Resulta curioso que esos jóvenes masacrados en las discotecas y restaurantes hace apenas una semana celebraban el Halloween. En esa misma sala Bataclan se habían disfrazado de espectros y muertos vivientes como una macabra premonición de lo que iba a suceder ese fatídico viernes 13. La matanza a buen seguro servirá de inspiración a los guionistas de películas de terror. Es lo que suele pasar con nuestra sociedad del espectáculo que se aprovecha de la tragedia para sacar millonarios beneficios.
Este es una ataque a los símbolos de Francia, de Europa, de la civilización occidental, un ataque en contra el centro de la bohemia mundial, la diversión nocturna, el desenfreno y el libertinaje. Por eso París para los yihadistas representa la capital del pecado y los pecados se lavan con sangre. El mundo debe ser purificado de tanto degeneramiento. -así lo ha sentenció en su día el califa Abu Bakr. El objetivo son las discotecas, los bares, los restaurantes donde se reúnen los “paganos y herejes”. “No tendréis un minuto de descanso”
A pesar de estar cantando el “Imagine” de Lennon, de leer frases de Gandhi, Martin Luther King, apóstol de la no violencia, o poesías de Kavafis “no me quites la paz” lo cierto es que solo se habla de guerra, guerra contra el terrorismo. Parece que es necesario saciar la sed de venganza. Pero al mismo tiempo se sueltan las palomitas de la paz por las plazas y se colocan flores a modo de exvotos. “A la amenaza global, una estrategia global”. Más misiles, más bombas, mas muerte, más sangre. Es la hora de sacar pecho y disparar a discreción sobre los enemigos de la civilización. Las leyes de la dinámica son muy claras: si una pelota se lanza contra una pared ésta rebotara directamente con mayor o menor intensidad según la fuerza ejercida sobre la misma.
El presidente Hollande al rubricar el decreto de estado de emergencia nacional y cierre de fronteras no ha hecho más que legaliza la represión, la persecución, el encarcelamiento. De los posibles sospechosos pagarán muy caro su insolencia, sobre todo, aquellos que lleven apellidos árabes -aunque no hay que olvidar el gran número de conversos franceses- Se ha abierto la veda para iniciar una implacable cacería a los terroristas.
Hay que explicarles a los niños lo que ha ocurrido, hay que decirles que debemos ser fuertes, pero también que el amor prevalecerá.
Mientras en Siria también la población civil sufre las consecuencias de una guerra que va a cumplir casi 5 años. De ellos nadie se acuerda pero las cifras nos dejan estupefactos: ¡300.000 muertos! Demasiada sangre derramada, demasiado dolor. ¿Qué hacemos entonces? Tranquilos que estas son “bombas humanitarias” que van a sembrar la paz y la libertad. La tecnología permite hacer blanco con una perfección matemática. No se preocupen.
El papa Francisco habla de III guerra mundial y se mantiene en vigilia permanente en la Capilla Sixtina orando por la paz del mundo.
¿Tal vez el santo padre intuye que se aproxima el apocalipsis? Francia no solo tiene la fuerza aérea en acción sino que ha enviado portaviones y fragatas en el Mediterráneo oriental. El portaviones Charles de Gaulle acaba de zarpar con 26 cazabombarderos a bordo.
Han atacado la mítica Ciudad Luz, la joya más preciada de la civilización occidental. La gente se preguntan el por qué, es algo sin sentido si los franceses son tan humanitarios y las ONGs cuentan aquí con los mejores donantes. La guerra de Siria ha ensangrentado las calles de Paris. No es posible. Allí por donde se pasean refinados señores y señoras tan bien vestidos, ciudadanos pulcros y de buenos modales incapaces de matar una mosca.
Muchos jóvenes musulmanes nacidos en Francia o Europa han preferido despreciar los parabienes de la sociedad de consumo occidental agobiados por la precariedad laboral, la falta de perspectivas o la crisis identitaria y existencial. Parece mentira pero ya no quieren conquistar una rubia de ojos azules y comprarse un Mercedes Benz. Por el contrario han elegido el Corán y el Kaláshnikov, han decidido no integrarse sino más bien desintegrarse convertidos en bombas humanas. Además les sobran argumentos pues la memoria histórica es aleccionadora. Las agresiones de occidente han sido deleznables.
Al instaurar el estado de urgencia el gobierno de Hollande no ha hecho más que dar carta blanca a la extrema derecha para que lance sus proclamas de odio y xenofobia contra los inmigrantes y refugiados. Odio legítimo y sagrado. No lo expresan pero lo piensan. Se producirán registros sin orden judicial, detenciones arbitrarias, restricción de los derechos ciudadanos. Ahora cualquier persona por sus rasgos étnicos, por su forma de vestir o la fe que profesa puede ser detenida y enjuiciada. No hay duda que son terroristas. Por supuesto que el Frente Nacional de Le Pen se aprovechará de esta coyuntura y elevará sus perspectivas de votos. Eso significa que en las próximas elecciones regionales de diciembre obtendrán un resultado histórico. Para muchos patriotas ellos son los únicos que pueden salvar a Francia de la hecatombe. Porque es preciso restablecer el orgullo herido.
“Los inmigrantes, especialmente los musulmanes, son los que tienen la culpa de todas las desgracias. Unos individuos que desprecian la cultura francesa y contaminan la pureza racial no tienen cabida en el solar de república. Es necesario hacer batidas policiales en esos guetos donde malviven y se engendra la delincuencia y el terrorismo. Aunque tengan papeles franceses son unos inadaptados sociales y deben ser despojados de la nacionalidad y, por ende, expulsados del territorio patrio”
La unidad patriótica nacional está en peligro.
¡Que suene la Marsellesa!
Otras voces más prudentes hacen un llamado a la tolerancia y la serenidad, todos somos hermanos y es mejor poner la otra mejilla. El dialogo, por favor. Menos mal que por la televisión ya se emite la propaganda de navidad y se comienzan a adornar las calles y avenidas con guirnaldas y lucecitas de colores. Seguramente así los ciudadanos superarán el miedo y el terror consumiendo hasta la extenuación. De alguna manera hay que olvidar este mal trago.
Pero sin duda las mayores beneficiadas de la tragedia serán las empresas de seguridad. Con urgencia se necesitan más guardianes, el reclutar más policías y gendarmes; se necesitan más cámaras de video vigilancia, centros de control e inteligencia y, por supuesto, construir más cárceles. Esto quiere decir que tendremos que pasar por mil y una pruebas de scanner, perros sabuesos, requisas, batidas de identificación “¡Alto! Manos arriba. No se mueva. “Los franceses estamos en guerra, nos han declarado la guerra” vuelve y repite en un discurso televisivo el presidente Hollande-Bush. Han derrumbado las torres gemelas, le faltó decir.
La torre Eiffel, el pene de hierro de la grandeur de la France, está más erguido que nunca.
La psicosis se apodera de los ciudadanos y es normal que se sientan vulnerables pues es contra ellos que van dirigidos los ataques. Los políticos y grandes personalidades tienen sus guardaespaldas y policías que los protegen día y noche. La gente ha salido a las calles y a las plazas a cantar himnos al amor y fraternidad. Amaos los unos como está escrito en la Biblia. Pero el miedo campa a sus anchas. Nadie se fía de nadie. En Siria los cazabombarderos franceses lanzan furibundos su carga letal. Son las bombas civilizadoras -no se confundan. Se lo tiene bien merecido aquellos que han osado eclipsar con sangre la Ciudad Luz.
La portada del último número de Charlie Hebdo no puede ser más reveladora: se ve un joven acribillado a balazos de cuyo cuerpo no brota sangre sino chorros de alcohol “ellos tienen las armas. ¡Que se jodan! Nosotros tenemos el champagne”
Carlos de Urabá 2015 |
Mira també:
https://youtu.be/JV4guq5a-iU https://youtu.be/UB-lsNlYl3Y |
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