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Notícies :: corrupció i poder
el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
08 oct 2015


No es ningún misterio el que catalunya, es elfundo de unas pocas familias de millonarios con apellidos “bancosos”, que condenan a una vida miserable al 90% de los “siervos de la gleba” - los cuperos arribistas los llaman ciudadanos -. Hablar de justicia social es una verdadera estulticia e insensatez, pues en catalunya no existe la “cosa pública”, sino la cosa privada, donde todo se vende y se compra. Los adultos mayores, con jubilaciones paupérrimas están condenados a muerte por el oneroso precio de los medicamentos, o también por la larga espera en recibir atención hospitalaria. Hablar de democracia es otro sinsentido, pues no existe, ni siquiera, la democracia formal, menos aquella que J.J. Rousseau llamaba “asunto sólo para ángeles”.
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" Naciones, patrias, países… Todos ellos conceptos vagos y difusos, de difícil definición incluso para aquellos que creen firmemente en ellos. Como los dioses y las religiones, las naciones y los nacionalismos son creencias y ficciones que buscan ensombrecer y dificultar la comprensión del mundo.
La nación es simplemente un disfraz del Estado. Y el nacionalismo es la forma de pensarlo.
Porque el nacionalismo sólo remite a la construcción de un poder, sin principios ideológicos específicos ni valores humanos que ayuden al desarrollo de la sociedad. Es por ello que ideológicamente encaja tanto como religiones y marxismos, con liberalismos o con socialdemocracias, y otras tantas formas de pensar la sociedad que desembocan en un mundo parcelado en jerarquías. Políticamente es una ideología vacía, no va más allá de articular un poder y edificar una autoridad.

No obstante, este vacío tiene una gran utilidad: socialmente el nacionalismo articula a ricos y pobres como si tuviesen algo en común. Los embarca en una misma causa: la que privilegia a unos y excluye a otros. Fundamente y legitima la desigualdad en la vida social, introduciendo una visión etnicista, cuando no xenófoba, de los “propios” frente a los “otros”. Inventa categorías de ciudadanos, unos con derechos frente a otros que sólo deben, y pueden, aspirar a su integración en la comunidad. Socialmente es una ideología racista"Alarma que siempre sucede a las demandas sociales de toda nuestra historia de frustraciones, terrorismo policial, carceles y muy efectivas contrarevoluciones. De la mano, tantas veces de las elecciones del 27s y las apariciones en los medios de comunicacion burgueses en plan estrella de los jefes de la cup., nos muestran que los más vociferantes rebeldes del pasado se convierten en perritos falderos. Encantados por el oportunismo y el bálsamo conque la derecha unge a los traidores.

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Comentaris

Re: el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
08 oct 2015
Las mujeres también han de tomar conciencia?
Re: el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
08 oct 2015
Eso depende de si los y las demócratas de turno, se inventan, o no, alguna discriminación positiva más. Y fíjese que hablo de "discriminación positiva", no de privilegios.
Re: el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
08 oct 2015
La imatge és de la plaça maidán a kiev, el 2014, no?
Re: el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
08 oct 2015
decirse anarquista y apoyar a la cup, es el resultado o de la ignorancia o de la estulticia de los que defienden de la espurea posicion del anarcoestatismo, una cosa es que seamos anarquistas y otra que tengamos que tragar la mierda del nacionalismo reaccionario de los cretinos centralistas democraticos de la cup, que son un partido politico mas, y esos si que mienten hacen demagogia y para nada son libertarios y por ser algo son antianarquistas en su teoria y en la vida practica que ejercen ya sea como oposicion o como poder en algunos ayuntamientos,
Re: el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
08 oct 2015
Parece que algunxs que escriben comentarios ni siguiera han leido el texto...o es tan dificil entenderlo? Pues de que palabra viene "nazi"? Justamente del nacionalismo en su forma extrema, fundmentalista y radical. En éste sentido un "nacionalismo de la isquierda" tiene que ser una farsa o de tendencia estalinista. Rechazamos cualquier experimento politico de demagogia nacionalista-democrata! No nos interesan otras banderas, otros gobiernos etc. porque con las/los existentes ya tenemos mucho que quemar! Viva la Anarquia!
Re: el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
08 oct 2015
Molt ben argumentat tot...
Re: el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
09 oct 2015
Sr. "jolín", los nacionalismos también tienen un origen, y tal vez habría que hablar de la importancia del romanticismo alemán.

En cuanto a la cuestión de las "demagogias" o de "no haber leído", lo suficiente, le sugiero que reformule la cuestión del origen etimológico de la palabra "nazi".

En todo caso, "nazi" proviene de "nazismo", y no de "nacionalismo". Y "nazismo" surge de la contracción en alemán de "nacionalsocialismo", que es la ideología que imprimió el "partido nazi" (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), que gobernó Alemania en las décadas 30 y 40.

En mi opinión, el nacionalsocialismo, es una más de las versiones de ese socialismo totalitario que se está teniendo su "revival" últimamente, frente a la terrible falta de memoria de las clases populares, la confusión, la manipulación y los continuos cantos de "esperanza" frente a la corrupción generalizada de las clases políticas.

No es casual que, estas nuevas formaciones de viejas y rancias ideas soberanistas, nacionalistas y de izquierdas (sí, de izquierdas..., porque la izquierda no es más que la ubicación en un parlamento), en los continuos debates sobre posibles pactos, coaliciones y condiciones, no hablen de las corruptelas de los políticos con los que han iniciado este viaje hacia el "poder popular", que no es más que su ingreso como formación política en el poder.
Re: el nacionalismo , la cup, los massmierda, y lo que nos viene.
09 oct 2015
Decir que las religiones, por ejemplo, no contribuyen al desarrollo de la sociedad o que no tiene principio ideológicos, ni valores humanos, es de entrada falso.

Lo que se puede cuestionar es hacia dónde conduce ese desarrollo, cómo nos afectan esos principios ideológicos y cuál es la cualidad de esos valores.

Las ideologías no son tan diferentes a las creencias, sean del tipo que sean, pues toda ideología, incluidas las revolucionarias, “creen” en una concepción social concreta que, luego en la práctica, se debe comprobar si encaja, o cómo se encaja, teniendo en cuenta que aspectos se pueden asumir casi íntegramente, y cuales deben ser reformulados.

Puede que la diferencia entre las creencias místicas y/o religiosas, y las ideologías, si es posible hacer esa separación entre unas y otras, la encontremos en que los credos religiosos, místicos, metafísicos y/o espirituales, dicen que sólo son posibles alcanzarlos cuando trascienden la vida. Es decir, no están en el aquí y ahora, y como consuelo o parte del camino o proceso hacia la muerte, uno o una puede alcanzar un estado de “paz espiritual” o un “nivel de conciencia superior” que le permitirá separarse de los vínculos “terrenales” y ver el mundo desde un estado de no afectación, que le permitirá progresar en ese camino de la “paz interior” e individual. De ahí que se insista, al igual que hacen muchas formaciones políticas, que sólo es posible cambiar nuestro entorno, si se produce primero un cambio personal “interior”, de manera que se crea un desplazamiento de la conciencia colectiva hacia la personal, y sólo se vuelve a conectar con lo común, desde el rol como portador de esos valores individualizantes de interiorización. Es decir, lo colectivo sólo se concibe desde esa visión de acólitos seguidores de una fe en alcanzar ese cambio “interior”. En esto, las formaciones políticas son muy parecidas, y sólo deben de encontrar valores sobre los que incorporar ese “aura de santidad”, ese objetivo mistificado, la independencia por ejemplo, que nos reportará una mejor situación personal, y si individualmente “estamos bien”, según su lógica, también lo estaremos colectivamente porque se le supone que milagrosamente aspectos como la rivalidad, la codicia, la envidia, la competencia…, desaparecerán en ese paraíso de “igualdad” y orden “natural”.

Y como en todo pensamiento en el que existen seres superiores e inferiores o conciencias más elevadas y más terrenales, esa realidad debe concebirse en una estructura de jerarquías y disciplinas en las que quienes están más arriba, saben mucho más y por eso son autoridad, ordenan y gobiernan a quienes aspiran a esos “niveles superiores de conciencia”. Las formas de esa autoridad, ese ordenamiento o ese gobierno, es lo que realmente diferencian a cada una de esas ideologías políticas y órdenes religiosas, pero en el fondo, las finalidades son las mismas o muy perecidas: creaciones de espacios de poder y de formas de relacionarse que refuerzan las estructuras jerárquicas.

Íntimamente no podemos negar lo que sentimos, por mucho que nos engañemos, y esta cuestión es la que mueve a quienes niegan la lucha de clases, a buscar buscar un sentimiento común para todas ellas. En las religiones suele ser una fe en algún dios o una nueva vida en algún espiritual paraíso. En las organizaciones políticas, que no pueden postergar el bienestar para otra vida en el más allá, deben de transformar fuertes emociones en un potente sentimiento que nos conecte con lo universal y que refuercen nuestra autoestima de pertenencia a determinado grupo. Los grandes eventos deportivos y el negocio del fútbol han sido un importante escenario para experimentar sobre ello. No son personas divirtiéndose al mostrar sus habilidades, sino países, naciones o “eternos rivales” compitiendo por demostrar su superioridad y su hegemonía en una u otra especialidad.

Gran parte del éxito de estos sistemas de alienación colectiva consiste en hacernos creer, que cualquiera puede aspirar a escalar los lugares del éxito social, político, espiritual, cultural y/o económico.Estas aspiraciones nunca se proyectan solas, sino que se combinan de manera que las combinaciones de los deseos, pueden ser múltiples, pero con un objetivo muy similar, el poder, el reconocimiento en cualquiera de sus aspectos, el ejercicio de la autoridad, la mediación entre lo terrenal y lo divino, o entre la inversión y el proyecto millonario, acaban convirtiendo la vida en toda una suerte de mistificaciones que le dan sentido.

Por mucho que nos mientan, el nacionalismo no buscar una “comunión” con la tierra en la que vivimos, sino la creación de un sentimiento de grupo que está conectado por su origen geográfico o sanguíneo, y también como una manera de ver y sentir al otro y a la otra, como una posible amenaza a nuestro supuesto modo de ser o vivir.

Y para construir este sentimiento de una manera lo suficientemente sólido, fuerte y que nos conecto con eso universal común como grupo, debe valerse de diversos recursos orientados a las hipotéticas tradiciones ancestrales, ese origen histórico con su momento fundacional, una demarcación geográfica, una lengua propia, en la mayoría de ocasiones un pasado de opresión y resistencia, todo un sin fin de historias y leyendas, etc…, en definitiva, todos los rasgos que acabarán de conferir una identidad diferente a las otras y con un punto de mistificación, que la hace sobresalir de las demás.

En un principio, el nacionalismo no debería de ser una ideología racista, ni xenófoba…, pues no es más que un reconocimiento de origen e identitario. Esos aspectos de opresión, como los de superioridad, de pueblo escogido o de legitimación en la tradición milenaria de su origen, desde el nacionalismo se acaban como una amenaza o agresión contra esa integridad y cohesión identitaria por parte de los otros y otras.

La lucha de clase también requiera de esa interiorización del sentimiento de clase, sólo que este es evidente y no necesita recurrir a la mistificación de las condiciones de injusticia social que la genera, ni a extraordinarios orígenes en los anales de la historia, salvo para explicar la realidad de los procesos de las luchas entre opresores y oprimidxs.

Casi siempre, estas visiones históricas o contemporáneas de los procesos y las luchas, invisibilizan otras luchas que consideran “menores”, pero que siguen siendo conflictos que tienen un origen común: la lucha por la igualdad y la libertad en todas sus expresiones.

Las naciones en sí no son un problema. El problema es la burocratización de esas naciones o sociedades, creando sus estructuras de control y de poder. El Estado es una de esas estructuras y un instrumento en manos de los codiciosos administradores de la miseria popular. El Estado que en un inicio se concibió para la gestión de la riqueza de las aristocracias, hoy en día es la principal institución desde la que, esas aristocracias financieras y económicas, gestionan sus intereses y los recursos y riquezas del planeta.

Mientras que no haya un movimiento de liberación que señale como prioridad el rescate del territorio, no como frontera, sino como lugar de vida y no de muerte, ningún nacionalismo tendrá nada verdadero que ofrecer, sólo espejismos. Mientras que los nacionalismos no dejen de ser nacionalistas, nadie será libre en territorio nacional y continuaremos presos de las rivalidades y los conflictos con las otras nacionalidades identitarias.
Sindicato Sindicat