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Notícies :: ecologia
El zorro de "El Principito"
12 jul 2015

En términos de desarrollo de habilidades, capacidad cognitiva, aprendizaje y adaptación al cambio, la raza humana ha demostrado ser más inteligente que el resto de los seres vivos. Independiente de los vistosos y nefastos resultados de nuestra evolución, el ser humano ha tenido la notable capacidad de generar un sin fin de cosas positivas. Ha desarrollado un lenguaje, un sistema numérico, ha avanzado en el entendimiento de nuestro origen, del universo y la medicina. Se puede hablar entonces, en estos términos, de que nuestra raza cuenta con una capacidad intelectual mayor que la del resto de los habitantes de nuestro planeta Tierra.

...pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mi, único en el mundo. Yo seré para tí, único en el mundo...

El zorro de "El Principito"

En términos de desarrollo de habilidades, capacidad cognitiva, aprendizaje y adaptación al cambio, la raza humana ha demostrado ser más inteligente que el resto de los seres vivos. Independiente de los vistosos y nefastos resultados de nuestra evolución, el ser humano ha tenido la notable capacidad de generar un sin fin de cosas positivas. Ha desarrollado un lenguaje, un sistema numérico, ha avanzado en el entendimiento de nuestro origen, del universo y la medicina. Se puede hablar entonces, en estos términos, de que nuestra raza cuenta con una capacidad intelectual mayor que la del resto de los habitantes de nuestro planeta Tierra.

De ésta forma, el ser humano se ha colocado como centro de la existencia, en donde cada decisión responde al bienestar de nuestra raza por sobre nuestro entorno, que se ha dispuesto como un elemento en función a él. Así es como no dudamos en descuartizar bovinos, porcinos y ovinos para alimentarnos y abrigarnos, así como tampoco en explotar la naturaleza para construir viviendas y destruir los paisajes con tal generar energía para abastecernos de nuevas y nuevas necesidades,  o somos totalmente inmunes a los desastre ecológicos y las noticias de medio ambiente que reflejan un caos siempre que no nos afecten. Además, contamos con una curiosa costumbre: domesticar animales.

A nadie le extraña la idea de tener un perrito en el hogar. Tampoco el conservar una gatita en una jaula o adueñarse de la vida de un gato. Tampoco lo hacemos al usar caballos para movernos, ni bueyes para arar la tierra. Es así de simple: el ser humano ha logrado dominar a otras razas y ponerlas a disposición de él.

Hace unos días comentaba con unos amigos la idea de que un ser superior llegase a la Tierra. Con superior se entiende una raza capaz de pensar y sentir de manera más completa que nosotros. De esta forma quedaríamos a merced de su voluntad, llegando incluso al nivel de ser domesticados por estos nuevos amos de la vida. La idea es un poco escalofriante pero fácil de imaginar. Si el Universo es infinito, existen infinitas posibilidades de que esto ocurra. Una mente más inteligente que la nuestra lograría tenernos tan felices como nosotros lo hemos logrado con los tan populares caninos. ¿Estaríamos de acuerdo con sacrificar nuestra libertad con tal de que otro ser administre de buena forma nuestra felicidad? Por supuesto que no, al menos esa es mi opinión.

Lo que hoy en día vivimos no está tan lejos de la metáfora anterior, salvo que ese ser superior no es tal sino que una propia creación de nuestra raza. Me explico: nacemos, crecemos y morimos. Comemos determinadas cosas, vamos al colegio y luego, si es posible, asistimos a la universidad para luego ingresar al mercado laboral y así poder darles las mismas oportunidades a nuestros hijos. Ellos probablemente harán lo mismo, salvo algunas excepciones, para así ir traspasándolo de generación en generación. Domesticados por un sistema educacional que urge ser cambiado si es que queremos sobrevivir en el tiempo.

Una forma de vivir que termina esclavizándonos, cual pececillos de un estanque en nuestro hogar. Hemos sido domesticados por un modelo de vida y no nos hemos dado cuenta de como esto ha restringido nuestro preciado valor de la libertad. No fue necesaria la llegada de una nueva raza desde otra galaxia para estar bajo el alero de algo más. Domesticados por la política de algunos, los objetivos de otros y por Hollywood. Nosotros mismos diseñamos y avalamos día a día un sistema complejo del cual nos cuesta muchísimo salir. ¿Y porqué querer salir? Bueno, el problema de la sustentabilidad está dado, se ha presentado como una serie amenaza a nuestra existencia y aún así estamos pegados en el computador, en vísperas de comer lo que nos hemos auto impuesto a comer, preparados para vivir la vida de una manera determinada, absolutamente dominados por un estilo de vida que no todos compartimos. Es la crisis espiritual del ser humano y las grandes dificultades que ha tenido éste para domesticar sin ser domesticado. Domesticado en definitiva, por un sistema nacido de nuestra propia naturaleza humana.


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