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Alta Cultura
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per Jaime Richart |
28 jul 2003
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A qué extremos de Alta Cultura hemos llegado, sobrealimentados por las propias productoras de la televisión, podemos graduarlo por nosotros mismos cuando, |
después de haber asistido a una sesión de pasarela, nos sorprendamos prestando atención, alelados, cien por cien de los casos a una experta que nos enseña o muestra divinamente cómo hombre y mujer, mujer y hombre, "pueden" copular, y cómo saber cuál de los dos, si penetrador/a o penetrado/a es más determinante a la hora de evaluar prioridades...
En otras ocasiones podemos alcanzar unos grados de conocimiento superlativos sobre:
cómo, para mejor caminar, qué pie poner primero y cuál poner a continuación, a la ida y a la vuelta;
cómo abrir y cerrar un bocata de sardinas sin hacer chirridos;
cómo y dónde, de entre los muchos pliegues y rincones de nuestro cuerpo, restregarnos con un estropajo en el baño o en la ducha;
cómo estornudar sin polucionar ni perjudicar al medio ambiente;
cómo defecar delante de todos sin ser vistos;
cómo sonarnos la nariz sin dañarla y con la máxima eficacia sonadora;
cómo batir una muela sobre otra para lograr de la masticación el rendimiento óptimo;
cómo rascarnos y dónde debemos hacerlo, cuando nos pica;
y, por fin, cómo pasar la lengua por el dorso de un sello de Correos, de modo que las puntas en forma de sierra de los cuatros lados que tiene el sello no queden semilevantadas, y poder así adherirlo de puta madre al sobre gracias al pegamento seco que queda activado automáticamente por el proceso químico resultado de la salivación mezclada con el citado pegamento... |
