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Anàlisi :: sense clasificar
15 tesis en defensa del 1 de mayo en Milán
09 mai 2015
Contribución de Autonomía Diffusa al debate generado en torno a la jornada del Primero de Mayo en Milán.
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Primero de mayo de 2015. “Hoy empieza el mañana”
“Querría evidenciar que las protestas pacíficas son un lujo que pertenece a quien está ya integrado en la cultura dominante, a quien está seguro que la propia veo será escuchada sin violencia, a quien puede permitirse de esperar que llegue el cambio que quiere”
“Ferguson: in defense of rioting”, Time Magazine, 24 de Noviembre 2014.
1. “Los Black Bloc devastan Milán“. Esta es en sustancia la lectura de los media mainstream durante la jornada del Primero de Mayo de 2015. Nosotros hemos visto muchas cosas ese día pero la devastación, la verdadera devastación, nosotros la vemos todos los demás días: todos los días que no sucede nada, todos los días en que se muere ahogado en el Mediterráneo, en el puesto de trabajo, en las guerras occidentales o solos, por desesperación.
2. La semana había comenzado con una gran operación preventiva por parte de la policía. Los barrios de Giambellino, Porta Genova y Peralpi han sido sometidos a un asedio. Trece registros, ocho casa desalojadas, la Base de la solidaridad popular en Giambellino desalojada y destruida, decenas de compañeros conducidos a comisaría, dos detenciones y barrios completamente militarizados. Este es el balance de la estrategia de la policía que quería tener entretenidos a tantos compañeros, desgastarlos a fin de distraerlos de la jornada del primero de mayo. Muchos de los detenidos durante los registros eran de origen extranjero y por ese motivo han sido mantenidos durante horas en comisaría en las oficinas de inmigración. Estos compañeros habían venido para participar a los cinco días de Milán, para conocer las luchas italianas y compartir las experiencias de lucha que atraviesan en la actualidad Europa. La prensa ha aprovechado de estas detenciones, que en su mayoría han terminado con la puesta en libertad sin cargos, para construir el monstruo que podía aterrorizar preventivamente a los participantes en la manifestación y el chivo expiatorio que sirviese de pasto para la opinión pública.
3. Este Primero de Mayo ha sido una jornada incómoda. Es incómoda para los revolucionarios porque el dato central –el de la participación, de la determinación, de la organización, de la existencia de una fuerza revolucionaria capaz de poner en acto el propio rechazo de prohibición de tomar el centro- viene puesto en un segundo plano por el relato mayoritario. Es incómoda también para aquellos que alimentan el imaginario conflictual, para que se quede en un plano puramente virtual, para reproponer siempre la misma fórmula caduca: un gobierno un poco más de izquierdas, una explotación garantizada, un capitalismo sostenible. Por lo menos todo queda más claro: querer ser los buenos representantes de todos los que no tienen y no quieren ser representados o estar de manera comprometida de parte de los que se rebelan no son dos posiciones compatibles.
4. El desafío que tienen ante sí todas las luchas, empezando por la de la vivienda, es la de conjugar dos aspectos: participación y conflicto. A medida que las luchas crecen se prueba siempre a poner junto, incluso en la calle, estas dos dimensiones. Si uno de los dos elementos falta, se corre el riesgo de caer en la autopresentación de una minoría activa incapaz de determinar un cambio de dirección. La participación ha sido numerosa y heterogénea, pese al clima de terror creado en los días previos. El bloque de las luchas sociales ha sido de los más nutridos durante la marcha. Estaban los comités y los ocupas de barrio, que llevan adelante el resto del año una lucha real lejos de las cámaras y del centro de la ciudad. Una lucha por la vivienda, que empieza por tener un techo hasta llegar a la construcción de barrios más habitables. Había también muchos jóvenes precarios y parados que no se reconocen en el modelo de la Expo y no quieren regalar su tiempo a los esclavistas de ese gran evento y han preferido salir a la calle a manifestar su rechazo, su rabia. Muchas y diferentes luchas y tantos otros gestos han convivido ese día con intensidad: está quien ha lanzado eslóganes y quien ha resistido a las cargas, está quien ha bailado tango o tecno, quien ha contado su propia lucha a toda la ciudad y quien ha hecho pintadas en las paredes con la cara tapada. Se ha alcanzado un objetivo y quizás ese era el más importante: de un año a esta parte la consigna que más ha resonado durante las asambleas No a la Expo era “démosle donde le duele a la Expo”. Y le ha dolido.
5. Ciertos gestos han sido inútiles o quizás desafortunados en ese contexto, en ese preciso momento? Creemos que un gesto es revolucionario no por su contenido, sino por el concatenamiento de efectos que genera. Los moralistas que elogian o condenan “prácticas” de las que hay que prescindir, sin tener nunca en cuenta el contexto en que son llevadas a cabo comparten un misma ceguera. Un coche cruzado en medio de la calle para impedir que la policía avance y masacrar la manifestación no será nunca lo mismo que un romper un coche en medio de los manifestantes cuando la urgencia es la de defenderse todos juntos. Ciertos gestos, dirigidos hacia objetivos elegidos por casualidad, corren el riesgo de demostrar frustración y falta de perspectiva, no ponen la cuestión sobre la mesa del avance revolucionario. Las mejores acciones son las que no tienen necesidad de muchas explicaciones para ser comprendidas por todos, amigos o enemigos. El asedio a la cantera de Chiomonte habla bien claro, como habría sido el caso si alguno el primero de mayo se la hubiese tomado con la sede de Expo o, porque no, con la Bolsa.
6. Hasta que no comprendamos que el poder se va agotando en su materialidad como en su discurso, nuestra capacidad de acción será siempre parcial, y por lo tanto débil. Sabotear el capitalismo significa claro practicar objetivos pero también saber neutralizar los efectos negativos del relato mediática del día después. Pensar en esta neutralización con anticipación debe ser parte de la acción misma. Y esta, digámoslo con humildad, ha sido lo que más ha faltado durante la jornada del Primero de Mayo. Desde este punto de vista el camino a recorrer es aún muy largo. Cuando el conflicto se manifiesta, pensar gestionarlo en su totalidad, gobernarlo, pastorearlo es al mismo tiempo ingenuo y síntoma de un delirio de omnipotencia. Por otra parte, es tarea de todos desarrollar una inteligencia estratégica colectiva respecto al sentimiento general con el que una determinada acción viene tenida en cuenta. El discurso no es, como se podría erróneamente pensar, pretender indicar lo que es justo y lo que es errado en absoluto. El discurso tiene que ver más bien con una cuestión de imaginario. Se trata entonces de alimentar diariamente un imaginario “otro” que sea deseable y real, capaz entonces de tener algo mejor que proponer respecto al sueño de un coche de lujo. De esto, desafortunadamente, el movimiento revolucionario se encuentra aún demasiado carente.
7. Centrar el análisis de la jornada sobre algunos gestos en conjunto secundarios corre el riesgo de hacer perder de vista el hecho que el objetivo que se han dado tantos manifestantes ha sido en parte alcanzado: la zona roja ha sido claramente rechazada. Para quien estuvo, para quien tiene un mínimo de honestidad intelectual, la situación era clara: nunca ha habido únicamente un bloque negro que destrozaba cualquier cosa a su paso sino un concatenamiento heterogéneo de personas que ha querido dirigirse hacia el objetivo inicial de la manifestación, el centro de Milán. Eran muchos más de algunos centenares de los que habla la prensa. Será entonces quizás que detrás de las bufandas negras con las que cubrían su rostro había algún ocupante de casa, o algún precario o algún estudiante cabreado?
8. Se han cometidos errores, como cometen siempre los revolucionarios mientras intentan abrir o tomar la posibilidad del conflicto. Quien no lo intenta, quien autoreproduce siempre a sí mismo y no se cuestiona nunca, quien, incluso con buena fe, está siempre a la espera de que se produzcan las precisas “condiciones objetivas” seguro que no corre el riesgo de equivocarse. Arriesgar no significa poner en peligro incluso a quien no está dispuesto a ponerse en juego en primera persona y creemos que los manifestantes organizados para la autodefensa de la manifestación lo han demostrado. Quizás incluso este aspecto no ha sido destacado por quien había decidido ya de aceptar de facto la prohibición de la policía y de alejarse lo más posible de cualquier forma de conflicto. Y es por otra parte ingenuo creer que después de siete años de silencio mediático pese a los innumerables escándalos de la Expo, bastase con desfilar pacíficamente para convencer a los medias que los No Expo tienen razón.
9. Retomar el camino de la lucha en lo cotidiano, contra la Expo, en los barrios, por la vivienda, no será ciertamente fácil y la represión probará a obstaculizarlo siempre más aún. Pero hagámonos una pregunta, sin ánimo de polemizar, una pregunta honesta: ¿si no hubiese pasado esta prueba de conflicto, con que cara se podría tomar en estas luchas, después de haber proclamado de mil maneras que la inauguración de la Expo iba a ser obstaculizada, con huelgas o desalojada? ¿Entonces hablémonos claro: queremos una revuelta pero sin rebeldes, con sus súplicas y sus defectos? ¿Queremos manifestarnos pero solo y donde nos lo dice la policía? ¿Queremos el Mayday internacional pero únicamente con delegaciones de representantes? ¿Queremos a los griegos pero solo a los de Syriza? Queremos la revolución amable, sin problemas, sin represión? Queremos solo hablar del conflicto? Cubrir las paredes de nuestros locales, nuestros manifiestos, nuestra ropa con banderas rojas, negras, kurdas, con imágenes de revueltas y de barricadas, llenarse la boca con eslóganes altisonantes y nunca contribuir, incluso a riesgo de equivocarse, para hacer que ese imaginario se vierta en las calles?
10. Y si no hubiese pasado nada? Y si hubiese sido una manifestación como las docenas en las que justamente participamos el resto del año? Es de esta pregunta de donde deberíamos partir para intentar afrontar con sinceridad la complejidad de la jornada del primero de mayo. No era un simple Mayday y quien así lo piensa se encuentra muy lejos de la realidad. La inauguración de la Expo marcaba un momento importante para quien lucha todos los días, para quien está más dispuesto a sufrir. No era una fecha como las otras porque el capitalismo italiano se mostraba y festejaba el inicio de una nueva fase de devastación y especulación. El consenso no se gana solo con la enunciación de buenos propósitos, sino también con la capacidad de forzar con el coraje y con la capacidad de forzar incluso nuestros mecanismos de autoconservación. Más que el consenso virtual nos debería interesar la posibilidad de desarrollar encuentros que puedan crear vínculos verdaderos. En este atrevimiento se puede también equivocarse, y somos conscientes, las cosas no han salido perfectas como habríamos querido, pero mejor encontrarse discutiendo sobre lo que no ha funcionado, sobre como podemos mejorar la próxima vez, que vivir con el remordimiento o peor aún autocelebrar la propia “integridad política”. A quien por el contrario escupe sobre la composición política que componía uno de los bloques variados de la manifestación, le decimos que las situaciones no son solo para gozar con autocomplacencia, sino también para ser construidas.
11. Mientras se desarrollaba el Mayday en Milán los insurrectos de Baltimore reventaban ventanas de bancas tras los gritos de júbilo de la gente y los compañeros de Estambul atacaban la zona roja y resistían a la policía. Pero como ya se sabe, el Black Bloc cuanto más lejos más bonito y la zona roja del vecino es siempre más roja. Somos conscientes de la diferencia del contexto social y de la composición de la calle donde suceden estos riots, estas revueltas. Pero no hay necesidad de ir muy lejos y evocar estos ejemplos, o Kobane o Ferguson, para evidenciar el conservadurismo de algunos politicuchos del movimiento: basta volver a noviembre de 2014 y recordar que mientras los barrios populares de Milán se rebelaban alguno prefería limitarse a sus “conquistas” sin buscar contaminarse o curiosear. Las revueltas se hablan, se responden más rápidamente que en el social network, tienen la capacidad de coger el momento y tienen algo que decir sobre el mundo, mucho más que los grises comunicados que salen de las asambleas de encargados de trabajos sin pasión, sin amor, sin alegría. Las tristes vanidades por la hegemonía y la gestión, la contabilidad entre las parroquias del movimiento hace olvidar a muchos que fuera hay un mundo a quien no le interesa estás nimiedades.
12. Otra vez el juego de la diferencia entre pacífico y violento es obra sea de quien gobierno sea de esa parte de la izquierda que cree que para hacerse escuchar basta reducir la cuestión del conflicto a un discurso moral. No se trata de hacer elogio del enfrentamiento minimizando las infinitas otras prácticas que crean avances, incluso creemos que se encuentra precisamente aquí la llave para salir de la falsa oposición entre pacífico y violento. Las prácticas de lucha, ya sean estas una marcha popular, acciones fuera de la legalidad o sabotajes deben ser valoradas desde un punto de vista estratégico y no desde un principio ideológico. Los objetivos políticos no se miden con eventuales detenciones o ataques por parte del enemigo, sino con lo que la práctica de estos objetivos pueda crear a nivel de avances a medio y largo plazo. Y sabemos bien que estaremos bajo el ataque incluso de quien se cree guardar en el bolsillo el ABC de la política, pero sería mejor que esos mirasen más allá de las ventanas de sus centros sociales porque hay un mundo más allá de la propia práctica militante formato familiar. Para nosotros lo que cuenta son los avances de las luchas y por eso arriesgamos y nos organizamos.
13. Lo que está sucediendo en los últimos días en Milán es el emblema de la hipocresía burguesa de Milán que se indigna y toma partido contra los daños de la manifestación, porque defiende la propia ciudad y cree injusto que sea “devastada”, pero guarda silencio ante docenas de zanjas en la ciudad, la destrucción de parques y árboles que dejan espacio a más cemento, a la gentrificación de zonas enteras. Del mismo modo que nunca dice nada de la violencia con la que en los barrios populares familias enteras son echadas a la calle, de la especulación inmobiliaria que enriquece siempre más a la mafia del ladrillo, del trabajo gratuito para jóvenes precarios que quieren construirse un futuro. La operación #NessunoTocchiMilano nos resulta un automatismo ciudadano que para lavarse la conciencia sale a la calle, del mismo modo de quien adopta un niño a distancia para sentirse más solidario. Los focos llegado un momento se apagarán y los muros volverán a ensuciarse no solo por parte de los No Expo sino que también por tantisimos chicas y chicos que escriben su historia, dejando la marca propia a su paso por los muros.
14. Serán tiempos difíciles, sobre esto no queda ninguna duda, pero creemos que esta apuesta tenía que hacerse y que los resultados políticos los veremos en los próximos meses y en los próximos años. No aceptamos el chantaje por el que se dice que a partir de ahora los espacios de actuación estarán limitados y por lo tanto era mejor no hacer nada. Quizás la gestión del orden público en Milán cambiará y dejará menos márgenes, pero la pacificación a la que nos había acostumbrado y a la que nos instaba ha sido superada. No es solo la convivencia pacífica sino que es solo con la lucha que conseguiremos arrebatar el modo de actuar político que la contraparte nos querrá quitar en los tiempos venideros. En los territorios juntaremos la fuerza o la debilidad de nuestras elecciones, el desafío es ahora el de prolongar, de conocer nuevos amigos, de tejer nuevas relaciones, de descubrir nuevas luchas. Son varios las compañeras y compañeros arrestados: para ellos va dirigida nuestra más completa y profunda solidaridad. Es extraño y absurdo pensar que los devastadores de nuestros territorios quieran ellos utilizar la acusación de devastación como venganza contra quienes individuarán como culpables de haber arruinado la fiesta de la Expo. Se habla de un delito que prevé una condena de hasta quince años. Y sobre esto hay una cosa que reflejar sobre todo cuando se nos abandona fácilmente a condenas: no podemos dejar solos a los compañeros detenidos o que lo vayan a ser en el futuro, que formen más o menos parte de nuestro colectivo. Creemos que sea justo lanzar de inmediato un llamamiento de apoyo a estos compañeros y de activarse cada uno de nosotros en las ciudades correspondientes para romper el aislamiento que buscarán crear a su alrededor.
15. Las jornadas como esta quizá tienen tantos defectos pero seguramente tienen una ventaja: señalar dos vertientes entre quien lucha midiéndose con la realidad para intentar cambiarla y quien condena, se indigna o pretende dar lecciones. En estos días hemos visto una instantánea de dos mundos inevitablemente reconciliables: la sociedad de bien, que vive en las calles ricas del centro y junto con la Lega y el PD borra pintadas como las de “Carlo Giuliani vive” de una parte, y los miles de “Carlos” sin nombre y con capucha que han resistido en las calles. Dejamos a otros la posición presuntuosa y arrogante de quien se permite juzgar desde la distancia qué revuelta, sea más justa y cual más equivocada y elegimos estar una vez más en medio de la mezcla, en medio a las contradicciones, donde está el movimiento real que quiere abolir el estado actual de las cosas.
Por la autonomía difusa siempre, Milán 4 de mayo de 2015.
Mira també:
https://vimeo.com/126844952

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Comentaris

Re: 15 tesis en defensa del 1 de mayo en Milán
09 mai 2015
https://www.youtube.com/watch?v=IGivdgkdgt8
Re: 15 tesis en defensa del 1 de mayo en Milán
10 mai 2015
https://www.youtube.com/watch?v=DsQDsxDOFB4
Re: 15 tesis en defensa del 1 de mayo en Milán
11 mai 2015
http://es.contrainfo.espiv.net/2015/05/04/milan-un-poco-de-posible-o-si-/
Sindicato Sindicat