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¿Qué riesgos tienen los cultivos transgénicos?
23 jul 2003
Somos lo que comemos
¿Qué riesgos tienen los cultivos transgénicos?
Si bien en los últimos años las investigaciones para crear nuevos productos agrícolas transgénicos han tenido un ritmo vertiginoso, en contraste, la marcha de las investigaciones sobre sus posibles consecuencias ha sido de una lentitud pasmosa. Por tanto, es imposible vaticinar a largo plazo los efectos que tendrán estos nuevos cultivos en el medio ambiente y nuestra salud, además de las consideraciones sociales, económicas y comerciales

* Riesgos ambientales
Los riesgos son similares a los que se enfrentan cuando se introduce un organismo exótico al hábitat de un país. Siempre que se libera un organismo manipulado genéticamente existe la posibilidad de que se descontrole. Existe un riesgo ambiental imposible de calcular: la contaminación biológica. Frente a esa invasión de microorganismo con una capacidad de mutación absolutamente desconocida, el antiguo peligro químico o nuclear es insignificante, ya que se trata de la contaminación del ambiente por un ser vivo con capacidad reproductora.

* los mismos cultivos de plantas transgénicas pueden convertirse en maleza o plantas no deseadas en chacras, prados, bordes del camino y ecosistemas sin ordenamiento,

* los cultivos de plantas transgénicas pueden servir de conducto por el cual esos nuevos genes resistentes a un plaguicida, por ej., pasen a especies silvestres emparentadas que entonces se convertirían en supermalezas,

* las plantas modificadas genéticamente para que contengan partículas de virus pueden facilitar la creación de nuevos virus que podrían intensificar o causar nuevas enfermedades en las plantas,

* las plantas modificadas genéticamente para que segreguen sustancias tóxicas como plaguicidas, pueden presentar riesgos para otros organismos benéficos y alterar la cadena alimenticia

* multiplicar plantas idénticas lleva a perder diversidad genética, un precioso capital hereditario cuya pérdida sería irreversible

* Riesgos a la salud humana
Los genetistas han relacionado el surgimiento tanto de bacterias patógenas como de resistencia a los antibióticos, con la transferencia horizontal de genes, es decir la transferencia de genes a especies no emparentadas, por infección a través de virus y por intermedio de partículas de ADN presentes en el ambiente que se han pegado a la célula, o por medio del cruzamiento inusual entre especies no emparentadas (se cree que la cepa 157 del E. coli, responsable de las recientes epidemias de Escocia, tuvo su origen en la transferencia horizontal de genes del agente patógeno Shigella). Es posible que el uso abusivo de antibióticos en la cría intensiva de animales y en la medicina, junto con la nueva práctica de la ingeniería genética a escala comercial, sean los principales factores que en los últimos años han contribuido a la rápida propagación de la resistencia múltiple a los antibióticos entre agentes patógenos nuevos y antiguos.

Muchos de los genes que están siendo insertados en los cultivos de alimentos nunca antes habían integrado la dieta humana y nadie sabe realmente cómo afectará esto a nuestra salud en el mediano y largo plazo.

* efectos tóxicos o alergénicos

* transmisión (a través de un vector) de resistencia a los antibióticos a bacterias del medio, a bacterias intestinales y a agentes patógenos

* infección (a través de un vector) de células después de la ingestión de alimentos transgénicos, pudiendo regenerar virus de enfermedades o alterar la función del gen y provocar cáncer.

* Riesgos económicos
El proceso de concentración feroz que está ocurriendo en el campo de la ingeniería genética dejaría a los productores y a las economías de los países del Sur a merced de una o dos trasnacionales, que amparadas en el marco legal de los derechos de propiedad intelectual contemplados primero en el GATT y ahora en la OMC, se convertirían en dueñas de las fuentes de la seguridad alimentaria de nuestros países.

* Riesgos comerciales
Es importante señalar la fuerte presión que están ejerciendo sectores cada vez más numerosos de consumidores europeos que rechazan los productos transgénicos.

En el caso de Uruguay, que podría tener un importante nicho de mercado como "país natural", vería eliminada esa posibilidad en caso de aceptar los productos transgénicos. Si las vacas uruguayas son alimentadas con soja transgénica, quedaría destruida la imagen de país natural y se perderían posibilidades comerciales interesantes, además de las consideraciones económicas ya expuestas.

* Riesgos sociales
El uso de la ingeniería genética en la agricultura puede aumentar la producción (por un tiempo), pero a la vez reducir el empleo. Por ejemplo, el uso de una hormona de crecimiento bovino genéticamente manipulada en vacas puede aumentar la producción lechera, pero amenazando la subsistencia de productores lecheros debido a la sobreproducción de leche y la caída de los precios.

Hay proyecciones que estiman que unos 100.000 agricultores de países en desarrollo podrían perder su medio de vida cuando la vainilla natural que exportan sea sustituida por versiones de laboratorio más baratas.

Antes de permitir que la industria de la biotecnología y la comunidad científica empujen a la sociedad de cabeza a la revolución tecnológica, los pueblos deben pasar cuidadosa revista a las cuestiones ambientales, económicas y éticas de largo plazo que plantea esta poderosa nueva tecnología.

Hoy resulta claro que cuando la sociedad comercializó las revoluciones nuclear y petroquímica, lo hizo sin antes resolver las cuestiones "pesadas" del impacto último de esas tecnologías. Como resultado, nos vemos enfrenados ahora a una gran cuenta ambiental y social, que incluye residuos nucleares no desechables, depósitos de residuos tóxicos, lluvia ácida, el "efecto invernadero", el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono, por citar algunos.

Los dirigentes deben aprender de estos errores y plantearse las preguntas antes de que el daño ya esté consumado. Por otro lado, las personas tienen el derecho a estar debidamente informadas y decidir qué es lo que quieren consumir, por lo que el etiquetado de los productos de origen transgénico es un imperativo que forma parte de un derecho básico.
Sindicat Terrassa