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Pruebas sobre el 11-S...
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per Jaime Richart |
22 jul 2003
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Hace unos mes, uno de los más listos y supersabios "comentaristas" y calificadores de la ACP Madrid calificó arrogante y despectivamente de “conspiraparanoide" la tesis que mantengo, contenida en mi colaboración "Yo acuso", de que el 11-S es obra de punta a cabo de la propia Administración estadounidense actual. |
Esa postura, la de atribuir al delirio o a la imaginación calenturienta de los que nos pronunciamos asÃ, es en general la de todos los colaboracionistas proamericanos que babean con lo americano. Se basan astutamente en que quienes hacemos tan rotundo aserto carecemos de pruebas... como si existiesen pruebas en contrario, y como si por la magnitud y consecuencias de tales hechos la carga de la prueba no correspondiese a los dirigentes de un paÃs donde ni los tornados ocurren por azar, donde todo está bajo control, donde lo inesperado sólo proviene del profundo espacio interestelar...
Estamos asistiendo, meses después, al desmadejamiento de la madeja. Ahora, poco a poco, van saliendo a relucir las mentiras, los montajes, la tramas que habÃa tras las graves decisiones de llevar la guerra a Afganistán y luego a Irak para invadirlos y ocuparlos. Estamos viendo cómo irrumpen nuevos elementos de juicio que subterráneamente circulaban sin conocimiento de la opinión pública, hasta culminar y asomar la punta del iceberg en el episodio de la muerte de D. Kelly; cómo los embustes, la fragilidad de las atronadoras acusaciones de los Bush, Rumsfeld, Powell, Blair y Aznar contra Bin Laden, S. Hussein, Al Qaeda... enlazan ahora como efecto “necesarioâ€? con las amenazas a Irán y Siria, Corea del Norte.
Es de una transparencia diamantina que, aparte actos terroristas inconexos y aislados que casi todas las naciones compuestas de grandes espacios territoriales heterogéneos entre sà sufren como tributo a una artificiosa polÃtica territorial a menudo contra natura, el hito del atentado a las Torres Gemelas es el pilar sobre el que se levanta toda la infame polîtica pseudorevanchista, neocolonialista, neoconservadora, globalizadora e imperialista de la Administración Bush en Asia y en el resto del mundo.
Asà pues, ya está bien de ingenuidades: ¿No valÃa la pena sacrificar aquel 11 de setiembre a 2.000 personas, casi todas ellas ciudadanos de segunda, para alzar sobre sus tumbas el edificio del ordine nuovo que los anglosajones, con la ridÃcula colaboración de un polÃtico aventurero español y otro italiano, están empeñados en instalar a la fuerza en el planeta? Acaso ese giro de 360° que se está intentando dar a la Historia del futuro, sin tener que esperar a lentos procesos evolutivos, ¿no explican y hasta justifican sacrificios en el fondo mÃnimos, de los que tantas consecuencias se derivan y tanta rentabilidad se obtiene? Desde luego tengo que decir que si yo fuera un iluminado, como lo son todos estos desalmados, no hubiera concebido otro modo mejor y más convincente para llevar a cabo mis delirios de dominio y mi afán de prorrogar por un tiempo el way of life de mi nación.
¿Pruebas? Estamos listos si para los decisivos momentos de la Historia hay que aportar pruebas. La mayorÃa, por no decir todos ellos, todos los momentos culminantes y sobre todo los que cambian el rumbo que llevaba la Historia del mundo o de un paÃs, hay que esperar años, décadas o siglos para conocerlos. Jamás alguno de ellos se ha prestado a una comprensión y una lectura lineal de su génesis, desarrollo y ejecución en el momento en que se desarrollan.
Los contemporáneos, como el marido cornudo, son los últimos en enterarse de lo que realmente pasa en el mundo, y son ajenos a los fenómenos de honda transformación y alcance mientras se están produciendo.
Lo que ocurre con esto, como con otras muchas cosas, es que la inteligencia humana, esa que miden los laboratorios, está muy por debajo de la intuición, la fina perspicacia y el conocimiento de la naturaleza de las cosas, del individuo y de la sociedad humana que tienen la experiencia, la hondura de pensamiento y la naturalidad del pastor de ovejas...
Frente a la fuerza bruta y la manu militari no hay nada qué hacer. La única manera de contraatacar pacÃficamente a los actuales rufianes es hacer lo que está haciendo ahora gente que ha arriesgado su vida, como D. Kelly, institutos mediáticos superserios, como la BBC, y, los consabidos y ruines (aunque en estos casos utilitarios) fines electoralistas, como el partido demócrata en Estados Unidos que ataca. Poner en evidencia, desenmascararar, descubrir sus trucos, sus malas artes, su felonÃa y su depravación es el mejor y quizá único método para hacerles salir de su madriguera.
Y, como quien miente una vez miente ciento, debiera empezarse por recelar públicamente, a bombo y platillo, por todos los medios polÃticos y mediáticos, de lo ocurrido el 11-S. Sólo asÃ, acorralándoles, cercándoles, atosigándoles; sólo sometiéndoles lentamente al tercer grado para resaltar la estridencia de sus mentiras, podrÃan llegar a vencérseles y el mundo recuperarÃa su pulso normal. |
Re: Pruebas sobre el 11-S...
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per anonim |
23 jul 2003
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Pruebas ?
http://www.serendipity.li/wot/bollyn_open_letter.htm
Quieres publicarlas en en New York Times ?
http://www.rebelion.org/imperio/030722ad.htm
Y que? |