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La misoginia y el feminicidio en las palabras de Félix Rodrigo Mora
14 des 2014
Hay quienes piensan que las personas que parece que tienen interesantes conocimientos o extensas y amplias informaciones sobre cuestiones con las que nos podemos identificar, son poseedoras de una “verdad” absoluta sobre todas las cosas.
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Esta es la situación de quienes encuentran “verdades” con las que se identifican, o descubren pensamientos comunes que completan y dan sentido a los suyos, en la lectura de los textos de Félix Rodrigo Mora. A partir de ahí, sin el menor sentido crítico, justifican y encubren cada uno de sus tremendos disparates, convirtiéndolo en un “erúdito” infalible cuyo único mérito ha sido el de una arrogancia y una temeridad propia de estúpidos, pero muy pensada.

Desde hace tiempo muchas voces del ámbito llamado alternativo, con mayor o menor acierto, cuestionan una parte importante de sus discursos, señalándolos de racistas, homófobos, machistas, antifeministas, fascistas y reaccionarios.

Por otra parte, personas de ese mismo entorno y de otras opciones políticas y sociales, lo justifican, disculpan e incluso lo defienden obviando las partes de sus discursos que son completamente insostenibles y negando que Rodrigo Mora diga, lo que se dice que ha dicho. Estos defensores de Félix y de sus discursos, remiten a sus detractorxs a los propios escritos de Rodrigo Mora para intentar rebatirles, haciendo una selección interesada de sus textos, y expresando la sistemática queja de que sus palabras han sido descontextualizadas, o que hay otro interés oculto en su “desprestigio”.

Personalmente no me parece que la denuncia deba ir en el sentido de la descalificación por la descalificación, o como el mismo Félix hace, por el resentimiento, sino por el contenido y la forma de sus pensamientos. Es decir, no se trata de algo personal, que también puede existir contra alguien que falsea la realidad hasta la denigración. Se trata de comprender desde que pensamientos parte y quienes son los precursores o a quién benefician esas ideas.

Rodrigo Mora, a través de sus defensores, propone “un debate abierto y respetuoso” con sus detractorxs, pero con esa propuesta no pretende retractarse, ni disculparse de todos los insultos y acusaciones que ha escrito sin ningún fundamento, sino desplazar la atención de cada una de esas cuestiones que ha expresado, hacia su dialéctica de evitación con la enumeración y relatos de anécdotas insustanciales.

Por ejemplo, para Félix Rodrigo Mora es de notable significación que los medios de comunicación “oculten” un juicio contra una mossa de esquadra por la agresión a una mujer migrada, no porque los medios y los mismos cuerpos de seguridad del estado sean mecanismos que utiliza el poder para justificar sus agresiones y su monopolio de la violencia, sino porque hay una confabulación para “ocultar” que la mossa “forma parte del Estado policial-militar feminista” y que, independientemente de “cual sean sus ideas”, forma “parte de un aparato de dominación y fuerza que es feminista”. Es decir, ni sabe ni le importan cuales son las ideas de esa mujer policía, para Félix ella es sin duda feminista y la mujer migrante no.

Curiosa manera de desviar un tema que involucra responsabilidades de Estado, leyes contra la migración, cuerpos policiales y a la desigualdad de relaciones de poder en la sociedad. Todo eso que mucho tiene que ver con el patriarcado y el capitalismo neoliberal, Rodrigo Mora lo transforma en la chistera de su blog, en un problema de feminismo, llegando incluso a inventarse un hipotético discurso de Estado al decir que la Ley de Violencia de Género se aprobó “para supuestamente preservarlas (a las mujeres) de su enemigo ancestral, el varón de las clases populares, presentado como violador, maltratador y asesino connatural de las mujeres”. De esta afirmación extraída de esa misma chistera que son sus escritos, Rodrigo Mora concluye diciendo que la mujer policía “es feminista en tanto que funcionaria armada del Estado español, sección policía autonómica catalana”. Pero este trilero de las ideas va mucho más allá. no contento con convertir a la mossa de esquadra en feminista, dice que en todo el cuerpo de esta policía autonómica “las feministas son ya una notable porción de la plantilla”. Un poco más adelante, en su “nota 2”, entra en una tremenda contradicción que ninguno de sus seguidores se ha debido de plantear. ¿Cómo es posible que “un aparato que hace del terror indiscriminado contra varones y mujeres” y que esa “sea su principal razón de existir”, al mismo tiempo que las aterroriza, “proteja” a las mujeres.

En la misma “nota aclaratoria” sitúa “al feminismo al lado de la extrema derecha”, extrayendo “de ahí” la conclusión que “el feminismo no deje de exigir más y más policía, más y más cárceles, igual que los grupos neo-nazis”.

Esta comparación que Félix y sus seguidores explican sin ningún tipo de rubor ni vergüenza, no les genera el mismo rechazo que cuando alguien califica sus discursos de “fascista” o lo señalan como colaborador por prestarse a hacer charlas con grupos de neonazis en Toledo. Parece que esto último es totalmente disculpable y comprensible y que la comparación de el feminismo con la extrema derecha o los grupos neonazis, es sólo una cuestión de su controvertida manera de “exponer los temas”.

Ese victimismo de que todxs van en contra de él, y que él no ha dicho lo que ha dicho, que se le ha malinterpretado o descontextualizado, no es más que justificarlo. Ese actitud tan diferente de asumir unas falsas ideas y descalificar constantemente a quienes se oponen a la “palabra de Félix”, sin entrar a explicar el significado de esas palabras, demuestra una gran complicidad en las ideas. Y estas no son otras que ideas misóginas de una fobia sistemática a las mujeres feministas, sin importar en absoluto su diversidad y sin distinciones.
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Hace referencia a las feministas del PSOE y a este como “el principal partido feminista”, “el principal partido de la burguesía, del Estado y de la reacción, continuador y heredero del Movimiento Nacional franquista” y “el principal partido militarista” y para él, esta coincidencia, “no tiene nada de casual” y por eso el PSOE “hizo por primera vez a una feminista ministra de Defensa, para unificar militarismo y feminismo de un modo visual, obvio”.

Aquí podríamos entrar en una nueva teoría “conspiranoica” sino fuera porque responsabiliza a todo el feminismo del militarismo del estado español. Es decir, para Rodrigo Mora, ser feminista te convierte en militante o afín del PSOE. Y lo más cruel y machista, que bajo ese hipotético feminismo, invisibiliza el poder de los “varones” del PSOE, que han sido los artífices de ese simulacro de feminismo basándose en “discriminaciones positivas” y “procentajes”. De tratarse de un feminismo, sería uno y no todos, y además patriarcalmente autoritario.

En los escritos de Rodrigo Mora, abundan los detalles. Detalles a veces tan imprecisos como insustanciales, pero que le sirven para justificar sus discursos. Por ejemplo, “Sabemos que por cada caso de torturas que trasciende a la opinión pública hay cien, o acaso mil, que quedan ocultos”. Sí, es conocido que no todos los casos de tortura trascienden, pero decir que “sabemos” lo que intuimos o de lo que somos conscientes, nos da una ligera idea de qué es lo que supone para él el conocimiento y esa “verdad” a la que tanto alude y hace suya. Además de “cien” a “mil”, hay una tremenda diferencia y una imprecisión absoluta para afirmar que “sabemos”.

Para intentar “comprender qué es realmente el feminismo”, Félix nos remite a la reciente experiencia del 15M y a la represión de la que ha sido objeto en Madrid en Mayo del 2012, este movimiento. Explica este “filósofo-basura” que “el aparato represivo operó a las órdenes de la delegada del gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes”. A esta política del PP también la califica de “funcionaria del Estado policial-militar feminista” y portadora de “un sadismo peculiar, cuya génesis se ha de buscar en el odio sexista que el feminismo inculca a ciertos sectores de mujeres, para hacer de ellas un constituyente hiper-activo de los cuerpos policiales, y del ejército”. Es decir, el sadismo no es del estado patriarcal-neoliberal, sino de una “feminista sádica”. Tal vez a quienes devoran sus escritos se les pase por alto esa relación entre “sadismo” y “feminismo” o, quien sabe, tal vez la compartan, pues ni tan siquiera le cuestionan ni se la critican. El sadismo, interpretándolo como el goce por el mal no deseado contra lxs demás, se ha visto aplicado históricamente, por muchos más hombres que mujeres, pero tampoco me parece que esa sea la cuestión de fondo, sino algo mucho más básico y elemental como la fobia a las mujeres feministas (sádicas o no), y que no es otra cosa que misoginia y machismo disfrazado de falsos discursos “igualitarios”.

El mismo planteamiento utiliza con otra mujer del aparato político del PP, Paula Sánchez. Otra “funcionaria del Estado policial-militar feminista”. Y es precisamente ese “Estado policial-militar feminista” quien se enseña con mujeres como Laura Gómez, “luchadora libertaria detenida y encarcelada en relación con la llamada huelga general del 29-M en Barcelona”, para “escarmentar a las mujeres insurgentes en las fábricas y empresas”, que seguramente para él no son feministas… Esa es su retorcida y sesgada visión de una realidad. Su aversión hacia el feminismo sin importarle las tendencias, le lleva a afirmar cuestiones tan absurdas como poco precisas de que “el feminismo arguye que el capitalismo y el trabajo asalariado ‘liberan’ a las mujeres…” Posteriormente señala a ese “feminismo institucional, de porra y pistola” como responsable de “la operación de castigo” frustrada por la solidaridad en la que “actuaron conjuntamente hombres y mujeres”.

La desmesura en las palabras de Rodrigo Mora no tiene parangón y la falsedad de estas alcanza límites insospechados cuando dice sin género de dudas que en “la retórica feminista” se afirma que “los varones” maltratan y violan a las mujeres. Eso es lo que le lleva a afirmar que, en el feminismo, “una de sus principales preocupaciones es crear mujeres tan imbuidas de odio al varón que sólo tengan como actividad psíquica el acto de odiar en general, a todos, a todas y a todo, pues únicamente así serán buenas policías y buenas soldados, aptas para encarcelar, torturar y asesinar a quienes se les ordene” y asegurando que “la participación de España en la guerra de Libia en 2011”, es responsabilidad de que el Ministerio de Defensa, estuviera en manos de una mujer, “feminista confesa”. “Dicho con crudeza: una feminista ha dirigido al ejército español en una guerra injusta y genocida”.

Es decir, las guerras, o por lo menos esa, no se produce por otras circunstancias e intereses que las de que en la dirección del ministerio de la guerra, esté en manos de una mujer feminista. Y además, ésta es “una guerra injusta y genocida”. Tal vez sobre las otras guerras, todas ordenadas por intereses neoliberales, tenga dudas sobre si son o no, injustas y genocidas. La inclusión de mujeres en el ejército y la policía es una invención del “feminismo para dividir y enfrentar a mujeres y hombres” y eso pone en entredicho la “verdad” sobre la igualdad que muchas organizaciones feministas reclaman.

Para reafirmar todas estas estrambóticas conexiones de ideas, continúa con el ejemplo de “Margaret Woodwart” (Margaret Woodward), generala de las tropas de la OTAN en Libia, “otro engendro creado por el feminismo, siempre militarista y por tanto de extrema derecha”. Digamos que el feminismo para Rodrigo Mora es “siempre militarista” y el discurso feminista al que considera “del odio androfóbico”, CREA “un número que se incrementa con rapidez de mujeres deshumanizadas, dotadas de una aterradora ferocidad, falta de respeto por los seres humanos y particular capacidad para agredir a otras mujeres (y, por supuesto, a los varones)”, y esta afirmación la apoya diciendo que “eso ya se observó hace unos años en el caso de las mujeres soldado torturadoras de la prisión de Abu Ghraib, pero con el paso de los días su número crece de un modo exponencial” “Eso significa que el ejército español es ya feminista, por tanto anti-femenino y feminicida”, o lo que es lo mismo, para Rodrigo Mora el feminismo es “anti-femenino y feminicida”.

Bien, pues parece que el feminismo tiene la misma capacidad de CREAR que la prodigiosa “mente” de la feminista Mary Shelley, y es capaz de hacer realidad esa “utopia distópica” de “Frankensteina”.

Es bastante habitual apelar al “sentido común”, algo que debe ser poco común entre quienes leen y siguen los escritos de Félix Rodrigo. Un sentido común que nos podría acercar a una realidad que tiene que ver con “lo común”, que sus seguidores lectores parecen adolecer, pues ni se inmutan cuando Rodrigo Mora habla de cierto “programa secreto del feminismo” cuando “la crisis social alcance un determinado grado de intensidad”: “la tortura y asesinato a gran escala de mujeres” y este “programa secreto”, lo deduce de la admiración que Simone de Beauvoir sentía por Sade, al que Félix considera “el teórico de la tortura y asesinato a gran escala de mujeres” Aparte del tremendo disparate, lo que Rodrigo Mora deja en evidencia, son sus prejuicios por desconocimiento de Sade. Y si de ignorancia se trata, otra muestra nos la deja cuando se refiere al Manifiesto SCUM, del que se queda con las anécdotas, ignorando por completo las circunstancias y el contexto en el que Valerie Solanas escribió el manifiesto, y por ello no es de extrañar que la equipare a “la biblia del feminismo fascista y exterminacionista” que “amenaza con la aniquilación a las mujeres que no admitan el programa de terror a gran escala contra las clases populares que aquél preconiza en nombre de la ‘liberación de la mujer’”

Otra de las totalitarias afirmaciones de Félix Rodrigo asegura que el feminismo sostiene que, “el Estado tiene todos los derechos sobre las mujeres, al ser su amo absoluto, incluido el de violentarlas. Según aquél (el feminismo) sólo los varones de las clases populares son “agresores” de las mujeres mientras que los varones en uniforme, los jueces, los politicastros profesionales, los jefes militares, los gurús mediáticos y, por supuesto, los banqueros y oligarcas, son sus “protectores” Las mujeres feministas que se oponen con plena convicción y firmeza al Estado y al Capital, no existen. Esa es otra de las maneras de invisibilizar la lucha de las mujeres feministas, y así convertir a ese feminismo como un todo homogéneo institucionalizado. Sólo así puede proponer una confrontación directa haciendo un contundente llamamiento: “Todavía es posible parar y vencer al feminismo, que es uno de los componentes del fascismo del futuro, además de ser ya la religión política más agresiva y temida, al ser la más sostenida por el par Estado-capital, que invierte en ella miles de millones de euros cada año”

El feminismo no es un referente para la lucha de liberación, sino su principal enemigo, y Rodrigo Mora es su principal fuente y plataforma para su destrucción, afirmando sin temblarle la voz que, “el fascismo del futuro inmediato será feminista”. Y nadie mejor que él para saberlo, pues ha compartido y conoce a los neonazis de Toledo y probablemente le habrán hecho alguna confidencia al respecto.

Y siguiendo con esa tremenda aversión contra las mujeres que asumen su propio camino por la liberación, manifiesta lo siguiente, “el feminismo y el gran capital son la misma cosa, o más exactamente, que el feminismo es una agencia publicitaria y encuadradora al servicio del capitalismo y, por lo que se sabe, financiada desde él, además de desde el Estado” Hay algo muy común que subyace en todas las falsas acusaciones de Rodrigo Mora, la mujeres, las feministas por sí solas son incapaces de hacer nada, por eso necesitan estar tuteladas por el Estado y el Capital y ellas ser sus fieles servidoras. Si conseguimos relacionar el feminismo, sin distinciones, con todo lo que aborrecemos y/o rechazamos, éste se convierte en chivo expiatorio, de manera que a la opresión por ser mujer, se le suma la de ser feminista.

Algunos de sus seguidores se apoyan en escritos y discursos de otros autores, no menos misóginos que Rodrigo Mora. Es una obviedad que las palabras de un misógino las suscribirá en su totalidad, otro misógino. Los discursos no son más que construcciones ideológicas que pueden cambiar en su manera de justificarlos o ensamblarlos, pero que su base y sus planteamientos son siempre comunes. Rodrigo Mora acusa de “política del odio” al discurso feminista, y lo hace siendo muy consciente de que así, será mucho más difícil que a él lo puedan relacionar con ese tipo de discursos.

Tampoco es nada extraordinario que constantemente relacione ese “feminismo institucionalizado” con la “izquierda” y refiriéndose principalmente al PSOE de la misma manera que relaciona “el modelo chino comunista” con la actual sistema de explotación productiva de las mujeres por la revolución industrial y neoliberal. Esa vinculación de una izquierda que no es izquierda, o de un hipotético “modelo chino comunista” para referirse a la producción capitalista, no es ni casual, ni gratuita. Es ideológica y tiene su finalidad. No sólo se estigmatiza a las mujeres de los feminismos, sino que también descalificar a las ideas comunistas o de izquierdas, aunque éstas ni sean comunistas, ni de izquierdas.

En otro momento intentaré hablar sobre el racismo maquillado de este “iluminatti” de los movimientos alternativos y demás sectas espirituales y escatológicas. Pero antes de concluir este escrito me gustaría recordar que cuando calificamos de capitalistas a planteamientos revolucionarios, o bien es de una idiotez profunda o de una reacción contrarevolucionaria, y Félix, aunque parte de sus discursos lo parezcan, para nada es idiota.

Si a las ideas reaccionarias las calificamos habitualmente de fascistas, las de Félix Rodrigo no quedan excluidas.

Si la misoginia es antifeminista, Rodrigo Mora es ambas cosas.
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PD.
No voy a poner el link del texto completo del que se han extraído sus frases, porque no pretendo difundir sus textos.

Si alguien tiene dudas acerca de las citas que he puesto, sólo necesita meterse en el blog de Félix y buscar el “sugerente” y nada prejuicioso título “DIALÉCTICA DE LA FEMINISTA TORTURADORA Y LA MUJER TORTURADA”

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