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“In memoriam” de lxs masacradxs en Sand Creek River… 150 años después. 28 de Noviembre del 2014
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per cslp barcelona |
27 nov 2014
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Si en algún lugar viéramos escrita una relación de nombres como: Río Colorado, Clear Lake, Río Sacramento, Pueblo de Taos, Bloody Island, Bridge Gulch, Yontoket, Harney, Río Grande Ronde, Round Valley, Río Eel, Río Pit, Chico Creek, Bloody Rock, Indian Island, Horse Canyon, Río Bear, Oak Run, Río Sand Creek, Río Washita, Marias, Camp Grant…, pensaríamos que son puntos geográficos de la tierra o diferentes destinos turísticos… |
Lamentablemente en la memoria nos han borrado nuestros antiguos orígenes. Esta circunstancia se puede apreciar perfectamente en los Estados Unidos de América donde, americanos son todos…, menos sus originarios pobladores, a los que se les llama indios…
Esa relación de nombres, efectivamente corresponden a puntos geográficos del Norte de América. Muchos de ellos son nombres de ríos porque era, junto a su cauce, donde montaban sus campamentos los nativos. Otros corresponden al nombre del lugar al que se vieron desplazados, expulsados de las tierras que tradicionalmente habitaron. Todos los nombres, son una pequeña muestra de las innumerables masacres que los blancos invasores, cometieron en aquellas tierras, propiciando un genocidio encubierto tras las guerras indias. Todos esos nombres y muchos más, fueron los que les dieron a masacres como la de Wounded Knee…
Entre el año 1500 y el 1900 se produjeron incontables masacres de nativos. Españoles, ingleses, franceses, yanquis…, todos tenían alguna excusa para exterminarlos, arrebatarles sus tierras y sus recursos naturales. De los 12 millones de nativos que se contabilizaban en el año 1500, quedaron 237 mil en el 1900. En la pandemia de viruela que causó el ejército de los Estados Unidos, entre 1836 a 1840, se contabilizan más de 100.000 muertes por la entrega consciente y como estrategia de exterminio, de mantas de los hospitales de cuarentena de viruela.
John Chivington, pastor metodista, héroe de la Guerra de Secesión y con aspiraciones políticas, para conseguir votos y popularidad promovió la matanza de indígenas llegando a afirmar que: “Es simplemente imposible para los indios obedecer o entender cualquier tratado. Señores estoy completamente satisfecho con la idea de que matarlos es la única forma en que tendremos paz y tranquilidad en Colorado… Hay que matar y cortarles la cabellera a todos, pequeños y grandes” De estas palabras a la masacre de Río Sand Creek, sólo hubo un paso. Miembros de las milicias de Colorado, arrasaron el campamento Cheyenne del río Sand Creek, en Kiowa, dejando detrás suyo a casi 200 indígenas muertos, en su mayoría mujeres, ancianxs y niñxs, como en casi todas las matanzas que se hacían contra los asentamientos de sus poblados.
La prensa de aquel entonces contribuyó a la manipulación de todos esos aberrantes crímenes, convirtiéndolos en su mayoría en actos heroicos de batallas contra guerreros. Ese es el caso del General Custer, muy dado a exterminar poblados indefensos llenos de mujeres, ancianxs y niñxs.
De los más de 400 tratados que firmaron los diferentes pueblos de los nativos americanos con el “Gran Padre Blanco” del gobierno americano, ni uno solo fue respetado. Los pueblos indios de Norteamérica, vieron arrebatadas sus tierras, y a cambio no recibieron ni la protección, ni el cuidado y respeto que reclamaban por sus formas de vida.
El gobierno estadounidense reconoce que en la actualidad hay 565 tribus y una población de 2,5 millones de nativos norteamericanos, 1 millón de ellos en las reservas, que apenas representa un 2,3% del territorio. Es decir, con toda la serie de tratados rotos y el genocidio, se apropiaron del 97,7% de las tierras.
“Búfalo Bill”, otro de los mitos que encumbró la prensa con invenciones falsas, llegó a decir que: “Todos los levantamientos indios que he conocido han sido resultado de promesas y tratados rotos por el gobierno”
También es falsa esa crueldad que hace referencia a los pueblos indígenas de Norteamérica. La crueldad ha sido casi siempre un patrimonio de la cultura invasora, fueron ellos quienes iniciaron el corte de cabelleras, para justificar el pago de la recompensa por cada indio muerto. Fueron los invasores quienes contaminaron las aguas, dejaron sin alimento y les arrebataron las tierras a los pueblos nativos de Norteamérica, secuestrando a sus niñxs, aculturizándolos en escuelas de blancos, castigándoles si hablaban su lengua, cortándoles el pelo y vistiéndolos como blancos. Fueron los blancos quienes esterilizaban a las mujeres indígenas aprovechando su paso por algún hospital. Fueron los blancos quienes llevaron a los pocos indígenas que quedaban, a reservas inhóspitas, esperando que la naturaleza, el hambre y las enfermedades los matara.
Sólo es preciso mirar en los documentos de la época, y contrastar las frases que pronunciaban los “jefes” indígenas, y los jefes blancos. Comparen las preocupaciones que poco más arriba expresó John Chivington con las de algunos de los más conocidos “jefes” indios:
“No queremos riqueza. Queremos educar a nuestros hijos correctamente. La riqueza no nos hará bien. No podemos llevarla al otro mundo. No queremos riqueza. Queremos paz. He escuchado con paciencia las promesas del Gran Padre, pero su memoria es corta. Esto es todo lo que tengo que decir.”
(Red Cloud – Nube Roja)
“El Gran Espíritu nos dio esta tierra y aquí estamos en casa. No quiero que roben a mi pueblo…quiero que todos sepan que estoy en contra de cualquier venta de nuestra tierra”.
(Tatanka Iyotanka – Toro Sentado)
“Ustedes, hombres blancos, trabajan si lo desean. Nosotros no los interrumpimos, y siempre dicen: ¿porqué no se civilizan? ¡No queremos vuestra civilización! Viviremos como lo hicieron nuestros padres, y como los padres de ellos lo hicieron antes”
(Tasunka Witko – Caballo Loco)
“La tierra es la madre de todas las personas, y todas las personas deben tener derechos iguales en ella”
“Déjenme ser un hombre libre. Libre para viajar o quedarme, para trabajar, para comerciar donde escoja, libre para elegir a mis propios maestros, para seguir la religión de mis padres, libre para pensar y hablar y actuar por mí mismo”
(Hinmahtoo Yahlahket – Chief Joseph – Nez Percé)
“No sabía cuanto se acabó entonces. Cuando miro atrás desde las altas colinas de mi vejez, aún puedo ver la carnicería de mujeres y niños yaciendo amontonados o dispersos a lo largo del escarpado barranco, tan claros como yo los vi con mis ojos jóvenes. Y puedo ver que algo más murió allí, en el barro ensangrentado y enterrado en la nieve. Los sueños de un pueblo murieron allí. Y era un hermoso sueño. El árbol sagrado está muerto”
(Black Elk – Alce Negro, superviviente de Wounded Knee, buscando la memoria de sus recuerdos y de sus sentimientos)
Este 28 de Noviembre (2014), se cumplirán 150 años de la masacre que se produjo en el campamento Cheyenne del Río Sand Creek. Con estas matanzas, exterminaros una forma de vida en permanente diálogo con la naturaleza. Una forma de vida a la que dado la espalda con nuestra forma de entender el progreso neoliberal ante el que muchos pueblos, en su mayoría indígenas, todavía resisten. Es por ello que NO podemos olvidar la lucha del pueblo Mapuche por su autonomía y territorio, la lucha del pueblo Yaqui por el agua, la lucha de los pueblos zapatistas, tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales…, por tierra y libertad, a la lucha del pueblo kurdo por su autonomía, y a la del pueblo Palestino contra el invasor o el saharaui, así como luchas muchos más cercanas, contra el TAV, contra la MAT, contra el transvase, contra los desahucios o la de las mujeres por la igualdad y antipatriarcal…
Y es en este día de memoria de todxs lxs resistentes al neoliberalismo, que recordamos para no olvidar todos los crímenes que nuestra cultura de muerte va dejando en un camino sembrado con tanto dolor, que nos empuja a querer olvidar. Pero no olvidamos, ni olvidaremos a todxs lxs que mataron, a todxs lxs que murieron y a lxs que todavía siguen presxs… Como Leonard Peltier, un indio anishinabe que luchó por los derechos de su pueblo y el gobierno no se lo quiso perdonar, condenándole a dos cadenas perpetuas. Hoy aquí, reclamamos su libertad y la de Byron Shane “Oso Blanco”. Libertad para Mumia Abu-Jamal, que lucho por los derechos de lxs afroamericanxs, por una vida más justa y por eso el gobierno americano lo quiso asesinar y hoy, todavía, lo mantiene encarcelado a perpetuidad. Recordamos a lxs 9 The Move, a quienes les arrebataron su libertad por no querer abandonar su vida en comunidad y fraternidad, y sin olvidar al boricua Óscar López Rivera. Y recordamos a Noelia Cotelo, a la el estado español va a juzgar por no dejarse violar mientras la mantenían encarcelada y atada a la cama. Recordamos a todxs y cada unx de aquellxs que decidieron cambiar este estado de cosas, por un mundo que se oponga a esta programada cultura del dolor y la muerte, tan espectacular. Recordamos a todxs lxs antiguxs Panteras Negras que todavía permanecen en prisión y a todxs aquellxs activistas políticxs que luchan por la libertad y que sus nombres serían una larga lista para enumerar, pero que ninguna de nosotrxs queremos olvidar…
Al igual que esos lugares que dieron sus nombres a esa innumerable relación de masacres, aquí podríamos escribir: Francisco, Marco, Bill. María, Abraham, Janine, Gabriel, Olga, Mihalis, Delbert, Helen, Fernando, Michael, Mónica, Igor, Zolo, Carlos, Amélie, Thomas, Alvaro, Marcelo, Luca, Alexey, Diego, Ted, Nicole, Haris, Oaman, Debbie, Fallon, Pedro, juan, Tamara, Jerome, Hans, Taame, Albert, José, Aminata, Charles, Freddy, Lynne, John, Nataly, Edward, Daniel, William, José María, Herman, Janet, Maddalena. Nicola… Todxs ellxs, así como muchos de sus hermanxs, encarceladxs por su lucha por un mundo mejor.
¡Hasta que todxs seamos libres!
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Mira també:
https://cslpbarcelona.wordpress.com/acerca-de/in-memoriam-de-lxs-masacradxs-en-sand-creek-river-150-anos-despues-28-de-noviembr http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/491908/index.php |
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