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Notícies :: criminalització i repressió
"La atención sanitaria en las cárceles se está yendo al traste"
12 nov 2014
La Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria denuncia que el sistema dependiente de Interior tiene cada vez más carencias: el 99% de sus 312 profesionales son de medicina familiar.

Un 40% de los reos sufre algún tipo de trastorno mental, la enfermedad más prevalente; el 22% tiene hepatitis C y el 6%, VIH.
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Hace unas semanas llegó un nuevo preso a la cárcel Sevilla I, en Mairena del Alcor. Decía sufrir tuberculosis. También explicó que había dejado la medicación 15 días antes, aunque no aclaró si por prescripción médica o por decisión propia. Ante la incertidumbre, los médicos de la prisión le pusieron en aislamiento respiratorio preventivo y contactaron con el centro y con el sanitario que le había tratado en libertad. Fue la única forma de no correr riesgos de contagio.

El episodio muestra las dificultades por las que pasan los 312 médicos que trabajan en las cárceles españolas, relata Antonio López Burgos, uno de los doctores de la prisión sevillana y hasta hace unos días, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP). Para estos profesionales, la solución está muy clara: "Hay que conectar los servicios sanitarios de las cárceles con los sistemas de salud autonómicos".

A excepción de Cataluña, con competencias propias, las prisiones –incluidas sus enfermerías y profesionales sanitarios– dependen de Instituciones Penitenciarias, del Ministerio del Interior. La organización del sistema se enmaraña si tenemos en cuenta que la atención sanitaria que se ofrece en las prisiones es básica: el 99% de sus médicos son de medicina familiar.

Por tanto, si el reo necesita atención especializada, hay dos opciones. En algunos casos, la cárcel contrata a un profesional que pasa consulta periódicamente entre rejas, algo "no operativo, insuficiente", según López Burgos. Así, con más frecuencia de la deseable, los presos con situaciones más complejas deben salir de la cárcel para ser atendidos por el especialista, con el dispositivo de seguridad y el trastorno que ello comporta a los hospitales y a los propios presos.

Hace tres años, Euskadi asumió la gestión de la sanidad en las cárceles de su territorio y la integró en su sistema de salud, Osakidetza. Catalunya ha hecho lo mismo. En el resto de España, la atención sanitaria en las cárceles sigue estando aislada. Ya han pasado 11 años desde que la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud diera un plazo de 18 meses para que las autonomías integraran en sus sistemas de salud la atención a los presos, pero la disputa por quién asume determinados gastos de la integración bloquea el traspaso de competencias.

"Tenemos la sensación no solo de que estamos parados sino que se está yendo al traste. A raíz de la crisis, la actual Administración resuelve a base de recortes. Tenemos problemas con la atención a la salud mental, pero no es contagioso, entonces no preocupa, porque tenemos menos incidencia de VIH y hepatitis C que décadas atrás. Así, como hemos dejado de ser un problema de salud ambiental comunitaria, estamos en un continuo invierno", denuncia López Burgos.

De los cerca de 70.000 reclusos que hay en las cárceles, el 22,4% tiene hepatitis C y el 6,3%, VIH. Los trastornos mentales son la patología más frecuente: la padece el 40% de los presos. La incidencia de estas enfermedades es muy superior entre rejas que en libertad.

Falta de coordinación

"La atención es deficiente", coincide Marcelino López, miembro de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN). "Hay poca coordinación entre la sanidad de prisiones y los servicios de salud mental de las comunidades autónomas", explica. Además de psiquiatra, López es sociólogo de Faisén, una fundación de la Junta de Andalucía que vela por la integración social de las personas con enfermedad mental. "Necesitamos buscar estructuras que permitan dar salida a las necesidades de control social y de asistencia sanitaria de los presos", insiste.

Como destaca la SESP, integrar ambos sistemas supondría que los médicos de las prisiones tendrían acceso al historial médico y se acabaría con la dinámica de tener que preguntar al reo qué pastillas toma, contar con que su familia conoce los detalles y así lo comunica en la prisión y, en última instancia, enterarse de a qué centro u hospital acudía y qué profesional llevaba su historia clínica. "Es importante que no se rompa la continuidad asistencial al paciente", insiste López Burgos, que recuerda que la prisión es un sitio de paso. "La gente vuelve a salir a la calle, formamos parte de una comunidad", defiende.

La experiencia en Euskadi, aunque relativamente reciente, ya ha demostrado otras mejoras, tal y como se expuso en el X Congreso nacional de la SESP, celebrado hace dos semanas en Barcelona. Se han reducido las salidas de los reos y en el caso de que haya sido necesario, se han podido establecer teleconferencias con los hospitales para coordinar las agendas. Del mismo modo, se han aplicado los mismos protocolos de atención al paciente dentro de las tres cárceles vascas, como el control de la tensión, de la diabetes etc. A todo esto hay que añadir que los médicos de las prisiones de Euskadi acceden a los resultados de las analíticas vía on line.

"En el resto de España, los recibimos por correo o por fax y muchas veces se pierden los resultados", denuncia López Burgos. Dentro de las prisiones no hay conexión a internet. Hay ordenadores pero solo intranet, por motivos de seguridad, explica.

Mejoras en la atención psicosocial

Alicia Abad, psicóloga de la ONG Intress, sí ve avances en la atención a la salud mental de los presos. "El punto de vista de un sanitario no es el mismo que el psicosocial; nosotros sí hemos vivido avances", explica. Abad lleva más de una década trabajando con presos gracias a convenios entre Instituciones Penitenciarias y la entidad para la que trabaja. De hecho, formó parte del programa en la cárcel de Navalcarnero (Madrid) que en 2007 obtuvo un reconocimiento de la OMS como buena práctica.

Abad explica que, más allá del tratamiento farmacológico y el seguimiento médico de los presos, en las cárceles se trabaja la parte psicosocial. Es decir, se les ayuda a recuperar su autoestima, a saberse autocuidar, a disfrutar de su tiempo libre y de su ocio. Y en este sentido, Abad explica que sí se han dado pasos. En 2009, tomando como modelo su programa de trabajo, se creó el conocido como PAIEM, un programa marco de atención a presos con enfermedad mental que estableció protocolos y grupos de trabajo multidisciplinares: al menos un médico, un psicólogo, una trabajadora social y un educador de prisiones.

El programa ya se aplica, en mayor o menor grado, en las 68 cárceles dependientes de Interior. "Ha supuesto un avance tremendo, porque implica que aparte del seguimiento sanitario, la persona tenga una evaluación y un tratamiento psicosocial", insiste. Los resultados "se notan", asegura. Los reos participan en talleres, cursos e iniciativas que les hacen prepararse para rehacer su vida cuando recobren la libertad.
Mira també:
http://www.eldiario.es/sociedad/sanidad-carceles_0_323368482.html

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Comentaris

Re: "La atención sanitaria en las cárceles se está yendo al traste"
12 nov 2014
¿Y en Catalunya de quién dependen entonces...?

¿Qué significa conectar los servicios sanitarios de las cárceles con los sistemas de salud autonómicos...?

Esta noticia es de un cinismo que raya la dignidad humana. Los médicos de las cárceles, saben perfectamente que no dependen de sanidad, y sin embargo aceptan ese trabajo.

Además, saben que la asistencia médica es penosa y casi inexistente, pero no de ahora, sino de siempre.

Se conoce que en muchas ocasiones no son los médicos quienes prescriben los tratamientos médicos y que además, se medicaliza con fármacos neurolépticos a personas que no tienen ningún trastorno mental, sólo con la finalidad de mantener sedadxs a lxs presxs y precísamente es esta medicación la que predispone a tener trastornos mentales...

Conectar las prisiones con el expediente sanitario, es introducir toda nuestra información en una institución represiva. La ley dice que las personas con enfermedades deben ser atendidas sanitariamente y no penitenciariamente. La ley dice que las personas con toxicomanías deben de estar en centros de desintoxicación y no en prisiones, sin embargo, como las toxicomanías, por lo general, desembocan en delitos para el consumo, las personas acaban encerradas y maltratadas...

De lo que se trata es de que los presos no salgan, ni cuando deben ser atendidos médicamente, por lo que lo que se está reclamando no es una mejor atención sanitaria, sino una mejor manera de encerrar a las personas privándoles en su totalidad de libertad y de toda posibilidad de fuga, uno de los argumentos más esenciales de toda persona presa.

Hay que acabar con la excusa de los "motivos de seguridad" y no estudiar como se puede mantener a la persona presa, más presa.

La atención psicosocial de la que hablan, es más falsa que la reinserción. Las personas realizan talleres como si fueran terapias ocupacionales y eso se ha demostrado tan ineficaz en esto que llamamos libertad que en una situación de crisis, y con un historial penitenciario en las espaldas, todo es especulación "positiva".

La parte psicosocial no se dirige hacia el entorno de la persona presa, un entorno que en muchas ocasiones es el que le ha llevado a tenerse que buscar la vida en los límites de la llamada legalidad y a rebasarlos.

Decir que se trabaja la autoestima, el autocuidado o hablar de disfrutar el "tiempo libre" en prisión, es reírse en nuestra cara...

Ya que se cuelga una noticia de este calibre, lo menos que se merece es que quién la publica haga algún comentario al respecto, y no que nos deje aquí esta información-bomba para que nos estalle en la misma pantalla.

Guapo, te has lucido...! O quizás sólo eres un jodido provocador!
Re: "La atención sanitaria en las cárceles se está yendo al traste"
13 nov 2014
La noticia está colgada porque ofrece datos de interés, como la cantidad de personas enfermas que están actualmente en prisión o el número limitado de médicos que supuestamente les atiende.

A partir de ahí, puedes sacar tus propias conclusiones. Esto es Indymedia, un espacio donde la mayoría de gente está familiarizada con la realidad carcelaria, la represión y las campañas que se hacen regularmente al respecto.

Si crees que compartir un artículo significa estar de acuerdo con las opiniones de una psicóloga oenegera que sale entrevistada en él, me parece que el problema lo tienes tu, majete.
Re: "La atención sanitaria en las cárceles se está yendo al traste"
14 nov 2014
"Majete!", ¿te suena eso de "el silencio es complicidad"?

¿Y dices que estás "familiarizado" con "la realidad carcelaria, la represión y las campañas que se hacen al respecto"?. Pues será eso, que estás demasiado familiarizado para que, al leer lo que dice el escrito, sólo veas datos de interés y no personas encarceladas y opresores...

Ya, el problema lo tengo yo, ¿verdad?. Pues tu comentario no es muy distinto al que haría una ong hablando de "datos de interés"

Te recuerdo que las cifras oficiales, no tienen nada que ver con lo que sucede en prisión, y que los carceleros también publican quejas con cifras y hablando de lo mal que están las prisiones y que son un "polvorín" a punto de estallar..., y que no lo dicen para derribar las prisiones, ni tan siquiera, imitando tu tono asistencial, para "mejorar las condiciones de vida de lxs presxs", sino para justificarse ellos mismos y reclamar más incentivos económicos...

Con esto, lo que quiero decir es que, sin comentario, se le difunde su "publicidad", algo que sería muy distinto si se hubiera hecho un escrito hablando de los datos que éste aporta y haciendo una réplica al mismo...

Ja!, y el problema lo tengo yo, ¿no?

Además de friki, intelectual y académico...
Sindicat Terrassa