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Notícies :: antifeixisme : corrupció i poder |
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Manifiesto de rebeldÃa
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per Jaime Richart |
12 jul 2003
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A la vista de lo que está haciendo el partido gubernamental con sus mayorías absolutas en el Parlamento, municipios, Comunidades Autónomas e instituciones, en representación de todos los partidos políticos y de todos los conciudadanos,, aunque detesto el sistema en su conjunto por su falsedad intrínseca y me limito a soportarlo, abandono el Parlamento, los Ayuntamientos, las Comunidades y las instituciones del país entero. |
Profiero la más enérgica protesta por los abusos, prepotencia y el virtual golpe de estado que el partido-bulldozer, poco a poco, está dando en todos cuantos resquicios se le ofrecen. Me declaro en rebeldÃa frente a un modo de hacer que es cualquier cosa menos gobernar. Veo en sus evoluciones una burla al juego democrático y un cuartelazo incruento en toda regla. Reinar y gobernar al mismo tiempo y no contar en la práctica para nada ni con la oposición polÃtica ni conmigo como ciudadano en asuntos tan graves como los vividos, me hace sentir sumido en un real absolutismo, un totalitarismo, un fascismo descarado y sin retorno. Llámese como se llame, el aparato se está convirtiendo en “nomenclaturaâ€?, se está adueñando, copando, poco a poco el Poder a lo largo y ancho del tejido social. Toda su capacidad de maniobra, tanto la polÃtica como la otra, la inconfensable, están dirigidas a hacerse con las llaves que dan acceso al control de la sociedad entera y oprimirla. El papel de la oposición polÃtica, como el mÃo de votante eventual es tan decorativo, testimonial y de tan patente debilidad, que sólo sirven para resaltar el protagonismo de ese imponente partido y para legitimar sus veleidades.
Ante la gravedad de la situación, que no puede sino empeorar, declaro mi absentismo total en el Parlamento, Comunidades, Ayuntamientos y todas las instituciones, y le dejo hacer... hasta que recobre la razón y se comporte como exige una verdadera democracia en términos de sentido común y respeto mÃnimo al gobernado individualmente considerado y al pueblo por extensión. Entiendo que aunque disponga, o precisamente por ello y en muchos casos suciamente, de mayorÃas absolutas, su deber y lealtad hacia la democracia, la oposición y el pueblo le emplazan a adquirir conciencia de su responsabilidad.
Penso que si no tomo a tiempo esta medida y no muestro a gritos mi repulsa respondiendo con toda la desobediencia civil de que soy capaz, cuando quiera reaccionar, y habida cuenta que las facciones reaccionarias no suelen conformarse con lo que han poseÃdo siempre: el poder fáctico y el económico, ese partido devorador de Poder habrá reforzado aún más si cabe su posición polÃtica e institucional en todos los ámbitos del Estado y de la sociedad, y llegará hasta los lÃmites en que un pueblo se plantea lanzarse a la calle para levantar las barricadas... |
