¿Quiénes son los antisistema?,La Vanguardia Xavier Antich

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Notícies :: corrupció i poder : criminalització i repressió : mitjans i manipulació : especulació i okupació
¿Quiénes son los antisistema?,La Vanguardia Xavier Antich
per bi	07 jul 2014

Aviso a los poderes de Catalunya, desde su medio de comunicación escrita Hay que aceptar a las organizaciones descritas como parte del sistema Este no ha hecho los deberes... Como no cita, por suerte, a los libertarios, por defecto son sus antagonistas el 7 julio, 2014 en LA VANGUARDIA. OPINIÓN Los nuevos movimientos son hegemónicos en el tema nacional y, en el social, marcan la agenda política Rubén Darío estuvo en Barcelona en 1899 y publicó en La Nación de Buenos Aires un artículo que, leído a la luz de los acontecimientos que pronto tendrían lugar, sorprende por visionario: “Allí, al pasar, notáis un algo nuevo, extraño, que se impone. Es un fermento que se denuncia inmediato y dominante. Fuera de la energía del alma catalana, fuera de ese tradicional orgullo duro de este país de conquistadores y menestrales, fuera de lo permanente, de lo histórico, triunfa un viento moderno que trae algo del porvenir: es lo social que está en el ambiente; es la imposición del fenómeno futuro que se deja ver: es el secreto a voces de la blusa y de la gorra que todos saben, que todos comprenden, y que en ninguna parte como aquí resalta de manera tan palpable en magnífico alto-relieve”. Sin dejarse impresionar por la hegemonía del modernismo en todos los ámbitos, el poeta adivinó, más que el final de algo, “un fermento”, “un viento moderno que trae algo del porvenir”, “un fenómeno futuro que se deja ver”. Y era “lo social”, un movimiento de largo alcance que entonces ya se estaba imponiendo. No se equivocaba: llegaban años turbulentos y “lo social” revolucionaría el escenario. Barcelona iba a convertirse, entre otras cosas, en la capital del anarquismo internacional: aquí se fundó Solidaridad Obrera en 1907 y, también en Barcelona, en 1911, anarcosindicalistas de toda España constituían la CNT (un sindicato de clase que contaría entre sus afiliados con un tercio de la clase trabajadora). En medio, claro, la Setmana Tràgica de 1909. Eran años de antagonismo larvado. No muy lejos de las casas modernistas que las grandes familias burguesas se construían en el Eixample, se mantenían las viviendas insalubres de los barrios pobres de la ciudad vieja y los suburbios industriales. Junto a la ciudad moderna, impulsada por la burguesía enriquecida, existía una Barcelona popular habitada por una cada vez mayor población obrera. A poca distancia de la Gran Via, donde las mujeres todavía lavaban la ropa en un torrente, se inauguraba el Real Club Marítimo, un lujoso edificio modernista de Enric Sagnier. Mientras las clases populares invadían la montaña de Montjuïc para pasar su jornada festiva, las clases acomodadas se citaban en el Hipódromo, reabierto en 1917. Al mismo tiempo que el analfabetismo alcanzaba el 50% de la población barcelonesa, se importaban los métodos pedagógicos más avanzados de Europa, como los de Montessori, Decroly y Fröbel. Con este trasfondo, dos movimientos en favor del desarrollo democrático en la ciudad alcanzaron su punto crítico en verano de 1917. En primer lugar, inspirados por el desafío de los regionalistas catalanes a la monarquía española, parlamentarios de toda España se reunieron en Barcelona para redactar, con poco éxito, el borrador de una constitución que convirtiera a España en una verdadera monarquía constitucional. En segundo lugar, el movimiento general de anarcosindicalistas para conseguir reducir la jornada de trabajo a ocho horas y mantener el poder adquisitivo de los sueldos a pesar de la inflación, encuentra en Barcelona su manifestación más sonada, en 1917, con una huelga general, obrera y ciudadana, que pone en jaque la estabilidad del gobierno. La ciudad es tomada militarmente por doce mil soldados a las órdenes del capitán general Milans del Bosch y el movimiento sindical sufre una brutal represión, que se alarga hasta 1919 y provoca una guerra civil larvada, entre obreros, empresarios y pistoleros de la patronal, hasta 1924. Temma Kaplan dio con una metáfora muy precisa: “Tras tres años (1914-1917) en los que Barcelona fue lo que sería Casablanca durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1917 y 1919 comenzaba a parecerse mucho más a lo que sería Belfast durante el último cuarto del siglo XX”. Eran otros tiempos, no hay duda. Pero la historia ofrece siempre lecciones dignas de interés. Sobre todo, para descubrir que, ante las turbulencias, siempre hay quien se esfuerza por leer los signos y quien prefiere atenerse a los relatos conocidos, aunque sean caducos. Barcelona, aunque ahora no ella sola, ha vuelto a ser, en los últimos años, un espacio urbano de maduración política de la disidencia. Y, como a principios de siglo, en el ámbito nacional y en el social: por insatisfacción respecto a las relaciones de Catalunya con España y por una aguda conciencia de las desigualdades sociales. En ambos casos, como expresión de un malestar que, lejos de cristalizar en esa “indignación” reactiva que fue a partes iguales banalizada y combatida antes que pensada, dio lugar a potentes movimientos de imaginación política fuera de los márgenes establecidos. Los resultados están a la vista. Desde la emergencia de las CUP o iniciativas como la PAH y, más recientemente, Guanyem Barcelona, hasta la ocupación de la centralidad política por parte de la aspiración independentista que, hasta hace poco, apenas llenaba el Fossar de les Moreres el Onze de Setembre. Es difícil saber hacia dónde se encaminan los movimientos que ahora se insinúan. Pero, en todo caso, merecen atención, pues reproducen una respuesta paralela, sin violencia pero con la misma fuerza de impugnación de los fundamentos del sistema, a la de hace un siglo. Durante dos décadas estos movimientos han sido despreciados como “antisistema”, pero ahora, en el tema nacional, son hegemónicos, y, en el tema social, están marcando la agenda política. Sólo los ciegos o mojigatos no lo ven. El sistema lo han hundido quienes decían defenderlo http://www.caffereggio.net/2014/07/07/quienes-son-los-antisistema-de-xav/
Mira també: http://www.caffereggio.net/2014/07/07/quienes-son-los-antisistema-de-xavier-antich-en-la-vanguardia
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Comentaris

Re: ¿Quiénes son los antisistema?,La Vanguardia Xavier Antich
per .	08 jul 2014
Quin es l´objectiu de posar aquest escrit aquí?? perque no diu res de res, ni aporta res. Jo l´esborraria per aquest motiu.

Re: ¿Quiénes son los antisistema?,La Vanguardia Xavier Antich
per @	08 jul 2014
Ja veig que l'article que han penjat, no et deu agradar, segons tu no aporta res i es crida "a la censura" Llegir el que diu el poder, no només el nostre discurs, és fonamental, per saber per on van els trets O esperes que un dia, qualsevol tema d'ells, te'l trobis de "facto" No està gens malament, saber que diu l'antagonista, si no quan reps, ja serà tard Abans la CNT, ara les organitzacions que s'han d'acceptar. No la lluita des de tots els vessants llibertaris Crec que això que els moderadors ho amaguin, sobra, o hi ha un motiu personal teu Copiat de la notícia: "Aviso a los poderes de Catalunya, desde su medio de comunicación escrita Hay que aceptar a las organizaciones descritas como parte del sistema Este no ha hecho los deberes... Como no cita, por suerte, a los libertarios, por defecto son sus antagonistas"

La agenda politica del sistema
per a	09 jul 2014
Xavier Antich subscriu la millor estratègia mediàtica pel «sistema»: Més els val que s'accepti la PAH i les CUP com a antisistema o grups revolucionaris, per tal de treure el focus a l'anarcosindicalisme, l'insurreccionalisme o altres opositors frontals al capitalisme.