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¿Normalidad?
16 jun 2014
Dejadme deciros algo sobre la normalidad.
"Lo normal es un constructo inventado por los privilegiados para patologizar la no-conformidad. Lo normal es una razón para mantenerte fuera del espacio porque eres demasiado negra, demasiado hembra, demasiado queer, demasiado trans, no lo suficientemente binaria, con un cuerpo no lo suficientemente "capaz", no lo suficientemente rica, no lo suficientemente conectada con los gustos de la clase dominante. Lo normal es el por qué de que las mujeres ganen menos, de que lxs no-blancxs estén relegados a los vecindarios más pobres, de que las personas queer y trans sean diana de todo tipo de violencias, de que las personas con diversidad funcional sean estigmatizadas, minusvaloradas e invisibilizadas, de que a lxs trabajadorxs del sexo no se les permita el derecho de manejar sus propias vidas.

Sobre todas las cosas, lo normal es una mentira.

Yo no soy normal. Yo soy demasiado negra, demasiado hembra (y femme) y demasiado enferma mental y demasiado queer para ser noraml. La mayoría de las personas que conozco no son normales. Y cada vez que una de nosotras intenta serlo - ya sea para conseguir un trabajo, o un lugar en una lista de invitados, o una publicación o, simpelmente, aceptación dentro de un nuevo círculo de amistades - encontramos que las porterías han cambiado. Porque el gran secreto sobre la normalidad es que es cualquier cosa que el bando opresor quiera hacer que seas. No puedes alcanzar nunca el standar, porque el standar cambiará en función de una meta específica: hacerte caer una vez más.

Si eres negra, nunca serás lo suficientemente normal como para ser aceptada sin reservas en una academia dominada por blancos. Si eres mujer, nunca serás lo suficientemente normal para ser bienvenida en el seno de empresas mayoritariamente masculinas. Si eres queer, tus relaciones nunca serán lo suficientemente normales como para ser aceptadas socialmente; te encontrarás permanentemente en el punto de mira de miradas de dseaprobación de los padres de niños pequeños, encontrarás siempre silencios incómodos en las cenas de familia, juicios de valor de gente que piensa que tienen el derecho de decirte que tú eres inmoral. Si eres trans, nunca serás lo suficientemente normal como para pasar por tu verdadero género, y si pasas, que en sí mismo será un signo de tu anormalidad, serás etiquetadx de traidorx, decepcionante, mentirosx. Si eres discapacitadx, mental o físicamente, nunca serás lo suficientemetne normal como para escapar de la compasión, la verguenza, la condescendencia o el disgusto de personas que reducirán todo lo que eres únicamente a un diagnóstico. Y la lista sigue.


Lo normal es una mentira. Es una mentira tóxica, una que se introduce en nuestra piel y se vuelve contra nosotros. Lo normal es la razón por la que crecí odiando el color de mi piel y la forma en la que me marcaba como algo diferente de mis compañerxs de clase. Lo normal es por qué yo quería ser un chico, porque los chicos podían hacer todas las cosas que yo quería poder hacer.
Lo normal es la razón por la cual mi ex solía silenciarme cada vez que salía el tema de mi sexualidad en una conversación con amigos: él estaba avergonzado de estar saliendo con alguien no-heterosexual, alguien pervertida. Lo normal es la razón por la que muchxs musulmanes piensan que yo soy demasiado "occidental" y los occidentales piensan que es extraño que no beba alcohol ni coma beicon. Lo normal es esa pequeña voz susurrándote al oído que seas lo que seas, seas quien seas, eres lo raro y estás fuera de lugar y nunca serás lo suficientemente bueno.

La normalidad lleva a las personas a odiarse a sí mismas.

Se nos vende la idea de que nunca seremos lo suficientemente buenos para nadie a no ser que estemos dispuestxs a sacrificar nuestro verdadero ser en el altar de la conformidad hacia un siempre-cambiante ideal de normalidad. Debemos ser más altxs, más bajas, más delgadas, más gordas, más blancas, más negras, más claras, menos asertivas de lo que somos. Debemos tener más parejas o menos, debemos estar deseando tomar riesgos o ser menos temerarias; debemos siempre ser algo distinto, cualquier otra cosa menos nosotras mismas. Nuestros cuerpos, nuestras almas, nuestras mentes nunca son lo suficientemente normales. Somos demasiado listos o no lo suficiente, o demasiado atrevidas o no lo suficiente, o demasiado brillantes o no lo suficiente para el confort. Si no saltamos entre aros imposibles ni nos contorsionamos en formas imposibles, somos odiosas. Valemos menos, merecemos menos amor, somos pervertidas y deformadas. Somos anormales. Somos patológicamente diferentes.

Esta es la verdad tóxica detrás de la mentira de la normalidad: Sirve únicamente para castigar al oprimido y al marginal de modo que el privilegiado pueda elevarse. Lo normal protege los derechos y libertades de la lase dominante a expensas del pueblo sobre cuyas espaldas trepan para conseguir mayor altura. Es un lujo del que gozan sólo los privilegiados, y se basa en la invisibilizacion y estigmatización de aquellos que decidieron no conformarse. Ser normal es no tener que preocuparse nunca de que las diferencias de una nunca la convertirán en indeseable. Ser normal es saber que una misma no sólo se ajusta al estandar: ES el estandar.

Qué poder más terrorífico es ese.

Yo nunca seré el ideal de normalidad de nadie. Ninguna institución elevará mis opiniones al status de verdad. Ninguna industria me convertirá en su ideal: ni de belleza, ni de personalidad, ni de absolutamente nada. Pero no me importa en absoluto, porque yo sé que lo normal es una mentira, así que me niego a encajar en ello. Me niego a cambiar ningún aspecto de mí misma para conseguir encajar en un estandar que nunca se creó conmigo en mente. Y me niego a pensar o hablar o actuar de un modo que me haga más acorde con el tipo de personas que la sociedad considera normal porque yo sé lo que ellos no saben: Que ese pedestal en el que están colgados es uno precario. Porque otra cuestión sobre lo normal, veis, es que SIEMPRE cambia, y a más alto escala uno en las espaldas de los marginalizados, más grande será la caída cuando la meta cambie.

Lo normal es una ficción, y tratarla como realidad es permitir que su toxicidad se introduzca en nuestras vidas, cambiar y contorsionarnos hasta que seamos irreconocibles incluso para nosotras mismas. No intentes ser normal: destruirás todas las cosas que son reales y valiosas y queribles sobre tí misma y aún así no llegarás a ningún sitio. Pon todos tus esfuerzos en ser tú misma y deja esas metas cambiar donde deban cambiar.

Porque lo normal es un juego curioso en el que el único movimiento ganador es no jugar."

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