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Anàlisi :: sense clasificar
Guerra contra la guerra de la Unión Europea
22 mai 2014
Guerra contra la guerra de la Unión Europea del trabajo barato y disciplinado, del desempleo, de las contradicciones económicas y políticas, del racismo, del canibalismo social, de las intervenciones imperialistas, y del apoyo abierto a los neonazis (Ukrania)

Abstención del proceso de su legitimización política

El voto en las próximas elecciones del 25 de mayo constituye una aceptación que somos incapaces de defender nuestros intereses obreros y populares con nuestras propias fuerzas

Participación en la lucha diaria de clase, en el reforzamiento de las luchas obreras sin patrones, en las redes de resistencia antifascistas, en las luchas contra el desarrollo capitalista y la destrucción medioambiental, en la lucha de los presos contra los calabozos de las cárceles, en la lucha de los inmigrantes contra los campos de concentración, en la negativa generalizada a pagar por cubrir nuestras necesidades

Por la creación de una entidad política entre las fuerzas proletarias y populares, la única fuerza históricamente capaz de puede dar un frenazo a la ofensiva del sistema capitalista, abriendo el camino al enfrentamiento total con él
El 25 de mayo la Unión Europea celebra elecciones para los representantes políticos que serán llamados a gestionar la cuesta debajo de la vida de los pueblos de Europa. En un período agitado de cambios sociales arrasadores provocados por la crisis capitalista, en una coyuntura casi de guerra, reveladora del carácter ya descaradamente anti-obrero y anti-popular de la Unión Europea, las próximas elecciones adquieren para el movimiento obrero y popular una importancia crucial. Se convierten, de hecho, en un punto de referencia fundamental, incluso si la institución del Parlamento Europeo no tiene ningún poder real en la toma de decisiones de las políticas centrales de la UE, ya que los resultados de las elecciones será un antecedente importante para la futura correlación de poder entre las fuerzas del Capital y del trabajo. Será negativa para las primeras, si se condenan los partidos que directa o indirectamente apoyan la “vía única europea”, y favorable para las segundas con la abstención masiva consciente de las urnas como una acción de rechazo de un proceso de legitimación social y política de la UE y de su estrategia.

El estallido de la crisis capitalista y su rápida propagación (difusión) en el núcleo de los fundamentos del sistema capitalista-imperialista, o sea de la UE, ha desplazado las placas tectónicas de la ilusión capitalista de la posguerra sobre las cuales había sido edificada. La actividad sísmica que la sucedió derrumbó acervos sociales consolidados durante varias décadas, y coaliciones sociales de Poder tradicionales, provocó explosiones sociales discontinuas pero fuertes, sacó a la luz a fascistas y neonazis, y entre otros dio un golpe al núcleo de la ideología de la “Unión Europea de la convergencia y la solidaridad”. Apenas dos décadas después de los pronunciamientos festivos de los partidarios del Sistema a nivel mundial sobre el “fin de la historia”, la intensificación sin precedentes del contraste (contradicción) capitalista estructural entre el carácter social de la producción, por un lado, y la apropiación privada de sus productos por otro lado, dio a luz una crisis más en la historia del capitalismo, tal vez su crisis más profunda, ya que esta tendrá que levantar el peso de todos los puntos muertos acumulados en el Sistema por el “desarrollo” de la etapa anterior “gloriosa”, el cual se había vasado en productos derivados de la Bolsa.

En este contexto, el fracaso estrepitoso de uno de los pilares principales del mundo capitalista de cumplir con sus declaraciones pomposas sobre la prosperidad y el desarrollo económico de los pueblos de Europa, estaba predestinado. Y no podría ser de otra manera, tanto porque sus objetivos estatutarios eran el fortalecimiento de la rentabilidad capitalista a través de la expansión sin trabas de la esfera de acción del Capital, tanto porque las condiciones de la unificación a las clases dominantes de los países europeos eran desde su inicio débiles y contradictorios. La tentativa de coalición de formaciones económicas capitalistas desiguales sobre la base de las reglas fiscales estrictas impuestas por el Pacto de Estabilidad y posteriormente por la Unión Económica y Monetaria, ha intensificado las desigualdades y ha creado un desequilibrio de poder, que de hecho no se podía confirmar las declaraciones propagandísticas sobre el “entorno europeo igualitario y solidario”. Esta UE, de la mano de obra barata y disciplinada y del desempleo, de la desigualdad económica y política, del racismo y del canibalismo social, la UE de las intervenciones imperialistas y el apoyo abierto de los neonazis (Ucrania) el 25 de mayo nos llama a elegir al personal civil que gestionará esta situación, o en vano fingirá que lucha contra el régimen de la indigencia económica y social de los pueblos de Europa.

Para la Grecia de los memorandos y de la vigilancia por los usureros europeos durante cuatro años, la exigencia europea para el resultado electoral es clara: la dominación total de las fuerzas políticas que puedan sostener sin inhibiciones y vacilaciones la elección estratégica fundamental de la burguesía nacional. Es decir, que Grecia se sume y se someta a la UE sin condiciones: esta es la continuación rigurosa de la “Gran Idea” de la burguesía griega y de su Estado. Así que la burguesía local e internacional se precipita, con todos los instrumentos de propaganda y manipulación de que dispone, a ofrecer ayuda a la coalición ultraderechista tambaleante (de los partidos Nueva Democracia y Pasok). Así pues pretenden hacer frente al desprestigio político de los dos partidos tradicionales que se turnan el Poder, y a la amenaza que él genera, con respecto a la promoción de sus planificaciones económicas y políticas, dedicándose a un apoyo electoral de ellos sin precedentes.

Las declaraciones sobre el “logro” de conseguir un superávit y de “salir a los mercados” sirven precisamente este objetivo: frenar el ambiente creado contra el gobierno, y crear falsas ilusiones sobre la recuperación de la economía. Sin embargo, el supuesto logro de un superávit constituye una estafa de dimensiones históricas, un momento glorioso de la “contabilidad creativa”, ya que se basa en la suposición arbitraria que las enormes transferencias de dinero del erario público a los banqueros y el pago de los intereses de los préstamos onerosos no son gastos públicos y por lo tanto no aumentan el déficit. Por otro lado, la tan mentada (cacareada) salida a los mercados – como un signo de confianza en la economía griega, que ahora echa los cimientos de una nueva fase de la política económica, sin la necesidad de memorandos-, ocultando con esmero las condiciones reales bajo las cuales ha sido “conquistada”: El parámetro fundamental de que el préstamo de los 3 mil millones de euros que ha tomado Grecia de los “mercados” (fondos especulativos, principalmente norteamericanos y europeos) tiene el interés más alto en Europa (4,5%) así como sus condiciones, se rigen por el desorbitado para el deudor régimen del Derecho inglés, junto por supuesto con el hecho innegable de que el importe de los intereses y del mismo préstamo (más de 400 millones de euros, que ya están pagando y seguirán pagando los trabajadores), así como de los anteriores, son algo más que suficientes para pedir nuevos préstamos y por lo tanto nuevos memorandos para pagarlos.

Sin embargo, aparte de la necesidad de comprender el tamaño de la estafa que se montó para perjudicar a las fuerzas laborales populares y para apoyar a la coalición gubernamental, lo que realmente se juega a nivel político para dichas fuerzas se centra en lo que se deja entrever tras las celebraciones por los “éxitos” de la economía griega. Porque en realidad, con el anuncio de estos éxitos se inaugura una nueva serie de ofensivas, aún más despiadadas, ya que cualquier posibilidad de la economía griega de mostrar signos de estabilidad o recuperación procederá del saqueo intensificado de la clase trabajadora y de la riqueza social y natural. Los superávit, los préstamos de los mercados y el desarrollo tan esperado constituyen en realidad las palabras clave que codifican las nuevas correlaciones de clase de la explotación. Salarios más bajos, menos atención médica, menos derechos laborales y sociales, más impuestos, más represión y más miseria, son los elementos del nuevo mundo que nos está esperando, del mundo del “desarrollo” en el ámbito de la Europa capitalista.

En este contexto, la participación en las próximas elecciones es -objetivamente- la legitimización de la institución más representativo del embellecimiento de la índole antisocial de la UE. Es claro que nuestros intereses populares autónomas podemos defenderlos con nuestras propias fuerzas. En última instancia, somos capaces de seguir el único camino que han seguido los oprimidos de todo el mundo, y que han logrado conquistar todo lo que ahora nuestros opresores están recuperando: él de la lucha de clases organizada. Hoy día, con el sistema político tambaleándose, con el antiguo sistema bipartidista desvaneciéndose, y con la ausencia de un bloque gubernamental alternativo sucesor intensificando la inestabilidad política actual que estamos viviendo, se están formando las condiciones más difíciles y a la vez favorables para la aparición de un movimiento proletario autónomo, capaz de agitar y luego derrocar el frágil frente de la burguesía.

Una evolución semejante constituye hoy sin duda el mayor temor del bloque burgués: él que refuerza el terrorismo represivo e ideológico, y hace emerger todas las fuerzas anti-obreras y contrarrevolucionarias, siendo la primera de ellas el partido neonazi Aurora Dorada. Es el mismo temor que alimenta a los cortesanos de la burguesía -la creación de partidos-híbridos, como el partido recién montado, llamado Potami (Río), al tiempo que conduce a la interconexión abierta con la política de los sectores más reaccionarios, como los casos de candidatos en las elecciones municipales Moralis-Marinakis y la mafia de los armadores a la que representa. En esta coyuntura, la Izquierda sumisa al Régimen, cuyos liderazgos son tanto la jefatura del autodenominado Partido “Comunista” de la fanfarronería y la retirada de la actividad viviente del movimiento, como el partido socialdemócrata Syriza, que ha dado sus credenciales a la UE y la Unión Económica y Monetaria, sigue contemplando pasivamente la mayor ofensiva de carácter clasista después de la segunda guerra mundial, incorporada al Sistema y al parlamentarismo. Específicamente Syriza, siendo una potencial fuerza gubernamental, es una verdadera estafa, no sólo porque con sus orientaciones “derechistas” reconoce ahora casi la totalidad de la deuda pública, sino sobre todo a causa de su política ahistórica y demagógica sobre una supuesta posibilidad de obtener beneficios en perjuicio del Capital en tiempos de plena crisis a través de negociaciones y compromisos mutuos.

En esta coyuntura tan crucial para el movimiento obrero y popular, la lucha contra las próximas elecciones, concebidas como una institución de legitimización de la UE, se debe convertir en un campo de reunión y colectivización de las resistencias y las luchas, del resurgimiento de la guerra social y de clase. Debe constituir para todos, los desempleados, los obreros, la gente que resiste, un punto de referencia de la resistencia a la UE imperialista y la coalición gubernamental que la representa en este país. Debe constituir una oportunidad para la manifestación colectiva de la negación y del conflicto con un mecanismo criminal que encarna los intereses de la burguesía contra los nuestros, con un mecanismo que en el nombre de la ganancia capitalista devalúa nuestras vidas, convirtiéndonos en esclavos modernos de los patrones locales e internacionales.

Nuestra actitud, por lo tanto, no puede ser la de votar, ni la de la delegación o de la abstinencia apolítica, sino la la lucha diaria por la creación de una entidad política compuesta por las fuerzas políticas proletarias populares del país, o sea la única fuerza históricamente capaz de dar un frenazo a la ofensiva del Sistema, y a la vez de abrir el camino para el enfrentamiento total con él.
Mira també:
http://verba-volant.info/es/

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Comentaris

Re: Guerra contra la guerra de la Unión Europea
22 mai 2014
Hombre, hoy por hoy, "una aceptación que somos incapaces de defender nuestros intereses obreros y populares con nuestras propias fuerzas" es la pura y cruda realidad, por mucho que nos joda.

¿Significa eso que hay que votar? No lo creo. ¿Significa que hay que luchar? ¡Por supuesto! Pero, ante todo, entendamos la realidad tal y como es para poder revolucionarla.
Sindicato Sindicat