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Notícies :: sanitat
Del Management and Clinical Innovation Health Forum y otras mierdas similares
20 mai 2014
Llega por tercer año consecutivo el congreso dedicado a la gestión de los servicios sanitarios y la innovación tecnológica del sector. El Management and Clinical Innovation Health (MIHealth) Forum, que se hará el 21 y 22 de mayo en Barcelona.
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Llega por tercer año consecutivo el congreso dedicado a la gestión de los servicios sanitarios y la innovación tecnológica del sector. El Management and Clinical Innovation Health (MIHealth) Forum, que se hará el 21 y 22 de mayo en Barcelona.

En él se darán cita políticos de distinto pelaje, directores ejecutivos de grandes empresas farmacéuticas o tecnológicas, ideólogos del sistema sanitario 2.0, médicos trepas aspirantes a político o director de lo que les permita pavonearse, representantes de ávidos grupos inversores, formadores de semejante calaña provenientes de escuelas de negocios elitistas y demás morralla emparentada por esa estúpida forma de hablar entre anglosajona y cibernética (e-learning, networking, learning-by-doing, biocápsulas y demás memeces por el estilo).

Si se publica este texto no es sólo por el gusto (grande) de insultar a quienes con sus acciones diarias modifican directamente nuestra realidad presente y futura conduciéndola más y más hacia la miseria del mundo mercantil, sino la de exponer el telón de fondo sobre el que se dispone este ‘foro’ y poder darle una respuesta organizada y contundente con el tiempo y las afinidades adecuadas.

La casta política catalana, de la mano de su prima hermana la empresarial, que ha podido influir en la orientación de la política sanitaria viene viendo el filón de la mercantilización de la salud desde hace años. Como entienden que el desarrollo de un país depende directamente del nivel de innovación y capacidad de vender (sean ideas, máquinas o llegado el caso, personas o trozos de personas), han invertido sus esfuerzos en desarrollar ese ente bautizado como Biocat, destinado a hacer de plataforma de unión entre empresas, universidades e instituciones públicas y organizar eventos, foros, formación, publicidad, para dar salida a su planificación de lo que debe ser este pais. De esta forma las ideas recién cocinadas por los sujetos que la universidad ya se ha encargado de formar pasan a valorizarse mediante las tecnologías desarrolladas y aplicadas para convertirlas en productos consumibles (después del adecuado condicionamiento para crear su necesidad; léase medios de comunicación, ferias, publicidad, educación escolar…).

Pero lo que no se dice, lo que se siente y se expresa mediante múltiples formas del malestar y la miseria existencial, es que ese desarrollo tecnológico tiene otras implicaciones muy alejadas del bonito discurso del Progreso.


'La ciberética es el pensamiento policial del Imperio'


Uno de sus valedores, presente en este foro, Jorge Juan Fernández García, Director de Salud 2.0 del Hospital Infantil Sant Joan de Déu y responsable del ‘Hospital Líquido’ (tomando la metáfora del sociólogo Bauman), afirma que se gana en flexibilidad, accesibilidad y colaboración. Lo que quiere decir es que el poder médico se extiende más allá de la institución, se funde en la sociedad, adquiere y transmite información de forma continua con la sociedad, permite que la información fluya más entre instituciones diferentes. ¿quién pondrá un límite a eso?... pero además ¿qué implica eso de la teleconsulta, la teleenseñanza, el e-gobierno? Este tipo de dispositivos se orientan para que no hayan opacidades, grietas por donde se escape la información. Se pretende un control más efectivo mediante la transparencia absoluta (formalizar lo informal, explicitar lo implícito, valorizar lo que está fuera del valor), la promoción del autocontrol del sujeto condicionado/formado para ello. Se tiende así al totalitarismo, entendido como extensión del poder a todos los niveles sociales. No de forma concentrada, sino difusa. Una forma de control que viene de la cibernética, que pretende que el control de un sistema se obtiene mediante un grado óptimo de comunicación entre sus partes y que, bajo la noción de ‘sistema’, postula una analogía entre organismos vivos y máquinas. Puede sonar paranoico, pero nuestra realidad lo es. ¿será casualidad que empiecen por un bien tan preciado como es la salud de nuestros hijos?

Estos buitres pretenden vendernos que la comunicación es mejor mediante la tecnología. Pero no se refieren a la calidad, no, sino a la inmediatez, a la sensación subjetiva de cuidado del ‘cliente’. Es falso que mejoren la comunicación, puesto que es una comunicación indirecta, mediada por tecnología, aséptica, descontextualizada. Es pura apariencia. Meternos toda esa maquinaria implica un debilitamiento de las herramientas clínicas y comunicativas, un empeoramiento de las condiciones de consulta médica donde el trasvase de información se hace de forma directa y contextualizada, atenta a lo no-verbal, a lo implícito, abierta a la dialéctica del diálogo entre dos personas. ¿qué supone pues el tinglado tecnológico en la atención médica? Accesibilidad sí, al encender el ordenador primero, claro. Pero a cuenta de que tu interlocutor pueda estar haciendo otras cosas distintas a la vez con la merma atencional que puede suponer. Que no haya necesidad de espacio de consulta (con un ordenador puedes atender desde donde quieras con el ahorro que supone en gastos inmobiliarios y por lo que se dan palmaditas en la espalda los gestores). Que el profesional que atiende pueda no tener las herramientas comunicativas, sociales, éticas, imprescindibles en el acto médico orientado a una terapia holística. Que es igual porque como te escribe un protocolo por mail.... En definitiva, va a suponer una peor atención, aunque sea inmediata o más rápida y calme las ansiedades con explicaciones más o menos certeras. Tal perspectiva lleva aparejada inevitablemente que la dirección de la atención sanitaria sea evaluada en términos económicos y de satisfacción del ‘cliente’. Ese clientelismo marca los presupuestos destinados al cuidado de la salud orientándolos cada vez más al marketing. Como en las empresas, se invertirá más en marketing que en formación y atención. Que entren sponsors en el mundo sanitario no es una quimera. Lo importante no es el resultado, es que el cliente esté contento con lo que se le explique.

Como base de su discurso público, usan el mito de la tecnología como medio deificado que puede resolver cualquier problema cuando lo único que pretenden es mantener y desarrollar las actuales condiciones sociales y económicas, es decir mantener el sistema capitalista. La programación de los gobiernos de implantar este sistema responde a los designios de desarrollo económico (se crean infrasestructuras ahora necesarias para la implantación del modelo, se crean empleos tanto de carácter más técnico como de escasa cualificación, se potencia la inversión de empresas, mejora la productividad de la asistencia, esto es, el número de atenciones no importa cual sea el resultado), no de mejorar la asistencia sanitaria. Ese dinero invertido para implantar ese modelo mejoraría por mucho menos la propia asistencia.

Hay que plantearse cómo hacemos frente a un poder que se ejerce sobre nosotros de forma tan difusa, que se aplica mediante medios aparentemente neutrales (tecnología) para la mayor parte de la gente y que los medios se encargan de ensalzar diariamente allí donde pueden hacerlo y de construir un discurso continuo basado en la mejora de la eficiencia, del control económico, de la facilidad de uso, de la reducción de trabajo, etc. Nunca se habla de la formación del sujeto apto para su uso (que precisa formación específica, adaptación rápida y continua, modificación de su perspectiva y modo de trabajar, de las dificultades que entraña para algunos y la facilidad con que se justifica su recambio por otros sujetos más adaptados simplemente por relevo generacional…) o de los costes de la implementación de un sistema tal (que abarca desde los estudios preliminares hechos por técnicos y asesores hasta la construcción de infraestructuras pasando por los recursos materiales o los cursos formativos). Pero ¿alguien puede creerse que esto es por mejorar una atención sanitaria que se encargan de destruir cada vez más desde que iniciaran sus decisiones planificadas de cargarse la sanidad tal y como la conocíamos? Cierres de camas, disminución de estancias hospitalarias, reducciones de personal, cierres de servicios, unidades, programas, ¿para sustituirlo por tecnologías? ¿y mejorar así la salud poblacional?

Un hombre de miras amplias como Pier Paolo Pasolini afirmó hace ya algunos años que la tecnología es genocida. Y es que se encarga de extinguir un tipo de sujeto con una perspectiva y una forma de vida concreta para sustituirla por otra distinta. Esto es lo que hoy representan los que se reúnen en Barcelona. La imposición de su forma de vida sobre la nuestra. Por eso les odiamos. Por eso no les queremos aquí, ni en ningún lugar.

Se decía al principio que da gusto insultar a los que dirigen nuestras vidas hacia un lugar que no nos apetece en pro de sus intereses personales. Más gusto nos daría a algunos devolverles algo de lo que nos hacen día a día. Tienen nombres y apellidos, dirección, trabajo, van al gimnasio, a sus asociaciones… Ellos no retrocederán. ¿y nosotros?
Mira també:
http://romperconlaingenieriamedica.blogspot.com.es

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Sindicat Terrassa