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Jorge Tamayo Gavilán 1902-1931, anarquista expropiador
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per patriota negre |
23 abr 2014
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Muy poco se sabe de la vida del anarquista expropiador Jorge Tamayo Gavilán. Su trágico final -en un enfrentamiento con la policía bonaerense a fines de julio de 1931- y sus violentos asaltos hechos con la banda de Severino di Giovanni o por la suya propia, parecen determinar su existencia, sin conocerse más allá, ni interesarse tampoco en ello. |
En este espacio intentaremos escarbar un poco más en su vida, en la medida en que las fuentes que disponemos lo permitan, pero además, resultaría interesante conocer el proceso mediante el cual Tamayo pasa a convertirse en un anarquista expropiador, siendo en un principio un hombre de sindicato.
Jorge Tamayo Gavilán había nacido en Rancagua en 1902, allí se había desempeñado como mecánico-linotipista. Según sus propias declaraciones, era viudo y tenía dos hijos. Se le describe como un hombre “de carácter reservado”, “buenos modales y educación” (1), aun así, “humilde” y que maneja como pocos el arte de la oratoria (2)
Desconocemos si durante este periodo se vinculó a organizaciones de carácter ácrata (3) Si podemos deducir que, como obrero de los ferrocarriles, había participado en algunos movimientos huelguísticos y había sabido de la acción y propaganda anarquista. Más de algún periódico llegaría a sus manos, y quizás como muchos, participaba en los sindicatos y hasta espacios culturales anarquistas. Es muy probable que se tratara de uno de los tantos obreros que se encontró con las ideas en los lugares de trabajo, y en el sindicato, y que ello luego le haya llevado a participar de aquel mundo, se haya dejado absorber por aquella sociabilidad, y alternativa cultural, y que ello haya incidido en que, una vez llegada la Dictadura de Carlos Ibáñez del Campo, hacia 1927 –y la consiguiente persecución de elementos anarquistas y “subversivos” en general, Tamayo haya sido catalogado como tal, y ello haya incidido en su viaje –durante los primeros meses de 1928- a Mendoza, junto a Pedro Ortúzar González, famoso anarquista porteño, formidable orador, y ciertamente, una de las figuras más descollantes del anarquismo de la región chilena durante los años 20’ y 30’.(4)
Lo cierto es que Tamayo Gavilán, junto a Pedro Ortúzar y otro compañero llegado días antes, seguramente previa visita a distintos grupos de compañeros residentes en Mendoza y otras localidades, llegarían a Buenos Aires a principios de febrero de ese año. Y no les costaría mucho ambientarse, asistiendo de inmediato a una manifestación por la libertad de Simón Radowizky.
Así, con fecha 4 de febrero de 1928, el pesquisa Severo Rinaldi informaba a sus superiores: “Vigilé local periódico La Antorcha, Venezuela 4146. A las 19 en una victoria de plaza llegan dos hasta el café “Japonés”, Boedo y San Ignacio, encontrándose con varios anarquistas conocidos entre ellos Marino y Ramos. A las 21 salieron del café para dirigirse a las esquina antes mencionada donde el anarquista Miguel Ramos hizo uso de la palabra sobre la libertad de Simón Radowizky y atacando a la policía de la capital. Había 70 personas. Hablaron además Marín y otro sujeto no conocido. Los sujetos vigilados, terminada la conferencia se dirigieron a Loria 1194. Allí fueron detenidos Tamayo Gavilán, Pedro Ortúzar, llegados hoy, y Primitivo Vargas, chileno, llegado hace 15 días” (5)
Tras su detención Tamayo Gavilán habría declarado, “haber llegado, hace 15 días, a Mendoza, desde Chile con Pedro Ortúzar y Vargas. Allí permaneció hasta el 3. Que piensa radicarse en Buenos Aires. Como no tenía parientes y por indicación de un sujeto de Mendoza se dirigió a La Antorcha donde permanecen sus valijas. En Chile trabajó en los Ferrocarriles del Estado como mecánico y luego puso una bodega de frutos del país. Viene a trabajar; no tiene ideas políticas ni sociales, no lee ni escribe en ningún periódico ni revista sectaria. Nunca actuó en movimientos huelguísticos, no estuvo ni detenido ni procesado. Que no piensa volver a ese local sabiendo que se trata de organización anarquista” (6)
Esta declaración de Tamayo Gavilán, sin embargo, es propia de alguien conciente de los tiempos de persecución que afrontan los anarquistas tanto aquende como allende los Andes.
Tamayo Gavilán continúo mezclándose entre los círculos anarquistas bonaerenses, realizando labores propagandísticas. En marzo de 1928, según documento policial, Tamayo Gavilán es nuevamente detenido, esta vez junto a Vicente D’ Alesio. Ambos, “a las 17,50 distribuían volantes de propaganda anárquica en una conferencia de la Federación Obrera Bonaerense, sin autorización”.
Dichos volantes señalaban:
“HOY, el pueblo del IDEAL y la Razón, la minoría proletaria que ató a su vida la herramienta de una idea abandona hoy el taller y la oficina, el surco o la cueva, para exigir la libertad de Simón Radowizky. La visión de este hermano encadenado a un peñasco de hielo que no se derrite nunca llenó hasta ahora su corazón y su pupila. Del horror de su lenta y tiritante agonía se ha estremecido incontables noches como cuando nieva sobre un hierro al rojo. Pero al fin, el fuego se ha tragado al frío y hoy, el pueblo del ideal y la razón aparece vibrando y chisporroteando el gran grito libertador por su querido cautivo. Entre la algarada de electores gandules, de cínicos y estúpidos, el obrero conciente se arremanga frente al yunque de la vida para remachar –furioso de fe y solo contra la chusma política- su verbo de largo aliento y su coraje fiero. ¿Qué? ¿creéis que él no sabe que es una minoría escasa y acorralada? ¡lo sabe! Sabe que hay siempre más parásitos que leones, más piojos que águilas. ¡Lo sabe! Como sabe también que hay un solo Simón Radowizky! No nos importa cuantos seamos hay al vibrar el glorioso nombre. No estamos para contarnos sino para atropellar. Esta huelga no es una parada de milicos que se enguantan, sino un envión al peñasco en que agoniza nuestro héroe y un hachazo a sus cadenas. Radowizky no ve y nos siente. Sonríe a nuestro furioso empeño. Radowizky levanta la mano y su voz nos saluda y nos grita: ¡Compañeros: Viva la Anarquía! Semanario La Antorcha” (7)
En su declaración Tamayo Gavilán señala “que se encontraba a las 16 sentado en un banco de plaza Once y fue detenido ignorando porqué. Actualmente no trabaja. No forma parte de ninguna sociedad gremial, que concurre a conferencias que se realizan pero que no hace uso de la palabra. Que sus ideales políticos o sociales son de simpatía al ideal anarquista; que no es partidario de la huelga ni del sabotaje, ni de ningún medio en que se emplee la violencia”(8).
Sin duda Tamayo Gavilán una vez en Buenos Aires se vincula a selectos grupos anarquistas, no obstante, al parecer, a grupos favorables a la organización, como lo eran los círculos que giraban en torno al periódico La Antorcha. Hacia esos círculos lo había llevado Pedro Ortúzar, y era en esos círculos en donde le acogieron en un primer momento.
Mítines, conferencias, ateneos, charlas etc. constituían las actividades desarrolladas por estos círculos. (9) A estas actividades habría asistido también Jorge Tamayo Gavilán durante sus primeros meses de residencia en Buenos Aires.
A ello debemos sumar su participación en algunas huelgas. Así, la tercera detención en Buenos Aires de Tamayo Gavilán se produjo a raíz de una huelga entre los empleados de ómnibus. En la ocasión el parte policial señalaba que los funcionarios “José Romano, Severo Rinaldi y José Camiade detuvieron a José Miranda, Pablo Ferruelo, Miguel Arcelles, Juan Pardo, Juan Nevado, Pedro Lasanta, Joaquín Torno y Jorge Tamayo Gavilán en averiguación de la bomba del garage Brasil 3231. José Miranda tenía un ejemplar del diario La Reveillon, y Jorge Tamayo Gavilán un manifiesto”, ¿qué decía ese manifiesto?…¿ya se vislumbraba la acción directa violenta?…ciertamente no lo sabemos, ni tampoco sabemos de la tendencia propagada por el periódico La Reveillon.
Según Tamayo Gavilán por ese entonces “trabaja de mecánico en la Compañía 25 de Mayo de automóviles marca Broadway de Sáenz Peña entre Pavón y Garay y gana 6 pesos por día. Que simpatiza con las ideas anarquistas pero que no pertenece a ningún centro”
Tiempo después, tras la huelga de la General Motors, se le vuelve a detener, esta vez, tras la realización de un mitin pro huelga “a las 19 horas, en Cangallo y Salguero” en la ocasión fueron detenidos “Francisco Días, Jorge Tamayo Gavilán, Fabián García, Valentín Carvajal, José Nun, José Primitivo Bargas, Salvador García Miguel Crossa y Francisco Basso. Se les secuestró dos carteles, uno aludiendo a la General Motors y el otro a Cigarrillos Combinados” (10)
Esta serie de detenciones hasta aquí señaladas, no obstante, no vinculan aún a Tamayo Gavilán con actividades propias de los anarquistas expropiadores. Constituyen actividades propagandísticas, participaciones en huelgas, actividades que toda “república” debería tolerar.
Esta situación, no obstante, como sabemos, cambiaría. ¿Qué vuelcos se generan en la vida de Tamayo Gavilán que tiempo después sabemos de su persona por sus actividades expropiadoras? ¿qué lo lleva a cambiar de compañeros como Ortúzar a Severino di Giovanni? Esta constituye una investigación aún pendiente, y seguramente debieron haber incidido una mezcla de factores como la recepción y aceptación en los distintos grupos anarquistas de Buenos Aires, su situación económica y el contexto predominante entre los anarquistas de esa ciudad.
Sin duda, Tamayo se sintió más atraído por el discurso de Severino Di Giovanni, por entonces en férrea campaña anti Mussolini (11) El discurso antifascista de Di Giovanni era capaz de identificar a los perseguidos por el fascismo tanto en Italia, como en España como en Chile, y seguramente ello caló profundo en los sentimientos de Jorge Tamayo Gavilán. Y posteriormente, también en sus nuevas juntas y con ello, también en sus posteriores acciones.
Pero también debemos considerar sus experiencia en Buenos Aires, y aquí nos encontramos con que Tamayo Gavilán en su nuevo empleo conoció a nuevos compañeros, entre ellos -el también mecánico- Oreste Dante, italiano; ambos se reunían en el café Japonés con los anarquistas Lino Barbetti, Arcelles, Aldo Buzzi y otros. Es posible que estas conversaciones hayan incidido en las actividades que Tamayo Gavilán, hasta entonces realizaba en Buenos Aires.
Lo cierto es que ya para agosto de 1930 (asalto a la compañía Flores-Palermo) Tamayo Gavilán había cambiado su estrategia.
Con anterioridad, según Bayer, Tamayo habría planificado el asalto del 20 de junio 1930, a la compañía de ómnibus “La Central” en Vélez Sarsfield, donde actuando en la banda de Di Giovanni se lleva 17.500 pesos, generándose luego la división en la banda y la consiguiente conformación, por parte de Tamayo, de una banda propia
El 7 de agosto, junto a Di Giovanni, Braulio Rojas y Paulino Scarfó, participa en una operación para liberar al hermano de este último, Alejandro Scarfó y otros presos en la cárcel de Caseros. La operación sin embargo fracasa (12)
Meses después, en diciembre de 1930, la banda de Tamayo asalta la fábrica de calzados de BAUZÁ, Braceras y Cía., en Catamarca 462, a las 11 de la mañana, llevándose 22.800 pesos. Cae muerto el habilitado de la fábrica, Francisco Gonzalo (13)
Todas estas acciones fueron de incidencia para que, luego de la captura y posterior fusilamiento de Di Giovanni, se iniciara la caza de Tamayo Gavilán. Según Bayer, se lo demoniza aún más. A la policía llegan anónimos que creen verlo en todos lados. Según parte policial fechado en 13 de junio del año 31:
“un vecino reconoce a Tamayo Gavilán en la estación Morón: vestía traje claro y sombreros gris claro, botines caña clara y pañuelo de seda blanco en el cuello. Bigote recortado y cabello largo”.
El 27 de junio del mismo año, “Andrea Gutiérrez declara que Tamayo Gavilán frecuenta muy seguido con una mujer del brazo el cine Triunvirato al 800. Agrega que Tamayo va a los cabarets del centro porque es muy aficionado a las mujeres y diversiones. Viste traje claro con pantalón fantasía claro, chambergo marrón de alas grandes y bien echado a los ojos, camisa de seda y cuello duro cubierto por pañuelo de seda grande en forma cruzada, guantes oscuros y zapatos de color. Colmillos superiores de oro”
El diario La República del 15 de junio del año 1931 señalaba: “la búsqueda de Tamayo Gavilán habría hecho descubrir un complot terrorista. Se estaría tramando entre ácratas y algunos políticos: 70 hombres (60 de investigaciones y 10 de la guardia de seguridad), con pistolas, fusiles, ametralladoras, aparatos lanza gases lacrimógenos partieron en un camión. Allanan todas las casas del linde entre Mataderos y Matanza”, sin éxito.
Por entonces se crea en la opinión pública una efervescencia por capturar a Tamayo Gavilán.
Éste por su parte, como forma de confundir a sus perseguidores, acostumbraba a hospedarse en lugares céntricos, a pasos del enemigo, “donde menos podía sospecharse que se hallara, en razón de las multitudes y la presencia de agentes de policía”.(14)
Solo se logra su captura a fines de julio de 1931, y por una casualidad. Se trata de una denuncia que recibe el Departamento Central de policía según la cual “en la pensión de la calle Sarandí 27 se infligían castigos a una mujer esplotada”, comisionándose enseguida a “4 modestos empleados, quienes pusieron cerco a la casa y dirigieronse a la tarea de interrogar a sus ocupantes”.
Tamayo Gavilán se hospedaba en la pieza del fondo. Se hacía llamar Luís Riquelme, y según la dueña de pensión, Emilia Parvollo, era de buenos modales y educado y manejaba siempre mucho dinero. (15)
Cuando los empleados Genovese y Barrios llegaron a la pieza del fondo, habia sido una cocina convertida en dormitorio, con el fogón usado para sostener un pobre ropero, la pileta como lavatorio y una cama de madera por todo mueble (16)
Allí encontraron a un hombre modestamente vestido, más bien pequeño, digno de simpatía a primera vista. Tamayo declaraba entonces, que era empleado del F C Oeste y que sus documentos los había dejado en la oficina. Una vez ya avanzado el interrogatorio, y puestas en evidencias las sospechas de los policías, Tamayo había extraído su revólver, iniciándose el tiroteo que dio fin a su vida.
Una visión un tanto distinta nos entrega el diario La Orden, según la cual, esta visita a la pensión habría sido motivada por sospechas originadas a raíz de una serie de investigaciones, según las cuales en el lugar se alojaban “elementos ácratas”. Y en consecuencia, esta habría sido una operación dirigida por el jefe de la Brigada de Orden Social de la División de Investigaciones de la policía de la capital, generándose, una vez que se resistiera a la detención Tamayo Gavilán, una balacera en la que “varios policías hicieron fuego entonces simultáneamente” (17)
En lo concreto, Tamayo Gavilán “el más vilipendiado de los anarquistas expropiadores” –como le señala Bayer- había muerto en su ley, tal cual habían sido sus asaltos, violentos. |
Mira també:
http://instintosalvaje.noblogs.org/post/2014/04/17/jorge-tamayo-gavilan-el-mas-vilipendiado-de-los-anarquistas-expropiadores/#m |
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