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[Iruñea] Charla antirepresiva.
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per Euskalmaño |
16 abr 2014
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-Charla antirepresiva a cargo de varixs compas, este Sábado 19 de abril, en el CSA Subeltz.
-Organiza: Nafarroako Gazte Anarkistak |
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Amadeu nos contará este sabado en Subeltz sus experiencias en la lucha antirrepresiva y anticarcelaria:
UNA VIDA AISLADA
Amadeu Casellas, a pesar de no contar con delitos de sangre en su historial, ha pasado 28 años en prisión, la mitad de ese tiempo totalmente incomunicado.
Ha llegado a ser apodado el “Robin Hood español”. Amadeu Casellas Ramón ingresó por primera vez en la cárcel en 1979. El delito: atracar numerosas entidades bancarias para destinar el dinero a financiar luchas obreras y sindicatos. Totalmente convencido de sus principios, volvió a reincidir por estos mismos motivos cuando salió del centro penitenciario dos años después, algo que, junto a sus sonadas protestas dentro de prisión, le han hecho pasar casi 28 años de su vida entre rejas.
A principios de los 90, Amadeu escuchó por primera vez cuatro siglas que serían su única compañía durante mucho tiempo. El régimen FIES (Ficheros Internos de Especial Seguimiento) estaba destinado a presos considerados conflictivos a los que se obligaba a pasar 21 horas diarias completamente solos, a recibir la comida a través de una trampilla y a no ocupar celdas contiguas a otros reclusos. Establecía también diversos límites: salir al patio un máximo de dos personas o realizar a lo sumo dos llamadas semanales. En este aspecto, Amadeu Casellas corrige que en su caso solo era una llamada, de cinco minutos y para temas judiciales. Además, los funcionarios ejercían una vigilancia estricta sobre el interno; por ejemplo, controles nocturnos cada hora en los que se encendían todas las luces. Tras muchas presiones que clamaban contra la inconstitucionalidad del FIES, en 2009 fue declarado ilegal por el Tribunal Supremo. No obstante, el decreto 419/2011, utilizando el lenguaje condicional de “si es oportuno…”, volvía a hacerlo efectivo en la práctica.
Amadeu, que ha estado en total una década de su vida en FIES, pero mucho más en celdas de parecidas características, es rotundo: “Ya había aislamiento antes del FIES y lo seguirá habiendo después”. De las cinco categorías de este fichero, a Amadeu en concreto se le aplicó la más estricta. “Se me clasificó como preso de extrema peligrosidad, eso sin haber cometido delitos de sangre dentro ni fuera de la cárcel”. Este último hecho también impacta dada su dilatada trayectoria como interno. Algo que, según la institución penitenciaria, se debe a una actitud rebelde, mientras que Amadeu sostiene que es por defender lo que es justo para él y para sus compañeros.
Puede que se refiera al más de medio centenar de huelgas de hambre que llevó a cabo en todo este tiempo. Aunque las últimas fueron para pedir su propia libertad, al considerar que había cumplido su condena, la mayoría fueron en apoyo a otros presos o para exigir una mejoría de las condiciones de vida en la cárcel. Las primeras coincidieron con los últimos coletazos de los comités de presos en lucha (COPEL) en unos años de gran agitación en las cárceles españolas. “En 1979 la sociedad se había transformado pero en prisión prevalecía el franquismo, es por eso que luchamos para pedir la reforma del código penal, las leyes de enjuiciamiento criminal, así como comedores o visitas en las cárceles”. Una de estas huelgas acabó con el asesinato de un miembro del comité a manos de otro recluso, crimen que, según Casellas, había estado organizado por el propio centro penitenciario.
En esos años fue también cuando apareció el SIDA. Los reclusos, apunta Amadeu, se convirtieron en verdaderos conejillos de indias para nuevos y agresivos medicamentos, de manera que muchos murieron no por el VIH sino por la medicación recibida. En paralelo aparecieron la metadona y otros tranquilizantes: “Descubrieron que un patio drogado es igual a un patio tranquilo, así que iban aumentando las dosis justificando que así no había tentación de buscar droga ilegal, y anulaban de este modo la personalidad de los internos. Soy testigo de que no eran las sobredosis, sino el deterioro causado por las drogas legales, lo que acababa con las vidas de los presos”.
A los restantes, si daban problemas, se les aplicaba una rápida solución: “Lo más grave no son las palizas, el hinchazón se va a la semana; lo peor es que no te dejen ver a tus seres queridos, ni llamarles; eso es tortura blanca”. Este concepto, respaldado por psiquiátricos clínicos, consiste en una pérdida de contraste con la realidad que lleva a un proceso de despersonalización. Un claro ejemplo de ello es, para Amadeu, alejar al preso de su hogar o sitio donde echa raíces. Él ha llegado a sufrir 15 traslados en un año.
Otras de sus huelgas estuvieron motivadas por cuestiones laborales. “En la cárcel existen una auténtica explotación laboral”. Los presos, además, no contaban con seguros ni derechos. Tras una denuncia presentada por Amadeu, todos los reclusos de Lleida comenzaron a cotizar a la Seguridad Social.
Sin embargo, con la proliferación de enfermedades se hizo difícil sobrellevar las huelgas de hambre por parte de muchos presos y Amadeu señala que entonces tuvieron la idea de realizar una huelga de brazos caídos y de este modo paralizar el funcionamiento de la prisión. Sin embargo, los funcionarios pronto contrarrestaron su estrategia y se negaron a seguir dando medicina a los enfermos, de manera que muchos de estos pronto protagonizaron enfrentamientos con el comité.
En 2010, Amadeu logró la libertad tras tres huelgas de hambre consecutivas para que revisasen su condena, una de 79 días (concluida tras un pacto finalmente no cumplido por parte de las autoridades penitenciarias), otra de 49 y otra de 100. En esta última huelga entró hasta tres veces en coma. Y de ella conserva una de sus experiencias más duras, cuando el médico le aseguró que no iba a recuperar la vista ni la movilidad de las piernas, algo que afortunadamente no se cumplió. Fue también cuando por fin se accedió a revisar su condena, resultando que Amadeu había cumplido 8 años de más en la cárcel, reconocido como “un grave error” por parte de la Audiencia de Barcelona. “La cadena perpetua ya existe de manera encubierta”.
Hay una cuestión que es inevitable plantearse ante esta trayectoria: ¿cómo soportar durante tanto tiempo tal grado de soledad y aislamiento? Amadeu tiene clara la solución. “En la celda de aislamiento me dedicaba a devorar libros, recuerdo con especial cariño la novela A sangre fría, de Truman Capote”. Las flexiones, señala, eran otra forma de mantener en forma cuerpo y mente. Amadeu, asimismo, admite haberse sentido amparado por un gran respaldo social en el exterior. Esto no ocurría con otros internos que, aunque recibían algún apoyo puntual, esto empeoraba la situación: “Escribir cartas a presos a veces es una moda y cuando cesa la correspondencia deja al recluso más desamparado y esto el sistema lo sabe, sabe que está indefenso”.
Uno de los peores momentos en FIES fue cuando dos chicos de 20 y 21 años, en un intento desesperado de llamar la atención, dieron fuego a su celda y acabaron calcinados. Amadeu tuvo el horrible cometido de recoger lo que quedó de sus cuerpos. “Una persona se quita la vida cuando la inducen a ello, en este caso por no soportar la idea del aislamiento del FIES. La responsabilidad es por tanto de la institución penitenciaria”.
Al preguntarle sobre la reacción de los funcionarios sobre estos casos, Amadeu en primer lugar remarca que “son carceleros, a las cosas por su nombre”, y añade que si bien hay algunos que no están de acuerdo con el comportamiento de sus compañeros, tienen miedo a la reacción de estos. Cuenta que en Brians 1 (Barcelona), un guardia llegó a denunciar un abuso y a partir de ahí el resto le hacían la vida imposible.
Sonriendo, Amadeu explica otras anécdotas que le vienen a la memoria de forma más dulce, pese a que en el momento fueron fuente de no poco sufrimiento. Una noche, en una de las cuatro fugas que logró finalizar con éxito, saltó de un muro a otro golpeando en el acto un foco con el pie, que quedó mirando para arriba. Dos funcionarios iniciaron unos metros más abajo una discusión sobre si era normal la posición de dicho foco, concluyendo al final que no había nada raro en él, mientras Amadeu permanecía inmóvil. Recuerda como siempre al llegar del patio encontraba su celda patas arriba “Entonces lo mejor era usar la psicología inversa. Fingía alegrarme añadiendo que así ya iba a estar entretenido por un rato”
Cuando la larga historia de Amadeu en la cárcel parecía definitivamente cosa del pasado, el pasado mes de julio recibió una notificación para volver a ingresar en prisión por tres años. Finalmente, ante la evidencia haber cumplido más pena de la que le correspondía y que no le había sido indemnizada, logró esquivar esta vez la cárcel. Sin embargo su futuro no parece presentarse nada tranquilo, y aun así Amadeu afirma que la sombra del aislamiento no le impedirá continuar con sus luchas.
Iruñea, noviembre 2012. Karlos Andión. |
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Re: [Iruñea] Charla antirepresiva.
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per ehem... |
16 abr 2014
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Mmm, això és Indymedia barcelona... |
Re: [Iruñea] Charla antirepresiva.
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per uhm... |
16 abr 2014
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okupas! :) |
Re: [Iruñea] Charla antirepresiva.
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per Euskalmaño |
16 abr 2014
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Se nos cayo nuestro Indymedia no seais carcas :) |
Re: [Iruñea] Charla antirepresiva.
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per Euskalmaño |
16 abr 2014
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además, Amadeu Casellas es català, eso cuenta? jajaja ^^ |