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[Roma] 12 de Abril Manifestación contra el Gobierno Renzi.
11 abr 2014
Por un 12 de abril contra el Gobierno Renzi, la reforma del trabajo, precariedad y desempleo.
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¿Qué está pasando en estos días? Quién representa el Gobierno Renzi? Porqué lo han puesto allí? Qué es el “Jobs Act”? Millones de personas en el país se están preguntando todo esto. A esto tenemos que dar una respuesta, una razón para luchar, una perspectiva.

De hecho, es evidente que, más allá de la retórica pobre del “desguace” y del “nuevo”, el Gobierno Renzi no tiene nada a que ver con nuestras exigencias. Al revés, tiene una tarea bien clara: llevar a cabo la agenda de aquellos que lo han precedido: los varios Berlusconi, Monti, Letta. Estos no fueron capaces de hacer todas las “reformas” que el capitalismo italiano necesita para empezar otra vez a conseguir beneficios y salir de la crisis. Posiblemente, esta incapacidad se puede encontrar tanto en los contrastes internos a la burguesía y a los varios partidos políticos que la representan, como en el miedo de generar una respuesta social de masa contra éstas medidas.

Renzi ha sido el nombre, joven y “atractivo”, sobre que las diversas clases dominantes de nuestro país se han puesto de acuerdo para salir de la fase de estancamiento que se está viviendo, dar un salto de calidad general y una nueva aceleración a los procesos de reestructuración del mercado laboral ya dibujado en los años pasados (reformas de las pensiones, reforma Fornero, acuerdo sobre la representación sindical, etc.). Con Renzi, los patrones, tanto italianos como europeos, han jugado una carta importante para tutelar y fortalecer sus intereses.

Por éste motivo, éste gobierno se tiene que caracterizar como aquel que “hace”, de las “decisiones”, aquel que no tiene tiempo y que tiene que seguir para adelante. En el menor tiempo posible se tiene que llegar a bajar los salarios, a rebajar los costes laborales, a incrementar la posibilidad de chantajeo contra los trabajadores, a dejar a los precarios aún más precarios y que los desempleados estén dispuestos a aceptar cualquier tipo de condiciones laborales. Lo que la patronal italiana está soñando es un proletariado a quien le han quitado cualquier forma de autonomía y de representación de sus intereses, aun más explotable y que garantice, con su absoluta obediencia, condiciones que permitan nuevos beneficios. Todo para que “arranque otra vez la economía”. O sea: un nuevo ciclo de acumulación para quien tiene capitales por invertir y más pobreza para quien vive vendiendo su fuerza de trabajo.

Es en éste marco que encontramos el llamado “Jobs Act”, el nuevo plan para el trabajo. Renzi, aprovechándose de la sensibilidad que tienen millones de personas, sobretodo jóvenes, declara que quiere favorecer el acceso al mercado laboral. Pero, ¿es de verdad así? Tras casi veinte años desde la introducción de los primeros “contratos precarios”, podemos ver que éstos han sido útiles solo en permitir nuevos recortes sobre salarios y en empeorar las condiciones de trabajo, ¡sin crear ni siquiera un puesto de trabajo más! En realidad han producido una masa de personas sin tutelas, a total disposición de los patrones, que entran con muchas más dificultades en el mercado laboral y que salen del mismo con más rapidez…

A primera vista también, lo que se esconde detrás de esta reforma es el enésimo ataque a nuestras condiciones de vida y de trabajo. Un ataque que, con toda probabilidad, no se lanzará a través de una única batalla campal, sino a través de unos decretos que constituyen las etapas graduales de una total reorganización. Dicho en otros términos: el Gobierno echa en el plato mil propuestas, genera confusión y se aprovecha de ésta para que se apruebe una reforma del mercado del trabajo con una votación “a trozos”, buscando cada vez un acuerdo sobre varios puntos. El intento es de impedirnos ver el marco general y de movilizar todas nuestras fuerzas contra él.

El primer decreto ley 34/14, aprobado hace algunos días, parece centrarse solo en “flexibilidad en entrada” y “jóvenes”. Facilita el uso por parte de los patrones de los contratos a tiempo (elevando de 12 a 36 meses su duración, permitiendo de renovarlos hasta 8 veces sin la obligación de explicar la justificación objetiva para utilizar estos tipos de contratos). Además el decreto elimina muchas cláusulas para los contratos de formación, con el riesgo de transformarnos en aprendices de por vida. El objetivo evidente es precarizar aun más el acceso al mercado laboral y empujar aun más hacia abajo los salarios. Renzi espera conseguir este resultado dividiendo el proletariado: echando algunas decenas de euro en nómina a los trabajadores ya estructurados en la esperanza que estos no apoyen las luchas de los precarios y desempleados.

Además, no tenemos que olvidarnos que las reformas laborales, o sea el ataque por vía institucional contra las clases oprimidas, van juntas a las reformas de la educación. Comprender el nexo entre las dos significa encontrar aquel eslabón de unión (la formación permanente) que liga de forma indisoluble la necesidad que tiene la patronal de imponer la “cultura del mercado”, permear cada individuo hasta su intimidad para que sea “más competitivo” – o sea “más productivo” – y mas individualista. En otras palabras: más aislado y más temoroso en relacionarse con quien comparte las mismas problemáticas. La formación permanente representa un mecanismo que rebaja, de hecho, el tope de los salarios y consigue, al mismo tiempo, que los trabajadores desarrollen las mismas tareas, pero con salarios distintos. Una bella división entre “privilegiados” y “aspirantes privilegiados”, donde el “privilegio” sería unas migas más dependientes de “certificados”, “créditos” o “títulos” que de una forma u otra el trabajador tiene que adquirir por su cuenta: desde la escuela primaria, pasando por la universidad, hasta el puesto de trabajo, el asunto es demostrar y certificar la propia predisposición en hacerse machacar lo más posible llegando al máximo nivel de competitividad.

El segundo aspecto del ataque de Renzi es lo de la “flexibilidad en salida”, que atañe a la parte más estructurada del mercado laboral. En efecto, el Consejo de los Ministros ha aprobado también un proyecto de “ley delega” al Gobierno que va a tocar la reforma de los “amortiguadores sociales”, empezando por la progresiva desaparición del ERE “en deroga” y una fuerte restricción del “especial”. El Gobierno además no excluye la posibilidad de intervenir nuevamente sobre el artículo 18: su abolición permitiría despedir sin problemas todos aquellos trabajadores que, aunque estén a tiempo indefinido, siguen protestando o expresan opiniones distintas de las de la empresa. Así será más fácil reorganizar el personal con trabajadores más baratos y precarios como aquellos que tienen contratos de formación. También aquí, Renzi espera obtener éste resultado dividiendo el proletariado: en éste caso se atacan los trabajadores “más estables” mientras se tienen tranquilos los precarios y los desempleados con la introducción de un nuevo Seguro Social para el Empleo (Assicurazione Sociale per l’Impiego – ASPI) que, de hecho, va a suprimir el ERE. O sea: se intenta comprar el apoyo de grupos de precarios sin subsidios con unas cuantas monedas mientras desaparece una herramienta de protección para todos los trabajadores, como el ERE. Claro está: éste último resulta ser un elemento de “rigidez” para los empresarios en cuanto deja unidos los trabajadores despedidos y obligas al patrón a la reincorporación de los mismos en caso que la empresa salga de la fase de crisis que padece...Una vez que se modifiquen los “amortiguadores sociales” está claro que no serán solo los jóvenes a vivir la precariedad ¡sino toda la fuerza de trabajo!

¡Esto es el marco de una “reforma” de que estamos viendo solo el primer acto!

Y en éste marco el desafío que tenemos de frente es lo de responder al intento de descomposición que hace la burguesía con una nueva unidad entre ocupados y desempleados, ¡más o menos precarios!

Hay más. Para conseguir consenso, Renzi hace hincapié contra los parámetros europeos: afirma que para seguir adelante, se necesita sobrepasar esos límites. Pero, lo que no dice es que él no lo hará nunca: la burguesía que Renzi representa es parte integrante de la Unión Europea, tiene como referencia Mario Draghi y se prepara con la “spending review” [“Revisión del gasto público”, NdT] en despedir y en recortar aun más el gasto social. Claro está que Renzi tiene que dar el buen ejemplo, sobretodo cuando el semestre italiano de presidencia de la Unión Europea es inminente y cuando su inauguración debería ser justo después de una cumbre internacional sobre el desempleo juvenil. El semestre italiano entonces se caracterizará por la búsqueda de una armonización entre las políticas del trabajo a nivel europeo. En clave anti-proletaria, claro está…

Para terminar. Que miramos a Italia o a Europa se ve que las clases dominantes no tienen tiempo que perder. Quieren conseguir enseguida el mercado laboral que anhelan. Pero si ellos no tienen tiempo, ¡nosotros tenemos menos aún! El momento de organizarse es aquí y ahora, nadie puede salvarnos, sino nosotros mismos. El 12 de abril en Roma tendrá lugar una grande manifestación a nivel estatal. Esta fecha representa la continuación de los discursos empezados en el 19 de octubre, cuando casi cien mil personas bajaron a las calles para reivindicar sus derechos: de la vivienda al trabajo, de la sanidad a la educación, de los transportes a los servicios sociales. Por esto hacemos un llamamiento a todos los trabajadores, más o menos precarios, a los desempleados, estudiantes, jóvenes, italianos y migrantes a que tomen las calles y que se opongan a éste plan del Gobierno Renzi y de la Unión Europea, caracterizando un sector de la manifestación contra el “Jobs Act”, precariedad y desempleo.

Resistimos a éste ataque, ¡preparamos la ofensiva!

¡Unidos e inflexibles contra el “Jobs Act”!

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Sindicat Terrassa