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Entrevista :: educació i societat
neoanarquismo por manipuladores tiutulados y con masters
15 gen 2014
*Manuel Castells Oliván (Hellín, España, 1942) es un sociólogo y profesor universitario, catedrático de Sociología y de Urbanismo en la Universidad de California en Berkeley, así como director del Internet Interdisciplinary Institute en la Universitat Oberta de Catalunya. Trata -entre otros temas- en profundidad sobre la Sociedad de la Información, y habla de la Teoría del Estado, como un problema de información en su obra El Estado Red.
Nuestra época no es la del fin de las ideologías, sino del renacimiento de aquellas que encuentran eco en la experiencia presente. Tal es el caso del anarquismo, dado por muerto y enterrado por sus numerosos sepultureros y que, bajo nuevas formas y expresiones, parece gozar de excelente salud en los movimientos sociales que brotan por doquier desde las profundidades de la resistencia a un desorden global cada vez mas destructivo.





Basta con seguir los debates, presenciales o por internet, en el movimiento contra la globalización capitalista para constatar la presencia dominante de los temas anarquistas de autoorganización y de oposición a cualquier forma de Estado (“¡que se vayan todos!”). Y aunque los intelectuales de la vieja izquierda, sobre todo en América Latina, aún se encaraman al podio de las arengas mediáticas del movimiento, las simpatías mayoritarias van hacia formas apenas organizadas y generalmente autogestionadas de la movilización y del debate, como era evidente en el último Foro Social Mundial en Porto Alegre. También en el ámbito teórico-político, las tesis autonomistas, cercanas de la matriz histórica anarquista, articuladas por ejemplo por Michael Hardt y Toni Negri, y por el grupo de la revista Multitudes, heredera directa del mayo del 68 francés, están alcanzando hoy día una amplia difusión (el ultimo libro de Hardt y Negri, titulado precisamente Multitudes, incluso tiene un rango muy alto en la lista de ventas de Amazon.com).

Y aunque los anarquistas organizados no son muchos (por ejemplo, en España el periódico CNT tiene unos 6.000 suscriptores y el sindicato CGT, al que yo sitúo en la tradición libertaria, cuenta con unos 100.000 afiliados), las ideas antiestatistas, de internacionalismo solidario y la afirmación de la libertad individual y de la libre asociación son temas comunes a movimientos muy dispares (de los okupas de Barcelona a Los Forajidos de Ecuador, los piqueteros argentinos o los autónomos italianos), pero que coinciden en la afirmación de su autoemancipación sin delegación de poder a intermediarios políticos profesionales.
¿De dónde surge esta nueva vitalidad del anarquismo, que aparece como ideología del siglo XXI al tiempo que el marxismo parece quedar confinado a un siglo XX ya concluido?

En realidad, la fuerza de las ideologías (cuyos mitos son atemporales) depende de su contexto histórico. Y mi hipótesis es que el anarquismo, en contra de la creencia general, se adelantó a su tiempo.

Ideología dominante de los orígenes del movimiento obrero (la Primera Internacional), desde Andalucía y Catalunya hasta la Rusia zarista, a la Charte d’Amiens francesa y al Chicago que originó el 1 de mayo, el anarquismo no sobrevivió como práctica organizada a la represión sufrida a la vez bajo el capitalismo y bajo el comunismo. Pero su vulnerabilidad provino sobre todo de haber designado como enemigo principal al Estado nación en el preciso momento histórico del desarrollo de dicho Estado como centro y principio de la organización social: el siglo XX fue el siglo del Estado nación.

El anarquismo clásico se expresó en una amplia gama ideológica, desde el individualismo irreductible de Stirner hasta el cooperativismo social de Proudhon, pasando por el comunismo libertario de Bakunin y Kropotkin, inspirando luchas sociales en contextos tan distintos como la revolución campesina de Makhno en Rusia, los movimientos sociales urbanos mexicanos de los años 20 o los embriones de revolución social que intentaron los anarquistas catalanes y españoles en la primera fase de la Guerra Civil. Y claro que el sindicalismo de la CNT no era lo mismo que el activismo político de la FAI. Pero a través de esa amplia corriente ideológica en la que creyeron y por la que lucharon millones de personas, latía una idea central: la liberación definitiva de la fuente última de la opresión, el Estado. Precisamente en el momento en que se armaban las máquinas de guerra nazi-fascistas, estalinistas y liberal-democráticas para exterminarse los unos a los otros y asegurar, a través del Estado, el control de cuanto más mundo pudieran.

Y miren por dónde, el triunfo de los estados, de uno y otro signo, condujo a su crisis medio siglo después. El comunismo no fue capaz de digerir precisamente aquello para lo que Marx lo había inventado: el desarrollo de las fuerzas productivas. Porque la revolución tecnológica informacional no podía asumirse sin una sociedad informada, o sea, autónoma del Estado.Y el capitalismo, en su dinámica expansiva, se globalizó, socavando las bases del Estado nación sobre el que se asentaba políticamente. La economía se hizo global, el Estado siguió siendo nacional y entre los dos la sociedad, huérfana del Estado y a merced de los vientos globales, se atrincheró cada vez más en lo local. O se transformó en colección de individuos, cada uno con sus propias ansiedades y proyectos.

Mucha gente, sobre todo jóvenes con su página ideológica aún por escribir, dejaron de creer en los políticos, aunque no en la política, en otra política. De modo que mientras los grandes poderes se definen en una compleja relación entre la globalización y los estados nación, la supervivencia y la resistencia a lo que no va surge desde lo individual y lo local. O sea, los materiales con los que se construyó la ideología anarquista.

Ahora bien, la gran dificultad para el anarquismo siempre fue cómo conciliar la autonomía personal y local con la complejidad de una organización productiva y de la vida cotidiana en un mundo industrializado y en un planeta interdependiente. Y es aquí donde la tecnología resultó ser una aliada del anarquismo más que del marxismo. En lugar de grandes fábricas y gigantescas burocracias (base material del socialismo), la economía funciona cada vez más a partir de redes (base material de la autonomía organizativa). Y en lugar de estados nación controlando el territorio, tenemos ciudades Estado gestionando los intercambios entre territorios. Todo ello a partir de internet, móviles, satélites y redes informáticas que permiten la comunicación y el transporte local-global a escala planetaria.

Esto no es mi interpretación de los hechos, sino el discurso explícito que se da en los debates de los movimientos sociales, tal como ha sido documentado en el espléndido libro reciente de Jeffrey Juris sobre el tema. O sea, la disolución del Estado y la construcción de una organización social autónoma a partir de personas y grupos afines, debatiendo, votando y gestionando mediante la red interactiva de comunicación.
¿Utopía? No, ideología.

Acuérdese de la distinción: la utopía prefigura el mundo deseado. La ideología configura la práctica. Con la utopía se sueña. Con la ideología se lucha. El anarquismo es ideología. Y el neoanarquismo es un instrumento de lucha que parece adaptado a las condiciones de la revuelta social del siglo XXI. Bueno, uno de los dos instrumentos. Porque mientras el anarquismo clama, como hizo siempre, “ni Dios, ni Señor”, su principal competidor en la resistencia al capitalismo global se funda en el reconocimiento de “Dios como mi único Señor”. Frente a un capitalismo global fuera de control, y mientras el socialismo se instala en la jubilación, la resistencia surge de la oposición contradictoria entre fundamentalismo y neoanarquismo.

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Comentaris

Re: neoanarquismo por manipuladores tiutulados y con masters
15 gen 2014
los manipuladores de marionetas no les importa el pueblo obrero de catalunya, les interesa que sus negocios sean rentables, y para ello van a conducir a la miseria y a la opresion aun mayor a la que existe a los obreros, esto no son palabras es la realidad que ya esta aqui.
El independentismo de izquierdas, es el soporte por el cual, al fallar las estructuras economicas para controlar a los obreros, el capitalismo se sirve para manipular y dar musculatura a la democracia en catalunya.
La banalidad de la crisis es de tal modo evidente, y los papeles estan tan claramente atribuidos, que ante ello los obreros de catalunya, sienten solamente cansancio. Es un cansancio que crea distancia ante el mundo politico y su indiferencia con el pais real. Los politicos de aqui de alla y demas alla, son solo marionetas, suben, bajan, van para delante, para detras, vienen dando saltitos, la mano que les mueve permanece oculta detras de la cortina.
Esto hay que pensarlo desde el movimiento libertario, y guardarnos mucho de malgastar municion. El fmi tiene un stock inagotable de muñecos y cuerdecitas,para manejarlos, y para ultimo ejemplo, la entrada en el juego electoral al parlament de la cup.
El caso de catalunya, que tiene guasita lo de independencia, los dedos que mueven las marionetas estan a miles de kms.de distancia, ESTE XIRINGUITO triangular al borde del mediterraneo, los prestidigitadores juegan con la punta de la cuerda desde muy lejos.
Una derecha en minoria, intenta crear su mayoria a traves del president, el detentor de la fuerza que asegura los intereses nacionales, ¡como si los obreros no tuvieran conocimiento de años de experiencia de lo que quiere decir intereses nacionales!. La derecha usa el presidencialismo como instrumento, con el beneplacito de la izquierda independentista, que a traves de su papel estatico, deja que las estructuras de catalunya se escurran cada dia mas rapido hacia el neoliberalismo mas reaccionario.
Y la ultima novedad de esta democracia musculada, el llamdo caballo de troya, hace el servicio a los manipuladores de marionetas para que introduzcan en su abdomen, todas las medidas antiobreras y reaccionarias, sirviendo de embalaje traicionero del paquete de leyes para la recuperacion del capitalismo, y que de ese modo las organizaciones obreras encabezadas por los de Berga y seguidos por olot y ahora los de terrasa, acojan felices el regalito.
Un invierno, el que viene en la presente crisis, en el que independentismo de izquierdas intenta contrarestar el presidencialismo de derechas, con un verbalismo populista, slogans progresistas y un antifascismo ingenuo, pero nada mas son palabras, los hechos son la politica economica y esta sigue siendo de dependencia total al fmi, ya sabes me vais a pagar.
El presidencialismo de derechas es la consecuencia de los mecanismos economicos patrocinados por la izquierda independentista, pues esta nada mas es la marioneta que muscula la democracia en catalunya, y que esta la democracia reprima cualquier protagonismo de los obreros.
Este invierno el president asumira el papel de prima donna en este baile de marionetas orquestado por el gran capital, los creditos que concede imponen exigencias, en orden de hacerlos rentables, el parlament y el pacto soberanista servira para quien quiera ver, que no es la mejora de los obreros en catalunya lo que se quiere obtener. aqui lo unico que importa es la rentabilidad, y el objetivo para conseguir dicha rentabilidad, es justificar el quitar a los pobres para darselo a los ricos y le han puesto un nombre, le llaman independencia. Ahggggggla cup se abstiene, joder que noticion. Joder con los chicos se van haciendo mayores, con tan buenos profesores, castells, oliveras, navarro, tienen el futuro asegurado
Re: neoanarquismo por manipuladores tiutulados y con masters
15 gen 2014
Chomsky ha tenido una carrera académica muy influyente en la lingüística, pero ha alcanzado el estatus de celebridad como filósofo político y activista; comenzando por su oposición a la guerra de Vietnam y seguidamente hasta hoy con acusaciones de imperialismo hacia la política exterior de Estados Unidos, y críticas al Capitalismo, y las derivas totalitarias, tanto de la izquierda como de la derecha.

Fue presentado por Nathan Schneider, el periodista que cubrió el movimiento Occupy para The Nation, Harper, y el Boston Review. Schneider describió cómo los activistas de Occupy tenían una especie de “amnesia” sobre el activismo de izquierdas, sabiendo muy poco de la historia y las prácticas de las anteriores generaciones de activistas ya que pocos de ellos tenían experiencia previa alguna. Chomsky, dijo Schneider, representa esa tradición olvidada. También señaló que el Anarquismo ha sido revivido como término para insultar, como hizo el senador líder de la mayoría demócrata de Nevada (Harry Reid) cuando se refirió al Tea Party como “anarquistas” o algunos republicanos que han hecho la misma acusación a los organizadores sindicales de Carolina del Norte.

El cuerpo principal de la charla de Chomsky consistió en un esquema y definición de la tradición intelectual anarquista, de la que dijo tenía siglos de antigüedad, aunque “sus planteamientos de discurso político son apenas certeros.” Y añadió: “eso es aún más cierto en el Anarquismo. Resiste cualquier caracterización”.

Las principales corrientes del pensamiento anarquista se derivaron de las ideas liberales clásicas que surgieron en la Ilustración y el Romanticismo. La idea central, dijo Chomsky, era que “las instituciones que limitan el desarrollo humano son ilegítimas a menos que puedan justificarse a sí mismas.” Los anarquistas buscan desafiar esas instituciones y desmantelar las que no pueden justificarse, mientras buscan la creación de nuevas instituciones desde cero, basándose en la cooperación y los beneficios para la comunidad. Esta tradición del socialismo libertario o el anarcosindicalismo sigue viva, afirmó Chomsky, a pesar de los desafíos y la represión.

Parafraseando al anarquista estadounidense-alemán Rudolf Rocker, Chomsky dijo que el anarquismo busca liberar la mano de obra de la explotación económica y de la tutela eclesiástica de la sociedad. Esto significa que los trabajadores luchan por su bienestar y dignidad “para el pan y las rosas” -como él mismo dijo- al tiempo que rechazan la convención de trabajar para otros a cambio de dinero, lo que describió como una especie de esclavitud. Sobre la otra oposición, la de la tutela eclesiástica, explicó que no necesariamente es una oposición a la religión organizada -alabó al Movimiento de Trabajadores Católicos Dorothy Day y al anarquismo cristiano del País Vasco-. Más bien Chomsky articula una oposición a la idea de que la sociedad debe ser regulada por un grupo de élite, ya sean tecnócratas liberales, clérigos religiosos, o ejecutivos de las empresas.

Chomsky también se refirió a algunos de los problemas que enfrenta el activismo anarquista, y señaló que, si bien los anarquistas están en contra del Estado, a menudo abogan por la coerción del Estado con el fin de proteger a las personas de “las bestias salvajes capitalistas”, como él las llamó. Sin embargo no ve esto como una contradicción, sino como una muestra de pragmatismo. “Las personas viven y sufren en este mundo, no en uno que imaginamos”, explica Chomsky. “Vale la pena recordar que los anarquistas condenan los estados que existen realmente, no visiones idealistas de gobiernos ‘de, por y para el pueblo.’”

Luego conectó la tradición socialista libertaria con las corrientes de pensamiento estadounidense citando al filósofo John Dewey, diciendo que “El poder hoy reside en el control de los medios de producción, el intercambio, la comunicación y el transporte… los trabajadores deben ser los dueños de sus destinos individuales.” Para Chomsky, “Dewey era tan estadounidense como el pastel de manzana.”

Comparó la crítica al poder de Dewey con los ideales de la tradición progresista liberal en los Estados Unidos, señalando que muchas de sus fuentes principales, entre ellos Walter Lippmann, Samuel Huntington, y Woodrow Wilson, opinaban mal de la mayoría de las personas a quienes consideraban peligrosas, ignorantes y que debían ser controladas. A pesar de la tendencia histórica de los grupos de élite de “guardianes eclesiásticos” (como los tecnócratas liberales o el Consejo de Guardianes iraní, a los que los comparó) persiguiendo el control de la sociedad, señaló que la resistencia continuaba. Terminó su discurso con una nota optimista, al señalar que las críticas anarquistas al poder son recurrentes (durante la Guerra Civil Inglesa había una “chusma” que parecían no querer ser gobernados ni por el rey ni por el Parlamento) y que el Anarquismo está como el viejo topo de Marx: siempre cerca de la superficie.

A lo largo de su charla Chomsky describió cómo se involucró con el Anarquismo. Su familia estuvo inmersa en los movimientos de izquierda en Filadelfia y Nueva York antes de la Segunda Guerra Mundial y pasó un tiempo en la Union Square de Nueva York, donde muchos izquierdistas se congregaron -incluyendo anarquistas catalanes que huían de las represalias de Franco-. También señaló que muchos miembros de la clase trabajadora de la época participaban en la alta cultura y estaban familiarizados con poemas afines como The Masque of Anarchy de Shelley, que conmemoraba la masacre Peterloo.

Fue éste un tema que volvió a la primera pregunta: el compromiso contemporáneo con las artes. Comparó dos películas de 1954, La ley del silencio y La sal de la tierra. La primera, que trataba sobre un trabajador enfrentado a un sindicato corrupto, tuvo un gran lanzamiento y estaba protagonizada por Marlon Brando. La segunda trataba sobre los trabajadores sindicalizados en huelga y fue prohibida en los Estados Unidos.

“Cuando la gente en el poder cree en algo firmemente, merece la pena investigarlo”, dijo Chomsky.

Por último, se le preguntó sobre el crecimiento de la vigilancia y la militarización de la policía.

“El fenómeno en sí no debería ser sorprendente -la escala es lo sorprendente- pero el fenómeno en sí es tan estadounidense como el pastel de manzana”, dijo Chomsky. “Puedes estar seguro que cualquier sistema de poder va a utilizar la tecnología en contra de su enemigo: la población. Los sistemas de poder buscan la dominación y el control a corto plazo, no la seguridad”.

Matthew M. Robare es un periodista independiente que reside en Boston y también escribe sobre urbanismo e historia.
Re: neoanarquismo por manipuladores tiutulados y con masters
17 gen 2014
menuda paja mental de texto.
Si para ti la tecnologia es aliada del anarquismo tambien lo sera la alienacion de vivir en una ciudad, una experiencia para nada anarquista.
Menos utopias en el futuro y mas luchar dia a dia.

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