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Anàlisi :: criminalització i repressió
Legislar contra el amor
06 gen 2014
Este texto se publicó en julio de 2010. ¿Sabías que, a finales de 2009, el 13% de reclusos en las cárceles del Estado español eran denunciados por maltrato de género? (notícia sobre esto en "Público", en los enlaces finales)
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La ley de Violencia de Género de 2004 (en adelante LOVG) fue aprobada por unanimidad en un parlamento mayoritariamente masculino (solo el 36% de los parlamentarios eran mujeres). La anuencia general que ha tenido esta legislación expresa su importancia capital para el Estado y la sitúa en la misma categoría que las directrices fundamentales del sistema como lo es la Constitución de 1978.

Los datos de su aplicación son estremecedores: El 13% de la población reclusa son varones castigados por delitos tipificados en la ley, una parte importante de esos delitos, de ser cometidos por mujeres, tendrían la categoría de faltas y no conllevarían penas de cárcel. Durante los primeros cinco años de vida de la ley más de cien mil hombres han sufrido algún tipo de condena o medida penal. El gobierno considera que las cien mil denuncias anuales que se producen no representan sino la cuarta parte de las que se deberían poner(1) por lo que hay que calcular que si los varones encarcelados por violencia de género son nueve mil en este momento podrían llegar pronto a las treinta y seis mil, es decir, incrementaría la población reclusa en un 50% creándose auténticos campos de concentración. Por otro lado, la aplicación de esta norma no solo no ha resuelto el problema de la muerte de mujeres por sus parejas sino que las víctimas(2) han seguido aumentando, un crecimiento que es producto precisamente del enconamiento, el resentimiento y la hostilidad que la ley, la machacante propaganda de los medios y el sistema educativo, entre otras causas, genera en las relaciones de los sexos.

Tal normativa tiene efectos muy beneficiosos para la máquina estatal capitalista que azuza la discordia entre mujeres y hombres como pretexto para seguir ampliando el estado militar y policial y la judicialización de la vida social a la vez que ensaya procedimientos excepcionales para el control y dominación de la población civil como las pulseras de seguimiento y vigilancia y para la manipulación mental masiva a través de las medidas (judiciales o no) de reeducación como las que actualmente se llevan a cabo con los hombres para la creación de lo que llaman la “nueva masculinidad”.

Apropiándose del discurso de la emancipación y la liberación femenina el feminismo de Estado hace aceptable una legislación que es, en los hechos, un régimen de excepción, con juzgados especiales y aplicación del derecho penal del enemigo a una parte de la población a la que se impone la presunción de culpabilidad genérica. La aplicación de estas medidas justifica el crecimiento imparable de las diversas policías y la Guardia Civil que aumentan al ritmo del 5% anual(3) , con un porcentaje de mujeres que en el Centro de Formación de Policía de Ávila que es ya del 19% para la escala básica mientras en la escala ejecutiva son el 56% de los aspirantes, algunas féminas han llegado a lo más alto del poder policial y estatal como Elena Sánchez, secretaria general del CNI o Concepción de la Vega, jefa superior de policía en Canarias.

Pero lo que es un monstruoso crecimiento del Estado represivo se presenta con tintes progresistas y liberadores de defensa de los oprimidos (las mujeres) y restablecimiento de la justicia social, por lo que la policía ya no es vista como institución para la tortura y la brutalidad contra la gente común sino como una ONG de salvadores y salvadoras de débiles féminas. La LOVG, sin embargo, no es un caso único, forma parte del vasto plan de ampliación de los instrumentos de la violencia estatal llevada a cabo por los gobiernos de la socialdemocracia desde 2004 y que incluyen un conjunto de leyes y la reciente reforma del Código Penal.

Además cientos de miles de mujeres están hoy de forma creciente en diario contacto con los aparatos represivos, las continuas visitas a las comisarías o los cuartelillos de la Guardia Civil hace que se establezcan relaciones de dependencia y adhesión hacia estas instituciones, la simpatía con la que se ve a sus miembros y la intimidad que, en muchas ocasiones, genera la relación que se establece con ellos será usada por el aparato represivo para reclutar entre las féminas confidentes y colaboradoras y adoctrinarlas en la ideología de un nuevo fascismo basado en la exaltación de las instituciones del Estado y el odio irracional, que ahora se concreta en el aborrecimiento de los hombres pero que podrá ser sustituido por cualquier otro grupo social pues su carácter emocional e instintivo hace muy fácil su manipulación.

El sexismo, que es la esencia la LOVG, es una ideología de la misma naturaleza que el racismo pues es un esencialismo biológico. De la misma manera que los nazis usaron el sentimiento antijudío para constituir su base de masas instigando el odio irracional y alimentando el emocionalismo más exaltado, el prejuicio androfóbico está siendo utilizado hoy por el poder con la misma función. Esta doctrina y los hábitos y pautas de conducta que el aleccionamiento incesante y la aplicación de las leyes llamadas de discriminación positiva crean en las mujeres harán renacer las filosofías y las organizaciones de corte fascista que, en muchos casos, tendrán rostro femenino(4). Por este motivo entre las fuentes de las que se nutre el feminismo de Estado se encuentran corrientes que han sido inicuamente calificadas de antisistema como el movimiento SCUM que ya desde su propio nombre (sus siglas significan Sociedad para el Exterminio del Hombre) es un alegato fascista.

Con ser la represión el aspecto más llamativo no es el único, ni el más importante elemento inquietante de una ley que pretende transformar de forma radical e irrevocable las ideas, conductas y pautas culturales que han organizado históricamente los vínculos entre mujeres y hombres. En primer lugar define todas las relaciones entre los sexos como relaciones de poder y de dominio afirmando que, desde tiempos inmemoriales, los hombres han abusado de las mujeres(5) y utilizado la agresión contra ellas por el lugar privilegiado que ocupan en la sociedad. Afirman, asimismo, que la violencia de los varones hacia las féminas es estructural, es decir, se produce por el hecho de ser mujeres y no tiene una causa concreta. Paradójicamente los hombres solo son opresores para las mujeres cuando tienen lazos afectivo-sexuales con ellas pero no cuando son empresarios, gobernantes, policías, jueces, gerifaltes mediáticos u otros con poder; de lo que cabe deducir que no es una ley contra los hombres sin más sino contra las relaciones afectivo-sexuales, los vínculos y las instituciones naturales de convivencia. Resulta sorprendente que esta descabellada e insensata argumentación haya calado de forma tan rotunda en una parte significativa del cuerpo social.

Con tales discursos se alienta en muchas mujeres una ideología victimista, que reclama el derecho a ser débil a la vez que cultiva el rencor y el resentimiento más áspero hacia los varones, un rechazo irracional que anula las capacidades reflexivas e intelectivas en las féminas que lo sostienen y que provoca actitudes y sentimientos de agravio y de inferioridad y una agresiva ferocidad hacia el otro sexo. De hecho la ley al establecer la especial vulnerabilidad de las mujeres, su necesidad de excepcional protección hace gala de un machismo mostrenco pues sustituye la tutela marital que establecía el Código Civil de 1889 por la del Estado y sus instituciones y funcionarios, fundando de esta manera un neo-patriarcado estatal, que no solo las “ampara”, sino que hace recaer en ellas privilegios y ventajas innegables a cambio de la obligación de guardarle obediencia y servirle en todo. No podemos descartar, no obstante, que en un futuro próximo se incite la aparición de nuevas corrientes misóginas y machistas que expandan la llama de la discordia y la escisión.

La psicosis colectiva que los medios de adoctrinamiento y manipulación mental han conseguido crear con el argumento de la violencia de género ignora que no es el sexo el agente principal de la violencia en la sociedad, y oculta el aterrador crecimiento del enfrentamiento, las agresiones y los crímenes en el seno de la comunidad de los iguales. Muchos adolescentes (varones y mujeres por igual) maltratan a sus familias, especialmente a sus madres -que aunque son mujeres no son defendidas especialmente por las instituciones estatales-. Muchos ancianos, mayormente ancianas, pues son más longevas, sufren abandono y agresión física y emocional por sus allegados o sus cuidadores o cuidadoras. Innumerables niños y niñas pequeños padecen la falta de cariño y de cuidados de unas madres y padres que no les entienden ni les aman. Los actos de violencia y crueldad protagonizados por mujeres han crecido de forma horripilante en los últimos años. Todo ello es inducido por el Estado a través de la manipulación de las conciencias que lleva a cabo la industria de la cultura, el cine, el sistema educativo etc. y la creación de hábitos y conductas anti-convivenciales que genera (entre otros mecanismos) la legislación, que normativiza los procesos y prácticas que antes se producían en el seno de la comunidad y al margen de las instituciones por el acuerdo entre pares y a través de la colaboración y el entendimiento.

La incapacidad de la sociedad civil para enfrentarse con tan descomunal hecatombe de las costumbres permite que el poder tiránico del Estado se presente como salvador aportando lo que le es más propio, la organización de la violencia institucionalizada. Quebrados los lazos interhumanos, la policía y los ejércitos aparecen como garantes de la civilización haciendo buena la profecía hobbessiana sobre que somos fieras y depredadores por naturaleza(6).

La influencia de las leyes en la convivencia social y la cosmovisión y hábitos de los individuos no ha de ser menospreciada pues el cuerpo legal del sistema lejos de ser consecuencia de la realidad social es, más a menudo, causa de esa misma realidad que es previamente buscada por los legisladores, así sucede con la LOVG que está consiguiendo la destrucción de lo poco que quedaba de las instituciones naturales de vida social, a saber, los vínculos afectivos-sexuales y las relaciones familiares de convivencia y parentesco pues si los de abajo están divididos, o mejor aún, atomizados, el sistema de dominación se fortalecerá de manera colosal. Una sociedad unida, estructurada, dotada de cultura, y capacidad para vivir en común, con posibilidad de proveerse de fines elegidos y aspiraciones compartidas es un duro enemigo del Estado que queda así muy disminuido en sus prerrogativas y posibilidades de acción.

Por ello la segregación es el camino para el triunfo del absolutismo estatal, primero se separó a los jóvenes de los adultos, luego a los niños de los mayores, a los ancianos de la sociedad en general y finalmente a los hombres de las mujeres, de esta manera todos, aislados y solitarios, disminuidos, irresponsables y entontecidos por la falta de experiencia social, pueden ser mejor sometidos y dominados por las instituciones del poder.

Si el patriarcado del pasado se basó en la familia y el control de las relaciones que en ella se establecen –un sometimiento que siempre fue parcial y limitado- el actual se fundará sobre la destrucción de todas las instituciones naturales de convivencia, en la creación de un individuo, ya no plenamente humano, por la pérdida de la mayor parte de las capacidades de relación íntima y afectiva con sus iguales, en ello tendrá un papel fundamental el odio sexista introducido por el feminismo de Estado que aspira a la destrucción de los valores y capacidades positivas que conservan los sujetos y, en especial las mujeres y que nos convertirá, si no lo remediamos, en seres solitarios y egoístas, ajenos a la moral y el recto obrar en nuestra vida pública y privada, empobrecidas de práctica mental reflexiva y, en general, de vida psíquica y espiritual alguna, ajenas al amor y a las necesidades humanas auténticas.

Resulta incoherente que cierto “radicalismo”, que se llama a sí mismo antisistema, ejerza de vocero de las consignas del poder jaleando el desencuentro entre mujeres y hombres, definiendo a todos los varones como agresores en potencia, y señalando como maltrato, no las acciones que lo son objetivamente, sino incluso los actos más inocentes y triviales(7) creando con ello un auténtico campo de Agramante donde el desorden y la discordia se imponen, con ello se sitúan de nuevo a las órdenes de la socialdemocracia que los usa como mano de obra en sus proyectos. Debemos ser conscientes de que mientras siga atizándose la pugna entre los sexos, la agresión, la violencia y el crimen de odio seguirán creciendo sin remedio. Las relaciones entre las mujeres y los hombres tienen que fundarse en la simpatía, el afecto, la fraternidad y el amor, no en el miedo, la incomprensión y el desconocimiento y la fobia pues solo unidos se puede hacer frente al sistema de dominación.

A MODO DE RESUMEN:

1. La violencia entre los sexos es completamente rechazable pero, al contrario de lo que dice el feminismo de Estado no resulta de un solo factor –la cultura machista y el patriarcado– sino de dos, a saber, la trágica naturaleza de la condición humana que nos convierte en fieras en ciertas circunstancias y la acción de la máquina estatal capitalista que a través de la ley y la manipulación de las conciencias divide, enfrenta y fragmenta la sociedad civil para aumentar su poder, siendo este segundo el agente decisivo en el momento actual.

2. No es admisible que quienes dicen oponerse al poder establecido defiendan la LOVG o, sin mencionarla sustenten sus concepciones sexistas y androfóbicas y alienten la guerra de los sexos.

3. Debe denunciarse la LOVG como una ley que proyecta el Estado policial y la represión indiscriminada contra la población y además impone la intervención del poder en la vida íntima de los individuos.

4. Debe condenarse asimismo su función “educativa” para imponer a la sociedad los disvalores del odio, el egoísmo y la inmoralidad, su carácter machista y neopatriarcal pues presenta a las mujeres como seres incompetentes y nos pone bajo la tutela del Estado. Las mujeres debemos oponernos de forma contundente a esas medidas que supuestamente nos protegen.

5. Condenar y criticar la ley no es suficiente, es necesario bregar por el renacimiento de los saberes, las conductas, las prácticas, los hábitos y las instituciones que rigen la convivencia entre iguales.

6. Las mujeres y los hombres tienen que rescatar las habilidades, los instrumentos y capacidades para elegirse y convivir recuperando el amor como vínculo sublime y excepcional y el sexo como potencia unitiva de enorme valor. Las relaciones íntimas entre las personas deben dejar de ser intervenidas por el Estado y tenemos que aspirar a que lleguen a ser ajenas a cualquier intromisión política.

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NOTAS:

(1) Lo que se producirá sin duda por la propia acción de las instituciones que promocionan las denuncias ofreciendo ventajas y subvenciones económicas nada despreciables a las mujeres que las ponen lo que se traduce en un incremento imparable de las acusaciones falsas que afectan a miles de hombres inocentes.

(2) Aumentan las mujeres muertas por sus parejas, también se incrementan de forma continuada el número de hombres asesinados por sus compañeras pero esas cifras son ocultadas por las estadísticas oficiales desde el año 2006, al igual que el número de suicidios que se producen entre varones inmersos en procesos conflictivos de separación.

(3) Sin contar el crecimiento de las empresas privadas de seguridad hacia las que se trasladan una parte de las tareas relacionadas con las órdenes de protección a mujeres.

(4) Tal situación no es insólita hoy en día, pues, por ejemplo, el Movimiento por una Hungría Mejor, de orientación neo-nazi, racista y ultranacionalista, tiene entre sus cabecillas una mujer, Krisztina Morvai, que fue miembro del Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer en la ONU. Esta formación política posee una milicia paramilitar, llamada “Guardia Húngara” acusada de perpetrar asesinatos de gitanos y hostigar a la comunidad judía del país.

(5) Así se dice en la exposición de motivos de la ley apoyándose en la declaración de la Conferencia Mundial de Mujeres de Pekín de 1995, en la que se define el concepto de violencia de género.

(6) Hannah Arendt entiende bien que no es la naturaleza humana sino la del artefacto estatal el que alimenta el odio entre iguales y explica, citando a Maquiavelo, que el triunfo de la razón de Estado es la que exige que los seres humanos sean adoctrinados en la maldad. Para su crecimiento el aparato de fuerza de los poderosos ha de sembrar en el cuerpo social el veneno de la discordia.

(7) En “Estado de wonder bra. Entretejiendo narraciones feministas sobre las violencias de género” se defiende incluso la propia LOVG como un triunfo de las mujeres y se elogia la acción de la socialdemocracia de forma directa, en otras ocasiones se ha hecho una denuncia de la ley por no ser suficientemente dura y obligar a las mujeres a presentar alguna demostración del maltrato (presupone este planteamiento que ninguna mujer hará un uso perverso de tal prerrogativa, situándonos con ello, no en el mundo de los seres humanos sino en el de los ángeles). Se ha llegado, de la mano de ciertas teorías, a un grado de subjetivismo y arbitrariedad peligroso como plantear que hay agresión siempre que una mujer se “siente agredida” , con tales argumentos se nos expulsa a las mujeres del espacio común de la objetividad, la justicia, el buen sentido, el juicio recto y reflexivo degradándonos a un obrar pueril que hace del capricho y el desatino la medida de todas las cosas.
Mira també:
http://prdlibre.blogspot.com.es/2010/07/legislar-contra-el-amor-la-ley-de.html
http://www.publico.es/espana/280656/un-13-de-los-presos-tiene-condenas-por-maltrato

This work is in the public domain

Comentaris

Re: Legislar contra el amor
07 gen 2014
¡Abajo los muros de las prisones!
¡Menos las de hombres maltratadores!

¡El 87% de los carceleros al paro!

Firmado:

Feministas institucionales izquierda-derecha, intelectuales feministas, feministas autónomas, anarquistas feministas... Y la mayoría de gente feminista, que no se desmarca explícita y críticamente de la LOVG y de los cuerpos represivos-judiciales-carcelarios.

La cárcel como solución siempre ha sido algo autoritario y fascista.

Y esto,

"una parte importante de esos delitos, de ser cometidos por mujeres, tendrían la categoría de faltas y no conllevarían penas de cárcel"

si es verdad, debería ser intolerable por todxs. Todo esto surge de las abstracciones que se hacen, a menudo generalizadoras y que acaban lejos de la realidad, donde se habla de "los hombres" y de "las mujeres", como quien habla de "el poble de Catalunya", y se dice, por ejemplo, que si "un hombre" pega a "una mujer" es como si un policía pega a un civil. Pues creo que estas ideas deben ser repudiadas por todas las personas antisexistas.
Re: Legislar contra el amor
07 gen 2014
Quiso llamarse Libertad, condenada a la guerra,
esclava de la autoridad, piel morada de tragedia.
La Historia no la doblegó, su pasión era eterna.
Abandonó la sumisión y tomó conciencia.

Pero pronto abrazó el poder, reina de los juzgados,
quiso ser ciudadana y prostituta del mercado.
Olvidó a quienes entonces lucharon a su lado,
orgullosa aplaude hoy la paridad de los Estados.

Revuélvete Libertad, vayamos a la guerra.
Esclavas nunca, amas jamás, ¡arriba compañera!
Contra el sexismo y la opresión, juntos ellos y ellas.

Y ahora coquetea, mano a mano, con la represión (refuerza sus cadenas).
Invirtiendo roles le sonríe a la dominación (y olvida).
Si ellos no la bailan esta no es mi revolución.

http://accidente.bandcamp.com/track/juntos-ellos-y-ellas

Acerca de este tema:

“No voy a ir a pedir nada, sino a recuperar algo que me pertenece” sentenciaba América Scarfó a los 86 años, cuando le devolvieron las cartas de amor que le escribiera su compañero, el anarquista Severino Di Giovanni 60 años atras. No venimos tampoco nosotros a mendigar nada. Odiamos al Estado y la sociedad mercantil que infecta nuestras relaciones. Ni siquiera cuando para regenerarse nos seducen y se reinventan para asimilar nuestras luchas, incluída nuestra propuesta feminista. Queremos enterrar la autoridad para siempre, y como parte de ésta, el dominio que muchos hombres e instituciones ejercen contra muchas mujeres. Pero no nos identificamos con las leyes ni quienes las ejecutan aunque se erijan contra el machismo. No tenemos el menor interés en acceder a puestos de poder en los que podamos explotar a otros. No creemos que condenar, encarcelar o aislar sean la solución a ningún problema. No nos interesa ganar una lucha parcial pactando con el enemigo, ser victimizadas o utilizadas por ninguna bandera ni vanguardia. Porque nadie nos representa más que nosotras mismas y porque tenemos voz y rabia propias. Lo intentamos cada día detectando nuestros propias actitudes sexistas y excluyentes; y los mecanismos que perpetúan nuestros prejuicios, sesgos y complejos. Y queremos lograrlo mediante una comunicación sincera y directa, lejos de estéticas, insultos y lenguajes que sólo algunos entienden.

Para nosotros, combatir la opresión basada en el género -y todas las demás- pasa por inventar caminos distintos a los que utilizan gobernantes, jueces y mafiosos. Es una obligación ética acompañar y apoyar a todas aquellas que han sufrido el desprecio y el maltrato en su piel. Y queremos hacerlo con nuestros propios medios y sin humillar ni criminalizar a todos los hombres por el hecho de ser hombres, juzgando al todo por la parte. Queremos evitar los tabúes y el discurso único, la manipulación, el silencio y el miedo. Creemos en darnos la oportunidad de equivocarnos para poder identificar nuestros errores y aprender junto a nuestros compañeros en lucha, construyendo poco a poco relaciones amorosas, amistosas y eróticas más honestas, horizontales y justas entre los géneros, cualesquiera que éstos sean.
Re: Legislar contra el amor
07 gen 2014
Quin fàstic. Tan questionar les lleis i aquest parell i els seus acolits sempre vivint de cara a elles. Com que la llei diu A defensarem just el contrari. Això és la pura definició del reaccionarisme.

Als moviments llibertaris no defensem les presons ni les lleis, però això no vol dir que seriem amiguets de tots els que avui estan entre reixes, vol dir que no contemplem les presons com a una solució a un problema, pero no neguem el problema.

Precisament el dret a definició de l'agressió questiona la cultura judicial vinculada amb les lleis i les presons. "presunció d'inocencia", "objectivitat" i "justicia" son conceptes vinculats a la cultura on hi caben presons. El text fastigos aquest de la Prado Rodrigo Mora parla d'agresions objectives que s'han de demostrar. Això que vol dir fatxeta? que si es demostren i el senyor de la pelucla pica amb la seva massa, doncs a la garjola, és de "justicia" no? Qui defensa les presons al final? Qui parla com si el sistema judicial fos quelcom positiu i desitjable?

Parell de merdosos, aneu a parlar amb els fatxes que ells si us escolten.
Re: Legislar contra el amor
07 gen 2014
Ningú parla d'ignorar el problema, no ens treiem idees de la màniga.

I no caiguis tu en el que dius de defensar el contrari. Que ens sembli una merda el sistema, amb el sistema judicial-carcerari i no es consideri just ni legítim no vol dir que no es consideri una bogeria donar suport a una major capacitat d'arbitrarietat per part d'aquest. O no diem que són una bogeria les reformes penals?
Re: Legislar contra el amor
07 gen 2014
Ningú parla d'ignorar el problema, no ens treiem idees de la màniga.

I no caiguis tu en el que dius de defensar el contrari. Que ens sembli una merda el sistema, amb el sistema judicial-carcerari i no es consideri just ni legítim no vol dir que no es consideri una bogeria donar suport a una major capacitat d'arbitrarietat per part d'aquest. O no diem que són una bogeria les reformes penals?
Re: Legislar contra el amor
07 gen 2014
Mira, lo de que ignorem la llei és una cortesia... realment el que diu el text es que "cierto radicalismo, que se llama a sí mismo antisistema, ejerza de vocero de las consignas del poder". Es a dir, no que no hi estiguem fent oposición, sino que defensem la llei. Òbviament això és una paranoia que aquest parell de filofeixistes porten dient des de que es van treure la careta fa ja uns anyets. I t'asseguro que he pogut parlar personalment amb tots dos i están cecs, no escolten rés del que els dius i si veuen que no et poden contestar et segueixen el corrent, et donen la raó, i desprès segueixen dient i escribint el mateix. Viuen tancats a la seva biblioteca, jutjant la realitat política a travès de les lleis (dir que hi ha androfobia al contexte social actual es ridícul) i els moviments socials a través dels quatre llibres que edita la virus.

La realitat és que els moviments feministes radicals estan en el pla de l'autonomia i no de defensar cap llei. Aquesta penya no han trepitjat mai cap espai de lluita feminista radical, el que fan es llegirse diagonalment els quatre llibres de moda que no tenen RES a veure amb aquests espais, no entenen ni papa, i desconstextualitzen quatre cites de torn per seguir argumentant el seu discurs reaccionari i cada cop més proper a l'ultradreta.
Sindicato Sindicat