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Anàlisi :: pobles i cultures vs poder i estats
Pongamos los pies en el suelo
20 oct 2013
Publicado en "Regeneración. Proyecto libertario de comunicación social".
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La historia es eso, historia. Que si bien es imprescindible la memoria histórica, no podemos seguir durmiendo en los laureles de las glorias del pasado y en sus logros. La historia nos ayuda a concer nuestro pasado y nuestros orígenes, y a la vez nos debe servir para ver en qué hemos fallado y en qué hemos acertado. Pero toca el ahora y el panorama actual no es para tirar cohetes ni por asomo. Nos encontramos con un movimiento anarquista reducido casi a la marginalidad dentro los conflictos sociales, ya no somos una fuerza política capaz de movilizar a las masas como lo fue antaño. ¿Qué es lo que nos ha pasado? Ante la actual coyuntura con la agudización de la crisis capitalista, urge que nos sentemos en la mesa, debatamos, valoremos y reflexionemos sobre nuestro papel hoy y cómo afrontar la situación en lo inmediato y de cara a la reconstitución como fuerza política con presencia en las luchas sociales, elaborando tácticas y estrategias que nos permitan avanzar y crecer tanto cuantitativamente como cualitativamente.

Hablando a nivel de España, la trayectoria del movimiento anarquista desde su desmoronamiento después del Caso Scala hasta hoy, ha estado en general marcado por la poca influencia en la realidad social que ha tenido. Sin embargo, en estos últimos años ha habido un cierto repunte y han emergido recientemente organizaciones de aspiraciones libertarias prometedoras. Aun así, queda mucho por hacer. Paralelamente, debemos reconocer, aunque desde un punto de vista muy crítico, el despertar de la ciudadanía con el 15M, pero al no haber una continuidad y ante la falta de objetivos y estructuras orgánicas más sólidas en muchas ciudades desaparecieron. Cabe especial mención las PAH que irrumpieron en el imaginario colectivo como un movimiento social que visibilizó el problema de la vivienda y toda la trama especulativa que se estaba detrás de ello y superó las espectativas de movilización incluso a los anarquistas, aunque nos duela reconocerlo. Y continúan hoy incansables en la defensa del derecho a la vivienda.

Ahora miremos hacia nosotros mismos. Nos hemos apartado de casi todo y lo que rescataría sería algunas CNTs y CGTs en el ámbito laboral. Pese a que nos duela, la autocrítica se hace imprescindible en estos momentos en los que más necesitamos estar presentes en los conflictos sociales. Si dejamos un vacío político en las calles, serán copados por otras fuerzas políticas que estén dispuestos a involucrarse, como pueden ser la izquierda parlamentaria, la izquierda marxista e incluso grupos filofascistas y neonazis. Sí es verdad que hay, en cierta medida, un anarquismo organizado, aunque en cierto modo de carácter endogámico y autorreferencial. ¿En qué fallamos? Sobrevivimos en gran parte como individualidades aisladas, ha habido cierta tendencia a atrincherarse cada grupito en sus chiringuitos, en algunos casos se llega al panfletarismo incendiario que solo leen la gente dentro del ghetto, a mantenernos al margen de los movimientos sociales por ser reformistas y alardear de nuestra pureza ideológica lanzando proclamas maximalistas… Incluso en algunos casos, el rechazo a la organización en sí y la renuncia a disputarnos un hueco entre los movimientos sociales que no se adapten a nuestro corpus ideológico. Ni tan siquiera algunos han sabido superar una rivalidad que en verdad no tendría mucho sentido entre las CNTs y CGTs. No digo que sean acertadas algunas críticas pero si nos ceñimos a eso, no iremos a ninguna parte.

Y nos preguntamos, ¿de qué nos ha servido mantener la pureza ideológica? ¿De qué nos sirven organizaciones sobreideologizadas si no son capaces de dar una respuesta en lo inmediato? O lo mismo, ¿de qué sirve ir por nuestra cuenta separados de la realidad social y construyendo torres de marfil para sobrevivir? ¿De qué nos sirve encerrarnos en un individualismo autocomplaciente y reivindicar las acciones individuales? ¿Es que los movimientos sociales se tienen que adaptar a nosotros? Que el lector o la lectora se responda a sí mismo/a. Asumámolo de una vez: no tenemos la capacidad material para materializar nuestros intereses y reivindicaciones, es algo que hay que ir construyendo, en el cual, el primer paso que debemos dar es poner los pies en el suelo y analizar la realidad social que nos rodea, teniendo en cuenta la coyuntura en que nos desenvolvemos y escoger cuáles son las tácticas y estrategias adecuadas para llevarlas a cabo y trabajar conjuntamente con los movimientos sociales en todos los ámbitos como en lo laboral, lo estudiantil, la vivienda, etc. Asumamos también que la revolución social no será puramente anarquista ni la haremos los anarquistas, sino que será resultado del empoderamiento de la clase trabajadora y el conjunto de explotados como pueblo fuerte.

Derribemos las torres de marfil como refugio para mantenernos puros ideológicamente, derribemos los chiringuitos como muestra de atomización, destruyamos los mitos e idealizaciones nostágicas, dejemos de hacer un anarquismo endogámico solo para consumo propio. Dejemos los personalismos y las proclamas maximalistas, despojémonos la idea de llevar una lucha en solitario sin contar con el resto de fuerzas sociales, dejemos de medir si ésto es reformismo o no y planteemos desde el punto de vista táctico y saber arrancar victorias parciales por la vía de la lucha colectiva y no por la vía institucional. En definitiva, dejemos de actuar como una fuerza al margen, como una estética, como un estilo de vida o una simple filosofía para el desarrollo individual y reconstituyámonos como una fuerza político-social para comenzar a salir del letargo y a caminar sobre suelo firme. Esto supone estar insertos en las luchas sociales aportando nuestras alternativas y nuestras praxis, a la vez que vamos dotando, en la medida de lo posible, a los movimientos sociales de un carácter libertario y mantener en todo momento un horizonte revolucionario. Superemos de una vez por todas el inmovilismo y la inoperancia en que estamos envueltos y aprendamos a avanzar en medio de nuestras contradicciones superándolas. Hagamos de la organización anarquista una herramienta efectiva para la lucha social y clasista, tanto en el plano político como de cara a formar un frente de masas.

Tenemos las bases teóricas y hemos de ponerlas en práctica en el aquí y en el ahora, que a la vez servirá para enriquecernos en la teoría e innovar en la praxis.
Mira també:
http://www.regeneracionlibertaria.org/pongamos-los-pies-en-el-suelo

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Comentaris

Re: Pongamos los pies en el suelo
20 oct 2013
Toda autocrítica pasa por reconocer errores y también aciertos o experiencias que, pese a no prosperar, sirvieron.

Si "ponemos los pies en el suelo", habría que reconocer que la PAH ha irrumpido en el panorama político y social sorprendiendo por su capacidad y su continuidad, por no ser "un sueño de verano", pero sus "éxitos" no deberían seducirnos con el espejismo y reconocer que se trata de una lucha que cuestiona ciertas prácticas especulativas y financieras y que si sus planteamientos no van más allá, no pasará de ser una lucha más por la reforma de este sistema. Otra de tantas, importantes, pero insuficientes, pues acaban siendo instrumentos para regular los desfases del sistema neoliberal.

Es de esperar que las conciencias se despierten y los y las anarquistas seamos parte importante de ese proceso y que no nos pase con las luchas por las regularizaciones de las personas migradas, pidiendo papeles para quienes, después, acaban defendiendo el capitalismo y sus formas.

El conflicto entre CNT's, CGT, SOLIDARIDAD OBRERA, etc…, traspasa la "rivalidad" para acercarse al modelo asumido por la izquierda parlamentaria y las diversas asociaciones que viven por y para las subvenciones del estado. No hay lucha posible cuando existe esa dependencia de quien te oprime, y es preciso que la ruptura se produzca, para que la necesidad nos lleve a la confrontación real, y no a este estado de coma de alimentación forzosa que impone el estado.

¿Purezas? Más que de purezas habría que hablar de sometimiento a las lógicas del sistema. ¿Por qué se critica con tanto énfasis a quienes se mantienen resistiendo, y se es tan indulgente con quienes aceptan migajas y limosnas a cambio de no superar la barrera del conflicto?

Hay que mantener una duda permanente sobre quienes se escudan bajo la acusación de las "purezas". Esa hipotética "pureza" no es otra cosa que la radicalidad. De señalar la raíz del problema y de proponer avanzar contra ella.

Esa hipotética "pureza ideológica" ha servido para que hoy hayan muchas personas que se planteen organizarse de manera asamblearia y horizontal. Que busquen maneras de autoorganizarse, de autogestionarse, de llevar a cabo la acción directa, de despertar el sentimiento crítico contra esta sociedad espectacular y de consumo de necesidades creadas. Para no olvidar lo colectivo y lo individual, que no el individualismo.

El reformismo llevó a las sociedades socialdemócratas de la europa del norte, a dejar desarmadas y sometidas a la población. Luchar por la sociedad del bienestar, es el primer error que cualquier anarquista se debería de plantear.

Los y las que nos llamamos anarquistas, no estamos ajenas a las influencias de este sistema y hemos convertido nuestros medios en fines. Lo que nos mueven principalmente, son las fiestas y los conciertos, las actividades de nuestro centro social, no como manera de difusión de ideas, sino como ocupación del tiempo muerto para llenar con él nuestros espacios.

¿Cuáles son nuestros proyectos alternativos? ¿Hemos ocupado las fábricas de las que nos han echado? ¿Somos otra parte de la asistencia social o aspiramos a acabar con los privilegios de clase? ¿Aspiramos a ser un "contrapoder" (otra forma más de poder) o a acabar con él?

Nada de eso se ha debatido y en esas circunstancias no es posible una lucha conjunta porque nunca sabremos qué es lo que estamos reforzando. ¿Superar nuestras contradicciones significa que, pese a quien pese, hay que apoyar la via catalana?
Re: Pongamos los pies en el suelo
21 oct 2013
Sense ser exclusivament anarquistes o llibertàries o antiautoritàries , com és que no parleu de les okupes , ateneus , publicacions editorials , projectes contrainformatius , contra cimeres del BM FMI OMC G7 ,mogudes per la insubmissió , anti - Tav o Mat ,defensa d'animals projectes cooperatius ,antirepressius ,antifes ...!!!
Re: Pongamos los pies en el suelo
21 oct 2013
En una sociedad burguesa, donde los valores son burgueses y los proyectos reformistas, los revolucionarios antiburgueses, los anarkistas, tienen poco que hacer, solo ir creando estucturas sociales , culturales, politicas y militares, para cuando la sociedad deje de ser burguesa y tras la debacle economica o militar, se transforme en una sociedad lumpen, con el Estado quebrado y agonizante. Entonces o ese lumpen se mueve de forma libertaria, o se ira hacia el fascismo. Es simple.: lo veremos en estos proximos dos o tres años.
Re: Pongamos los pies en el suelo
21 oct 2013
¿dos o tres años, eh..?
Re: Pongamos los pies en el suelo
21 oct 2013
Porque no dejais por una puta vez de hablar de UNA gran organización anarquista? Esto es un cuento que ya pensaba que lo habriamos destapado, y si hablamos de aprender de la historia, deberiamos animar a todo el mundo de actuar por propia responsibilidad y consciencia de manera que prefiere, en kolektivo o individual, sin ningun control de policias asamblearias que manipulan "nuestros grandes organizaciones". Vamos a lo nuestro, a toda consecuencia y con todos los medios posibles! La gran organización para los marxistas, seudo-anarquistas y fatxas!
Sindicat Terrassa